Ya era tarde, estaba demasiado oscuro y debía de ir a casa. Se vistieron y cuando ya estaba en la puerta Daiki se ofreció a ir a dejarlo a casa pero Inoo se negó pero luego acepto, como negarse si Daiki lo miraba con un puchero.

Caminaban por las calles tomados de la mano. Sin querer Daiki chocó su hombro con otro chico. Que molesto le gritó.

-ten cuidado por donde caminas idiota! – Inoo molesto por haberle gritado y mas por llamarlo idiota le propinó un golpe, nadie tenía el derecho de hablarle así.

Daiki no sabía qué hacer estaba demasiado asustado, Inoo tenía al chico en el suelo. Con valor tomó a Inoo separándolo del chico para que dejara de golpearle la cara.

-Inoo ya basta, no sigas – le pedía el menor, pero se le hacía difícil alejarlo. El chico desconocido se puso de pie, tenía casi la cara hinchada por los golpes y el labio sangrando. Molesto tomó a Daiki para hacerlo a un lado. Haciendo que este tropezara y su cabeza diera directo con el suelo.

Un poco mareado por el golpe se puso de pie y una luz segó su vista. Y un gran ruido llamo la atención de todos los que circulaban por ahí

-DAIKI! – fue lo que pudo escuchar antes de que el auto diera contra él.

El conductor por más que pisó el freno no logró parar antes de que diera contra el cuerpo del menor. Inoo corrió hasta donde el menor se encontraba tirado en el piso. Apunto del llanto se arrodillo a su lado

-Daiki... Daiki... - el nombrado abrió con dificultad sus ojos. Le dolía todo el cuerpo y su cabeza era un lío.

-K..Kei.. – Inoo no pudo más y las lágrimas comenzaron a caer por sus mejillas. Acarició su rostro que tenia pequeñas heridas por el accidente. Daiki con todo lo que le quedaba de fuerza acerco su mano al rostro que Inoo. Al sentir su caricia depósito su mano sobre la del menor- te amo…

El mayor lloraba desesperadamente, el menor había cerrado los ojos y no sabía qué hacer, la ambulancia no llegaba y el piso se estaba manchando con sangre que al parecer provenía de la cabeza del menor.

-no me dejes... no me dejes...- decía entre llanto, no quería soltar su mano – yo también te amo – dijo abrazando el cuerpo del menor sin poder dejar de llorar.



En el hospital la espera se le hacía eterna, hace cinto minutos lo habían llevado a pabellón y aun no sabía nada de él, las enfermeras entraban y salían por aquella puerta. Se sentía demasiado culpable. Si tan solo hubiera ignorado a ese tipo Daiki no hubiera tenido el accidente.

El hermano mayor Daiki acababa de llegar, los padres se encontraban en chiba por lo cual aun no sabían del accidente. El doctor salió diciéndoles que Daiki había perdido mucha sangre y necesitaban donadores. Inoo al escuchar eso se puso de pie ofreciéndose. Pero el hermano mayor del menor se le acerco y lo agarro del cuello de la camisa.

-TODA ES TU CULPA! ALEJATE DE EL, EL NO TE NECESITA! – Inoo no podía mirarlo a la cara, en todo lo que decía tenía razón, había sido su culpa, no debería de estar ahí, pero no quería alejarse de él, lo amaba demasiado.

-no me iré – dijo en un susurro, el nudo en su garganta no lo dejaba hablar bien. El hermano de Daiki al escucharlo le propino un gran golpe en el rostro, tumbándolo en el piso. Los doctores tratan de tranquilizarlo. Entre tres guardias se llevaron al mayor a otra sala.

El doctor que estaba a cargo del menor se llevo a Inoo para la donación.

Los 8 hey say jump llegaron al hospital viendo a Inoo salir de una habitación, por la cara que tenían decidieron no preguntarle nada, se quedaron a su lado. A penas Takaki lo abrazo el menor rompió en llanto.

Al rato el doctor salió con la noticia de que el menor ya estaba estable, querían ver a Daiki pero aun no lo dejaban recibir visitas, debía de reposar y aun no despertaba. Chinen, Yuto, Ryosuke y Keito se fueron a sus casas dejando a los mayores con Inoo.

Esperaron toda la noche en el hospital, una enfermera les aviso que una persona podía verlo, Inoo se levanto rápidamente y siguió a la enfermera. Al entrar se sentó cerca del menor. Estaba dormido, acaricio su rostro y tomo su mano entre las suyas comenzando a llorar.

Quería quedarse toda la noche despierto para vigilarlo pero llorar tanto lo tenía cansado, se fue quedando dormido sin soltar la mano de su amado. Un movimiento entre sus manos lo despertó. Abrió los ojos encontrándose con los de Daiki.

Estaba feliz, por fin el menor había despertado, lo abrazo no muy fuerte para no hacerle daño.

-los siento… lo siento - era lo único que salía de sus labios. Se separo un poco de él y comenzó a darle cortos besos en sus labios. El menor lo separo un poco sonrojado y se quedaron mirando a los ojos.

-tu... quien eres? – preguntó el menor mirándolo a los ojos.

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