POV DAIKI
Quedé con Ryosuke para que saliéramos juntos y divertirnos un rato, pero luego me llamó diciendo que no podría salir, que tenía cosas que hacer. Me aburrí todo el santo fin de semana, no tenía nada que hacer pero tampoco quería quedarme encerrado en casa. Tome mi skate y salí de casa un rato. Vagué por las calles unas horas, pero el calor era demasiado, podía sentir una gota de sudor correr por mi cuello. Busqué una heladería hasta que hallé una cerca de un parque.

Disfrutaba tranquilamente de mi helado bajo un árbol y la fresca brisa que corría.

- ¿Daiki? – levanté la vista y mi corazón se aceleró al instante. No hablé, solo desvié la mirada al piso – ¿podemos hablar? – me preguntó pero simplemente lo ignoré. Tomé mi skate dispuesto a irme pero él me tomó del brazo – por favor – me pidió.

- No tenemos nada de qué hablar, debo irme – lo de Ryosuke lo tenía casi olvidado pero el beso que se dio con Chinen aun no – que raro ¿y chinen en donde esta? Pensé que estaría contigo.

- Sobre eso…

- Está bien, no tienes que decir nada, no me interesa. Si quieres te puedes ir a besuquear con esa chica que está en frente o ¿qué te parece ella? – dije apuntando a una chica que pasaba por nuestro lado.

- No seas ridículo – me dijo y eso me hizo enojar aun más.

- ¿Ridículo? – sonreí – ridículo es lo que tu supuestamente sientes por mí, porque déjame decirte, que si te gustase de verdad no te besarías con Chinen.

- Es cierto, lo besé pero no siento nada por él, al que quiero es a…

- Si, si, no tienes para que decirlo, es molesto e incomodo escucharlo sabes, no me lo vuelvas a decir o terminare vomitando del asco – me zafé de su agarre y me fui en mi skate lo más rápido que pude.

Lo que resto del fin de semana me la pasé encerrado en casa. No quería volver a toparme con Inoo y lo mejor para eso era no salir más de casa.

Cuando llegué a la escuela Ryosuke al parecer aun no llegaba porque no estaba en el salón, así que me quedé en mi pupitre hasta que comenzaran las clases. Por la falta de sueño – todo por culpa de Inoo- me quedé dormido y un golpe en la cabeza me despertó.

- ¡Auch! – dije sobándome la cabeza.

- Qué vergüenza, babeando la mesa – Ryosuke acababa de llegar con una enorme sonrisa.

- ¿Y por qué tan contento? – no me dijo nada hasta que se sentó a mi lado.

- Mira lo que tengo~

- Entradas gratis para el cine, ¿qué tiene eso de especial?

- No quieres ir al cine conmigo, que mal amigo eres – dijo dándome un golpe en el hombro – si no quieres entonces me buscare una linda chica.

- Está bien, dame eso – le dije arrebatándole las entradas – las guardaré yo por seguridad, no vaya hacer que de verdad te vayas con una chica y me dejes plantado – comenzó a reír.

- Eso es lo que harías tú – no dejaba de reírse, no le encontraba gracia a lo que decía.

- Claro que no, nunca haría eso “solo me gustas tú” – seguía riéndose pero de un momento a otro dejó de hacerlo.


~*~*~

Recuerdos de la conversación con Ryosuke iban a su mente, las cosas que le había dicho, no sabía cómo reaccionar en frente de él ahora. Quería y no quería que llegara el día lunes, pero de igual manera el fin de semana se le pasó rápido, ahora se dirigía a la escuela a paso lento, mirando a todos lados para no toparse con Ryosuke.

De repente escuchó como lo llamaban desde atrás pero no quería voltear, aun no se sentía preparado para verlo y hablarle, era algo estúpido pero no lo podía evitar. Aun así no adelantó el paso.

- Maldición. Corre que llegamos tarde – sintió como le tomaron la mano y se dio cuenta de que era Keito. Comenzaron a correr para llegar a tiempo.

Jadeando lograron entrar antes de que cerraran el portón. Yuto comenzó a reír al ver el estado en el que se encontraban, no era la primera vez que casi llegaban tarde. Keito no dijo nada, volvió a tomar su mano para irse juntos a su salón.

~*~*~
- ¿Qué te pasa?

- ¿Qué me pasa? ¿Quieres saber qué es lo que me pasa?, ¿por qué tenías que seguir cuando Inoo llego?, ¿por qué no te detuviste? Y sobre todo ¿por qué le dijiste todas esas cosas? – le preguntaba Chinen mientras le daba un golpe en el pecho por cada pregunta.

- ¡Ya detente! – tomó las manos de Chinen para que dejase de golpearlo – ¿de qué te preocupas?, no nos vio y tampoco sospecha nada, además – sonrió con un brillo en los ojos que Chinen conocía bastante – ¿no crees que fue más excitante? – le iba a dar un beso cuando Chinen lo piso – ¡AUCH!

- ¡Eso te mereces y más! ¡Y de castigo no tendré sexo contigo en un mes! – el mayor se sobresaltó

- ¡¿EN UN MES?! ¿No crees que sea mucho?

- Mmmm… una semana, solo si me dices qué hablaste con él – la mirada molesta de Chinen seguía intacta. Takaki dio un largo suspiro y se cargó en la pared.

- Solo hablamos de ti – Chinen se puso nervioso pero también contento por ser el tema de conversación – me preguntó qué debía hacer, que no sabía cómo mirarte, eso fue todo.

- ¿Eso fue todo? ¿No hablaron nada más? – el mayor negó con la cabeza – no me estas mintiendo ¿verdad? – volvió a negar con la cabeza – pensé que diría otra cosa – dijo bajito.

- Te dije que Inoo nunca se fijaría en ti.

- ¿Y por qué no? ¿Acaso soy feo? No me encuentras lindo, simpático, tierno, cariñoso – a medida que hablaba se acercaba cada vez más al alto, tomándolo de la cortaba para acercar más sus rostros. Takaki simplemente no respondía, esperaba probar esos labios. Pero Chinen no se lo permitió soltándolo para luego voltearse – bueno, eso era todo lo que quería hablar contigo así que bye bye, me voy a mi clase.

Como odiaba que hiciera eso, pero pronto se las cobraría mañana.


POV YUTO
Keito no me soltaba de la mano y yo no hacía nada para soltarlo tampoco.
- Tengo unas entradas gratis para el cine, vayamos juntos – le dije.

- Mmm… ¿al cine? ¿Por qué no vas con una chica? o mejor, ¿por qué no vas con tu nuevo amigo? – lo dijo tan molesto que me asustó.

- Que, ¿ahora me dirás que estas celoso?

- ¿Celoso? No estoy celoso – pude ver claramente que estaba sonrojado.

- Ay pero que lindo te ves así – rodeé con un brazo su cuello acercándolo a mi – si sabes que solo te quiero a ti, no estés celoso – comencé a reír escandalosamente pero Keito dejó de caminar y alcé la mirada.

- Hola – saludó a Ryosuke que estaba en frente de nosotros fuera de uno de los salones.

- Hola – le respondió el saludo, posó sus ojos en mí poniéndome nervioso – Hola Yuto.

- Hola Yamada – tomé de la mano a Keito para que camináramos, terminé arrastrándolo porque aprecia no reaccionar, pasé por su lado sin mirarlo ni decirle nada más. Cuando ya estuvimos dentro de nuestro salón y me senté en mi pupitre, Keito golpeó la mesa con la palma de sus manos llamando la atención de todos.

- ¿Él es Yamada? – me preguntó al oído, yo solo le respondí con un leve “si” – ¿y estuviste con él todo el tiempo? Es que no lo entiendo – suspiró con la mirada pérdida pareciendo buscar alguna respuesta.

- Solo lo supe el viernes – le dije para que dejara de mirarme así – te lo juro, me lo dijo ese día – parecía no creerme-

- ¿Y qué harás? – como me gustaría saber qué cosa hacer, éramos amigos y las cosas cambiaron tanto al saber su apellido.

- No lo sé – le respondí, no seguimos conversando porque el profesor ya había entrado al salón.


POV DAIKI
No podía dejar de buscar una respuesta a lo que había sucedido en el pasillo, pero ahora tenía una pequeña idea por el estado de ánimo de mi amigo. No pude tomar atención en toda la clase, me preocupaba mucho.
Se había pasado toda la clase haciendo círculos en su cuaderno. El profesor le llamó varias veces la atención pero Ryosuke parecía perdido, en la luna. El profesor se aburrió de tanto llamarle la atención así que solo lo dejó y siguió con la clase.

Como me gustaría saber qué es lo que piensa o ser yo el que lo distrae de las clases, ser yo el que este en sus pensamientos. Cuando la clase terminó Ryosuke seguía recostado sobre su pupitre haciendo garabatos en su cuaderno, la hoja ya casi toda rallada, no le quedaba casi ningún espacio en blanco.

- Ryosuke ¿qué es lo que te pasa? – estaba preocupado por él, no me respondió, estaba ido y yo estaba a punto de perder la paciencia, golpeé su mesa pero no reaccionó, solo escondió su rostro entre sus brazos -te juro que si estas así por ese troglodita iré a golpearlo me da igual lo que haya pasado – eso lo hizo reaccionar, levantó el rostro y me sonrió.

- Dai-chan ¿qué tienes de comer? – así que evitando el tema.

No importa Ryosuke averiguaré de todas formas qué sucedió entre ustedes dos, porque ese cambio de ánimo en ti no es normal.
FIN POV DAIKI


Ya había pasado una semana, Ryosuke y Yuto solo se veían a la hora de la cena. El menor aun estaba molesto y solo por una simple palabra que lo estaba desmoronando. Quería saber a quién amaba realmente Ryosuke pero no quería preguntárselo. Pasaba horas pensando en lo mismo sin llegar a ninguna parte.
Ryosuke sentía que cada día estaba más extraño, con ganas tremendas de ver a Yuto pero cada vez que preguntaba por él le decían que había ido a esquiar. Otra semana pasó y Ryosuke ya estaba mejor, por lo menos podía caminar sin estar cangándose de las cosas.

Sentía tremendas ganas de sentir a Yuto cerca de su cuerpo, poder besar esos labios que tanto había extrañado en dos semanas. Preguntó por él a una de las sirvientas, ésta le dijo que la última vez que lo había visto había sido en la piscina.
Caminó hasta llegar pero no lo vio en el agua ni en ninguna parte. Escuchó ruidos provenientes del camerino. Caminó sigilosamente, escuchando los sonidos cada vez más fuerte, estaba claro que eran gemidos pero, de quién?

- Ryu… - un gemido pronunciando el nombre de su hermano.

Se asomó, que demonios hacía Ryutaro teniendo sexo con un chico?!. Podía perfectamente ver al chico ya que estaba de espaldas cangado en la pared y Ryutaro frente a él tomándolo de las piernas, golpeando su cadera con la del desconocido, penetrándolo cada vez mas fuerte.

- Aaahh Ryu… ya no… - Ryutaro lo calló con besos fogosos introduciendo su lengua en la boca del otro.

Tres embestidas más y ambos se corrieron. Sus cuerpos perlados de sudor, sonriéndose torpemente. Se volvieron a besar antes de que Ryutaro saliera de él y lo bajara tomándolo de la cintura. Ryosuke ya no podía seguir ahí. Corrió hasta la habitación más cercana y ahí se encerró. Miró su entrepierna, ahora por la culpa de su hermano tenía un problema pero lo que más le inquietaba era su hermano, su pequeño hermano teniendo relaciones sexuales con otro chico, estaba seguro de haber visto a ese chico en alguna parte pero no lo recordaba.

- ¿Qué haces aquí? – se volteó encontrándose con Yuto – pensé que estabas durmiendo – dijo para volver a su lectura.

Cuando miró a todas direcciones se dio cuenta de que estaban en el despacho del padre de Yuto, eso era lo que pensaba ya que habían libreros, un gran escritorio y un gran ventanal, se podía ver la nieve caer, volvió a mirar al menor que estaba sentado en el sofá leyendo quien sabe qué cosa. Un silencio incomodo los invadía, Ryosuke no sabía que decir así que se le acercó y se sentó a su lado.

- Yuto – dijo cangando su espalda y cabeza en el respaldo del sofá.

- ¿Uhm? – dijo el otro sin siquiera mirarlo.

- ¿Por qué no fuiste a verme en dos semanas? – Aunque Yuto no lo notase Ryosuke estaba ansioso porque respondiera.

- Estaba ocupado – fue la simple respuesta que le dio, Ryosuke se sintió tan triste, no quería seguir hablando del tema porque de seguro Yuto le respondería fríamente otra vez.

- Me enseñaras a esquiar, ¿verdad? – se sentó bien mirándolo ahora al rostro. Yuto cerró el libro y lo miró.

- Tu pierna aun no…

- Ya está mejor, de verdad, enséñame a esquiar – pedía haciendo un puchero. Se veía muy tierno y aunque Yuto tratara de cambiar lo que sentía por él no podía, su cuerpo se estremeció al sentir las manos del mayor sobre su pecho y como poco a poco se iba acercando a sus labios. Era muy común en Ryosuke tener ese tipo de acercamiento hacia él. Lo tomó de los hombros y lo alejó.

- Esta bien, ¿te parece mañana? Ahora debo tomar un baño. Te veo luego – dijo mientras iba hacia la puerta, le sonrió antes de salir y cerró la puerta.

El mayor quería tocar sus labios y Yuto no se lo permitió. Le dolía el rechazo. Se quedó un momento solo en el despacho pensando hasta que la puerta se volvió abrir.

- Hermano – era Ryutaro pero no estaba solo, había un chico más bajo a su lado – ¿qué haces aquí y solo?

- Nada, ya me voy – pasó al lado de ellos y le sonrió al más bajo – pueden usar tranquilamente esta habitación aunque – los miró un momento – Ryutaro podrían usar tu habitación uno nunca sabe quién podría llegar – y se fue dejando a la pareja mirar sonrojados la puerta ya cerrada.

- Crees que nos vio? – preguntó el más bajo

- Quizás – dijo Ryutaro



La verdad es que no tenía ganas de volver a la habitación, había estado encerrado por dos semanas, necesitaba distraerse con algo. Caminó por los pasillos de la casa a paso lento mientras inspeccionaba los alrededores. Todo estaba tranquilo hasta que comenzó a sonar el timbre de la casa, no le tomó importancia y siguió caminando por los pasillos.

- ¿Es que acaso no hay nadie? – se preguntó, el timbre seguía sonando y aun nadie abría la puerta.

Bajó las escaleras y se acercó a la puerta, quien podría ser tan molesto como para seguir tocando el timbre con esa rapidez. De momento dejaron de tocar al timbre, no tenía pensado abrir, quien fuese que estuviera ahí afuera tenía que esperar porque él no tenía ganas de tomar la perilla.
“y si son mi madres… o los señores Nakajima” pensó “no, ellos están trabajando” seguía pensando quien podría ser “algún empleado?” no había ninguno en la casa, por algo ninguno fue abrir, pero si hace unos minutos estaban ahí. Lo pensó dos veces y decidió abrir la puerta para ver si aún seguía ahí la persona, asustándose al sentir un abrazo y un beso.



Estaba tranquilamente tomando un baño, tan relajado, pero el incesante sonido del timbre lo interrumpió. Se preguntaba porque ningún empleado abría la puerta. Tomó una toalla amarrándosela a la cintura y salió. Dejó de escuchar el incesante sonido del timbre de igual manera bajó y al momento de acercarse al salón donde estaba la entrada principal vio a Ryosuke abrir la puerta y… “pero qué demonios” se dijo internamente, qué hacía ese tipo abrazando y besando a su Ryosuke.

El castaño no reaccionó, solo se quedó quieto impresionado por el repentino beso del desconocido.

- Lamento interrumpir – dijo Yuto para que se separaran, cuando por fin el desconocido separó sus labios del mas bajo lo abrazó aun mas fuerte

- ¡Como te extrañe, veo que no creciste nada! Mejor así, te vez más lindo – ninguno de los otros dos entendía nada. Ryosuke se preguntaba quién demonios era, que le recordara nunca en su vida lo había visto en cambio Yuto pensaba que Ryosuke en sus días de ausencia se había conseguido a otro chico con el cual pasar su tiempo libre.

- ¡Un momento! – gritó el más bajo empujando al desconocido – ¿quién eres? – preguntó haciendo una mueca

- Si, ¿quién eres? – preguntó también Yuto con un tono de molestia mientras se acercaba a la pareja. Cuando Ryosuke se dio cuenta que solo llevaba una toalla y las gotas de agua se deslizaban por su cuerpo fue imposible dejar de mirarlo.

- Yu—Yuto por qué… - pero fue interrumpido por el desconocido.

- ¿Qué crees que haces? – Encaró a Yuto con una mirada fría al ver que alejaba a Ryosuke de su lado- ¡él es mío! – se lo arrebató para volver abrazarlo – Yuto han pasado doce años en que no nos hemos visto, te juro que no volveré a irme al extranjero y recuperaremos el tiempo perdido – Ryosuke no podía tener peor rostro… ¿él lo había llamado Yuto?... ¿recuperar tiempo perdido?... ¿qué significaba todo eso?

- Hermano – los tres giraron – ¿qué haces aquí? ¿Y por qué… -apuntó a Ryosuke – abrazas a Yamada-san?

- ¿Yamada? No seas tonto Yuri, el es Yuto – dijo con una sonrisa en los labios muy seguro de lo que decía. Yuto no aguantó más y los separó dejando al castaño detrás de su espalda.

- Kei no seas tonto- le dijo al reconocerlo- yo soy Yuto él es mi… - todos estaban atentos a lo que decía pero Yuto no sabía que decir, su mente trataba de buscar la palabra perfecta para describir su relación.

- Yamada Ryosuke – se presentó haciendo a un lado a Yuto para extender su mano sonriéndole.

Por toda la confusión había olvidado que ese lindo chico, alto y de cabello escuro lo había besado. Todo en silencio, Kei no reaccionaba, tenía una mirada seria. Por lo incomodo que se veía todo Ryosuke fingió una sonrisa y bajó el brazo pero de inmediato sintió que lo volvían abrazar.

- De ahora en adelante tú serás mi primo – dijo feliz

- Pero que dices, yo soy tu primo – decía Yuto con el seño fruncido, celoso de la forma en que se abrazaban, porque Ryosuke había correspondido el abrazo y no se veía para nada de incomodo.

- Si pero tú estas muy grande ya no eres ese adorable Yuto que conocí hace años, en cambio el se ve muy tierno.

- Hermano no creo que sea bueno que lo abraces de esa forma.

Ryosuke no se sentía para nada incomodo en los brazos del mayor por eso sin darse cuenta le había correspondido el abrazo, sintió un fuerte agarre en su nombro cuando Yuto trato de separarlos. Sus gritos junto con los de Kei se escuchaban por toda la casa y el castaño estaba perdiendo la paciencia. Molesto golpeó al pelinegro en el estomago haciendo que se retorciera por el golpe y empujó a Yuto.

- ¡¿Qué se creen ustedes dos?! ¡No soy un juguete! - dijo muy serio, subió las escaleras y se fue a su habitación. Todos estaban sorprendidos, Yuto y Ryutaro hace días no lo veían molesto, Yuri se preocupó por su hermano pero se asustó al ver esa mirada fría en su rostro.

- ¿Kei? – Lo llamó, el mayor lo miró y le sonrió

- Me quedare a dormir aquí – Yuto hizo una mueca – ¿en dónde está mi habitación? – no tenía problemas con que se quedara pero no quería volverlo a ver cerca de Ryosuke.


“Debemos terminar” eran las palabras que en ese momento me mataban por dentro, estaba enamorado “¿por qué?” le pregunte “ya no te amo” como dolía escuchar eso, escuchar esas palabras de la persona que has amado por casi tres años “¿por qué?...” volví a preguntar cuando volteó, pero esas palabras se las llevó el viento porque no pareció haberme escuchado.

Desde ese momento dejé de ser el de antes, la escuela iba como siempre, mis notas no bajaron, pero ya no hablaba con casi nadie. Yabu trataba de hacerme reír, cosa que en pocas ocasiones lograba, salíamos juntos en la noche o me presentaba otras chicas. Pero olvidarme de ella no podía, menos ahora que la veo con otro chico. La tiene tomada de la cintura y se ven felices. La odio, pero la amo. Ni yo me entiendo pero odio que haga ese tipo de cosas sabiendo que la observo.

- Inoo vamos a tomar algo – me sugiere Yabu, pero deseos de salir del salón no tengo, prefiero seguir mirándolos desde la ventana. Que masoquista soy.

- Ve tú, no quiero salir – no me insistió y en pocos segundos ya estaba solo en el salón.

Me pregunto por qué aun la quiero. Desvío la mirada hacia la entrada de la escuela, está lejos pero se puede ver que alguien viene entrando, junto con otra persona que viste adecuadamente. Se van acercando al edificio en donde me encuentro. El tipo le entrega un maletín al chico que está a su lado.

- Otro hijito de papá – murmuro, al parecer está perdido, sonrío burlándome de él.

¿Cuánto rato se quedará ahí de pie? Supongo que estará esperando a alguien.
Justamente era eso, veo como mi ex-novia corre a abrazarlo y el correspondiéndole. Estoy comenzando a sentir más celos.

- ¿Qué tanto miras? - escucho de repente, Yabu ya había llegado, no lo oí entrar – ¿quién es? - me pregunta mirando en mi misma dirección.

- No lo sé – respondo con evidente molestia.

Suena la campana anunciando el término del descanso. Iku toma de la mano aquel chico y se lo lleva. Al rato después entra ella y se sienta de lo más normal delante de mí. Después que terminó conmigo es indiferente, como si no me conociera.

La clase comienza, es tan aburrida que termino quedándome dormido. Un fuerte golpe en mi espalda me despierta.

- ¡No vuelvas hacer eso! - le grito a Yabu que no paraba de reír. No había nadie más en el salón que nosotros dos. Todos ya se habían ido almorzar pero la presencia de alguien más me hace mirar hacia la puerta, estaba ese chico que había visto esta mañana. Se asomó un poco más y nos miró.

- ¿Iku? - pregunta, esta demás decir que la busca a ella pero al no responder y solo mirarnos voltea y se va.

- ¿Quién crees que sea? - me pregunta Yabu. Yo solo ignoré su pregunta y me volví a recostar sobre la mesa.

Por fin las clases terminaron y vuelvo a casa, lo único que quería era cenar e irme a mi cuarto a descansar.
Mientras tomaba una ducha escuché a alguien entrar a mi cuarto.

- Hijo ¿estás ahí? - era mamá. Le grité desde la ducha y entró.

Dijo que hoy vendría el amigo de papá. Por desgracia eso implicaba verla de nuevo ya que ella era la hija mayor del amigo de papá. Ganas de cenar con ella presente no tenía pero si no lo hacía papá se molestaría conmigo.

Me vestí y bajé, al parecer ellos aun no llegaban así que decidí pasear un rato por el jardín. No muy lejos había un chico, me acerco para saber quién era y mi sorpresa fue grande cuando me di cuenta de que era ese chico nuevo. Me acerqué silenciosamente, al parecer aun no se percataba de mi presencia gracias a que el jardín no estaba completamente iluminado. Pero esta vez no parecía perdido.

- ¡¡Daiki!! - era Iku que llegó corriendo a su lado.

Me miró molesta, lo tomó de la mano y se fueron. Ahora con mayor razón quería saber quién era, pero si estaba aquí con Iku era porque también asistiría a la cena. No quise esperar por lo que me fui directo al comedor donde estaba papá y mamá junto con sus amigos. Saludé cordialmente a los señores Arioka, no por terminar con Iku sería descortés con ellos, pero ese chico e Iku no estaban por ninguna parte, así que me atreví a preguntar.

- ¿Dónde está Iku?

- Aquí estamos – acababa de entrar de la mano con ese chico, ¿acaso ahora le gustaban los menores?

- Inoo te quería presentar a mi hijo menor, Daiki. Hoy llegó de Inglaterra – sabía que Iku no era hija única, pensaba que tenía una hermana no un hermano por lo que me sorprendió. El chico solo me sonrío, no hablamos ya que la cena estaba servida y en su transcurso papá y el señor Arioka no dejaron de hablar de su hijo menor.

Después de aquella cena decidí ir a tomar aire fresco al jardín, tener a Iku frente me enfermaba y ponía triste, mas ahora saber que tenía una hermano, quizás tenía los mismos gustos que ella.

- Hola – escuché a mis espaldas por lo que volteé.

Titulo: Heart Melodies (Melodías del corazón)
Autor: Yop
Pareja: InooDai
Género: Slash
Extensión: Serial
Estado: Proceso
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Capitulo 1

Titulo: We can run (Nosotros podemos correr)
Autor: Yop
Pareja: ahí ven ustedes
Género: Slash, Angust
Extensión: Oneshot
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Ha llegado el día de irme y despedirme del pasado, me siento algo desconcertado ante lo que estoy a punto de hacer. Tome el autobús hacia la estación de tren, el viaje no fue muy largo pero recordar cada instante a tu lado y pensar que habíamos estado juntos una eternidad me hacia sentir triste, triste de que ahora jamas vuelva a verte a menos que el destino me de una mala pasada. Pensé en llamarte en la mañana antes de partir de casa pero sentía que no era lo correcto, no quería molestarte por mucho que quisiera que vinieras por mi y me detuvieras, me dijeras que me quedara a tu lado que aun me seguías amando después de lo que me dijiste hace una semana.

Lo único que llevo de compañía son las fotografías que cogí de mi álbum de fotos de nosotros dos, cuando nos veíamos felices juntos, esos días donde decías cuando me amabas y que siempre estaríamos juntos.

El tren ya a partido, ya es tarde, no estas aquí y este es el momento en que debo decirte adiós. Tomo las fotografías y las separo, nunca me creí capas de hacer algo como esto, solo me quedo con mi fotografía. Abro la ventana para dejar ir tu recuerdo junto con tu fotografía.

Dentro del tren que ya había comenzado su viaje comencé a llorar. Te deje al igual que a mi pueblo natal, no seré capaz de volver nunca mas, no podre volver a verte y creo que eso es lo mejor.

Los edificios de Tokyo no me dejan ver la luz del atardecer. Por muy arriba que este tampoco puedo ver las estrellas, estrellas que solíamos ver juntos. Cada día trato de olvidarte, lo intento pero no puedo.

Pasan los días, semanas, meses y aun no puedo, me cuesta tanto. Quisiera saber que pensaste cuando supiste de mi partida, como reaccionaste, si te sentías aliviado por no tener que volver a verme o estabas triste.

Aveces el destino da malas pasadas, hace unos minutos te vi pasar acompañado de una chica, ahora veo lo rápido que me olvidaste y lo bien que te hizo no volver a verme.
Por mucho que aguante mis lágrimas no las puedo retener por mas tiempo.

Definitivamente este si es el adiós, pero el adiós que tu me diste, porque yo jamas podre olvidarte. Me puedo ir del país, al otro lado del mundo pero aun así no te olvidare, fuiste y seras para siempre mi primer amor.

****

Estos días en que no hablamos por la estúpida discusión y los estúpidos celos que siento cada vez que el se te acerca te perdí. Quizás te perdí para siempre, aun no lo se, pero temo hablarte y que me ignores.

Se que te dije que ya no te amaba, pero mentí, siempre te he amado.
Estuve pensando en ti toda la noche. Quería recuperarte, quería volver abrazarte, quería estar contigo. Me dispuse a ir bien temprano a tu casa para hablar contigo, pero me quede dormido y cuando fui ya eran las 12 pasadas.
Corrí hasta tu casa, estaba ansioso por verte, pero tu madre me dio una mala noticia, habías pistado, te fuiste lejos de mi.

El tren partía a las 12:30 corrí, corrí dando todo de mi. Me dolía el corazón pensar que ya no te volvería a ver. Agitado llegue a la estación pero el tren ya había partido.
Algo me llamo la atención, camine y tome el papel entre mis manos. No pude evitarlo y comencé a llorar. Las lágrimas caían solas.

Tanto me odiabas como para haber partido nuestra fotografía apartándome de ti?. Tan tarde llegue para pedirte perdón?

Siempre que miraba las estrellas y no estabas a mi lado, aun así te podía sentir cerca, pero porque ahora cada ves que veo las estrellas te siento tan lejos?

Pasan días, semanas, meses y aun no puedo olvidarte. Quisiera saber que piensas ahora que no nos hemos vuelto a ver.
No se si el destino es cruel. Pero te vi pasan hace unos instantes con otro chico. Le sonreías tan abiertamente que sentí celos. Parece que de verdad me olvidaste e hiciste una vida con otra persona.

Definitivamente este si es el adiós, pero el adiós que tu me diste, porque yo jamas podre olvidarte. Puedo estar con miles de personas, pero aun así no te olvidare, fuiste y seras para siempre mi primer amor.

Ya te di por perdido así que lo mas probable es que vuelva al pueblo en donde nací.
****

Vivir solo en tokyo es difícil además extraño a mi familia, hace un año que no la veo al igual que a ti. Me pregunto si aun seguirás aquí en tokyo. Descarto esa idea de mi cabeza después de todo ese día estabas muy bien acompañado.

Volveré un día de estos a mi pueblo, no es mala idea.

Fin

En el otro reino el príncipe menor de la familia estaba como loco lanzando todas las cosas que se encontraban cerca de él a la persona que tenía en frente, su más preciado amigo. Keito no entendía muy bien que le sucedía pero tampoco se atrevía a preguntarle ya que temía que se enfureciera más.

- EN DONDE SE METIÓ!? – grito lanzando uno de los floreros al piso rompiéndose en mil pedazos – MALDICIÓN! – se tiro al piso derrotado, no sabía cómo estaría su más fiel sirviente, con el único que compartía cama y se envolvía en el más puro placer todas las noches.

- Ryosuke-san será mejor que…

- NO ME HABLES! – le grito a su amigo, nunca lo había hecho pero el miedo lo tenía alterado – voy a ir – dijo firmemente y corrió a buscar su caballo.

- Ryosuke-san a dónde vas!? – salió tras él pero el príncipe ya había tomado su caballo, saliendo a toda prisa del castillo.

No tomar provisiones para el camino fue una muy mala idea, llevaba dos días sin comida ni agua, el candente sol le estaba nublando la vista. Su caballo a penas caminaba con su peso encima. No muy lejos vio unos soldados con grandes banderines. No pudo más y se desmayo cayendo del caballo sin saber nada más del mundo.

Para cuando despertó se encontraba envuelto en unas suaves sabanas blancas y un pijama, no entendía nada, hace unos segundos –que habían sido para el – se encontraba agonizando de hambre y de sed pero ahora, estaba sobre una cama descansando en una habitación que le era completamente extraña. Entonces recordó los banderines que pudo divisar antes de desmayarse.

Se puso de pie y camino en dirección al balcón, casi cegándose con los rayos del sol, cubriéndose instantáneamente los ojos con su brazo. Todo afuera era muy lindo. Definitivamente este no era su reino, su gran jardín no tenia flores tan hermosas que las que habían ahí.

- que bueno que ya despertaste - se giro cautivándose al instante con la bella sonrisa de aquel joven que se encontraba a metros de distancia. Lo siguió con la mirada mientras el chico se acercaba a la cama y dejaba ropa – aquí tienes ropa limpia – le dijo sonriéndole.

- gracias, pero en donde estoy? – aun sin poder dejar de mirarlo se fue acercando lentamente hasta estar a su lado – yo solo recuerdo que iba en mi caballo y...

- te desmayaste, por lo que te traje aquí. No te podía dejar ahí o morirías

- oh, gracias – y sentir la penetrante mirada del chico lo hizo ruborizar

- ahora debo de ir hacer unas cosas, regresare pronto. Ordenare que te traigan algo de comer, ah, y una cosa, no salgas de la habitación, será mejor que descanses – ni siquiera espero respuesta del príncipe y cerro la puerta tras de si.

Ahora no sabia que hacer, estaba cansado pero no quería dormir. Tenia hambre pero no quería comer. Quería saber en donde estaba y para eso tendría que salir de la habitación, aunque el chico apuesto y alto le dijera que no debía salir no pudo quedarse esperando.

Se cambio de ropa y se dispuso a salir de la habitación. Tenia pensado que a la primera persona que viera le preguntaría que lugar era ese.
Caminaba lentamente por los pasillos del castillo admirando las estatuas y pinturas que se encontraban ahí. Cada que avanzaba se sorprendía mas de lo bello que era el lugar. Su castillo no se compraba con este.

Le pareció realmente extraño no encontrarse con nadie en todo lo que camino, hasta ya había encontrado una salida para ir al jardín. Miraba embelesado todo su alrededor. Habían muchas rosas blancas. No muy lejos vio a una doncella de pelo negro y a un alto joven rubio que le pareció conocido pero con la luz del sol no podía ver muy bien. A la chica no le pudo ver la cara ya que se encontraba de espaldas. Como por fin encontró a alguien camino en dirección en donde se encontraban pero un fuerte agarre en su muñeca izquierda lo hizo detenerse, volteándose al instante.

- que haces aquí? Deberías de estar descansando – era el joven apuesto que lo había salvado

- es que, quería salir un momento – bajo la mirada – no te molestes – le dijo aun mirando el piso

- esta bien, pero seria bueno que descansaras. La comida ya debe de estar en la habitación, vamos – haciendo un ligero movimiento con su mano, tomo la del príncipe Ryosuke, entrelazando los dedos haciéndolo ruborizar y avergonzado de que lo viera camino con la cabeza gacha sin dejar de mirar el piso, dejándose guiar.

~*~*~
- que sucede? – le pregunto el príncipe a su consorte
- uhmm nada, solo creí ver a alguien pero solo fue mi imaginación – le dijo sonriendo. Le tomo atención ahora a la rosa blanca que tenia entre las manos. Su cabeza se llenaba de recuerdos de mucho antes de llegar aquel castillo con el propósito de matar al primer príncipe.
- ver a quien? – tomo su mentón para que lo mirase pero el menor desvió la mirada. Ahora que recordaba al príncipe Ryosuke no podía evitar que su corazón latiera por el.

~*~*~
- ya te sientes mejor? – Ryosuke terminaba de comer dejando la bandeja a un lado de la cama. Desde que habían llegado a la habitación no había pronunciado ninguna palabra – te pregunte si…

- lo siento – lo miro a los ojos – pero debo irme, estoy buscando a alguien – se sentó al borde de la cama mirando su pies, moviéndolos inconscientemente mientras imágenes de esa persona iban a su mente.

- a quien buscas? – le pregunto el cuarto príncipe acercándose lentamente

- a una persona muy importante para mi – levanto la vista y el príncipe detuvo sus pasos – por eso no me puedo quedar aquí, debo ir al reino Moonlight y asegurarme que siga con vida – se puso de pie

- Moonlight dijiste? Pero si este es el reino Moonlight - un silencio se hizo en la habitación. Ryosuke pensando lo torpe que fue al no darse cuenta y Yuto esperando a que el otro reaccionara.

- t—tu eres…

- el tercer príncipe, el menor – respondió con simpleza. Ryosuke aun estaba sorprendido pero nunca pensó que el príncipe menor lo fuera a salvar de la muerte – estas bien? – le pregunto al ver como se formaba una sonrisa en sus labios

- entonces Yuya-sama esta aquí? Donde esta? Puedo hablar con el? – yuto no entendió ese extraño cambio de animo. Veía como los hermosos ojos del mas bajo brillaban de emoción.

- si, pero el… - no pudo terminar de hablar, Ryosuke salió a paso rápido de la habitación, comenzando a correr por los pasillos buscando alguna salida. Si aquel rubio era el príncipe Yuya quería volverlo a ver. Hace mucho no lo veía.

Estaba tan feliz que al bajar unos escalones tropezó torciéndose el tobillo. Dio contra el suelo y al instante se quejo por un ardor que sintió en la palma de sus manos. Pero no solo eso le dolía, el mentón también le ardía. Quería tocarse pero se vio las manos con unos cortes y un poco de tierra .

- te encuentras bien? – levanto la vista y por fin, por fin pudo ver esos hermosos cabellos dorados y esa hermosa sonrisa en los labios de su primer amor, pero encontrarse con el en una situación como esta era vergonzoso, estaba tirado en el piso boca abajo con las palmas y el mentón heridas.

El rubio lo ayudo a ponerse de pie. Sentía como su corazón estaba acelerado, su respiración irregular. Sus mejillas sonrojadas. La ultima vez que lo había visto, había sido cuando el príncipe cito su reino para anular el compromiso que tenia con su hermana. No se quería comprometer en matrimonio, eso dejo a su hermana muy mal ya que a ella también le gustaba.
Se quedaron en silencio mientras Ryosuke no podía dejar de mirarlo a los ojos y el rubio príncipe se estaba sintiendo un poco incomodo.

- amo Ryos... – pero en ese mismo instante en que Yuri diría su nombre se tapo la boca con una de sus manos. Ryosuke al instante miro hacia el lado.

- Yuri? – todo estaba en silencio. Ryosuke por fin lo había encontrado, por fin había dado con el. Yuri por su parte no sabia como reaccionar. En eso llega Yuto deteniendo de a poco su paso al ver a los tres de pie. Ryosuke estaba a punto de acercarse abrazarlo cuando uno de los brazos del rubio le impiden el paso.

- disculpe pero no puede tocar a mi consorte – dijo sonriendo.

Consorte? Había escuchado bien? Chinen era el consorte de su primer amor?

Miro a Yuri pero este desvío la vista al suelo. No entendía muy bien. Ese chico que estaba de espaldas al rubio era Yuri, aunque estuviese con ese pelo largo y ese kimono, definitivamente era el, lo podía reconocer con cualquier cosa que tuviese encima.

- Yu.. – trato de igual manera acercarse, necesitaba hablar con el.

- disculpa pero no escuchaste lo que te dije? – tomo su muñeca alejándolo

- que crees que haces? – le dijo al rubio – Yuri que haces aquí porque estas… - sintió dolor en su muñeca cuando Yuya la apretó.

- no fuiste tu mismo quien lo mando aquí? – confundido miro al rubio, el nunca había mandado a su consorte y fiel sirviente a ese reino. Trato de hablar pero el rubio se le adelanto – que no fuiste tu el que lo mando asesinarme? – le susurro al oído.

Ryosuke abrió enormemente los ojos. No sabia de que hablaba. El nunca mandaría a Yuri asesinar a alguien, menos a la persona de la que se suponía estaba enamorado. Sin esperar alguna respuesta empujo al joven príncipe tirándolo al piso y con un fuerte grito llamo a los soldados. Lo miro con recelo. Al momento en que los soldados llegaron mando a encarcelar a Ryosuke. Yuri no dijo nada, solo se quedo viendo como los soldados tomaban al príncipe y se lo llevaban. Estaba en shock, no sabia que hacer ni que decir.

- estas loco! Acaso no sabes quien es el!? – se acerco Yuto exaltado cuando vio a los soldados alejarse con Ryosuke forcejeando para que lo soltasen.

- claro que se quien es y será mejor que se quede encerrado por hoy, luego me encargare yo mismo de matarlo – dijo el rubio. El menor lo escucho claramente y reacciono.

- no puedes! No puedes hacer eso! – comenzó a gritarle

- que no puedo!? El te mando asesinarme, casi te matan por su culpa! Es mejor que el se muera! – la palma de la mano del menor hizo eco al dar fuertemente con la mejilla del rubio – pero que…

- no tienes derecho a elegir por encima de la vida de los demás! Tu no sabes nada! El no me mando asesinarte! Además… además… - las lágrimas comenzaban a brotar de sus ojos y su respiración agitarse – LO AMO! – dio por finalizada la frase. El rubio sintió una gran punzada en su corazón y como un nudo se formaba en su garganta.

- esta bien, mañana, al medio día puedes largarte con el, eres libre – y se fue después de decir aquello. Yuri pensó que todo eso era lo mejor para él y para el príncipe Ryosuke, pero aun así sentía una presión en el pecho y miedo al pensar que comenzaba a sentir por aquel rubio lo mismo que sentía por su príncipe.

Ryosuke forcejeaba una y otra vez para que lo soltaran. Gritaba que el era el príncipe de Sunlight pero aun así lo encerraron. No podía creer todo lo que estaba pasando y de lo que lo acusaba el rubio. Era la primera vez que lo trataban de esa forma, que nadie lo escuchara y le desobedecieran.

El olor que había era repugnante, se preguntaba cuantos hombres debieron morir en esas mazmorras, a cuantos habían torturado. Vio una rata pasar por su lado y se asusto.

- saquenme de aquí... por favor – odiaba la oscuridad. Temía el estar solo.

- estarás bien – esa voz la conocía, alzo la vista encontrándose con los grandes ojos del príncipe Yuto – puedes salir – le dijo luego de abrir la cerradura. Con temor Ryosuke se fue acercando, no sabia de lo que aquella persona seria capas de hacerle, si su hermano lo había mandado a encerrar y ahora lo dejaba libre era porque algo extraño había sucedido – no te haré daño – le dijo el mas alto.

- como creerte si eres su hermano, ni siquiera me escucho

- yo si lo haré – le dijo extendiéndole una mano

- no te creo, donde esta Yuri?

- te esta esperando en una alcoba, vamos – con tal de verlo acepto y tomo su mano.

Sintió un gran alivio al salir de ese sepulcral encierro. Caminaron hasta llegar a una de las habitaciones. Yuto le indico que entrara, cuando Ryosuke entro se quedo afuera vigilando que nadie los fuese a molestar.

- Yuri? - lo llamo el mayor cuando lo vio al lado de la cama con la mirada perdida – Yuri! - y corrió abrazarlo – porque te fuiste – le pregunto sin soltarlo – por que – pero el menor no podía responder a esa pregunta, no le podía decir la verdad.

Que mejor que evadir todo eso. Lo beso, lo beso como nunca antes porque extrañaba sus labios.

Titulo: Necesidad
Autor: Naru-chan
Pareja: Tegomass *O* (por cierto ¬¬ lo escribió para mi así que lo pongo aquí *w*)
Género: Slash
Extensión: Oneshot
Nota: Gracias naru por el tegomass te adoro!! me gusto mucho!!
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Ya era tanta la costumbre a su compañía que cuando no estaba realmente lo necesitaba.

Necesitaba su risa, sus locuras, su forma tan directa y hasta sádica de ser, necesitaba escucharlo cantar mientras se cambiaban en los vestidores y también verlo hacer berrinche cuando no consigue que Ryo le preste una de sus camisas, sabio de Ryo ya que siempre que se le presta ropa no corre con muy buena suerte.

A penas cruzo el portal de la puerta corrió hasta el baño y ahí se encerró, no se le hacia extraño excitarse con solo escuchar los gemidos de Daiki. Se sentía tontamente feliz con una sonrisa en los labios de solo pensar que el menor se había excitado con unos cuantos roces. Imaginaba como debía de estar él ahora.

Daiki sentía su espalda arder del calor que hacia, los rayos de sol estaban muy fuertes y si no fuera por el bloqueador su piel estaría muy roja y eso que solo llevaba ahí cinco minutos. “Bloqueador” susurro bajito, miro -aun acostado sobre el césped- que Inoo no se encontraba ahí “¿y si me escucho?” pensó, sus mejillas tornándose carmesí. Se puso de pie y entro a la casa buscando al mayor. Ni él se explicaba del por qué lo buscaba.

Subió al cuarto pero ahí no se encontraba, bajo las escaleras pasando por el baño, escuchando un sonido que le llamo la atención. Se acerco sigilosamente cargando su oído en la pared para escuchar mejor, pero, para su suerte al momento de cargarse en ella se abrió, dando directo al piso.

Todo paso muy rápido. Inoo con el short a medio bajar con su mano en su sexo. Él en el piso. Los dos mirándose. No sabia que hacer, si seguir mirando o irse corriendo. Opto por la segunda opción poniéndose rápidamente de pie para salir de ahí pero una mano lo jalo fuertemente de la muñeca. Un fuerte portazo junto con el sonido del seguro. Y ahora el se encontraba apoyado en la pared.

Estaba asustado, mirando fijamente a Inoo, no sabia que le diría para disculparse. Pero las palabras por su parte no hicieron falta, escucho un leve “lo siento” antes de sentir los tibios y húmedos labios besos que ahora Inoo le daba. Por inercia corespondió casi al instante. Hace días quería volver a sentir esos labios. Con los ojos cerrados, curioso por todo lo que estaba sintiendo, quería mas. Quería sentir mas de aquello. Abrió la boca para dar paso a la lengua del mayor.

Repentinamente su cabeza comenzó a doler e imágenes cortadas llegaban a su mente, el e Inoo besándose en un cubículo de baños que al parecer eran de un restauran, luego, el e Inoo en su casa sobre el sofá tratando de quitarse las ropas mientras se besaban.

-espera... detente... - pidió al sentir las manos del mayor apretar su trasero sin poder evitar gemir. El mayor se detuvo al instante.

-lo siento – le dijo alejándose completamente de él

-no hay problema – no sabia que decir, quería recordar mas pero no podía – Inoo... nosotros – hizo una pausa para mirarlo a los ojos, el otro impaciente por lo que el menor diría, esperando a que haya recordado algo – nosotros... eramos amigos con derecho? - termino de preguntar viendo la desilusión en el rostro del mayor

-que crees tu? - le dijo sin mucho animo

-no... yo no lo sé. Sé que me has dicho muchas veces que eramos... novios – se sonrojo por la palabra-

-da igual lo que te haya dicho, tu recuerdas algo? Recuerdas cosas con respecto a mi que hayan pasado antes del accidente?- quería escucharlo decir una respuesta afirmativa pero el menor se negaba a decirle la verdad primero quería estar cien por ciento seguro de lo que recordaba era cierto.

-no – cuando dijo aquello se arrepintió. Por la mejilla del mayor cayó una lágrima – por qué... - pero Inoo no lo dejo hablar

-sera mejor que vayamos con los demás – saco el seguro de la puerta y salio del baño

-espera Inoo – pero no se detuvo a mirar al menor que lo vio salir en dirección al patio.

Titulo: Good bye my love
Autor: Yuulove XD
Pareja: Okachii - TakaChii
Género: Slash, con un poquito de angst (mala para escribir cosas tristes)
Extensión: Oneshot
Nota: Esto fue por el cumpleaños de chinen XD mas vale tarde que nunca, no? Jojojo todo por naru. Espero que les guste u_u
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Hoy era un día especial para Chinen, hoy cumplía quince años pero nuevamente lo volvería a pasar solo en casa. Su madre trabajaba pero antes de irse le dejó una nota sobre la mesa deseándole un feliz cumpleaños y con un beso marcado en ella.

No sabía que hacer en un día como este. Tomó su celular para ver si le había llegado algún mensaje de sus amigos por su cumpleaños pero no había nada, solo un mensaje ya leído “lo siento, mañana estaré ocupado con un trabajo te prometo que el próximo fin de semana te compensare” cerró el mensaje y miró detenidamente la imagen que tenia de fondo. Sonrío y pensó en que aquella persona podría estar en casa estudiando, como siempre.

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