-sobre que? - no podía esperar, tenia que irme de ahí o lo tomaría aquí mismo.

-sobre... nosotros – la ultima palabra la dijo tan bajo que no pude entender.

-sobre que? - volví a preguntarle, el había bajado la mirada

-SOBRE NOSOTROS! – esta vez no hubo necesidad de volverle a preguntar, me lo había gritado en la cara. Se veía un poco molesto.

-ah... Ryosuke yo... ahora no por favor – se veía completamente decepcionado, comenzó a acercarse a mi. Oh dios, estaba temiendo de mi mismo – por favor – le dijo y voltee retirándome. Luego me arrepentiría pero primero tenia que encargarme del problema que tenia entre las piernas relajándome, olvidar todo ese espectáculo que presencié.

No me bañe, tome mis cosas y salí de ahí, no pare hasta llegar a casa, no podia dejar de recordar aquellas imágenes de Chinen y Takaki, no podía evitar pensar en que Ryosuke y yo eramos lo que estaban en aquella ducha.

POV Ryosuke
Me acerque a él, se veía un poco extraño, la idea de que ya no sintiera algo por mi me invadió. Al momento en que iba a tomar su brazo dio un paso hacia atrás.

-por favor – me dijo volteando, no dijo nada mas y comenzó a caminar rápidamente. No podía rendirme, no ahora. Después de tantas cosas por las que pase no lo dejaría ir.

En silencio y escondiéndome de vez en cuando, guardando cierta distancia entre nosotros lo seguí hasta su casa. Cuando se detuvo frente a su casa y comenzó a buscar las llaves me acerque casi corriendo diciendo su nombre para que mirara en mi dirección.

----

POV Chinen
Cuando el ensayo acabó tome mis cosas rápidamente para irme. No quería estar mas ahí. Alguien jalo de mi brazo, por poco y caigo por el mal paso que si. Mire aquella persona pero no me dejo hablar jalándome del brazo por los pasillos.

-que crees que haces? - le pregunte, me llevaba casi corriendo, sus pasos eran rápidos y mucho mas largos que los mios.

-debemos hablar – me dijo sin desviar la vista del camino. Pero se detuvo tan bruscamente que llegue a chocar con su espalda – respondeme con la verdad – lo mire mientras sobaba mi nariz por el golpe que me di – me amas?, aun me amas?

-si, yo... - pero no me dejo terminar. Me beso. Como echaba de menos sus labios, tan suaves.

Respondía a cada uno de sus besos los cuales se volvían cada bes mas profundos. Me jalo de la cintura hacia uno de los baños que quedaban no muy lejos de los que solíamos ocupar. Entramos y tiramos nuestras cosas al piso.

-te amo – un beso – perdoname por todo – otro beso
-tu perdoname... a mi – me separe de él mirándolo a los ojos – yo tengo la culpa de todo lo que paso, si tan solo...
-shh no digas nada mas – y volvió a besarme con esa intensidad que me hacia temblar las piernas.

Sentía sus manos tocar mi cuerpo y como mis ropas iban cayendo junto con las de él. Yo solo lo abrazaba para no dejar de besarlo. Al darme cuenta que los dos estábamos completamente desnudos mire para todas partes, recordando en donde era que estábamos, quise alejarme pero no me lo permitió. Me jalo de la cintura hasta las duchas, besando mi cuello. No podía evitar suspirar, me estaba excitando sentir sus labios sobre mi piel, sus manos acariciar mi cuerpo.

De un momento a otro Takaki abrió la llave del agua dejando que nos mojara a ambos.

-aahh...Ta—Takaki… detente – gemí al sentir como tomó de improvisto mi miembro jugando con el. Me mordí el labio para retener cualquier gemido, volví a tratar de alejarme de él pero no lo lograba. Si alguien nos escuchaba pasaría la peor vergüenza del mundo.

-Ta—Takaki... aquí no – le dije pero no quería soltarme.

-no pareces querer que me detenga – me miraba seductoramente sin dejar de acariciar mi miembro. Con su espalda un poco erguida hacia adelante para estar a mi altura.

Fue besando mi cuello como si fuera algo tan delicioso que le gustaba degustar con su lengua y labios al succionar mi piel. Al pasar su lengua por una de mis tetillas lo hizo mirándome a los ojos, amenazando con morderme. Abrí la boca para quejarme pero solo sonrió y cuando pensé que desistiría de esa idea lo succiono haciendome estremecer, gemir por lo bien que se sintió y moví mi pecho unos centímetros hacia adelante.

-Takaki - trate de besarlo pero no me lo permitia, corría el rostro cada que me acercaba. Mi impaciencia crecía con sus lentos movimientos sobre mi miembro y esos besos con parsimonia sobre mi piel.

Descendió con besos hasta mi ombligo introduciendo su lengua en el. Me deje caer, resbalando mi espalda por el azulejo de la pared, pero en un suave agarre se acerco mas a mi para quedar ahora sobre tus piernas. No dejo de atenderme y por fin pude probar una vez mas sus labios. Me aferre a su cuello, enredando mis dedos en su cabello mojado.

----
POV Yuto
No podía encontrar las llaves en mi bolso y cuando por fin di con ellas escuche su voz y de inmediato lo mire.

-que haces aquí? - fue lo primero que le dije al verlo, no lo podía negar, estaba un poco molesto. Me había seguido!

-te dije que teníamos que hablar - se acercaba cada vez mas a mi sin dejar de mirarme y percatándome que sus mejillas estaban sonrojadas.

-te dije que hoy no, no podías esperar hasta mañana? - volví mi vista a mi bolso donde dentro tenia metida la mano, empuñando las llaves.

-no, no podía esperar - unos segundos de silencio se hicieron presentes después de aquello.

-Yuto? - levanté la vista y en la puerta de la casa estaba mi madre. ¿Qué hacia a estas horas en casa? - oh, Yamada. Pero que hacen ahí, pasen - se acerco a la reja y nos abrió. Entre a casa sin mirar hacia atrás, por los pasos que se escuchaban aparte de mi madre, Ryosuke también había entrado - que bueno que llegaron antes de irme. Hijo no dejes tus cosas tiradas aquí, dejalas en tu habitación.

Solté un suspiro justo cuando iba a dejar el bolso sobre uno de los sofás. No me dio de otra y subí hasta mi habitación. Una vez mas ignore a Ryosuke. Al entrar a mi habitación cerré la puerta y me tire a la cama. Podía escuchar murmullos provenientes de la primera planta.

-Yuto, tu madre nos dejo muchos postres antes de irse - entró como si nada con una bandeja en las manos y la dejo a mi lado en la cama. Me acomode quedando sentado y apoyando mi espalda en la pared, miré uno de los tantos postres que habían y tome uno - no! ese es mio - no tuve ni tiempo de decir algo cuando me lo quito.

Me le quede mirando mientras comía y sonreía.

-de que quieres hablar - miré mis manos mientras jugaba con la cuchara.

-te quiero - y como si fuera algo tan fácil de decir lo soltó. Las palabras que siempre había esperado me las había dicho, pero esto no era tan simple.

-y Daiki? no deberías de estar con el?

-terminamos - en su tono de voz no se denotaba nada de tristeza ni arrepentimiento - Yuto... ya no me quieres? - esta vez si sonó triste. Sentí una caricia en mi mejilla obligandome a mirarlo - si ya no me quieres dímelo, pero si.. - no lo deje continuar. Lo bese por segunda vez siendo correspondido. Quise besarlo con mas profundidad pero la posición era incomoda así que me moví torpemente tirando la bandeja de postres al piso. Ryosuke trato de alejarse pero no se lo permiti, le quite el postre de las manos y al igual que los otros cayó al piso. Lo recoste en la cama posicionandome sobre él y entre sus piernas.

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POV Yuri

-demonios - estaba tan excitado y Takaki había dejado de atenderme para acariciar mis piernas.

-no seas grosero - me dijo rozando mis labios.

-no estas satisfecho de tanta espera? Ya solo hazlo - le ordene con el seño fruncido, él solo sonrió y me levantó un poco - hmm no juegues conmigo.. solo aaahh - lo sentí entrar tan lentamente, sin ninguna preparación. Deje de respirar por un momento hasta volver a quejarme al sentir como entraba completamente.

Continuará...

Lo siento .-. tengo que irme a clases D: VOY ATRASADA!!!
Le perdí el hilo a esta historia así que D: no se que mas pondré *le tira un plátano a la Mymi* ¬¬

*Haciendo publicidad*

Leanse:
Y soñé despierto [InooDai] Paoki |Link|
Double pack [TakaChii / Yabutaro] Mymi |Link|

X'DDD
Se les quiere!

See you~


Titulo: Destiny (Destino)
Autor: :'D
Pareja: TakaChii
Género: amm no sé si esto es Angst D: ustedes me lo dicen y lo pongo

Resumen: Yuya, tras la gran pérdida de su gran amor, decide irse y abandonar todo para borrar sus recuerdos y no sumergirse en la depresión. Pero después de un tiempo ante sus ojos aparece un chico que tiene un peculiar colgante en el cuello, del cual está seguro es de su difunta novia.

Nota de Yo: Esto es algo Romantico .>:D así que no pidan Lemon porque quiero saber hasta donde puedo soportar sin poner algo subido de tono X'D
No me digan que no esta lindo el banner :'D Yuri sale precioso asdasdasd Mymi i love you~


Prefacio
Capitulo 1
Capitulo 2

El viento soplaba y las olas arremetían contra las rocas como si quisiesen abrirse paso entre ellas. Ese silbido que se producía por el viento solo lo asimilaba a tu voz, como si fuesen susurros dirigidos hacia mi, palabras que quieres decirme pero no puedo entenderlas porque solo son murmullos.

Aun no comienza el atardecer, pero anhelo verlo junto a ti, tomarte de la mano y abrazarte, estrecharte entre mis brazos para sentir tu calor, sentir que estas conmigo y por siempre será así.

El atardecer es muy bello, pero no como tu sonrisa, tu sonrisa es lo mas bello en este mundo y tu voz la melodía mas hermosa que pueda existir.

Suspiro pensando cuando te volveré a ver mientras acaricio el anillo que me diste aquella vez, la evidencia del juramente de nuestro amor eterno, nuestras vidas por siempre unidas. Como te amo. Te amo tanto que mi vida sin ti sería algo sin importancia, no tendría sentido alguno.

Algo húmedo cae por mi mejilla. Otra vez...

"- Yukino no me dejes, Yukino respóndeme!!"

Sonrió con falsedad. ¿Cuando dejaré de engañarme?

"Lloraba como nunca antes, gritaba tu nombre pero tu parecías no escucharme. Los paramédicos te alejaron de mi, llevándote sobre una camilla con una mascarilla de oxigeno. Tus ojos estaban cerrados y parecías no respirar.

- Yukino dijiste que estaríamos por siempre juntos! - te gritaba desde afuera, golpeando incesantemente la puerta que nos separaba - ¡¡Yukino!!"


¿Cuanto tiempo llevo aquí de pie?
A comenzado el atardecer y tu aun no llegas.

"- la paciente no está estable, por favor no entre - una de las enfermeras a tu cuidado intentaba detenerme pero si no te veía moriría sin saber de ti-

Cuando entré te vi otra vez sobre una camilla. La mascarilla cubriendo tu boca y nariz, y el sonido de las maquinas me aseguraban que tu corazón aun palpitaba con normalidad.

- Yu... Yukino... - pronuncié tu nombre con pausas por el nudo que se había formado en mi garganta, que no me dejaba hablar con fluidez por verte en aquel estado deplorable.

¿Por qué llegamos a esto?"


Mis ojos duelen al ver el sol, es hermoso, pareciese que se sumerge en el mar, mezclando los colores rojo y amarillo, y el reflejo brillando sobre el mar que lo distorsiona por su movimiento en las aguas.

"Mi corazón se oprimía cada vez mas y las lágrimas fluían contra mi voluntad.

Me duele. No quiero este destino.

- Yu... ya - un susurro... pude escucharlo. Abriste lentamente tus ojos y gimoteé.

- Yukino - tomé una de tus manos y acaricié tu rostro. Con lentitud levantaste aquella mano, extendiéndola para también acariciar mi mejilla. Sonreíste al sentir la humedad de mis lágrimas.

Me duele. Odio este destino.

- no llores - no dejaste de sonreír mientras me mirabas, pero, ¿cómo no llorar? - Yuya... - mordí mis labios para no llorar fuertemente por escuchar tu débil voz - te amo... - iba a decirte que yo también te amaba, pero continuaste sin darme la oportunidad de hacerlo - te lo digo ahora por si luego no puedo hacerlo - aquello me dolió tanto que comencé a llorar, dejándome llevar por el profundo dolor en mi pecho.

Una última sonrisa.
Una última caricia de tus dedos en mi mejilla.


Cerraste tus ojos..."


- Yukino ¿Estás conmigo? - Una última lágrima.

El anillo ahora en mi palma. Esas hermosas iníciales de nuestros nombres grabadas en el. No quiero olvidarte pero no puedo seguir así. No me quieres ver derrotado, verdad? Si hago esto es por mi bien, verdad? Tu estás de acuerdo?

Miro el cielo pensando que desde ahí me miras, ese cielo que muestra la primera estrella.

¿Aquella estrella eres tu? Siempre estarás para mi?

- ¿Por qué me mentiste?... - cierro fuertemente los ojos al sentir aquel ardor. Miro el anillo por última vez.

¿Puedo odiarte?

Lanzo aquel único recuerdo al mar, donde nunca pueda encontrarlo, aunque lo busque por años se que no lo encontraré.

- Te amo - las últimas palabras, el último susurro y el último atardecer juntos.


..................

D: quedo raro?
Les gustó?



Titulo: Infidelities (Infidelidades)
Autor: -3-
Pareja: TakaChii
Género: Slash, Lime
Extensión: Oneshot
Nota: Gracias Naru *w*
Nota: Pre-cuela de Forgirve me?
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Levaba allí sentado más de dos horas esperando a que apareciera el último integrande del grupo. Todos los demás ya estaban en la casa de Nakajima, donde habían quedado en verse. De seguro ya todos estaban disfrutando de la deliciosa comida que había preparado la madre de Yuto, especialmente para ellos.

Seguía en el mismo lugar esperando al irresponsable de Takaki. Miró su reloj pulsera una vez más, 3:25 pm. Supiró ya poniéndose de pie completamente resignado a que el mayor apareciera.

Titulo: Tell me why
Autor: Yuuki
Pareja: TegoMass
Género: Lemon y no sé que más.
Extensión: Oneshot
Nota: OMG!!! mi primer fanfic Tegomass *0* es un asco pero lo hice con mucho, mucho, mucho amor *v*


Masuda se encontraba en la casa de Tegoshi supuestamente para ver una película juntos, el menor había decidido ir por las palomitas de maíz que se encontraban en la microondas, hace días estaba atonjado de comer palomitas y esta era su oportunidad de hacerlo y que mejor que viendo una pelicula con su amigo.

Cuando volvió a la habitación a penas abrió la puerta sintió que lo jalaban fuertemente del brazo haciendolo soltar el bol de las palomitas, que en menos de dos segundos se esparcieron por el piso.

Cayó sobre la cama boca arriba y al abrir los ojos Masuda se encontraba sobre el mirándolo a los ojos, se notaba agitado. Quería preguntar por qué hacia eso pero más no pudo porque el mayor capturo sus labios robándole el aire en aquel beso hambriento.

Forcejeó, pero aun así no podía sacárselo de encima. Volvió a intentarlo y lo único que logro al moverse fue que Masuda colara una mano entre sus cuerpos para apretar su entrepierna causándole así soltar un gemido. El mayor aprovecho de introducir su lengua mientras volvía apretar ese bulto que se comenzaba a formar bajo los pantalones de Tegoshi.

Tenia calor, estaba sintiendo demasiado calor y comenzaba a excitarse con lo salvaje que estaba siendo Masuda. Acababa de morder su labio inferior y eso le excitaba aun más. Jadeando se separaron un poco dejando sus labios rozarse. Se miraron a los ojos, el mayor vio la pequeña herida que le había hecho al morderlo y la lamió. Movió su mano que estaba aun posada sobre el miembro de Tegoshi y sonrió lascivamente.

-estas duro – al escucharlo se sonrojo mas de lo debido pero gracias a que las luces estaban apagadas y lo único que alumbraba la habitación era el televisor el mayor no se pudo dar cuenta.

-por qué lo haces? - pero Masuda no le respondió y volvió a besarlo pero esta vez suave y pausadamente haciendo el momento algo tierno.

Muchas veces se imagino con su mejor amigo besándose, imágenes que creaba para poder calmar las ganas que siempre tenia al ver sus carnosos labios. Desviar la mirada cada vez que se cambiaban para no fantasear con ese esculpido cuerpo que tenia Masuda y que siempre escondía bajo sus poleras sueltas.

Pero quería hacerse el que no sabia nada, aunque esa era la verdad, no sabía que el mayor se sentía atraído hacia el de esa forma, no tan diferente a como a él le gustaba.

Se removió bajo su cuerpo levantando un poco la cabeza para profundizar un poco mas el beso, logrando que lo dejara hacer lo que quisiera. Voltearon posiciones quedando ahora él arriba cortando el delicioso beso.

-por qué lo haces? - le volvió a preguntar pero al ver que Masuda volvería hacer lo mismo cubrió esa deliciosa boca con una de sus manos - quiero saberlo - con lentitud retiro la mano dejándola al lado de la cabeza del otro para apoyarse en la cama.

-es tan difícil adivinarlo? - sin dejarlo responder ni que le pidiese mas explicaciones lo tomo de ambos lados de la cara y beso sus labios. Yuya no se resistió y respondió gustoso acomodandose bien sobre el, dejando las piernas a cada lado de su cuerpo.

-uhmm - Masuda había tomado su trasero acercándolo mas a su cuerpo, causando una fricción que el menor no estaba dispuesto a aguantar por mucho tiempo. Yuya impaciente trato de quitarse la ropa comenzando por su polera y quitándole la suya a Masuda.

Se desenvolvían en besos y caricias. Respiraciones agitadas, los dos queriendo tomar el control, volteando posiciones cada segundo. Tegoshi aburriéndose de aquello disidió por quedarse bajo el cuerpo que lo hacia excitarse aun mas con esa mano introducida bajo su ropa interior. Jadeaba lebantando su cadera cada vez que sentia la mano de Masuda llegar a la punta de su miembro.

-quitatelo - le pidió cuando había logrado desabrochar el pantalón de Masuda, que no demoro en quitarse completamente y quitarle a Tegoshi los suyos.

El momento era tan especial para los dos que comenzaron a besarse pero pausadamente mirándose a los ojos. Los dulces y húmedos besos bajaron por el cuello de Tegoshi.
Le encantaba la sensación en su piel al sentir esos labios carnosos tocarla o esa traviesa lengua lamer su piel. Quería seguir sintiendo aquello pero mas quería volver a tener esos labios entre los suyos.

Ambos recostados de costado, uno al lado del otro con sus dedos entrelazados. Tegoshi se soltó acercando aquella mano a su boca para lamer sus dedos y chuparlos, excitando al mayor que mordía sus labios conteniendo las ganas de poseerlo así nada mas.
Sus labios succionaban sus dedos y su lengua los lamia por dentro de su boca.

Al creer estar listo librero sus dedos y Masuda los dirigió a su entrada. Yuya levantó su pierna dejándola sobre la cadera del mayor y volvió a tomar sus labios empujándolo un poco hacia atras para quedar ahora completamente sobre el. De improvisto Masuda introdujo uno de sus dedos causando que Tegoshi moviera sus caderas hacia adelante haciendo la fricción de sus miembros aun mas delirante. Trataba de acostumbrarse y concentrarse en lo que esos dedos le hacían sentir. Masuda lo estaba besando mas por distracción, no sabia si Tegoshi sentia dolor ya que no emitía ningún otro sonido que no fueran jadeos, escondiendo su rostro entre su cuello y hombro, sintiendo su respiración agitada golpear con su piel. Introdujo el segundo dedo ahora escuchando un leve quejido. No se detuvo, continuó moviéndolos circularmente y de adentro hacia afuera.

Querían que ese momento fuera eterno. Tegoshi retiro los dedos y levantó la cabeza para besar su cuello. Ya no lo soportaría por mucho tiempo, su cuerpo estaba casi en el orgasmo y su miembro ya dolía. Se enderezo y tomo el miembro de Masuda masturbándolo un poco. Jugo con el en su entrada. Lo miraba travieso mientras lo rozaba y le hacia pensar que dejaría penetrarlo. Estaba a punto de protestarle cuando de a poco fue sintiendo la estrechez en su miembro. Tegoshi estaba demasiado estrecho y eso podría causar problemas. Veía su rostro ya no tan feliz como hace unos segundos. No quería salir de su interior así que tomo su miembro comenzando a masturbarlo escuchando al instante esos gemidos casi quejidos. Lo apretó aun mas e inconscientemente Tegoshi movió sus caderas sacándole un gemido.

-ahhh... uhmm Masuda - al carajo el dolor que sentía. Comenzó a moverse en forma de saltos causando un sonido constante cuando sus pieles chocaban. Tegoshi gemía cada vez mas fuerte al sentir como ese pedazo de carne entraba y salia de él. Era una sensación que no sabria describir muy bien.

Masuda se incorporo un poco extendiendo su brazo para tomarlo de la nuca y besarlo dificultosamente.

-aaahhh Tegoshi... - Se sentía al punto del orgasmo. Su cuerpo pedía por un movimiento mas frenético. Tomo las caderas del menor levantandolo un poco y saliendo de él. Tegoshi lo miro preguntándole con la mirada el por qué se detenía, pero pronto no necesito respuesta al ser salvajemente empujado hacia el lado con el mayor sobre el penetrandolo tan fuerte que grito.

Masuda abrió sus piernas tomándolo de los muslos y se cargo hacia adelante penetrandolo lenta pero fuertemente, Tegoshi se agarraba de lo que tuviera cerca.

-aahh dios! - Gemía fuertemente con los ojos cerrados y la cabeza levemente hacia atrás. Sus manos apretaban la almohada y sus dientes mordían su labio inferior.

-Tego.. - ese apodo había sonado tan erótico con esa voz masculina y excitada que abrió los ojos para mirarlo. Tenia los ojos entreabiertos, sus labios separados dejando salir esos exquisitos gemidos que solo le pertenecian a él.

Soltó una de sus piernas y se inclino hacia adelante siendo recibido por esos brazos que lo acercaron aun mas a su cuerpo desde el cuello. Se besaron lujuriosamente al sentir una y otra vez como Masuda entraba y salia a una velocidad y con penetraciones certeras. Como las paredes del menor lo apretaban y succionaban su miembro. Una, dos embestidas y Tegoshi se corrió. Masuda soltó su otra piernas y apoyó los brazos a ambos lados de su cabeza. Lo abrazo de la cadera con sus piernas hasta que sintió su esencia esparcirse en su interior.

Masuda se dejo caer sobre el agotado y casi sin aliento. No se dijeron nada hasta que sus respiraciones se regularon. Luego de salir de su interior ambos se quedaron mirando el techo y las formas que se hacían por el efecto de la luz del televisor que aun permanecía encendido y con el volumen alto, pero que en ningún momento recordaban haber escuchado en su acto. Tegoshi soltó una risita y ladeo su cabeza para mirarlo.

-no soy adivino, ahora me dirás el por qué? - Masuda lo miro y se giro un poco para abrazarlo de la cintura y atraerlo a su cuerpo.

-te quiero - dijo sobre sus labios. Tegoshi lo miro unos segundo y lo beso abrazándolo del cuello.

-estuvo bien - Masuda lo miro con el seño fruncido.

-estuvo bien? eso es lo único que me vas a decir? Dame otra respuesta - Tegoshi se incorporo sobre la cama y fue recogiendo su ropa del piso.

-mmm... tendrás que esforzarte mucho para que te diga lo que siento - se puso su ropa interior pero cuando pretendía ponerse los pantalones Masuda lo jalo de la muñeca cayendo sobre la cama.

-no juegues conmigo y dame una respuesta - volvió a soltar una risita dejándolo perplejo - acaso tu...

-sshh.. - hizo aquel sonido silenciandolo con uno de sus dedos - te quiero

Ambos sonrieron antes de besarse y envolverse con sus brazos. Les esperaban dulces y ardientes momentos que seguirían disfrutando porque ninguno pretendía alejarse del otro, no por ahora. Quien sabe si mas a futuro sus destinos fueran a cambiar y los separara pero ahora eso aun nadie lo podía prever.

Fin

POV Yuya
- ¡¿Qué creen que hacen?! - les grité a ambos.

Es que no lo podía creer. Kei besando a Yuri en pleno patio de la escuela. Es que ganas de partirle la cara no me faltaban. Yuri es mío, cómo se atrevía tan solo a tocarlo.
El pequeño me miraba entre asustado y asombrado por mi reacción, ¿pero es que acaso no se daba cuenta de la gravedad de lo que sucedía?

- ¡¿Qué crees que haces tú?! – me dijo entonces, soltándose de mi agarre reaccionando molesto. No lo tomé mucho en cuenta y me fui contra Kei que aun permanecía en el piso pero agarrándolo de la camisa lo puse de pie.

- ¡¿A qué quieres jugar?! – le grité realmente molesto. Si no fuera por Yuri que me sostenía la mano ya lo hubiera golpeado.

- ¡Yah! ¡Takaki basta! ¡¡No es lo que crees!! – ¿qué no era lo que creía? Pero en qué demonios estaba pensando Yuri, que tan solo Kei lo besara no quería decir que lo quisiera.

- ¡Demonios! ¡¿Yuya, pero qué es lo que te pasa?! - já, es qué acaso podía ser tan idiota, cómo no darse cuenta. Meterse con las cosas ajenas no le traería buena suerte. Trató de que lo soltara mientras Yuri aun me tenía agarrado del brazo.

- ¡No eres más que un maldito! - le grité - ¡Solo eres basura!

Kei se soltó de mi agarre y al momento sentí un golpe en la mejilla. No me quedé atrás. Le lancé un golpe en la mandíbula haciendo que comenzara a sangra su labio inferior. Se tocó el labio y me miró furioso, con esa miraba que nunca parecía querer perder ante nada, era en eso que nos parecíamos tanto.

- ¡¡Yah no peleen!! – Yuri lo abrazó y me miró molesto - ¡¿pero qué demonios te pasa?! – no lo podía creer estaba a su lado y no conmigo.

~*~*~*~*~

POV Yuri
Me aterré al ver el rostro de Takaki. Sé que nunca pensó que Inoo podría corresponderme pero en vez de estar molesto debería de estar feliz por mí. Al verlos pelearse me asusté y corrí donde Inoo para abrazarlo y que dejasen de pelear pero cuando le grité a Takaki pude ver en su rostro un poco de tristeza y molestia.

Se mordió el labio y apretó sus puños. Vi una herida en su labio inferior y me preocupé pero no sabía que decirle, quería acercarme pero me daba miedo hacerlo, nunca lo vi reaccionar así. Y sin decir o dar explicación alguna se fue fastidiado, si no fuera porque el labio de Inoo también sangraba, hubiera ido tras él para que me diese unas buenas explicaciones.

- ¿Estás bien? – le pregunté.

- Sí, ¿pero qué le pasa? – volvió a tocar su labio y lo tomé de la otra mano para irnos a la enfermería.

La señora que estaba de turno nos preguntó que había pasado, yo estaba dispuesto a decir lo de la pelea pero Inoo solo dijo que se cayó y se cortó el labio al caer. Justo en ese momento sonó el timbre para volver a clases. La enfermera me dijo que me fuera, que Inoo se quedaría para terminar de curarle la herida. Me despedí de él antes de cerrar la puerta.

Caminé lentamente por los pasillos sumido en mis pensamientos, aun pensando en la rara reacción de Takaki. Pero yo también me preguntaba por qué Inoo me estaba besando. No pude evitar sonrojarme de solo volver a imaginar su rostro tan cerca y nuestros labios juntos. Es que el cosquilleo que sentí en mi estomago por lo nervioso que estaba fue tan fuerte, pero después de que llegase Takaki cambió a un dolor por el miedo que sentí.

- ¡Ey, Takaki espérame! – escuché un grito no muy lejos. Miré por el ventanal y era un chico que corría detrás de Takaki.

Sin dudarlo salí tras ellos, el chico seguía llamándolo, pero Takaki no se volteó en ningún momento. Me escondí detrás del basurero cuando comenzaron a discutir, no les entendía lo que hablaban pero la discusión terminó rápido, el chico salió en dirección contraria a la que tomó Takaki. Lo seguí y vi como subía las escaleras quizás rumbo a la azotea.


~*~*~*~*~

POV Yuto
La hora del almuerzo me la pasé hablando con Keito, no vi a Ryosuke por el patio. Aunque me negase a mí mismo a no verlo ni hablarle, por el fondo quería hacerlo y al escuchar el timbre que anunciaba la vuelta a clases me decepcioné.

- ¿Cuándo iremos al cine? – me preguntó Keito cuando ya estábamos en nuestros asientos.

- ¿Te parece si hoy después de clases? – quería olvidarme de lo sucedido y como remedio podría hoy ver la película junto a mi mejor amigo.

- Está bien - me dijo sonriendo.



~*~*~*~*


Yuri seguía sigilosamente a Takaki mientras subía las escaleras. Escuchó la puerta de la azotea cerrarse y subió corriendo hasta quedar frente a frente a la única puerta que los separaba. Takaki estaba al otro lado cargando su espalda en ella, cubriendo sus ojos con una de sus manos.

Aun tenía ganas de partirle la cara a Kei por tocar a Yuri y lo peor de todo es que le molestaba sentirse así. Kei era su mejor amigo y compañero en baloncesto, pero cuando se trataba de Yuri no podía evitar sentirse ahogado.
Ya ni ganas tenía de entrar a clases y si volvía de seguro el profesor lo dejaría entrar, pero no quería verle la cara a su amigo.

Yuri miró por la ventanilla de la puerta al verlo alejarse, pero no tanto porque ahora estaba de pie al lado de la puerta. Se quedó donde mismo para observarlo un poco más. Juraría haberlo visto suspirar antes de taparse el rostro con ambas manos. Nunca antes presenció algo así, se veía realmente vulnerable y frustrado, a saber por qué.

A sus espaldas no se dio cuenta de la presencia de una chica hasta que esta le habló.

- Disculpa – dijo con voz chillona – ¿me dejas pasar? – Yuri se hizo a un lado y la chica ingresó a la azotea mientras le sonreía.

Esta al ver a Takaki se le lanzó encima y lo besó, Yuri sintió algo extraño pero no se movió ni dijo nada solo los siguió observando. Ella le hablaba muy animadamente y Yuya parecía estar pasándola bien con aquella chica. Si ya todos sabían que no le gustaban las chicas ¿por qué estaba con ella? ¿Por qué se había dejado besar? Sin querer aplazar más el tiempo entró y aquellos ojos sorprendidos se posaron sobre su figura preguntándose el por qué de su presencia.

- Debemos hablar lo que pasó – le dijo con voz suave pero el mayor solo apartó la mirada. ¿Qué estúpida explicación podría darle? ¿Que no le gustó que Inoo lo besara y lo tuviera así en sus brazos? Eso sonaría extraño.

- No hay de qué hablar – respondió secamente. La chica los miraba a ambos molesta porque el recién llegado los había interrumpido.

- Claro que si, ¿por qué reaccionaste así? O sea, deberías de estar feliz por lo que viste – Yuya sabía que no podían seguir hablando del tema frente a la chica así que a la fuerza la empujó hasta la puerta de la azotea y regalándole una sonrisa la cerró.

- ¿Qué demonios haces aquí? Deberías de estar en clases – le dijo molesto.

- Bien, pues necesito una respuesta – se cruzó de brazos esperando a que el mayor le diese respuestas de su comportamiento, pero por lo que veía en la expresión de Yuya no tenía ninguna intención de hablar – ¿no me darás ninguna explicación?

En eso el mayor le tomó el rostro y lo besó salvajemente. Yuri trató de alejarse, pero no lográndolo le correspondió.
Le gustaban esos labios y no estaba dispuesto a cedérselos a nadie, ni aunque fuera su mejor amigo.

- Te dije que… en una semana – dijo entre besos cuando sintió las manos del mayor por debajo de su camisa pero Takaki no dijo nada y continuó besándolo mientras le desabrochaba la camisa. Se la quitó arrojándola al piso y tomándolo de ambos muslos lo dejó entre la pared y su cuerpo. Yuri al perder el balance se sostuvo de su cuello y continuó besándolo.

~*~*~*~*~

POV Yuya

Besaba sus labios con molestia, pues la imagen de él junto con Inoo me perturbaba demasiado, volver a ver la imagen de sus labios unidos... ¡lo peor de todo era que Yuri le correspondía!

Sentía el agarre de sus piernas en mis caderas así que las solté y deslicé mis manos por su torso desnudo. Me valía muy poco lo que estaba a punto de hacer, quizás después me arrepentiría, pero es que esta no se la personaría tan fácilmente.

Como pude solté su cinturón y desabroché sus pantalones. Lo miré, sus ojos estaban cerrados disfrutando de lo que le hacía.

Muy mal Yuri, pronto sabrás lo que se siente.

Besé su cuello con lentitud y dejé una hermosa marca en su cuello, no tardó en comenzar a reprocharme pero lo callé devorando sus labios, sus tan dulces y suaves labios, que no deberían ser tocados por alguien que no fuese yo, solo yo. Sin más saqué de entre sus pantalones su semi excitado miembro comenzando a acariciarlo.

- Aahh Takaki... demonios, no lo hagas así... uuhmm... ya tómame - siempre me ordenaba y yo como el perro fiel obedecía, pero no, hoy si que no sería así. Apreté fuertemente su miembro sin siquiera mover un centímetro mi mano para seguir estimulándolo - pero qué demonios haces - dijo con la voz un tanto agitada, me miró con el ceño fruncido y movió sus caderas tratando de tener algún contacto para satisfacer su deseo, pero nada.

- Yuri, ¿de verdad quieres continuar? - me miró descolocado - ¿no preferirías hacer esto con Inoo? - introduje mi mano libre por detrás, colándola entre su pantalón, alcanzando aquel estrecho pasaje - dime Yuri, ¿quieren que él entre aquí? ¿o prefieres que yo lo haga? - introduje lentamente uno de mis dedos. El solo se aferró a mí abrazándome del cuello.

- No me hagas esas preguntas uhmm... -cargué mi frente en su hombro tratando de no alterarme - me gusta Kei y eso...

Pero no lo dejé continuar, me alejé de él rápidamente importándome muy poco que se hiciera daño al caer.

- Si te gusta tanto Kei entonces ve hacer este tipo de cosas con él. Vamos que esperas, ponte de pie y ve por él.

- Pero qué estupideces dices, además por qué te pones así, deberías estar feliz, pero no, tenías que comenzar a insultarlo y golpearlo - se puso de pie y acomodó su pantalón.

- Si muy claro tengo que aquí Kei es el santo que no tiene ni la más mínima culpa. Dime una cosa, ¿acaso te besó porque le gustas? ¿o te besó por la misma razón que la primera vez? ¿Te gustan sus labios? ¿Son dulces? ¿Cálidos? ¿Suaves? - sin darme cuenta ya estaba describiendo lo que sentía yo al besarlo, pero él aun seguía callado mirando el piso - cuando sentiste sus labios junto a los tuyos, ¿querías nunca más querer alejarte de ellos? ¿Querías a caso que solo te pertenecieran a ti y que nadie más osara si quiera a tocarlos?

- Si - su vista ahora estaba fija en mis ojos, sus mejillas sonrojadas, pero muy seguro en lo que decía. Por primera vez quise golpear su angelical rostro.

- Entonces quédate con él, no vuelvas a buscarme - me acerqué a la puerta disponiéndome a irme pero me detuve.

- Takaki espera - me quedé de espaldas a él - no entiendo que es lo que...

- No es necesario que lo entiendas, nunca has querido entender que es lo que me pasa, ¿por qué ahora te interesaría? - tomé la perilla y la giré pero sin jalar de ella - se acabó el juego Yuri, me buscaré a otra persona para jugar mientras me lamento de mi amor no correspondido.

Sonreí irónicamente al pensar en Ryosuke, ahora que lo pensaba no lo había visto en todo el día. Para cuando despejé mi mente de la imagen de Ryosuke ya me encontraba bajando los escalones.

-Me pregunto si acaso Ryosuke seguirá con su amiguito.

No entré a clases, no quería verle la cara Kei, no aun. Me quedé en el patio trasero de la escuela hasta que sonó el timbre y me dirigí a mi salón por mis cosas, mientras metía todo dentro del bolso escuché como algunas de las chicas saludaban a Kei, preguntándole que era lo que le había ocurrido. No pude evitar sonreír, al parecer le había dejado una linda marca en su labio, al igual como la que tenía yo, solo que traté de ocultarla mordiéndome el labio.

Pasé por su lado ignorándolo y salí del salón. No quería más guerra por hoy.


~*~*~*~*~

POV Ryosuke

Cuando las clases terminaron Daiki me agarró del brazo arrastrándome fuera de la escuela.

- ¿Qué haces y a dónde vamos? – le pregunté cuando me arrastró hasta el paradero del autobús

- Quiero ver la película hoy, no te molesta ¿verdad? ¿O tenías cosas que hacer? – vi en su rostro algo de molestia.

- Si es que tenía pensado hacer algo, ya no lo haré, ya estamos en el autobús – de camino al centro nos fuimos discutiendo por tonterías para luego reírnos juntos. Adoraba pasar tiempo con Daiki siempre me hacía reír y yo no me quedaba atrás, decía muchas más tonterías que él.

Ya estábamos en el cine, no recuerdo el nombre de la película que Daiki escogió para ver. Ya estaban todas las luces apagadas, instantes después comenzó. Los tráiler de películas aun no estrenadas comenzaron a aparecer. Miré a Daiki, por la luz de la proyección podía ver su rostro y lo feliz que se veía comiéndose las palomitas el solo.

Comenzó a llegar más gente haciendo uno que otro ruido. Escuché risas y susurros a mi costado, no tomé mucha atención, odiaba que hicieran ruido en una película.

- No espera espera, dámelas, también quiero comer - la película ya había comenzado y esa pareja a mi costado seguía hablando, ¡ni siquiera parecían tomarle atención a la película! - ¡no hagas eso! ¡las estas botando! - estaba muy molesto, no me dejaban tomar atención. Miré hacia mi costado, se susurraban cosas que no alcanzaba a oír hasta que... - ¡Yuto ya deja! ¡suéltalas!

Volví rápidamente la vista hacia el frente, miraba las imágenes pero ahora sin prestarles la más mínima atención, tampoco quería. Tenía que pensar fríamente... hay muchas personas con el nombre de Yuto, ¿verdad? El Yuto que yo conozco no es el único del mundo, además sería una total locura que él precisamente hoy estuviera aquí, a mi costado, comiendo palomitas de maíz y riéndose con sea quien sea su acompañante.

- ¿A dónde vas? - oí susurrar a la otra persona.

- Al baño, no tardo - le dijo Yuto caminando para salir de la fila de asientos.

- Eso te pasa por tomarte toda la gaseosa - miré de reojo a esa persona, distinguiéndolo, era su amigo, el mismo chico que vi abrazando a su cuerpo.

Esta era mi oportunidad. Daiki estaba tan metido en la película que ni siquiera me prestó atención, pasé por enfrente de él para que el amigo de Yuto no sé diera cuenta de mi presencia y salí de la sala.

Al salir la molesta luz me dio un punzante dolor en la cabeza, siempre era lo mismo cada que salía de las salas de los cines. Me dirigí a los baños y con el corazón acelerado entré, pareciese que tuviera miedo pero así no era, solo estaba nervioso. Miré mi reflejo en el espejo y esperé ahí a que Yuto saliera por uno de los cubículos.

Del nervio me acerqué a los lavabos y mojé mis manos y cabello. Escuché una puerta abrirse y mi cuerpo se tensó. Bajé la mirada y miré el piso observando las piernas, las largas piernas de Yuto.

- ¿Ryosuke? - levanté rápidamente la vista mirando a través del espejo el rostro de absoluta confusión de Yuto. Estaba claro que no pensaba en encontrarme, muchos menos aquí.

- Amm, hola Yuto, que coincidencia - comencé a soltar una risita extraña haciéndole fruncir el seño. Lo vi alejarse para salir del baño pero tomé su mano para detenerlo - espera, tenemos que hablar.

- No Yamada, no tenemos nada de qué hablar - ni siquiera me miró para hablarme.

- No me llames así, y si tenemos que hablar, lo de esa chica realmente lo lamento, entiendo que me odiaras pero, ¿no crees que lo estas llevando demasiado lejos?

- ¿Qué es lo que quieres? -

- Quiero que volvamos a ser amigos - le dije con toda sinceridad, bueno, le quería hacer creer eso.

- No puedo volver a ser tu amigo - aquellas palabras me oprimieron el pecho, es que no entendía el por qué. Su indiferencia por algo tan tonto como una chica solo me causaba dolor, de verdad pensé que éramos amigos. Nunca imaginé que algo así podría separar una amistad, además...

- ¿Por qué? Yuto dime por qué, pero mírame - lentamente, como no tan seguro de lo que hacía, se volteó pero no me miró a los ojos sino al pecho - mírame - al momento que me miró, fue en menos de un segundo en que me tenía agarrado de la nuca y sus labios estaban posados sobre los míos.

Me quedé inmóvil tratando de procesar lo que estaba ocurriendo.

¿Yuto me estaba besando?

Se separó milímetros de mi, pero no lo dejé alejarse ni un poco más, me acerqué a él y volví a unir nuestros labios pero abrazándolo del cuello. Sentí una electrizante corriente recorrer por mi nuca hasta mi estomago. Torpemente comenzamos a besarnos dejándonos llevar. Por mi parte lo estaba disfrutando, era la primera vez que besaba a un chico y no se sentía para nada de mal. Pero había otra razón, Yuto me atraía desde la primera vez que lo vi y desde ese entonces nunca dejé de pensar en él, en lo lindo que se veía cada que se sonrojaba, en su hermosa sonrisa cuando me contaba cosas que le pasaban en el día. Momentos cálidos que pasé junto a él, aunque fueran por un corto tiempo los disfruté.

Sentí su abrazó en mi cintura y solté un suspiro por la sensación que me regaló al hacerlo. Estaba tan ensimismado en el beso que no me percaté de la presencia de alguien más hasta escuchar como algo golpeaba el piso.

- Ryosuke... - Daiki se encontraba de pie mirándonos a ambos, con el vaso de gaseosa en el piso y dejando que se esparciera poco a poco en la baldosa. Sonrojado me separé de Yuto y traté de articular palabras, pero no sabía qué decirle - yo... lo siento, no quise interrumpir.

Y sin más salió de los baños dejándome con una molestia en el pecho, porque si no me equivocaba, había corrido una lágrima por su mejilla.


Se maldecia una y mil veces por causarle ese sufrimiento, pero no era el único en ese estado, su mente daba vueltas y vueltas a esas imágenes. Podrían acaso ser parte de su imaginación? pues quizás el deseo de besarlo fue mucho mas allá de la realidad y simplemente su imaginación voló.

Su pecho se oprimía al verlo sonreír, porque muy dentro de él sabia que esa sonrisa no era sincera. Sabia que solo lo hacia para no preocupar a nadie.

Miro a Yuri que aun estaba con Yuya sobre el césped sonriendose mutuamente, veía en los ojos y acciones de cada uno que se querían mucho.

'tu y yo también eramos así?'

- Daiki sucede algo? - una mano toco su hombro y volteo a ver de quien se trataba.

- no, nada Keito. - le sonrió para luego ser arrastrado a la piscina en donde se sumergió junto con Keito.

No podía dejar de mirarlo. Por un momento su corazón se acelero de solo pensar que su memoria había regresado.

Esa tarde Inoo no volvió a dirigirle la palabra, pero, sus miradas se cruzaron cientos de veces obsequiandole esos encantadores sonrojos en las mejillas del menor. Lo amaba tanto, sufría tanto por él y lo seguiría haciendo hasta que su memoria regresara o quizás vivir toda una vida guardando distancia, verlo ser feliz con otra persona. No lo soportaría, no podría vivir sin sus besos, no podía dejar que esos dulces labios y suave piel los tocara alguien que no fuera él.

El grupo de chicos caminaban por el centro de la cuidad, habían quedado en divertirse pero estaba claro que Yuri y Yuya se perderían juntos por ahí, y no tardaron en hacerlo quedando ahora solo 8 miembros del grupo.

Ryutaro, Hiraku, Yuto y Ryosuke se debatían en una pelea haciendo equipos en las maquinas, gritando y alardeando la victoria mientras Keito y Daiki se divertían viéndolos.
Daiki miro a su alrededor buscando a los otros dos que hacían falta, pero no los encontró por ninguna parte, se alejo con la excusa de ir por mas fichas y salió del local encontrándose con una escena que no le gusto para nada.

'¿Celos?'

Kota abrazaba el frágil cuerpo de su mejor amigo que se refugiaba entre sus brazos tratando de mantener la calma, de no agitarse y comenzar a llorar, de no dejar que la tristeza lo invadiera. Los vió separarse y cómo Kei le regalo una sonrisa.

- sera mejor volver, no vaya hacer que nos estén buscando - le dijo el menor alejándose un poco para volver al local. De inmediato cayó el piso rasmillandose las palmas de las manos con la tierra y pequeñas piedras.

- ¿¡seras imbécil!? - escucho un grito de un tipo, levantó la vista y se puso de pie no tomándolo en cuenta.

- hey que te pasa, deberías disculparte - Kota salio a su defensa pero Kei lo alejo. No quería problemas, no otra vez.

- lo siento - se disculpo y empujo a Kota para que entrasen al local. Un fuerte agarre lo hizo volver al piso de espalda, rasmillandose ahora los codos.

Daiki observaba aquello con atención y horror. Su corazón se aceleró y su respiración comenzaba a ser pausada. Kei había comenzado a ser golpeado y los amigos del extraño tenían sujeto a Kota para que no se metiera mientras reían.

Corrió para alejarlo. La escena le era muy familiar y por lo que pudiese continuar tenia miedo.

'¿Déjà vu?'

- ya dejalo! - empujo al tipo y abrazo a Kei que en ningún momento trato de defenderse.



Se acerco con intenciones de golpearlo a él ahora, pero al levantar el brazo alguien lo detuvo. Hikaru lo alejo al lado de Yuto y los tipos no tuvieron de otra que irse.
Daiki lloraba incesantemente mientras abrazaba a Kei de la cabeza. Los chicos trataron de ayudarlos a ponerse de pie pero Daiki no quería soltarlo.

- estoy bien... - una aspera caricia en su mejilla lo hizo abrir lo ojos, Kei le sonreía con dificultad cargando la cabeza en su pecho y brazo. Sus lágrimas por aquel miedo que lo invadió seguían corriendo y no tenían intención de cesar. Acaricio esas mejillas, ahora heridas y sin pensarlo se le acerco a besarlo como si el mundo se le fuese a acabar, sin importarle en donde estuviesen.

¿Ahora que significaba todo eso?

- no lo vuelvas hacer - escucho decirle entre sollozos - no vuelvas a pelar, no otra vez - con todo el dolor que sentía se acomodo sobre el piso para quedar frente a frente ahora.

- Dai...

- no lo vuelvas hacer, prometemelo - juntó sus frentes y sujetó sus mejilla - prometemelo - lo miro a los ojos atónito a lo que escuchaba. Asintió torpemente y sintió una vez mas esos labios sobre los suyos.

- debemos irnos - escucharon ambos y en poco tiempo estuvieron de pie caminando rápidamente - maldición - Kota agarraba fuertemente la mano de ambos mientras corrían. Alguien los seguía y los chicos sabían perfectamente de quien se trataba, ahora menos que nunca querían un escandalo porque un paparazzi los haya fotografiado besándose.

Continuará...

Mymi... te quiero aunque dijeras que Massu.. o sea MASSU se veia no sé que con ese pelo ¬.¬
Pero de verdad a la próxima te tiro un pastel en la cara.
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La mañana llegó deleitando a Yuto con un hermoso paisaje al mirar por la ventana. Definitivamente este día sería perfecto para él, podría darse un paseo por los alrededores de la mansión. Visitar aquellas viñas que no se veían tan lejos. Amaba la naturaleza y eso lo sabían perfectamente las personas que lo conocían. Años viviendo en la gran ciudad opacaron su vista, pero quién diría que sus padres tendrían amigos con tal semejante lujo.
Terminó de vestirse y salió de la habitación. Abajo le esperaba un lujoso desayuno bajo un árbol donde estaban sus padres y los de Yamada conversando animadamente. Le encantaba ver a sus padres felices, los adoraba, eran tan comprensibles que no los cambiaría por nada.
Con una sonrisa se acercó a los adultos integrándose en el ambiente tan acogedor que los rodeaba.


El mayordomo entraba a la oscura habitación y corriendo las cortinas dejó entrar los radiantes rayos del sol para interrumpir el suelo de Ryosuke, que al sentir la molesta luz se cubrió con su brazo, pero eso no ayudó en nada porque el joven mayordomo comenzó hacer estruendosos ruidos (su voz era estruendosa).

- Ya es tarde, levántese - como le gustaría gritarle pero tenía que guardar la compostura, era solo un sirviente de la familia, por muy desobediente y mimado que fuera Ryosuke tenía que respetarlo.

- No quiero, lárgate y déjame dormir - se volteó y cubriendo su cabeza con la almohada trató de dormir.

No había caso con el menor, siempre, desde que había comenzado a trabajar ahí debía de hacer todo, despertarlo, vestirlo, decirle todo lo que tenía que hacer y hasta a veces darle de comer porque el chico no tenia ánimos de mover los brazos. Frustrado miró por la ventana, una vez más su rostro se tornaba serio, es que aquel chico tenía algo, algo le gusta y disgustaba. Sabía que escondía algo bajo esa seria y despreocupada mirada. Sus ojos lo delataban, podía darse cuenta que aquel chico no tenía nada que lo motivase a seguir adelante, pero intenciones de averiguar más de él no tenía, podría llevarlo a un mundo lleno de problemas e intrigas y con Ryosuke ya tenía suficiente.

Fijando mejor la vista sonrió con malicia encontrando un motivo para que el 'vago' saliera de la cama de una buena vez.

- Señorito Ryosuke será mejor que se levante - dijo sin despegar la vista de Yuto.

- Te dije que me dejaras dormir - dijo casi gritando por lo molestoso que estaba siendo.

- Yo lo dejaría seguir durmiendo pero si no se levanta el joven Nakajima se llevará su caballo - ante eso Ryosuke rápidamente se puso de pie y corriendo al lado del mayordomo miró por la ventana como Yuto estaba montado sobre SU caballo.

- ¡Eso si que no! - gritó molesto y el mayordomo pudo sonreír aliviado al ver como buscaba entre sus cajones y guarda-ropa algo que ponerse, dejando todo regado en el piso. Se cubrió los ojos pensando que ahora él tendría que ordenar aquel desastre.

Se puso lo que le pareció apropiado y salió corriendo de la habitación, bajando la escalera con habilidad. Al salir al patio la brillante luz del sol golpeó en su rostro causándole por unos segundos ceguera. Con la mano en su frente para cubrir sus ojos corrió donde estaba anteriormente Yuto pero ya no se encontraba ahí.

- ¡Hideaki! ¡Hideaki! - el mayordomo apareció rápidamente a su lado - prepárame un caballo - y sin titubear fue hacerlo, en segundos lo tuvo a su lado y subió sobre el. Dándole tres fustazos al caballo fue tras de Yuto.



Paseaba tranquilamente por el sendero de árboles frutales. Las tierras de los Yamada eran muy extensas, podía ver los árboles frutales mucho más allá y parecían no tener fin.

- Esto es aburrido - dijo al sentir aquel silencio. Cabalgo de vuelta pero el camino que tomó esta vez había sido otro, este se le hizo mucho más largo y como no, se había perdido entre tantos caminos iguales pero gracias a eso encontró la gran cerca que se situaba un poco más lejos de la gran casa, con uno que otro caballo dentro.


Mientras tanto Ryosuke llevaba más de veinte minutos buscándolo. Lo odiaba y lo comenzaba a odiar cada vez más. El calor comenzaba hacer efecto en su cuerpo, por muy ropa ligera que tuviera puesta las gotas de sudor corrían por su frente.


Hideaki se dirigía a los establos para alimentar y soltar a los demás caballos en la cerca pero las fuertes pisadas indudablemente de un caballo y la voz de un chico le llamó la atención. Tomando rápidamente las cuerdas para amarrarla a los cuellos de los caballos, los llevó a la cerca encontrándose ahí a Yuto practicando saltos con el caballo de Ryosuke. Se le quedó mirando realmente embobado. Con los años que llevaba ahí nunca había podido hacer saltar al caballo el tablón más alto y Yuto lo hacía muy bien manejando el caballo.

Sin dejar de mirarlo abrió la cerca entrando junto con los caballos y los soltó.

- Eres bueno - gritó desde donde estaba, mirando al menor detener el caballo para que descansara. La expresión de felicidad que antes tenía el chico cambió a una seria al darse cuenta que no estaba solo - ¿te gustan los caballos? - dijo mas como una afirmación. Yuto no le respondió y bajóo del caballo.

- ¿Ryosuke? - preguntó sin darle la cara, estaba más fascinado mirando los marrones ojos del animal. Aunque no quisiera estaba preocupado por él, lo de la noche anterior no había sido más que una equivocación, un impulso, algo que nunca debió ocurrir y estaba dispuesto a disculparse sabiendo que lo más seguro era que Ryosuke le gritaría.

- Él salió tras de ti pero como veo no te encontró -Yuto se volteó un poco molesto por el tono que estaba usando.

- ¿Por qué lo haces? - preguntó acercándose no sorprendiendo al joven por tener el seño fruncido. La diferencia de edad era tan evidente ya que los dos eran jóvenes pero Yuto era un poco más bajo que el mayordomo.

- Hay algo de ti - dijo acercándose aun mas - que no me gusta.

- Entonces evita hablarme - a decir verdad a él tampoco le gustaba el mayordomo, intentó voltear para volver con el caballo pero Hideaki lo tomó del brazo impidiéndoselo.

- No es tan simple. Dime, ¿qué escondes? - Yuto se sorprendió, intuía que Hideaki quería algo pero esos pensamientos se borraron al escuchar las pisadas de un caballo acercarse cada vez más.

- ¡Estúpido Nakajima! - era Ryosuke que iba hacia ellos. Hideaki pretendía hacerse a un lado pero al ver que el chico a su lado no se movía miró a Ryosuke que estaba casi frente a ellos. Yuto no reaccionó y Ryosuke al ver que no tenía intenciones de moverse intentó detener al caballo o le pasaría por encima al chico, pero antes que sucediera Hideaki se abalanzó contra el menor cayendo juntos al suelo.

- ¡¿Estás loco?! - le gritó haciendo un gesto de dolor por el impacto del suelo. Al ponerse de pie se quitó a Hideaki de encima el cual se quejó por la brusquedad con la que lo hizo.

- ¡Tú no te hiciste a un lado! - bajó del caballo y se acercó al menor, los dos mirándose con bastante odio. Yuto que estaba dispuesto a disculparse después de aquello no pretendía hacerlo, su corazón aun estaba acelerado e imágenes de él tirado en el piso porque el caballo le había pasado encima no se borraban de su mente causándole un escalofrío en todo el cuerpo.

Comenzaron a insultarse, escupiendo verbalmente todo lo que pensaban del otro. Si no fuera porque Hideaki los separó y terminó con la casi pelea, porque faltaba poco para que Ryosuke le lanzara un golpe en la cara a Yuto, el que ahora les daba la espalda para irse fastidiado del lugar.

El día paso rápido, ninguno de los dos hizo gran cosa. A la hora de la cena Yuto no quiso bajar, ya bastante había tenido en el día con verle la cara a Ryosuke en la mañana y al almuerzo.
Todos ya sabían que habían discutido, los padres no quisieron sacar el tema al verle la cara a su hijo que comía de mala gana al saber que Yuto no se encontraba ahí y por la ultima discusión que tuvieron después del almuerzo cuando el alto pretendía subir a su habitación y él lo tomó de la mano para comenzar una discusión.
Su mal humor no cambió hasta el otro día que por si solo se levantó y tomó tranquilamente su desayuno.

Caminó por los jardines de la casa extrañándose al no ver a Hideaki ni a Yuto, prefirió preguntar por Hideaki a una de las sirvienta la cual respondió que había salido con el joven Nakajima al pueblo porque necesitaba hacer unas cosas. En ese momento se le fue una idea a la cabeza y subió corriendo hasta la habitación del menor para buscar la susodicha caja musical. Tenía mucha curiosidad sobre esa carta que no había alcanzado a leer. Buscó entre los cajones pero no la podía encontrar.

Se sentó en el piso apoyando su espalda en el mueble, pensando donde la tendría. Poco a poco se fue tirando hacia la derecha mirando debajo de la cama hasta que su cabeza dio contra el piso. Se quejó y se sobó la cabeza. Gateando se acercó a la cama metiéndose debajo de esta.

Sonrió ampliamente al dar con la caja, no esperó más y la abrió. Tomó la carta leyéndola impacientemente.

"Esta no es una despedida, sabía que lo nuestro no podía ser ya que tus padres siempre tuvieron otros planes contigo. Me gustaría estar a tu lado pero ese chico del cual me hablas y del que hace mucho te tenían comprometido te hará más feliz de lo que yo te haría..."

Continúo leyendo asombrándose cada vez más hasta que terminó de leerla y dejó caer sus manos con la mirada perdida.

- Yuri... - pronunció, ese nombre pasaba una y otra vez por su cabeza - enamorado de un chico... - guardó todo dejando como estaba y salió de ahí para encerrarse en su habitación.

Sobre su cama miraba el techo pensando en lo leído.

- Te gustaba un chico y aun así aceptaste el compromiso... - ahora ya no sentía tanto odio por el chico, se compadecía de él. Se la pasó pensando e imaginando como sería aquel chico, en cómo eran felices antes de que por culpa del compromiso tuvieran que separarse. En cómo era Yuto con él, si acaso era dulce y simpático o era el mismo que conocía.

Pero algo lo inquietaba aun más... ¿Yuto le hablaba de él? ¿Acaso ya lo conocía? ¿Y por qué decía que hace mucho los habían comprometido? Se revolvió el cabello pensando en eso, pues su padre no pudo haberlo comprometido de hace años. Admitía que no tenía unos padres normales, más bien, en aquella casa el único normal era él. Su mayordomo era raro, sus padres eran raros, los Nakajima también y para qué hablar de Yuto, a él ya le gustaba un chico.



Los dos jóvenes llegaron en el carruaje, el mayor se ofreció ayudarle a Yuto a bajar pero este se negó bajando por su cuenta y pasando a su lado, dándole las gracias por acompañarlo. Ahora estaba más tranquilo, después de mandar una carta deseaba recibir muy pronto una respuesta. Buscó a sus padres, les había comprado a cada uno un obsequio. Caminó por la casa con dos paquetes en los brazos, el mayordomo iba tras de él con más cosas entre las manos.

Estaban todos reunidos en la sala viendo lo que Yuto había comprado.

- ¿Te diviertes aquí? - le preguntó el señor Yamada, el menor solo levantó la vista y le respondió con una sonrisa, era la segunda vez que Hideaki lo veía sonreír y le agradaba.


Ryosuke con una idea en mente bajó corriendo las escaleras y entró a la sala agitado, la mirada de los presente se posaron sobre él pero Yuto la desvió tan pronto como pudo para seguir en lo que estaba. Frunció el seño y con molestia y ganas de gritarle se le acercó.

- Papá - el señor no dejaba de mirarlo con miedo a que comenzara una nueva discusión - el compromiso no puede ser - todos atentos a lo que decía, pero pensando que una vez más comenzaría hacer berrinches - no puedo casarme con alguien que está enamorado de otra persona.

El silencio se hizo después de aquellas palabras. Todos miraban a Yuto, su respiración se detuvo por unos momentos pensando en cómo sabía él que estaba enamorado ya de alguien. Pensó y pensó y la única respuesta era la carta. Se puso de pie y miró furioso a Ryosuke que por un momento temió al ver sus ojos.

- ¿La leíste? - preguntó en tono seco, apretando sus puños impaciente por la respuesta del mayor.

- Claro que la leí y déjame decirte que... - pero sus palabras fueron calladas al sentir como la palma de la mano de Yuto chocaba contra su mejilla sintiendo un ardor.

- ¡¿Quién te crees que eres para leer cosas privadas?! - le gritaba mientras forcejeaba entre los brazos del mayordomo y de su padre que lo retenían sino ya estaría golpeando al mayor - ¡eres de lo peor! - Ryosuke tocaba su mejilla que aun dolía, el flequillo tapaba sus ojos. Nunca nadie lo había golpeado, estaba tan asombrado. Sentía un nudo en su garganta y sus ojos estaban húmedos, lágrimas amenazando con salir.

Molesto se soltó del agarre de los mayores y salió de la casa, su padre trató de retenerlo pero más le preocupaba el estado de Ryosuke que aun no se movía de donde estaba. Nunca antes había visto a su hijo comportarse de esa manera, luego halarían y le pediría explicaciones.

No sabía qué hacer para calmarse, estaba enojado pero a la vez apenado. No quería recordar el pasado en ese momento y solo conservaba la carta porque era lo único que tenía de él, el único recuerdo hermoso que no pretendía borrar tan fácilmente.
Sin fijarse sus pies lo llevaron a la cerca donde el día anterior había practicado saltos con el caballo. Caminó hacia el otro extremo y se sentó en el pasto tirándose hacia atrás. Inevitablemente comenzaron a salir las lágrimas.


Un poco después de que Yuto saliera, Hideaki salió tras él dejando a los demás en la sala. Ryosuke al poco rato corrió saliendo también de la casa. Lo que había hecho no había estado mal, era lo que pensaba él. Le había dado una ayuda al menor para que rompiese el compromiso y pudiera estar con esa persona.

Secaba sus lágrimas mientras caminaba, aun sentía el fuerte golpe en su mejilla.

- ¡Yuto! - escuchó un grito no muy lejos y fue a ver de qué se trataba. El mayordomo buscaba al chico gritando su nombre al viento.

Se pregunto el porqué el 'mayordomo' llamaba a alguien de la 'familia' solo por su nombre. Lo observó cuidadosamente, secó sus lágrimas y corrió tras de los árboles ocultándose ahí.
Se le oía una y otra vez gritar. Cansado ya, decidió volver. Ryosuke lo miró hasta perderlo de vista. Salió de donde estaba y comenzó a caminar mirando hacia el cielo.

¿Podían las cosas ponerse peor? Desde que Yuto había llegado todo estaba mal, sus padres estaban mal. Invadió su vida y lo peor de todo, estaba comprometido con él y nadie tenía intenciones de anular nada, menos el menor. Nunca soñó con tener una linda familia e hijos, aun era joven para pensar en esas cosas, pero si por cosas de la vida, al ser mayor de edad quisiese tener hijos, ¿cómo los tendría? El no se podía embarazar, menos Yuto pues los dos eran hombres.

- ¿Me estas siguiendo? - aquella voz lo hizo voltear a mirar sacándolo de sus pensamientos.

Se fijó que en esos profundos ojos, habían rastros de lágrimas. No le respondió solo desvió la mirada y cargó sus brazos en la cerca fijando toda su atención en los caballos.

- ¿Tanto me odias? ¿Por qué la leíste? ¿Crees que me gusta estar comprometido contigo?

- ¡¿Entonces por qué no anulas el compromiso?! ¡¿Por qué no le dices a tus padres que no quieres casarte conmigo?!

- ¡¿crees que las cosas son tan fáciles?! ¡¿En qué mundo vives, por dios Ryosuke es que acaso solo piensas en ti?! - se quedó callado al escucharlo, no se equivocaba, siempre, toda su vida había pensado en sí mismo - ¿es que acaso no puedes aceptar lo que ya destinaron para ti? - esa última pregunta la dijo en un susurro que Ryosuke le pareció como si le doliera decirlo y aceptarlo.

- No me gustan los chicos - Yuto suspiró con pesadez girándose para luego volver a mirarlo.

- Ni siquiera puedes asegurar eso, ¿por qué no haces el intento?

- ¡Tú no me gustas!

- ¡Tú tampoco me gustas! - algo dentro de él se removió con esas palabras - ¿pero no puedes siquiera fingir frente de tus padres? - No tan seguro de lo que haría se le acercó lentamente. Se miraban, Ryosuke avergonzado por una parte y por otra nervioso por pensar que era lo que pretendía hacer.

Con delicadeza, no como la noche aquella, lo tomó de la cintura y mejilla.

Su corazón latía tan rápido, algo muy extraño para él, que nunca experimentó algo como eso. Se mordió los labios. No quería admitirlo pero estaba ansioso porque lo besara. Yuto rozó sus labios, los dos mirándose con los ojos entrecerrados. Ambos abrieron la boca, separando sus labios, impulsados por unirse. Dulce, cálido. Se abrazaron mientras sus labios se movían con lentitud. Ambos sintieron un cosquilleo en el estomago. Si Ryosuke quisiera decir cuántas veces se había sentido de esa manera, diría que nunca. Muchas veces besó pero solo con lujuria y nada más que eso. La brisa del viento era lo único que escuchaba junto con el palpitar de su corazón y la sensación de sentirse protegido entre esos brazos que no pedían nada a cambio.

Al separarse Ryosuke avergonzado por responderle escondió su rostro en el pecho del mayor. El problema para él sería que comenzaran a gustarle los chicos o peor, solo uno, solo Yuto.

Continuará...

Holaaaaa~ -0- puse tooooooodo mi esfuerzo por escribir este capitulo porque ganas de hacerlo no tenia, pero la Mymi estaba no sé que por leer algo mio. Saludos a todos y espero que les guste X'D.
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Los dos se miraban sorprendidos. Cuando por fin creían haberse olvidado el uno del otro el destino los vuelve a juntar de esta manera. Daiki sentía tremendas ganas de lanzarse sobre él y golpearlo para que supiera cuánto daño le habían hecho sus acciones y palabras.
Los dos sin darse cuenta eran arrastrados por el tío del mayor a otro salón donde en había un piano y tendrían mas privacidad.

- Bueno, los dejo. Inoo instruye bien a chico y ten paciencia – dijo su tío antes de salir del salón para volver con la chica.

Daiki no quiso darle más vueltas al asunto, dio un paso al frente, el mayor pensó que se le acercaría con el fin de darle un golpeo pero no fue así. Pasó por su lado dirigiéndose al piano que se encontraba a escasos pasos de ellos tomando asiento.

- ¿No piensa comenzar con la clase? - Kei lo miraba expectante por sus reacciones y en circunstancias como esta era lo que menos se esperaba de él.

Con inquietud se acercó y tomó asiento a su lado. Daiki sacó unas partituras que tenía en una carpeta y las dejó en el atril.

- Esa partitura no es tan simple - sin olvidar a quien tenía a un lado no quitó la vista de las notas musicales que se veían complejas en el pentagrama, claro que para él no lo era, llevaba años tocando piano y leyendo partituras pero aseguraba que el menor no, pues cuando lo conoció nunca hablaron de eso.

- Su tío dijo que debía practicarla y como no tengo manera de hacerlo en casa vengo aquí - lo trató como un completo desconocido y con respeto, con un respeto que no merecía, pero no era un buen lugar para hacer un escándalo.

- Ah... - solo observó al menor como se concentraba para tocar. Miró sus manos, sus dedos estaban temblorosos y sus mejillas sonrojadas. Nervioso con su presencia quizás - Daiki - llamó su atención pero no tenía nada que decirle, simplemente ese nombre salió de sus labios sin siquiera pensarlo. ¿Hace cuánto no se veían? Sonrió sin darse cuenta causándole un sonrojo - esta partitura es muy difícil, ¿cuánto tiempo llevas en esto?

- Seis meses

- Seis meses no es suficiente para tocar esta partitura - se burló de él y se molestó pero no le daría tregua, no valía la pena hacerlo.

- Entonces enséñeme algo - dijo con molestia, se le hacía mejor hacerlo enfadar, volverlo a humillar así no se volverían a ver - si no tiene nada que enseñarme entonces déjeme practicar esta.

Tocó lento y pausado. En sí la partitura era difícil pero había que reconocer que le ponía empeño. Una melodía que no valía la pena escuchar, no tenía el ritmo requerido, innumerables fallas y muy lento. Eso era algo normal en todo principiante pero a él no le gustaba. Aburrido de escucharlo tomó las hojas lanzándolas al aire.

- Eso es basura, no es necesaria. No estés tenso, debes tocar con fluidez y relájate mientras lo hagas. No le tomes atención a lo que está a tu alrededor, solo concéntrate en darle vida a la melodía - sus dedos comenzaron a moverse sobre las teclas, enseñándole así una melodía que él ahora debía tocar.

Tomó sus manos notándolas aun temblorosas y las posicionó sobre las teclas.

- Muévelas conmigo - le dijo antes de comenzar a tocar - relájate.

Embonado lo miraba como sus ojos estaban concentrados en lo que debía seguir. La primera vez que vio a Daiki le pareció un chico lindo, nunca tuvo planes de besarlo esa tarde, pero como negarse a esos labios tan deseosos y esos ojos que le pedían que no dejara de mirarlo. Como negarse a esa piel tan suave, a ese cuerpo delgado y frágil pero había cambiado, ahora sus labios se veían aun más sabrosos y esa piel que exponía al tener unos botones de la camisa desabrochados, tan blanca, tan...

- Profesor - lo interrumpió el menor al darse cuenta en la forma que lo miraba - ¿sucede algo?

- No - respondió no tan seguro - escribiré una partitura para que la practiques - se puso de pie y salió del salón.

- Maldición - susurró el menor después de que Inoo dejara el lugar – ¿por qué tenía que volver a verte? - sostuvo su cabeza con sus manos un buen rato mientras esperaba a que llegase. Respiró profundamente tratando de despejar su mente y dejar salir esa frustración que se había acumulado en su pecho al verlo.

Le dolía el pecho, le dolía de la misma forma que aquel día. Los recuerdos volvían a su mente, recuerdos que pensó haber olvidado.

Inoo no sabía qué hacer, estaba seguro que no sentía nada por él más que deseo por tocarlo. Después de unos minutos volvió al salón con unas hojas encontrándoselo practicando parte de la melodía. Daiki prefirió no tomarle atención y siguió con lo suyo.

- ¿Por qué no dejas ésta escuela? - le sugirió el mayor - yo podría enseñarte piano y no tendrías que darme dinero por eso - todo lo decía con una sonrisa.

- ¿Por qué querría aceptar eso?

- Porque sé que es muy costosa - dijo acercándose - en mi departamento tengo un piano, podrías practicar todos los días si quieres y te instruiría muy bien - no era mala idea, pero no todo era tan fácil, algún precio tendría que dar.

- Pero no todo es gratis ¿verdad? ¿Qué pides a cambio?

El mayor se le acercó aun más y rápidamente lo besó para así no recibir ninguna protesta. Daiki se congeló y solo abrió los ojos. No quería separarse. Maldecía al menor por tener unos labios tan deseables como para no querer separarse de ellos. Lo sostuvo de la nuca aunque recibía fuertes golpes en el pecho. Se preguntaba cómo era que no sentía lo mismo cuando besaba a su novia, o a esas incontables chicas con las cuales pasaba el rato cada que se iba de fiesta. Lo dejó cuando sintió que el aire le hacía falta y lo miró a los ojos.

- Solo pido esto - susurró sobre sus labios.

Molesto se puso de pie empujándolo por los hombros, quitándole el equilibrio. Tomó sus cosas y salió corriendo de ahí dejando al mayor con una amplia sonrisa en los labios y lamiéndolos aun sintiendo esa suave sensación al besarlo.

Ambas chicas con las que había tropezado horas antes se le acercaron para reclamarle y causarle problemas, pero iba tan molesto, con la sangre hirviéndole por dentro y los puños apretados, que se abrió paso entre ellas tirando a ambas al piso sin importarle si se habían hecho daño.

Sin alumno a quien enseñarle, Kei se fue a su departamento para tomar un relajante baño, ver televisión e irse a dormir.

Daiki meditó una y otra vez la propuesta del mayor. Al principio le pareció algo sumamente estúpido ya que se sintió humillado pero ahora que lo pensaba bien no le era mala idea, pero tampoco buena. Ya lo había humillado una vez y al parecer ahora quería hacerlo otra vez. Escondió la cabeza bajo la almohada pensado y pensando.

- ¡Claro! - dijo levantando la cabeza. Buscó su celular dentro de su bolso que se encontraba tirado en el piso. Al hallarlo buscó un número en su agenda y marcó.

'¿Keito?'
'¿recuerdas al chico del que te hablé una vez?'

Y se quedó hablando por lo menos media hora con su amigo.

Eran las 11pm y su celular interrumpió su sueño. Con pesadez estiró el brazo para alcanzarlo sobre el velador a su izquierda.

'¿Si?'
'¿Inoo?' Esa voz le era tan familiar.
'Si, con el' Se acomodó sobre el respaldo de la cama y miró por la ventana.
'sobre la propuesta de esta tarde... acepto' Estaba nervioso pero mientras hablaba tenía en una de sus manos un peluche con forma de tortuga (regalo de su hermano) estrangulándolo para calmarse.
'¿Arioka?' Tres segundos de silencio y continuó 'no sabía que aun conservaras mi número' Sonrió al imaginar qué tipo de expresión tendría el otro.
'eso no tiene importancia. Y bien, ¿aun está en pie lo de esta tarde?'
'claro, ¿tienes dónde anotar la dirección?'

Luego de anotar su dirección dio un cortante 'hasta mañana' y colgó dejando a Kei con las palabras en la boca.

Esa noche ninguno de los dos pudo conciliar bien el sueño. Daiki se durmió en la mayoría de las clases sufriendo de los llamados de atención de cada profesor y tener que ayudar a uno de ellos a llevar las guías.
Por fin el día de clases terminó y pudo estirar sus piernas y relajarse. Guardó sus cosas y caminó tranquilamente hasta la salida de la escuela. Miraba a uno que otro chico correr, otros aun sin poder irse por los talleres de la tarde. Agradecía poder librarse de aquellos obligatorios talleres. Pasó por fuera de los baños cuando alguien lo haló del brazo, ingresando a los baños.

- ¿Ryosuke? - miraba la sonrisa traviesa del menor.

- ¿te vas? - soltó su mano para abrazarlo del cuello.

- S–si, tengo que hacer algunas... - se sonrojó al sentir la respiración del menor tan cerca.

Rozaron sus labios y se besaron lentamente, acostumbrándose a esa extraña sensación que sentían cada que lo hacían. Daiki lo acercó a su cuerpo al abrazarlo de la cintura. Hace dos meses habían comenzado salir, Ryosuke era muy atento y cariñoso, aun le costaba acostumbrarse a la cercanía que a veces tenían.

Se besaron con tanta pasión, sumidos en lo que hacían y sentían que no escucharon la puerta abrirse.

- Daiki - se separaron asustados, pero por suerte solo era su amigo. Los dos sonrojados se miraron de reojo.

- Bueno, debo volver, nos vemos más tarde - dijo Ryosuke y salió de los baños.

- Deberías tener más cuidado, ¿qué tal si no hubiera sido yo el que entrase? - le reprochó su amigo - ¿ya te vas?

- sí, debo irme ahora o se me hará tarde.

Ambos se miraron con complicidad. Keito sin evitar sonreír al igual que Daiki. Se despidieron y el mayor se encaminó hasta la parada del autobús.



El beso se intensificaba cada vez más subiéndoles la temperatura, sobre todo al pelinegro que introdujo sus manos bajo la polera de la chica. Se asustó y se separó de él tan rápido como pudo.

- Inoo ya hablamos de esto - le dijo poniéndose de pie para caminar hasta su bolso que se encontraba en el otro sofá. El mayor no dijo nada limitándose a solo mirarla - ¿nos vemos mañana?

- Claro - con esfuerzo le sonrió y se puso de pie para acompañarla hasta la puerta.

Se despidieron con un beso y un 'te amo' que estaba más que claro que Inoo no sentía. Las cosas que él deseaba no funcionaban con ella, siempre se rehusaba a llegar más allá, pero tenía que conseguirla, tenía que hacerla suya. Aun de pie apoyado en el marco de la puerta la observó dirigirse hasta el ascensor. Al abrirse las puertas se sorprendió al ver a Daiki salir de ahí.

Cruzaron miradas pero ninguno sabiendo quien era el otro, no tomándole importancia a ese encuentro.

Buscó el número 805 en las puertas hasta dar con él. Su corazón se aceleró un poco al verlo de pie mientras lo miraba pensando que lo estaba esperando. Se le acercó. El mayor se hizo a un lado para que entrase.

- ¿Te costo llegar? - dijo cerrando la puerta.

- No - observaba cada una de las cosas que tenía en el departamento. Estaba boquiabierto al ver lo amplio que era, de seguro muy costoso como para tener uno el también.

Dejando su bolso en el sofá se acercó aun mas al gran ventanal que había con vista a la cuidad dejándolo embobado.
Estaba inundándose en su asombro pensando en la suerte que tenía Inoo al tener una familia que pagaba todos sus caprichos. Esperaba algún día tener un departamento como aquel y llenarse de lujos como lo hacia el mayor.
No sé percató de la presencia a sus espaldas hasta sentir unas manos adentrarse por debajo de su camisa, tocando su abdomen y suaves labios besar su cuello. Se sobresaltó aunque le había gustado se giró quedando muy cerca su rostro de aquel que ahora lo tenía preso entre la baranda del balcón.

Se miraban fijamente mientras el viento removía sus cabellos. Aun pensaba que todo aquello era una estupidez, que no debió dejar la escuela de música para que un insensible le enseñase piano. Era irónico que un tipo así le quisiese enseñar sentimientos en las notas cuando él siquiera los tenía al ser tan cruel.

Lo vio acercarse una vez más pero con dos dedos depositados en sus labios lo alejó.

- Primero las clases - le dijo con el seño fruncido y se zafó de su abrazo dirigiéndose al piano.

Maldecía por sus adentros, su novia lo había dejado con las ganas (como siempre) y Daiki no estaba dispuesto a apagar ese fuego en su interior, no sin antes darle clases. Lo único que le quedaba era esperar el pasar de las horas.

- ¿Qué me enseñaras primero? - se detuvo al frente de él mirándolo acariciar las teclas con pasión. Algo había cambiado, este Daiki no era el mismo del día anterior y el que una vez conoció. Su actitud era más sería y ya no se veía para nada nervioso, los dedos no le temblaban y parecía respirar normal.

Bueno, si se comportaba así sería lo mejor para él, le beneficiaría mucho pues podría jugar con él cuantas veces quisiera, pero aun así no dejaba de pensar si Daiki aun sentía un cariño especial y único, el mismo cariño que le dio aquel día.

Se dirigió a un pequeño baúl y sacó varias hojas, algunas amarillas por el pasar de los años.

Lo miró fijándose en su espalda, no podía asegurar si había dejado de quererlo pero sí que intentaba por todos los medios de no caer una vez más en su encanto. Había tantas hojas en sus manos que por curiosidad se le acercó y tomó una de ellas.

- Quiero escucharte tocar esta - Kei miró la partitura y se la arrebató.

- Todo tiene un precio - sonrió para sus adentros, se divertía mucho con él y con cada expresión que hacía.

- Entonces olvídalo - molesto le quitó la hoja y la dejó en el baúl - ya enséñame algo que para eso vine - con pesadez volvió al banquillo pero antes que tomara asiento unas manos en sus caderas lo detuvieron y empujado un poco hacia adelante - pero qué...

Ahora estaba sentado sobre las piernas del pelinegro que lo abrazaba de la cintura apegándolo más a su cuerpo. Trató de pararse pero no se le fue permitido. Su corazón ya acelerado, sus manos una vez más temblorosas las escondió entre sus piernas observando como Kei depositaba las hojas en el atril, las mismas que antes él había tenido entre sus manos y le había pedido que tocara.

- Tocare esto para ti - comenzó a tocar. Le parecía algo tan hermoso, la melodía, sus dedos al moverse sobre las teclas. Con la calma que tocaba y sintiendo su respiración tan cerca de su cuello. Podría ser un momento relajante si no fuera porque estaba incomodo sentado sobre sus piernas y escuchar esos suspiros en su oído no ayudaba mucho.

De un momento a otro cerró los ojos al sentir unos suaves labios deslizarse por su piel, Kei aun seguía tocando pero su boca no hacía otra cosa que besarle el cuello. Ya desconcentrado en lo que tocaba acercó lentamente las manos al abdomen del menor, introduciéndolas bajo su camisa y acariciar esa piel, una tan suave que no recordaba haber tocado nunca antes.
Perdido en sus caricias volteó un poco para tomar sus labios. Le encantaban sus labios, le hacían olvidar todo incluso al novio que en esos momentos estaba engañando, se consideraba la peor persona del mundo pero toda la culpa se la echaba a Inoo Kei, el que le rompió el corazón y lo hizo ser más frío.

'Mmmm Daiki no lo sé, no es muy buena idea, pero sé que aunque te diga que no lo hagas terminaras haciéndolo, solo te aconsejo que no te dejes llevar, puedes salir muy lastimado incluso más que en el pasado y eso ya será tu culpa. Si quieres juega con él pero no dejes que entre más hondo en ti, sino estarás perdido'

Se separó bruscamente de él y lo miró. Se maldecía un millón de veces por olvidar la conversación que había tenido con su amigo. Disimuladamente se puso de pie y se acercó al baúl.

- ¿Cuál me enseñaras primero? - Kei lo miró de una forma que cualquiera pensaría que quería asesinarlo. Sin querer darse por vencido se le acercó abrazándolo por la espalda - no Kei, ya te pagué por adelantado ahora quiero mis clases.

- Eso solo fue un simple beso - se quejó soltándolo y haciendo gestos con los brazos.

- Pues no especificaste cual era el pago, solo me besaste - ambos se miraban molestos - bien si no quieres nadie te obliga, retomaré las clases en la escuela de música - se acercó a su bolso con intenciones de irse cuando la mano del mayor lo detuvo.

- Está bien, lo haré - Daiki sonrió para sus adentros y volvió al piano.

Las horas pasaban y Kei lo instruía en la partitura que trataba de tocar, reprochándole mil veces que debía coordinarse con los pedales. Y así se la pasaron, Daiki aguantando los momentos de malhumor de Kei. Por eso no le gustaba enseñar, no tenía paciencia con nadie y nunca la tuvo.

Quería un respiro. Kei era muy estricto con él y necesitaba refrescarse un poco para calmarse. Se encerró en el baño mojando su rostro para mirarse al espejo. Sonriéndole sin ganas a su reflejo.

Inoo estaba en la cocina tomando un poco de jugo cuando el sonido de una musiquita le llamó la atención. Deduciendo de donde provenía se acercó al sofá, mirando el bolso que se hallaba ahí. Miró hacia la dirección del baño esperando que Daiki no haya escuchado y fuese a salir, y abrió el bolso buscando su celular. Al encontrarlo lo miró sin inmutarse a leer el mensaje que le había llegado.

"Dai-chan a qué hora llegaras? En dónde estás? -3- ... estoy aburrido~ te necesito"

Atónito y sin saber cómo explicar cómo se sentía pensaba de quien sería el mensaje "Ryosuke" era el remitente, pero ¿quién demonios era?
Escuchó la puerta del baño abrirse, saliendo de el un Daiki con el cabello un poco mojado al igual que la camisa, dejando translucir su piel. Como deseaba volver a tocarlo y quitarle aquella prenda que solo molestaba.

- ¿Qué haces con mi celular? - dijo sacándolo de sus cavilaciones.

- ¿Quién es Ryosuke? - aquella pregunta lo sorprendió, se acercó para arrebatarle el celular pero Kei lo mantuvo en lo alto de su mano - ¿quién es? - pero no estaba dispuesto a responder - es... tu ¿novio?

- Eso no te interesa, no te metas en mi vida privada - molesto le dio un leve golpe en el estomago y le quitó el celular - gracias por las clases, nos vemos mañana.

Salió del departamento a paso rápido. Odiaba que se metieran en sus cosas. Mientras bajaba por el ascensor reviso el celular, leyó el último mensaje y recargó su cabeza en el muro. Lo había leído, había leído su mensaje. Suspiró frustrado y salió completamente del edificio sacando su ipod para tratar de no pensar en nada.

- Ryosuke... - sonrió con malicia - no será necesario escucharlo de tus labios, lo sabré de todas formas. Ay Daiki, por qué será que llamas tanto mi atención como para no querer alejarte y dejar de sentirme extraño.

No despegó la vista del piano, esperando que ese 'mañana' pronto llegara.

Como vi por ahí que algunas les cuesta manejar un poquito el blogger tenia hechos estos tutoriales en imagen -0- los había hecho para el Blogger Lala-TVXQ pero como los hice yo los comparto aquí por si a alguien le llega a servir.


Como Crear un Blogger
Como Publicar
Tutorial para agregar Gatget

Espero que a alguien le sirva X'D

Titulo: Regalo Sorpresa
Autor: Irady
Pareja: JaeMin
Género: Slash, Lemon
Extensión: Oneshot
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Había sido un largo día de trabajo para Changmin. No era común para él tener que hacer algo sólo, sin sus demás compañeros, pero ya que estaban en Japón donde su popularidad era mayor, era perfectamente comprensible. Aunque no fue la gran cosa en realidad; una entrevista y algunas fotos, pero estaba cansado.

No cansado físicamente, esa no era la palabra, si no hastiado. Harto de la rutina. Siempre era la misma clase de preguntas las que le hacían. Una y otra vez en cada entrevista: ¿Qué esperas en el futuro? ¿Hay algo que quieras hacer ahora? ¿Tienes nova? ¿Qué tipo de chicas te gustan? Y un largo etcétera.

Sonrió ante la última pregunta pensando en las fans. Si supieran que a Shim Max Choikang Changmin (¿desde cuándo tenía tantos nombres?) le gustaban los chicos. Si supieran que tenía novio. Si supieran que ese novio es nada más y nada menos que Kim Hero YoungWoong Jaejoong. Si supieran que así era desde hacía tres años y medio.

Posiblemente las fans del “YunJae” querrían quemar la SME con todos ellos dentro.

Bostezando un poco, bajó de la van de la compañía, una vez que llegaron al edificio donde estaba su departamento, ése que compartía con cuatro de los chicos más deseados de toda Corea, por no decir de todo el mundo, pero eso para él sería demasiada arrogancia. Pero lo eran. Eran deseados, amados, envidiados y, por qué no, odiados por algunos.

Se paró frente al elevador del estacionamiento, y estaba a punto de presionar el botón cuando las puertas se abrieron, revelando a tres de sus hyungs saliendo de él. Changmin los miró extrañado.

—¿Y a dónde se supone que van ustedes? —preguntó.

Silencio.

Los tres chicos se miraban entre ellos, notoriamente nerviosos.

—Vamos a cenar fuera, ¿no es obvio? —respondió Junsu lentamente.

—Pero, ¿sólo ustedes tres? —replicó el menor—. ¿Y Jae?

Más silencio. Changmin juró que podía escuchar grillos en algún lado.

—Dijo que iba a esperarte y que después nos alcanzarían allá —respondió Yoochun al fin y los otros dos asintieron.

—Bueno, pues ya llegué —dijo Changmin señalando lo obvio y sacando su celular— Llamo a Jaejoong y le digo que baje.

Junsu lo detuvo sosteniendo su muñeca antes de que pudiera hacer cualquier cosa. Changmin lo miró con cara de “¿qué diablos te traes?”.

—¿Junsu?

Aún más silencio.

Changmin enarcó la ceja mirando al delfín, pero éste sólo atinaba a abrir y cerrar la boca sin que ningún sonido saliera de ella. Los dos mayores intercambiaban miradas nerviosas sin atreverse a intervenir. El pobre Junsu sentía que en cualquier momento se le presentaría una emergencia no muy honrosa en un adulto.

—Yo creo que deberías ir a verlo —dijo al fin Yunho, con el tono más serio y compuesto que pudo lograr—. Creo que esperarte era su pretexto para no salir. Lleva toda la tarde muy raro. Tal vez está enfermo.

La expresión de confusión y duda del menor se transformó en una de preocupación y miedo. Se soltó del agarre de Junsu, subió al elevador apresuradamente y presionó el botón de su piso. Estaba tan metido en sus pensamientos que no notó el suspiro de alivio que soltaron los otros tres chicos.

—Estuvo cerca —susurró Yoochun una vez que la puertas del elevador se cerraron.

•※•※•※•※•※•


—¿Jaejoong-ah?

No hubo respuesta. El departamento estaba a oscuras, pero Changmin ni siquiera parecía notarlo. Cerró la puerta y se quitó rápidamente los zapatos sin preocuparse por guardarlos, y fue directo a la habitación que compartía con el mayor de la casa.

Y tenía mucha razón al preocuparse. Jaejoong usualmente… No, nunca se quejaba cuando estaba enfermo, al punto en que los demás se enteraban hasta después. Si ahora prefería quedarse en casa en vez de salir, debía ser algo serio.

La vista que encontró Changmin al abrir por fin la puerta de su habitación lo dejó, literalmente, sin palabras y con la boca abierta, la cual sentía de golpe unas diez veces más seca que de costumbre.

La luz estaba apagada, pero había velas estratégicamente colocadas por toda la habitación permitiéndole distinguir bien. Un exquisito aroma a alguna flor que no reconocía y que flotaba en el ambiente inundó sus sentidos. Suave música de saxofón sonaba desde algún lugar. Pero no fue nada de eso lo que lo dejó en ese estado entre el shock y la lujuria.

—Bienvenido a casa, Changmin-ah.

Sobre la cama estaba Jaejoong, y no parecía enfermo para nada. Estaba sentado, apoyado sobre los codos, con las piernas separas y un poco flexionadas. Totalmente desnudo. Su cara era la representación perfecta del deseo. No había nada más ahora, sólo deseo. Changmin amaba eso.

—Oh. My. Fuck —fue todo lo que pudo articular al posar su vista en el erecto y enrojecido miembro del mayor. Changmin también amaba eso.

—Esa es la reacción que esperaba —dijo Jaejoong con una sonrisa de lado.

Changmin no atinaba ni a moverse. No podía formar un pensamiento coherente en esos momentos. De todo lo que era consciente era del increíble calor que se propagó como plaga por todo su cuerpo, especialmente entre las piernas. Ni siquiera podía recordar cuál era su nombre artístico… Estaba la “x” involucrada, ¿cierto?

Hmmm… ¿XXX?

Al ver que el menor no se movía, Jaejoong hizo un puchero inocente.

—¿No te gustó tu sorpresa o qué? —dijo con la voz más tierna de la que era capaz—. Bueno, supongo que esta noche seré sólo yo.

Dicho esto, el mayor comenzó masajear su ya dolorosa erección, poniendo especial cuidado en sus gemidos. Changmin era un ser auditivo y eso él lo sabía muy bien. Subía y bajaba su mano con una lentitud y cadencia que para él eran un poco insoportables dado su estado, pero sabía que a Changmin lo volvían loco.

La mente de Changmin comenzó a trabajar a mil por hora, intentando encontrar alguna razón del por qué Jaejoong hacía esto. Su cumpleaños no era. El de Jaejoong menos. No era el aniversario de su noviazgo, ni de su primer beso, o de su primera vez juntos. Entonces, ¿por qué?
Todo razonamiento huyó muy lejos de su mente cuando el mayor dejó escapar un gemido con su nombre. Maldiciéndose internamente por su torpeza comenzó a desvestirse apresuradamente, haciendo que algunos botones de su camisa saltaran en el proceso. Una vez que lo hubo hecho, prácticamente se lazó sobre Jaejoong en el mayor arrebato de pasión que había tenido.

Tal como lo pensó, Jaejoong estaba caliente, realmente caliente. Su piel ardía. Aunque no es que Changmin se quejara, claro que no. Aunque quisiera hacerlo, Jaejoong no le dejaba suficiente cordura ahora con los besos que le daba.

Gentilmente, a pesar del torrente de adrenalina instándole a ir más de prisa, Changmin separó las piernas de Jaejoong, situándose entre ellas y comenzando a mover las caderas causando una increíblemente deliciosa fricción entre sus miembros erectos. Jaejoong rompió el beso cuando ya no pudo detener los gemidos que luchaban por abrirse paso en su garganta. Estratégicamente colocó su boca cerca del oído del menor.

Changmin aprovechó el ángulo para succionar su cuello, dejando marcas que gritaban “sexo” por doquier. Jaejoong rodeó la cintura de Changmin con sus piernas y levantó la cadera, aumentando la superficie de fricción al máximo.

Changmin dejó de succionar, y con la lengua recorrió un húmedo camino bajando por el pecho del mayor, desviándose un poco para darles algo de atención a sus pezones, pero invariablemente bajando a donde Jaejoong quería que llegara. Changmin no se anduvo con rodeos y metió de golpe todo el miembro del mayor a su boca, comenzando a dar fuertes y firmes succiones.

Jaejoong perdió la poca cordura que pudo haberle quedado en ese momento. Su garganta dejaba escapar sonidos que hasta a él mismo le sorprendían.

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Jaejoong sonrió un poco por el pensamiento, pero no duró demasiado, porque Changmin comenzó a masajear sus testículos al mismo tiempo que seguía con las succiones en su endurecido miembro. El mayor realmente estaba perdiendo el juicio. Aferró sus manos a las sábanas tratando de encontrar algo de apoyo, tratando de soportar un poco más.

—Mírame, Jaejoong —dijo Changmin soltando el miembro del mayor.

Jaejoong gimió con fuerza y apretó las sábanas hasta que sus nudillos se pusieron blancos cuando volteó a ver al menor. Changmin lo miraba fijamente a los ojos y ahora su mano hacía el trabajo que había hecho su boca, pero aún repartía repentinas y esporádicas lamidas en la punta.

Un profundo gemido fue todo lo que el mayor dio de advertencia antes de que el orgasmo se apoderara de él, derramando toda su semilla en el rostro del menor, haciendo la vista más excitante que Jaejoong haya visto jamás.

Tomando a Changmin por los hombros, Jaejoong lo atrajo para besarlo con toda la pasión que demandaban sus deseos. Pudo probar un poco de su propio sabor en la boca de Changmin, lo que logró excitarlo de nuevo. Se recostó sobre la cama atrayendo al menor con él.

—Hazme el amor, Changmin —dijo mientras tomaba con la mano el excitado miembro del menor—. Quiero que me des duro y fuerte con esto.

Changmin no necesitó de más incentivos. Cuando intentó preparar a Jaejoong, se dio cuenta de que ya lo estaba. Volteó a ver al mayor quien sólo le sonrió con toda la inocente coquetería de la que era capaz, murmurando algo que sonó muy parecido a “tardabas mucho en llegar”, pero no podía estar realmente seguro de eso.

Sin más, Changmin penetró al mayor, pero lo hizo deliciosa y a la vez dolorosamente lento. Jaejoong solo gemía más con cada parte que el menor le obsequiaba, enterrándole un poco las uñas en la espalda.

Una vez completamente dentro, Changmin comenzó las embestidas a un ritmo que sabía que el mayor disfrutaba mucho, dándole a sus caderas el ritmo preciso para golpear aquel nudo de nervios que volvían loco al mayor. Sus cuerpos comenzaron a brillar por la leve capa de sudor que los cubría.

—Cha… mmhh… Chang… min… Aaah… Changmin… Minnie… ahhh… ¡Changmin!

Changmin aceleró sus movimientos, incapaz de resistirse a la sensualidad que destilaban los poros del mayor. Levantó la pierna derecha de Jaejoong y la pasó sobre su hombro del lado contrario, haciendo que Jaejoong girara levemente a la izquierda, y golpeó con mucha más fuerza aún dentro del mayor. El nuevo ángulo hizo que su miembro diera de lleno y totalmente contra la próstata de Jaejoong.

—¡¡¡Oh, Dios!!!

—Es “Changmin”, de hecho —respondió el menor entre gemidos con una sonrisa de lado—. Pero gracias por la comparación.

La risa de Jaejoong se perdió entre sus gemidos cuando Changmin aumentó aún más la fuerza de sus estocadas llevándolo al mismo cielo y de vuelta a la tierra. Los movimientos de Changmin se hicieron irregulares, salvajes. Llevando una mano hasta el miembro de Jaejoong comenzó a masturbarlo. Jaejoong sólo pudo morder la almohada por el placer.

Después de varios minutos en ese vaivén, Jaejoong sintió que no podía soportarlo más, pero por ningún motivo quería terminar solo.

—Conmigo —dijo el mayor entrecortadamente por los gemidos—. Vente… Ahhh… Vente conmigo a-ahora.

Changmin asintió mientras arremetía una y otra vez con la respiración acelerada. Jaejoong dejó caer la cabeza hacia atrás. De lo más profundo de su garganta salió un grito, a la vez que oleadas de fuego y descargas eléctricas recorrían su cuerpo por segunda vez. Y Changmin terminó al mismo tiempo, murmurando su nombre un millón de veces mientras su esencia se derramaba profundamente dentro de él.

Cuando pudo recuperarse un poco, Changmin salió lentamente del mayor, volviendo a bajar su pierna, pero no lo dejó acomodarse y se recostó detrás de él, abrazándolo por la espalda posesivamente. Jaejoong sonrió y cerró los ojos, cubriendo con sus brazos los del menor.

Durante un momento ninguno dijo nada, pero Changmin recordó lo que estaba pensando antes de dejarse llevar por Jaejoong en este juego de pasión.

—¿Ya me vas a decir qué celebramos? —preguntó.

—¿Qué no puede un chico preparar un regalo sorpresa para su novio sin motivo aparente? —le dijo Jaejoong.

—No respondas una pregunta con otra —dijo Changmin.

Jaejoong no le dijo nada más, así que Changmin volvió a sus pensamientos. Una sonrisa un poco burlesca apareció en su rostro cuando una idea le cruzó por la mente.

—Estuviste leyendo fanfiction de nuevo, ¿verdad? —preguntó. Jaejoong dejó escapar una risilla nerviosa.

—Sólo un poquito —respondió, pero cuando Changmin se rió fuertemente agregó—: ¡Oye! ¿Y cómo quieres que resista la tentación, eh? Esas bellezas están ahí, esperando por mí para llevarlas a la realidad. Además, ni te hagas, que te encanta.

—Tal vez —respondió el menor—. Aunque me parece que lo tuyo ya es patológico. Ya acabaste con el fandom coreano, y ahora estás con el extranjero. Te pones a leer cosas en casi cualquier idioma. ¿Cómo es que haces eso, eh?

—¿Sabías que en internet hay estas páginas donde ingresas un texto y lo traduce a cualquier idioma que tú quieras?

¿Quién dijo que sólo Changmin podía ser sarcástico? El menor sólo rodó los ojos y no dijo nada más. Mientras, Jaejoong recordó una página en particular. La que le llevó a hacer lo que hizo ahora. Por Dios que ese lugar tenía bastante que dar, así que se prometió volver alguna vez. Tenía que agradecerles luego… cuando aprendiera cómo hacerlo en ese idioma tan extraño.

—Supongo que también te deshiciste de los demás, ¿no? —preguntó Changmin. Jaejoong no respondió más que encogiéndose levemente de hombros, lo que para Changmin fue más elocuente que mil palabras—. Con razón estaban actuando tan extraño. ¿Qué les dijiste?

—Los amenacé con las fotos de mi celular —respondió el mayor y Changmin sonrió, dando un beso en la piel del cuello de Jaejoong que estaba a su alcance, pero no dijo nada más.

El silencio que siguió no fue para nada incómodo, al contrario. El cansancio de sus recientes “actividades” los fue venciendo poco a poco y casi al mismo tiempo. Antes de perder por completo la conciencia, Changmin escuchó a Jaejoong susurrar algo con la voz cargada de somnolencia.

—Feliz cumpleaños Denisse.
Pensando que había una muy buena razón para que el mayor dijera algo tan extraño, Changmin sólo lo abrazó más fuerte, sonriendo una última vez.

—Feliz cumpleaños Denisse —dijo también, antes de unirse a Jaejoong en sus sueños.



—————
N/A: Dedicado especialmente para ti, amiga!!!
Porque te lo mereces... por ir esparciendo el yaoi como si se tratara de una ETS hahahaha
Cuídate!!!
(o sea, para mi X'D la Yuuki)
T.Q.M!!!

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