En dos partes
La imagen del hermoso pálido que tenía frente a él solo era un estorbo para lo que realmente le fascinaba. Los labios que antes enseñaban un tono azul con matices morados, ahora se encontraban teñidos de un fuerte escarlata, producto del roce típico en un beso.
Aquellos ojos humanos aún no se abrían pero eso no importaba realmente, Ryutaro podía escuchar cómo la respiración de aquel ser regresaba a la normalidad. Sabía que Yuto no despertaría por varias horas.
-Puedes entrar - apenas Ryutaro dijo aquello las puertas de su habitación se abrieron. Nakayama entró y examinó cada detalle de su cuerpo, aquello le hizo sonreír- ¿Estás tan molesto como para no acercarte?
-Lo sabes. Sabes que lo que hiciste no es bueno, ni para ti ni para él - al escucharlo, la sonrisa de Ryutaro creció. Sí sabía algo, el motivo exacto de sus palabras.