The Princes Capitulo 3

Ryosuke se sorprendió pero el deseo de tenerlo entre sus brazos era mucho más grande, no perdería tiempo, las preguntas podían esperar.

El menor lo abrazo del cuello acercándose aun mas a su cuerpo dando un paso para dejar hacer a Ryosuke sobre la cama, el deseo fluía por sus cuerpos acelerando el ritmo sus corazones. Con sensualidad deslizo sus manos por sus hombros lentamente hasta su pecho, cargándose un poco y dejarlo acostado sobre la cama. En ningún momento dejaban de mirarse a los ojos. Mordiendo su labio se sentó sobre su entrepierna, moviéndose de atrás y adelante para excitarlo cosa que siempre se le hacia fácil, Ryosuke nunca se podía resistir a Yuri. El mayor quería incorporarse para tomar sus labios pero Yuri se lo impidió besándolo.


Ryosuke se alejo de su boca para besar su cuello. Ese molesto cabello largo le estaba estorbando. Yuri al notarlo se saco la peluca y soltó un gemido al sentir los labios del príncipe sobre uno de sus pezones. No sabía en que momento le había abierto el kimono. Tocando sus blancas y suaves piernas ascendiendo para llegar a sus caderas pero se encontró con algo que nunca antes pensó que el menor poseería.

-que... que es esto? - le pregunto al sacar la daga para indicarle a lo que se refería.

-no lo se – no quería dejar de sentir sus caricias – ya... quiero sentirlo – susurro en su oído – lo extraño – mordió el lóbulo de su oreja y lamio su cuello. Ansiosos los dos se quitaron las ropas torpemente hasta quedar completamente desnudos.

-hmm… estas listo? – el príncipe masajeaba ambos miembros con su mano. Yuri asintió y el mayor digirió dos de sus dedos a la estrecha entrada del más bajo.

-no – lo detuvo Yuri, el príncipe lo miro confundido – no es necesario, lo quiero sentir ahora – tomo el miembro erecto del príncipe haciéndole soltar un suspiro, se acomodo sobre este mientras se besaban, lentamente lo fue introduciendo en su cuerpo descendiendo hasta sentirlo completamente dentro.

Ryosuke se mordía el labio inferior, era tan excitante sentirse dentro de él y ya quería comenzar a moverse pero no era capas de hacerle daño al menor, pero como si éste leyera su mente comenzó el vaivén.

-te harás daño… solo… aah dios… - pero la fricción que sentía lo hace perder el sentido.

-amo… amo… -gemía el menor moviéndose cada vez mas rápido – aaahh…aaahh..

Sus cuerpos perlados en sudor, los fuertes gemidos del menor sonaban por toda la habitación acompañados del húmedo sonido que se hacia cuando sus cuerpos chocaban en otra embestida. Yuri necesitaba más pero estar arriba le cansaba mucho.

-más… más… amo – caía con más fuerza sobre el miembro del mayor queriendo así sentirlo aun más dentro de el. Ryosuke también quería por eso volteo posiciones quedando ahora el arriba, tomando una de sus piernas dejándola sobre su hombro salió de él para entrar en una fuerte y profunda embestida –aaaah…así, así – Yuri no dejaba de gemir, Ryosuke por mas que quisiera retener los gemidos con tal acto se le había hecho imposible, aumento la velocidad, sentía como el menor pronto llegaría al orgasmo al igual que el. Volvió a salir de el penetrándolo profundamente

-me… aaahh…. vengo… – anuncio el menor al momento que sentía como su cuerpo se tensaba, el mayor volvió a salir y entrar tan fuerte tocando ese punto que llevaba a la gloria al menor que araño la espalda del príncipe al momento que arquear la espalda y soltaba toda su esencia en sus vientres. Ryosuke ahogo el gemido mordiéndose el labio inferior cuando se corrió en su interior.

Sus respiraciones regulándose sin alejarse uno del otro, abrazados, deseando no soltarse. El príncipe soltó un quejo cuando sintió los dedos de Yuri acariciar su espalda, se levantó para salir de su interior.

-amo? – lo miro confundido por la expresión de dolor en su rostro – amo! –se asusto al ver en la yema de sus dedos un poco de sangre que de seguro no era suya.

-estoy bien – le sonrió recostándose a su lado.

-pero… le hice daño – lo abrazo de la cintura para acercarlo a su cuerpo.

-no importa, sanara – antes de que Yuri dijera algo capturo sus labios introduciendo su lengua, respondiéndole al instante y acercándose mas al príncipe, pasando una de sus piernas sobre las de el.

Se podía reflejar el amor que sentían el uno por el otro. En ese momento Yuri comprendió que no era lo mismo que sentía por el príncipe Yuya. Era algo muy diferente, no quería buscar respuestas en ese momento, solo quería estar con su amado príncipe.

Lo que no sabían ambos era que estaban siendo observados, yuto boquiabierto por todo lo que había presenciado y yuya muy enojado, ahora comprendía todas esas veces que el menor se rehusó a llegar mas lejos que un simple beso. Pero las cosas cambiarían, no se dejaría ganar, quería a toda costa quedarse con Yuri y un tonto chico no era contrincante para el.

Ryosuke y Yuri durmieron todo lo que quedo del día hasta la mañana siguiente. Cuando el menor despertó recordó lo que el rubio príncipe le había dicho el día anterior. Miro a su príncipe y antes de despertarlo beso sus labios. El mayor se removió sobre la cama abriendo lentamente los ojos, sonrió cuando vio a Yuri frente a él, lo abrazo dejándolo reposar sobre su pecho.

-debemos irnos – le dijo el menor dejando un beso en su pecho. Ninguno de los dos quería alejarse del otro, pero debían irse. Se vistieron, cuando ya estuvieron listos la puerta se escucho abrir y por ella entro el primer príncipe. Ryosuke sintió un gran odio, pensar que antes se sentía completamente enamorado de él, pero se equivoco, no era más que una simple atracción física y esos hermosos cabellos dorados que llamaban la atención de cualquiera.

-ya se pueden ir, dos caballos ya están listos – les dijo pero no se movió de donde estaba, Yuri no era capaz de mirarlo a los ojos. Caminaron detrás del príncipe siguiéndole el paso para ir donde se encontraban los caballos.

Yuto corría para llegar donde se encontraban, quería despedirse del príncipe, no quería que sintiera resentimientos hacia él aunque no le había hecho nada.

-Ryosuke! – lo llamo, el nombrado se volteo – ya se van? – los dos asintieron – no podrían quedarse un tiempo más? – Yuri se dio cuenta en la extraña manera en que el cuarto príncipe miraba a Ryosuke

-debo volver a mi reino – le respondió Ryosuke con una sonrisa. Yuya presenciaba toda la escena, la extraña forma en que su hermano miraba al tedioso príncipe y lo celoso y molesto que estaba el menor.

-Yuri – se acerco pero el menor se alejo, aun no lo podía perdonar por lo que le había hecho a Ryosuke.

-Yuri! – un fuerte grito llamo la atención de todos, Yuri vio como el príncipe se le acercaba con una expresión que no logro descifrar en ese instante. Tenia miedo? De un fuerte empujón cayó el suelo, levantó la vista para pedir una explicación pero el pecho de le oprimió al ver al príncipe con una flecha.

-tch falle – se quejo entre dientes el dueño de aquella flecha, si no se retiraba pronto seria descubierto.

Yuto sujeto con sus brazos a Ryosuke antes de que cayera de espaldas al suelo, chinen se había puesto de pie, de un momento a otro habían herido al príncipe. Miro en todas direcciones para buscar al culpable y lo diviso no muy lejos de donde se encontraban. Tomo la espada de yuto y salió tras él.

-Yuri no! Espera! – le grito Ryosuke pero el menor hizo oídos sordos – aa!! – se quejo al sentir la opresión que había hecho yuto inconscientemente en su hombro.

-hay que sacarla – las manos le sudaban, pero tenían que quitarle la flecha – soldado! Avísenles a las mujeres que preparen agua caliente y vendas – le ordeno a uno de los soldados que se quedo junto a ellos. Busco con la mirada a su rubio hermano pero no estaba con ellos. Tomo en brazos a Ryosuke y se adentraron por el castillo.

Chinen corría a todo lo que le daban las piernas, atraparía al tipo que había herido a su amado pero no lo podía alcanzar por el kimono que llevaba puesto, con su mano libre saco la daga que tenia en una de sus piernas y la lanzo logrando que se incrustara en el brazo de otro.

-maldito! – le grito abalanzándose sobre el para enterrarle la espada

-sabíamos que fracasarías – le dijo el desconocido – sabíamos que no serias capas de asesinar al amor del príncipe – sonreía con malicia y un dejo de dolor, pero Yuri aun no podía distinguir su rostro

-no puede ser… - dijo ya no poniendo tanta fuerza en su ataque

-creíste que la princesa no se enteraría? – se lanzo a atacarlo solo logrando rasgar su kimono - porque seas el favorito del príncipe no quiere decir que te deje vivir, te dejó muy claro que no podías volver si no cumplías la misión y eso incluye asesinarte.

Yuri no sabia que decir, estaba atónito a lo que el otro chico le decía. Entonces que ahora el príncipe este herido era su culpa, porque esa flecha iba dirigida hacia el, no al príncipe. Bajo la guardia, tenia la mirada perdida en el piso.

-ahorrémonos las palabras, después de matarte iré por el primer príncipe – con una daga corrió a atacarlo pero Yuri fue mas rápido esquivándolo para darle una patada y ponerlo contra el suelo boca abajo.

Su mirada estaba perdida, su cuerpo reaccionaba por inercia. Piso su espalda baja con fuerza, ni siquiera escucho el quejido que el otro hizo por su agresivo toque. Se agacho cargando su rodilla en la espalda para sujetar su daga y sacarla del cuerpo del otro el cual grito de dolor.

Tomando los cabellos del chico levantó su cabeza dejando expuesto su blanco cuello el cual se veía tentador para el menor. Rozo la daga en el haciéndole un pequeño corte superficial pero del cual igual broto sangre.

-crees que te dejare ir como si nada? – le susurro al oído – esto es lo que te pasa por enfrentarte a mi – sujeto sus cabellos con mas fuerza, estaba dispuesto a degollarlo.

-Yuri no! – yuya tomo su pequeño cuerpo tomándolo en brazos y sujetando la muñeca que aun sostenía la daga. Los soldados rodearon al desconocido que no perdió tiempo y se puso de pie apretando con la palma de la mano su brazo herido.

-tch, nos volveremos a ver Yuri – los soldados se acercaron para atraparlo pero ninguno fue lo suficientemente ágil para atacarlo logrado huir del lugar.

-suéltame! – gritaba Yuri – lo matare! – yuya por ningún motivo lo dejaría ir tras él. Lo sostuvo con mas fuerza – que me sueltes te digo! – lo golpeo en el mentón con su cabeza, el rubio lo soltó por el fuerte golpe. Pretendía salir tras el chico pero el fuerte agarre del rubio lo volteo, recibiendo un golpe en la boca del estomago dejándolo inconsciente. Los soldados miraban como el príncipe tomaba a la “chica”.

-si vuelven a dejar escapar a alguien serán ustedes los que sufran las consecuencias – dicho esto se fue dejando a los soltados un tanto asustados.

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En una de las habitaciones las criadas atendían el hombro herido de Ryosuke. Yuto se encontraba de pie cargado en la pared mirando como Ryosuke se aguantaba el dolor mordiendo un pedazo de tela desviando la mirada hacia otro lado para no ver como la mujer sacaba en un fuerte movimiento la flecha. Después de curar su herida una de las mujeres se quedo mirando su blanca espalda.

-su espalda también esta herida – al escucharla no pudo evitar sonrojarse, el cuarto príncipe se acerco diciéndole a las mujeres que se retiraran, luego llamaría alguna para que se llevase las cosas.

-porque tu espalda esta herida? Que yo recuerde cuando llegaste, esas heridas no las tenias – sabia muy bien porque su espalda estaba así – parecen rasguños – susurro insinuantemente.

El príncipe se puso de pie ignorando sus palabras, tomo su camisa pero esta estaba rota y manchada. Yuto suspiro y se acerco a uno de sus cajones

-supongo que ahora si te quedaras, por lo menos hasta que tu herida sane

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El rubio dejo al menor sobre su cama, sus manos estaban manchadas con sangre ajena. Se había sorprendido al ver como había reaccionado cuando salió detrás del desconocido, dispuesto a matarlo. Se le había quedado observando cuando se enfrentaba al desconocido, escuchando claramente la conversación de por medio.

Si estaba en lo correcto la princesa Aya era la que le había ordenado asesinarlo y no Ryosuke. Pero cual era el motivo? Aunque quisiera sacarle toda la verdad a Yuri, sabia que no diría nada.

Acaricio su mejilla sacando esa mancha de sangre. Como le encantaba ver su rostro cuando estaba dormido.

-solo me causas problemas – dijo antes de acercarse y dejar un casto beso sobre sus labios-

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Se escondió en una cabaña oculta en medio del bosque, le ardía la herida, estaba sangrando demasiado, nunca antes había visto salir tanta sangre de su cuerpo. Maldecía una y otra vez a Yuri y el haberlo subestimado.
Un ruido proveniente de uno de los rincones de la casa lo asusto, solo entraba un poco de luz por una ventana de la casa, demasiado oscuro para darse cuenta de quien se trataba.

-fracasar en una misión no es lo tuyo – se tranquilizo al reconocer esa voz, con cuidado se deshizo de su ropa quedando solo en pantalones. Su brazo y cuello manchados con sangre – y llegas herido – el tipo se había acercado a su espalda pasando su dedo índice alrededor del corte en su brazo – sabias perfectamente que ninguno de ustedes es mejor que Yuri – tomo su mentón para ver el corte en su cuello – sabia que fracasarías – se acerco a la mesa tomando una jarra con agua – que paso?

-herí al príncipe Ryosuke – deposito ruidosamente la jarra a su lado y rasgo su propia camisa – Yabu… - lo llamo el menor volteándose para mirarlo recibiendo un salvaje beso que respondió de la misma forma – lo siento – dijo cuando se separaron

-si Aya se entera será tu cabeza la que este en juego – el chico se quedo en silencio – no quiero que vuelvas a ir – levantó la vista mirándolo a los ojos – iré contigo

-no, no puedes

-entonces te quedaras aquí

-no puedo! Aya de todas formas se enterara! Si no mato a Yuri y al príncipe no estará satisfecha!

-Ryutaro no dejare que vuelvas a estar en peligro! Porque crees que Aya mando a Yuri? Es mejor que todos ustedes!

-no es cierto, sino el príncipe estaría muerdo además si no cumplo mi misión ella… - pero el mayor no lo dejo seguir hablando silenciándolo con sus labios

-no saldrás de aquí hasta que tu brazo deje de sangrar, iré yo – vio en la mirada del menor preocupación – estaré bien – dijo acariciando su mejilla – no me sucederá nada malo

En silencio curo su herida, cuando estuvo listo se acostaron en la cama abrazados, dejando que el menor apoyara la cabeza en su hombro.

-envenenare al príncipe y a todos los del castillo – susurro con el seño fruncido cuando el menor ya estaba dormido, no dejaría que nada malo le pasara, aunque eso significara arriesgar su vida.

Continuara….