My Pet - Especial 4

He sido iluminada(?) por lo que he podido darle final siguiente capítulo que es demasiado largo, pero como es el final no importa. Después de mi crisis emo por la pérdida de mi netbook veía más difícil el terminar este fanfic antes de fin de año, pero pronto lo tendrán ;_; y me emociona. Gracias a todos por leerlo y seguirlo por 4 años :v Cuatro años y recién lo termino ._. Espero que lo disfruten :c Es el fanfic que más he amado y divertido al escribir porque no es tan emo como Someone o dramático como otros ._. es más cómico, aunque mi humor es raro y no da risa… así que no es humor, pero ustedes entienden(?)
Bueno, el último especial.

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Ya había pasado mucho tiempo desde su llegada. El recuerdo de las hojas caer en su hogar comenzaba a extrañarlo. Los cinco hermanos parecían haberse acostumbrado a ellos, por lo menos no se asustaban con los cambios al transformarse.

Un pesado suspiro salió como si la vida se le fuera en ello. Faltaba poco para el otoño y su piel se lo recordaba cada que el viento chocaba contra ella al estar de pie frente al ventanal abierto, y más por llevar una polera sin mangas de Kei. Su ropa no le quedaba tan mal, aunque muchos pantalones eran muy largos para sus piernas. Entonces recordó a su hermano, cuando prefería usar su ropa que al final le quedaba un poco grande, a pesar de que Ryunosuke era el menor.

Volvió a suspirar con nostalgia, sin notar la presencia de alguien más en el salón.

¿Su hermano aún seguiría molesto?

“-¡Me niego! –Su brazo había sido fuertemente tomado por su hermano, que retuvo su andar- ¡Daiki no se irá! –había sido un plan irse sin despedirse, pues sabía que se negaría.

-Ryunosuke, es necesario. Los recuerdos de Kei… -pero el hijo menor no dejó que su madre terminase de hablar.

-¿Y le han preguntado a Daiki sobre esto? ¡Solo lo llevan ahí sin saber sus sentimientos! –no quería verlo marchar, pues no sabría cuando volvería.

-Hermano… -En una suave caricia Daiki quitó la mano que le retenía, pero solo para tomarla bien y acercarse lo suficiente para que su cabeza descansara sobre el hombro de su hermano menor- Quiero ir… -esperaba comprensión de su parte, pero Ryunosuke solo le apartó bruscamente, no dirigiéndole la mirada cuando dio media vuelta y se marchó molesto.

-Daiki, es hora. Pronto amanecerá –dijo la mujer.

-Sí… -aunque caminó en dirección contraria a su hermano, no dudó en voltear el rostro para ver si regresaba, aunque este no lo hizo.”

-Ryunosuke… -susurró cabizbajo.

“¿Ryunosuke?” Kei se cargó por completo en la pared, sin dejar de mirar la espalda de Daiki. Ahora el nombre de alguien más interfería en su cercanía con el felino, y lo más preocupante era que con esos suspiros el tal Ryunosuke se trataba de alguien demasiado importante.

Una gruesa y espinosa estaca de sentimientos no correspondidos se clavó en su crazón, como si atravesara su piel hasta salir la punta por su espalda, dejando un profundo miedo, pues esa persona parecía ser más importante que él mismo. Un beso correspondido -como él quería creerlo- no se comparaba con esos suspiros, pero intentaba acrecentar la esperanza de que podía ganar al recordar cada momento en que Daiki le permitió estar a su lado.

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