Pesadilla

No es absolutamente nada interesante. Solo lo quería escribir para no olvidarlo.

Acababa de llegar de la escuela. Mamá siempre me recibía con un cálido beso y abrazo, y mi hermano preguntándome lo que me ocurrió en la escuela o molestandome para hacerme enfadar, pero hoy no fue así. Al llegar la puerta estaba abierta y un frío silencio invadía la casa.

Nunca me gustó estar en silencio en casa.

A pasos lentos me introducía a la casa, no podía evitar sentir miedo. Miraba para todas partes pensando que algo aparecería de repente. Estaba tan asustado que ya se me pasaban por la mente imágenes de películas de terror.

- ¿Mamá? - mi voz hizo eco por la casa, tragué saliva. No había nadie en la primera planta, esto ya me estaba asustando más. Miré las escaleras y me acerqué lentamente hasta que mi mano tocó la baranda. Puse el pie en el primer escalón y al cargarme en el chirrió.

Subí las escaleras sólo escuchando como la madera crujía con mi peso, era la único que rompía el silencio. Caminé a la primera habitación que era la de mi madre. Tenía miedo de acercarme, había alguien ahí dentro y respiraba muy agitado. Estaba a punto de llorar, si esta era una broma de mi hermano se estaba pasando. Mirando poco a poco vi unos pies extendidos, me asomé mucho más... mi madre estaba tendida en el piso y había mucha sangre. Habían otros dos cuerpos, uno sobre el otro.

- ¿Papá? - mis ojos estaban abiertos de par a par. El cuchillo que mi padre sostenía en su mano lo incrustaba una y otra vez en el pecho de mi hermano. Estaba todo manchado de sangre y mi hermano estaba inerte, lo único que lo movía era cada vez que mi padre enterraba y sacaba el cuchillo de su pecho. Fue como si ambos me miraran. Mamá movía sus labios como si quisiera decirme algo y mi hermano guardaba silencio para que la escuchara. Abrí la boca queriendo decir algo pero SU voz me hizo volver a mirarlo.

- ¿Daiki? - lo vi ponerse de pie e inconscientemente por el miedo di un paso hacia atrás topandome con la pared. Se acercaba cada vez mas y corrí hasta las escaleras.

Todo me daba vueltas, tenía nauseas y los pasos rápidos detrás de mi se escuchaban cada vez mas cerca. Sentía como si corriera lentamente, como si estuviese trotando y la puerta se veía cada vez mas lejos. El miedo aceleraba cada vez mas mi corazón y comenzaba a doler. No podía dejar de llorar.

Un fuerte agarre me hizo perder el equilibrio cayendo de las escaleras boca abajo y cuando volteé mi padre sostenía el cuchillo. Su cara estaba desfigurada con manchas de sangre y sonreía como un loco. Moví mis manos para soltarme de él pero me era imposible hasta que vi el cuchillo acercarse a mi.

-¡¡NOOO!! - mi respiración agitada era la único que escuchaba. Estaba sentado sobre la cama y todo estaba muy oscuro.

No había sido mas que un mal sueño. Eso pensé hasta que escuché la voz de mi padre entrando a mi habitación.

Fin