POV DAIKI
Quedé con Ryosuke para que saliéramos juntos y divertirnos un rato, pero luego me llamó diciendo que no podría salir, que tenía cosas que hacer. Me aburrí todo el santo fin de semana, no tenía nada que hacer pero tampoco quería quedarme encerrado en casa. Tome mi skate y salí de casa un rato. Vagué por las calles unas horas, pero el calor era demasiado, podía sentir una gota de sudor correr por mi cuello. Busqué una heladería hasta que hallé una cerca de un parque.

Disfrutaba tranquilamente de mi helado bajo un árbol y la fresca brisa que corría.

- ¿Daiki? – levanté la vista y mi corazón se aceleró al instante. No hablé, solo desvié la mirada al piso – ¿podemos hablar? – me preguntó pero simplemente lo ignoré. Tomé mi skate dispuesto a irme pero él me tomó del brazo – por favor – me pidió.

- No tenemos nada de qué hablar, debo irme – lo de Ryosuke lo tenía casi olvidado pero el beso que se dio con Chinen aun no – que raro ¿y chinen en donde esta? Pensé que estaría contigo.

- Sobre eso…

- Está bien, no tienes que decir nada, no me interesa. Si quieres te puedes ir a besuquear con esa chica que está en frente o ¿qué te parece ella? – dije apuntando a una chica que pasaba por nuestro lado.

- No seas ridículo – me dijo y eso me hizo enojar aun más.

- ¿Ridículo? – sonreí – ridículo es lo que tu supuestamente sientes por mí, porque déjame decirte, que si te gustase de verdad no te besarías con Chinen.

- Es cierto, lo besé pero no siento nada por él, al que quiero es a…

- Si, si, no tienes para que decirlo, es molesto e incomodo escucharlo sabes, no me lo vuelvas a decir o terminare vomitando del asco – me zafé de su agarre y me fui en mi skate lo más rápido que pude.

Lo que resto del fin de semana me la pasé encerrado en casa. No quería volver a toparme con Inoo y lo mejor para eso era no salir más de casa.

Cuando llegué a la escuela Ryosuke al parecer aun no llegaba porque no estaba en el salón, así que me quedé en mi pupitre hasta que comenzaran las clases. Por la falta de sueño – todo por culpa de Inoo- me quedé dormido y un golpe en la cabeza me despertó.

- ¡Auch! – dije sobándome la cabeza.

- Qué vergüenza, babeando la mesa – Ryosuke acababa de llegar con una enorme sonrisa.

- ¿Y por qué tan contento? – no me dijo nada hasta que se sentó a mi lado.

- Mira lo que tengo~

- Entradas gratis para el cine, ¿qué tiene eso de especial?

- No quieres ir al cine conmigo, que mal amigo eres – dijo dándome un golpe en el hombro – si no quieres entonces me buscare una linda chica.

- Está bien, dame eso – le dije arrebatándole las entradas – las guardaré yo por seguridad, no vaya hacer que de verdad te vayas con una chica y me dejes plantado – comenzó a reír.

- Eso es lo que harías tú – no dejaba de reírse, no le encontraba gracia a lo que decía.

- Claro que no, nunca haría eso “solo me gustas tú” – seguía riéndose pero de un momento a otro dejó de hacerlo.


~*~*~

Recuerdos de la conversación con Ryosuke iban a su mente, las cosas que le había dicho, no sabía cómo reaccionar en frente de él ahora. Quería y no quería que llegara el día lunes, pero de igual manera el fin de semana se le pasó rápido, ahora se dirigía a la escuela a paso lento, mirando a todos lados para no toparse con Ryosuke.

De repente escuchó como lo llamaban desde atrás pero no quería voltear, aun no se sentía preparado para verlo y hablarle, era algo estúpido pero no lo podía evitar. Aun así no adelantó el paso.

- Maldición. Corre que llegamos tarde – sintió como le tomaron la mano y se dio cuenta de que era Keito. Comenzaron a correr para llegar a tiempo.

Jadeando lograron entrar antes de que cerraran el portón. Yuto comenzó a reír al ver el estado en el que se encontraban, no era la primera vez que casi llegaban tarde. Keito no dijo nada, volvió a tomar su mano para irse juntos a su salón.

~*~*~
- ¿Qué te pasa?

- ¿Qué me pasa? ¿Quieres saber qué es lo que me pasa?, ¿por qué tenías que seguir cuando Inoo llego?, ¿por qué no te detuviste? Y sobre todo ¿por qué le dijiste todas esas cosas? – le preguntaba Chinen mientras le daba un golpe en el pecho por cada pregunta.

- ¡Ya detente! – tomó las manos de Chinen para que dejase de golpearlo – ¿de qué te preocupas?, no nos vio y tampoco sospecha nada, además – sonrió con un brillo en los ojos que Chinen conocía bastante – ¿no crees que fue más excitante? – le iba a dar un beso cuando Chinen lo piso – ¡AUCH!

- ¡Eso te mereces y más! ¡Y de castigo no tendré sexo contigo en un mes! – el mayor se sobresaltó

- ¡¿EN UN MES?! ¿No crees que sea mucho?

- Mmmm… una semana, solo si me dices qué hablaste con él – la mirada molesta de Chinen seguía intacta. Takaki dio un largo suspiro y se cargó en la pared.

- Solo hablamos de ti – Chinen se puso nervioso pero también contento por ser el tema de conversación – me preguntó qué debía hacer, que no sabía cómo mirarte, eso fue todo.

- ¿Eso fue todo? ¿No hablaron nada más? – el mayor negó con la cabeza – no me estas mintiendo ¿verdad? – volvió a negar con la cabeza – pensé que diría otra cosa – dijo bajito.

- Te dije que Inoo nunca se fijaría en ti.

- ¿Y por qué no? ¿Acaso soy feo? No me encuentras lindo, simpático, tierno, cariñoso – a medida que hablaba se acercaba cada vez más al alto, tomándolo de la cortaba para acercar más sus rostros. Takaki simplemente no respondía, esperaba probar esos labios. Pero Chinen no se lo permitió soltándolo para luego voltearse – bueno, eso era todo lo que quería hablar contigo así que bye bye, me voy a mi clase.

Como odiaba que hiciera eso, pero pronto se las cobraría mañana.


POV YUTO
Keito no me soltaba de la mano y yo no hacía nada para soltarlo tampoco.
- Tengo unas entradas gratis para el cine, vayamos juntos – le dije.

- Mmm… ¿al cine? ¿Por qué no vas con una chica? o mejor, ¿por qué no vas con tu nuevo amigo? – lo dijo tan molesto que me asustó.

- Que, ¿ahora me dirás que estas celoso?

- ¿Celoso? No estoy celoso – pude ver claramente que estaba sonrojado.

- Ay pero que lindo te ves así – rodeé con un brazo su cuello acercándolo a mi – si sabes que solo te quiero a ti, no estés celoso – comencé a reír escandalosamente pero Keito dejó de caminar y alcé la mirada.

- Hola – saludó a Ryosuke que estaba en frente de nosotros fuera de uno de los salones.

- Hola – le respondió el saludo, posó sus ojos en mí poniéndome nervioso – Hola Yuto.

- Hola Yamada – tomé de la mano a Keito para que camináramos, terminé arrastrándolo porque aprecia no reaccionar, pasé por su lado sin mirarlo ni decirle nada más. Cuando ya estuvimos dentro de nuestro salón y me senté en mi pupitre, Keito golpeó la mesa con la palma de sus manos llamando la atención de todos.

- ¿Él es Yamada? – me preguntó al oído, yo solo le respondí con un leve “si” – ¿y estuviste con él todo el tiempo? Es que no lo entiendo – suspiró con la mirada pérdida pareciendo buscar alguna respuesta.

- Solo lo supe el viernes – le dije para que dejara de mirarme así – te lo juro, me lo dijo ese día – parecía no creerme-

- ¿Y qué harás? – como me gustaría saber qué cosa hacer, éramos amigos y las cosas cambiaron tanto al saber su apellido.

- No lo sé – le respondí, no seguimos conversando porque el profesor ya había entrado al salón.


POV DAIKI
No podía dejar de buscar una respuesta a lo que había sucedido en el pasillo, pero ahora tenía una pequeña idea por el estado de ánimo de mi amigo. No pude tomar atención en toda la clase, me preocupaba mucho.
Se había pasado toda la clase haciendo círculos en su cuaderno. El profesor le llamó varias veces la atención pero Ryosuke parecía perdido, en la luna. El profesor se aburrió de tanto llamarle la atención así que solo lo dejó y siguió con la clase.

Como me gustaría saber qué es lo que piensa o ser yo el que lo distrae de las clases, ser yo el que este en sus pensamientos. Cuando la clase terminó Ryosuke seguía recostado sobre su pupitre haciendo garabatos en su cuaderno, la hoja ya casi toda rallada, no le quedaba casi ningún espacio en blanco.

- Ryosuke ¿qué es lo que te pasa? – estaba preocupado por él, no me respondió, estaba ido y yo estaba a punto de perder la paciencia, golpeé su mesa pero no reaccionó, solo escondió su rostro entre sus brazos -te juro que si estas así por ese troglodita iré a golpearlo me da igual lo que haya pasado – eso lo hizo reaccionar, levantó el rostro y me sonrió.

- Dai-chan ¿qué tienes de comer? – así que evitando el tema.

No importa Ryosuke averiguaré de todas formas qué sucedió entre ustedes dos, porque ese cambio de ánimo en ti no es normal.
FIN POV DAIKI


Ya había pasado una semana, Ryosuke y Yuto solo se veían a la hora de la cena. El menor aun estaba molesto y solo por una simple palabra que lo estaba desmoronando. Quería saber a quién amaba realmente Ryosuke pero no quería preguntárselo. Pasaba horas pensando en lo mismo sin llegar a ninguna parte.
Ryosuke sentía que cada día estaba más extraño, con ganas tremendas de ver a Yuto pero cada vez que preguntaba por él le decían que había ido a esquiar. Otra semana pasó y Ryosuke ya estaba mejor, por lo menos podía caminar sin estar cangándose de las cosas.

Sentía tremendas ganas de sentir a Yuto cerca de su cuerpo, poder besar esos labios que tanto había extrañado en dos semanas. Preguntó por él a una de las sirvientas, ésta le dijo que la última vez que lo había visto había sido en la piscina.
Caminó hasta llegar pero no lo vio en el agua ni en ninguna parte. Escuchó ruidos provenientes del camerino. Caminó sigilosamente, escuchando los sonidos cada vez más fuerte, estaba claro que eran gemidos pero, de quién?

- Ryu… - un gemido pronunciando el nombre de su hermano.

Se asomó, que demonios hacía Ryutaro teniendo sexo con un chico?!. Podía perfectamente ver al chico ya que estaba de espaldas cangado en la pared y Ryutaro frente a él tomándolo de las piernas, golpeando su cadera con la del desconocido, penetrándolo cada vez mas fuerte.

- Aaahh Ryu… ya no… - Ryutaro lo calló con besos fogosos introduciendo su lengua en la boca del otro.

Tres embestidas más y ambos se corrieron. Sus cuerpos perlados de sudor, sonriéndose torpemente. Se volvieron a besar antes de que Ryutaro saliera de él y lo bajara tomándolo de la cintura. Ryosuke ya no podía seguir ahí. Corrió hasta la habitación más cercana y ahí se encerró. Miró su entrepierna, ahora por la culpa de su hermano tenía un problema pero lo que más le inquietaba era su hermano, su pequeño hermano teniendo relaciones sexuales con otro chico, estaba seguro de haber visto a ese chico en alguna parte pero no lo recordaba.

- ¿Qué haces aquí? – se volteó encontrándose con Yuto – pensé que estabas durmiendo – dijo para volver a su lectura.

Cuando miró a todas direcciones se dio cuenta de que estaban en el despacho del padre de Yuto, eso era lo que pensaba ya que habían libreros, un gran escritorio y un gran ventanal, se podía ver la nieve caer, volvió a mirar al menor que estaba sentado en el sofá leyendo quien sabe qué cosa. Un silencio incomodo los invadía, Ryosuke no sabía que decir así que se le acercó y se sentó a su lado.

- Yuto – dijo cangando su espalda y cabeza en el respaldo del sofá.

- ¿Uhm? – dijo el otro sin siquiera mirarlo.

- ¿Por qué no fuiste a verme en dos semanas? – Aunque Yuto no lo notase Ryosuke estaba ansioso porque respondiera.

- Estaba ocupado – fue la simple respuesta que le dio, Ryosuke se sintió tan triste, no quería seguir hablando del tema porque de seguro Yuto le respondería fríamente otra vez.

- Me enseñaras a esquiar, ¿verdad? – se sentó bien mirándolo ahora al rostro. Yuto cerró el libro y lo miró.

- Tu pierna aun no…

- Ya está mejor, de verdad, enséñame a esquiar – pedía haciendo un puchero. Se veía muy tierno y aunque Yuto tratara de cambiar lo que sentía por él no podía, su cuerpo se estremeció al sentir las manos del mayor sobre su pecho y como poco a poco se iba acercando a sus labios. Era muy común en Ryosuke tener ese tipo de acercamiento hacia él. Lo tomó de los hombros y lo alejó.

- Esta bien, ¿te parece mañana? Ahora debo tomar un baño. Te veo luego – dijo mientras iba hacia la puerta, le sonrió antes de salir y cerró la puerta.

El mayor quería tocar sus labios y Yuto no se lo permitió. Le dolía el rechazo. Se quedó un momento solo en el despacho pensando hasta que la puerta se volvió abrir.

- Hermano – era Ryutaro pero no estaba solo, había un chico más bajo a su lado – ¿qué haces aquí y solo?

- Nada, ya me voy – pasó al lado de ellos y le sonrió al más bajo – pueden usar tranquilamente esta habitación aunque – los miró un momento – Ryutaro podrían usar tu habitación uno nunca sabe quién podría llegar – y se fue dejando a la pareja mirar sonrojados la puerta ya cerrada.

- Crees que nos vio? – preguntó el más bajo

- Quizás – dijo Ryutaro



La verdad es que no tenía ganas de volver a la habitación, había estado encerrado por dos semanas, necesitaba distraerse con algo. Caminó por los pasillos de la casa a paso lento mientras inspeccionaba los alrededores. Todo estaba tranquilo hasta que comenzó a sonar el timbre de la casa, no le tomó importancia y siguió caminando por los pasillos.

- ¿Es que acaso no hay nadie? – se preguntó, el timbre seguía sonando y aun nadie abría la puerta.

Bajó las escaleras y se acercó a la puerta, quien podría ser tan molesto como para seguir tocando el timbre con esa rapidez. De momento dejaron de tocar al timbre, no tenía pensado abrir, quien fuese que estuviera ahí afuera tenía que esperar porque él no tenía ganas de tomar la perilla.
“y si son mi madres… o los señores Nakajima” pensó “no, ellos están trabajando” seguía pensando quien podría ser “algún empleado?” no había ninguno en la casa, por algo ninguno fue abrir, pero si hace unos minutos estaban ahí. Lo pensó dos veces y decidió abrir la puerta para ver si aún seguía ahí la persona, asustándose al sentir un abrazo y un beso.



Estaba tranquilamente tomando un baño, tan relajado, pero el incesante sonido del timbre lo interrumpió. Se preguntaba porque ningún empleado abría la puerta. Tomó una toalla amarrándosela a la cintura y salió. Dejó de escuchar el incesante sonido del timbre de igual manera bajó y al momento de acercarse al salón donde estaba la entrada principal vio a Ryosuke abrir la puerta y… “pero qué demonios” se dijo internamente, qué hacía ese tipo abrazando y besando a su Ryosuke.

El castaño no reaccionó, solo se quedó quieto impresionado por el repentino beso del desconocido.

- Lamento interrumpir – dijo Yuto para que se separaran, cuando por fin el desconocido separó sus labios del mas bajo lo abrazó aun mas fuerte

- ¡Como te extrañe, veo que no creciste nada! Mejor así, te vez más lindo – ninguno de los otros dos entendía nada. Ryosuke se preguntaba quién demonios era, que le recordara nunca en su vida lo había visto en cambio Yuto pensaba que Ryosuke en sus días de ausencia se había conseguido a otro chico con el cual pasar su tiempo libre.

- ¡Un momento! – gritó el más bajo empujando al desconocido – ¿quién eres? – preguntó haciendo una mueca

- Si, ¿quién eres? – preguntó también Yuto con un tono de molestia mientras se acercaba a la pareja. Cuando Ryosuke se dio cuenta que solo llevaba una toalla y las gotas de agua se deslizaban por su cuerpo fue imposible dejar de mirarlo.

- Yu—Yuto por qué… - pero fue interrumpido por el desconocido.

- ¿Qué crees que haces? – Encaró a Yuto con una mirada fría al ver que alejaba a Ryosuke de su lado- ¡él es mío! – se lo arrebató para volver abrazarlo – Yuto han pasado doce años en que no nos hemos visto, te juro que no volveré a irme al extranjero y recuperaremos el tiempo perdido – Ryosuke no podía tener peor rostro… ¿él lo había llamado Yuto?... ¿recuperar tiempo perdido?... ¿qué significaba todo eso?

- Hermano – los tres giraron – ¿qué haces aquí? ¿Y por qué… -apuntó a Ryosuke – abrazas a Yamada-san?

- ¿Yamada? No seas tonto Yuri, el es Yuto – dijo con una sonrisa en los labios muy seguro de lo que decía. Yuto no aguantó más y los separó dejando al castaño detrás de su espalda.

- Kei no seas tonto- le dijo al reconocerlo- yo soy Yuto él es mi… - todos estaban atentos a lo que decía pero Yuto no sabía que decir, su mente trataba de buscar la palabra perfecta para describir su relación.

- Yamada Ryosuke – se presentó haciendo a un lado a Yuto para extender su mano sonriéndole.

Por toda la confusión había olvidado que ese lindo chico, alto y de cabello escuro lo había besado. Todo en silencio, Kei no reaccionaba, tenía una mirada seria. Por lo incomodo que se veía todo Ryosuke fingió una sonrisa y bajó el brazo pero de inmediato sintió que lo volvían abrazar.

- De ahora en adelante tú serás mi primo – dijo feliz

- Pero que dices, yo soy tu primo – decía Yuto con el seño fruncido, celoso de la forma en que se abrazaban, porque Ryosuke había correspondido el abrazo y no se veía para nada de incomodo.

- Si pero tú estas muy grande ya no eres ese adorable Yuto que conocí hace años, en cambio el se ve muy tierno.

- Hermano no creo que sea bueno que lo abraces de esa forma.

Ryosuke no se sentía para nada incomodo en los brazos del mayor por eso sin darse cuenta le había correspondido el abrazo, sintió un fuerte agarre en su nombro cuando Yuto trato de separarlos. Sus gritos junto con los de Kei se escuchaban por toda la casa y el castaño estaba perdiendo la paciencia. Molesto golpeó al pelinegro en el estomago haciendo que se retorciera por el golpe y empujó a Yuto.

- ¡¿Qué se creen ustedes dos?! ¡No soy un juguete! - dijo muy serio, subió las escaleras y se fue a su habitación. Todos estaban sorprendidos, Yuto y Ryutaro hace días no lo veían molesto, Yuri se preocupó por su hermano pero se asustó al ver esa mirada fría en su rostro.

- ¿Kei? – Lo llamó, el mayor lo miró y le sonrió

- Me quedare a dormir aquí – Yuto hizo una mueca – ¿en dónde está mi habitación? – no tenía problemas con que se quedara pero no quería volverlo a ver cerca de Ryosuke.


“Debemos terminar” eran las palabras que en ese momento me mataban por dentro, estaba enamorado “¿por qué?” le pregunte “ya no te amo” como dolía escuchar eso, escuchar esas palabras de la persona que has amado por casi tres años “¿por qué?...” volví a preguntar cuando volteó, pero esas palabras se las llevó el viento porque no pareció haberme escuchado.

Desde ese momento dejé de ser el de antes, la escuela iba como siempre, mis notas no bajaron, pero ya no hablaba con casi nadie. Yabu trataba de hacerme reír, cosa que en pocas ocasiones lograba, salíamos juntos en la noche o me presentaba otras chicas. Pero olvidarme de ella no podía, menos ahora que la veo con otro chico. La tiene tomada de la cintura y se ven felices. La odio, pero la amo. Ni yo me entiendo pero odio que haga ese tipo de cosas sabiendo que la observo.

- Inoo vamos a tomar algo – me sugiere Yabu, pero deseos de salir del salón no tengo, prefiero seguir mirándolos desde la ventana. Que masoquista soy.

- Ve tú, no quiero salir – no me insistió y en pocos segundos ya estaba solo en el salón.

Me pregunto por qué aun la quiero. Desvío la mirada hacia la entrada de la escuela, está lejos pero se puede ver que alguien viene entrando, junto con otra persona que viste adecuadamente. Se van acercando al edificio en donde me encuentro. El tipo le entrega un maletín al chico que está a su lado.

- Otro hijito de papá – murmuro, al parecer está perdido, sonrío burlándome de él.

¿Cuánto rato se quedará ahí de pie? Supongo que estará esperando a alguien.
Justamente era eso, veo como mi ex-novia corre a abrazarlo y el correspondiéndole. Estoy comenzando a sentir más celos.

- ¿Qué tanto miras? - escucho de repente, Yabu ya había llegado, no lo oí entrar – ¿quién es? - me pregunta mirando en mi misma dirección.

- No lo sé – respondo con evidente molestia.

Suena la campana anunciando el término del descanso. Iku toma de la mano aquel chico y se lo lleva. Al rato después entra ella y se sienta de lo más normal delante de mí. Después que terminó conmigo es indiferente, como si no me conociera.

La clase comienza, es tan aburrida que termino quedándome dormido. Un fuerte golpe en mi espalda me despierta.

- ¡No vuelvas hacer eso! - le grito a Yabu que no paraba de reír. No había nadie más en el salón que nosotros dos. Todos ya se habían ido almorzar pero la presencia de alguien más me hace mirar hacia la puerta, estaba ese chico que había visto esta mañana. Se asomó un poco más y nos miró.

- ¿Iku? - pregunta, esta demás decir que la busca a ella pero al no responder y solo mirarnos voltea y se va.

- ¿Quién crees que sea? - me pregunta Yabu. Yo solo ignoré su pregunta y me volví a recostar sobre la mesa.

Por fin las clases terminaron y vuelvo a casa, lo único que quería era cenar e irme a mi cuarto a descansar.
Mientras tomaba una ducha escuché a alguien entrar a mi cuarto.

- Hijo ¿estás ahí? - era mamá. Le grité desde la ducha y entró.

Dijo que hoy vendría el amigo de papá. Por desgracia eso implicaba verla de nuevo ya que ella era la hija mayor del amigo de papá. Ganas de cenar con ella presente no tenía pero si no lo hacía papá se molestaría conmigo.

Me vestí y bajé, al parecer ellos aun no llegaban así que decidí pasear un rato por el jardín. No muy lejos había un chico, me acerco para saber quién era y mi sorpresa fue grande cuando me di cuenta de que era ese chico nuevo. Me acerqué silenciosamente, al parecer aun no se percataba de mi presencia gracias a que el jardín no estaba completamente iluminado. Pero esta vez no parecía perdido.

- ¡¡Daiki!! - era Iku que llegó corriendo a su lado.

Me miró molesta, lo tomó de la mano y se fueron. Ahora con mayor razón quería saber quién era, pero si estaba aquí con Iku era porque también asistiría a la cena. No quise esperar por lo que me fui directo al comedor donde estaba papá y mamá junto con sus amigos. Saludé cordialmente a los señores Arioka, no por terminar con Iku sería descortés con ellos, pero ese chico e Iku no estaban por ninguna parte, así que me atreví a preguntar.

- ¿Dónde está Iku?

- Aquí estamos – acababa de entrar de la mano con ese chico, ¿acaso ahora le gustaban los menores?

- Inoo te quería presentar a mi hijo menor, Daiki. Hoy llegó de Inglaterra – sabía que Iku no era hija única, pensaba que tenía una hermana no un hermano por lo que me sorprendió. El chico solo me sonrío, no hablamos ya que la cena estaba servida y en su transcurso papá y el señor Arioka no dejaron de hablar de su hijo menor.

Después de aquella cena decidí ir a tomar aire fresco al jardín, tener a Iku frente me enfermaba y ponía triste, mas ahora saber que tenía una hermano, quizás tenía los mismos gustos que ella.

- Hola – escuché a mis espaldas por lo que volteé.

Titulo: Heart Melodies (Melodías del corazón)
Autor: Yop
Pareja: InooDai
Género: Slash
Extensión: Serial
Estado: Proceso
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Capitulo 1

Titulo: We can run (Nosotros podemos correr)
Autor: Yop
Pareja: ahí ven ustedes
Género: Slash, Angust
Extensión: Oneshot
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Ha llegado el día de irme y despedirme del pasado, me siento algo desconcertado ante lo que estoy a punto de hacer. Tome el autobús hacia la estación de tren, el viaje no fue muy largo pero recordar cada instante a tu lado y pensar que habíamos estado juntos una eternidad me hacia sentir triste, triste de que ahora jamas vuelva a verte a menos que el destino me de una mala pasada. Pensé en llamarte en la mañana antes de partir de casa pero sentía que no era lo correcto, no quería molestarte por mucho que quisiera que vinieras por mi y me detuvieras, me dijeras que me quedara a tu lado que aun me seguías amando después de lo que me dijiste hace una semana.

Lo único que llevo de compañía son las fotografías que cogí de mi álbum de fotos de nosotros dos, cuando nos veíamos felices juntos, esos días donde decías cuando me amabas y que siempre estaríamos juntos.

El tren ya a partido, ya es tarde, no estas aquí y este es el momento en que debo decirte adiós. Tomo las fotografías y las separo, nunca me creí capas de hacer algo como esto, solo me quedo con mi fotografía. Abro la ventana para dejar ir tu recuerdo junto con tu fotografía.

Dentro del tren que ya había comenzado su viaje comencé a llorar. Te deje al igual que a mi pueblo natal, no seré capaz de volver nunca mas, no podre volver a verte y creo que eso es lo mejor.

Los edificios de Tokyo no me dejan ver la luz del atardecer. Por muy arriba que este tampoco puedo ver las estrellas, estrellas que solíamos ver juntos. Cada día trato de olvidarte, lo intento pero no puedo.

Pasan los días, semanas, meses y aun no puedo, me cuesta tanto. Quisiera saber que pensaste cuando supiste de mi partida, como reaccionaste, si te sentías aliviado por no tener que volver a verme o estabas triste.

Aveces el destino da malas pasadas, hace unos minutos te vi pasar acompañado de una chica, ahora veo lo rápido que me olvidaste y lo bien que te hizo no volver a verme.
Por mucho que aguante mis lágrimas no las puedo retener por mas tiempo.

Definitivamente este si es el adiós, pero el adiós que tu me diste, porque yo jamas podre olvidarte. Me puedo ir del país, al otro lado del mundo pero aun así no te olvidare, fuiste y seras para siempre mi primer amor.

****

Estos días en que no hablamos por la estúpida discusión y los estúpidos celos que siento cada vez que el se te acerca te perdí. Quizás te perdí para siempre, aun no lo se, pero temo hablarte y que me ignores.

Se que te dije que ya no te amaba, pero mentí, siempre te he amado.
Estuve pensando en ti toda la noche. Quería recuperarte, quería volver abrazarte, quería estar contigo. Me dispuse a ir bien temprano a tu casa para hablar contigo, pero me quede dormido y cuando fui ya eran las 12 pasadas.
Corrí hasta tu casa, estaba ansioso por verte, pero tu madre me dio una mala noticia, habías pistado, te fuiste lejos de mi.

El tren partía a las 12:30 corrí, corrí dando todo de mi. Me dolía el corazón pensar que ya no te volvería a ver. Agitado llegue a la estación pero el tren ya había partido.
Algo me llamo la atención, camine y tome el papel entre mis manos. No pude evitarlo y comencé a llorar. Las lágrimas caían solas.

Tanto me odiabas como para haber partido nuestra fotografía apartándome de ti?. Tan tarde llegue para pedirte perdón?

Siempre que miraba las estrellas y no estabas a mi lado, aun así te podía sentir cerca, pero porque ahora cada ves que veo las estrellas te siento tan lejos?

Pasan días, semanas, meses y aun no puedo olvidarte. Quisiera saber que piensas ahora que no nos hemos vuelto a ver.
No se si el destino es cruel. Pero te vi pasan hace unos instantes con otro chico. Le sonreías tan abiertamente que sentí celos. Parece que de verdad me olvidaste e hiciste una vida con otra persona.

Definitivamente este si es el adiós, pero el adiós que tu me diste, porque yo jamas podre olvidarte. Puedo estar con miles de personas, pero aun así no te olvidare, fuiste y seras para siempre mi primer amor.

Ya te di por perdido así que lo mas probable es que vuelva al pueblo en donde nací.
****

Vivir solo en tokyo es difícil además extraño a mi familia, hace un año que no la veo al igual que a ti. Me pregunto si aun seguirás aquí en tokyo. Descarto esa idea de mi cabeza después de todo ese día estabas muy bien acompañado.

Volveré un día de estos a mi pueblo, no es mala idea.

Fin

En el otro reino el príncipe menor de la familia estaba como loco lanzando todas las cosas que se encontraban cerca de él a la persona que tenía en frente, su más preciado amigo. Keito no entendía muy bien que le sucedía pero tampoco se atrevía a preguntarle ya que temía que se enfureciera más.

- EN DONDE SE METIÓ!? – grito lanzando uno de los floreros al piso rompiéndose en mil pedazos – MALDICIÓN! – se tiro al piso derrotado, no sabía cómo estaría su más fiel sirviente, con el único que compartía cama y se envolvía en el más puro placer todas las noches.

- Ryosuke-san será mejor que…

- NO ME HABLES! – le grito a su amigo, nunca lo había hecho pero el miedo lo tenía alterado – voy a ir – dijo firmemente y corrió a buscar su caballo.

- Ryosuke-san a dónde vas!? – salió tras él pero el príncipe ya había tomado su caballo, saliendo a toda prisa del castillo.

No tomar provisiones para el camino fue una muy mala idea, llevaba dos días sin comida ni agua, el candente sol le estaba nublando la vista. Su caballo a penas caminaba con su peso encima. No muy lejos vio unos soldados con grandes banderines. No pudo más y se desmayo cayendo del caballo sin saber nada más del mundo.

Para cuando despertó se encontraba envuelto en unas suaves sabanas blancas y un pijama, no entendía nada, hace unos segundos –que habían sido para el – se encontraba agonizando de hambre y de sed pero ahora, estaba sobre una cama descansando en una habitación que le era completamente extraña. Entonces recordó los banderines que pudo divisar antes de desmayarse.

Se puso de pie y camino en dirección al balcón, casi cegándose con los rayos del sol, cubriéndose instantáneamente los ojos con su brazo. Todo afuera era muy lindo. Definitivamente este no era su reino, su gran jardín no tenia flores tan hermosas que las que habían ahí.

- que bueno que ya despertaste - se giro cautivándose al instante con la bella sonrisa de aquel joven que se encontraba a metros de distancia. Lo siguió con la mirada mientras el chico se acercaba a la cama y dejaba ropa – aquí tienes ropa limpia – le dijo sonriéndole.

- gracias, pero en donde estoy? – aun sin poder dejar de mirarlo se fue acercando lentamente hasta estar a su lado – yo solo recuerdo que iba en mi caballo y...

- te desmayaste, por lo que te traje aquí. No te podía dejar ahí o morirías

- oh, gracias – y sentir la penetrante mirada del chico lo hizo ruborizar

- ahora debo de ir hacer unas cosas, regresare pronto. Ordenare que te traigan algo de comer, ah, y una cosa, no salgas de la habitación, será mejor que descanses – ni siquiera espero respuesta del príncipe y cerro la puerta tras de si.

Ahora no sabia que hacer, estaba cansado pero no quería dormir. Tenia hambre pero no quería comer. Quería saber en donde estaba y para eso tendría que salir de la habitación, aunque el chico apuesto y alto le dijera que no debía salir no pudo quedarse esperando.

Se cambio de ropa y se dispuso a salir de la habitación. Tenia pensado que a la primera persona que viera le preguntaría que lugar era ese.
Caminaba lentamente por los pasillos del castillo admirando las estatuas y pinturas que se encontraban ahí. Cada que avanzaba se sorprendía mas de lo bello que era el lugar. Su castillo no se compraba con este.

Le pareció realmente extraño no encontrarse con nadie en todo lo que camino, hasta ya había encontrado una salida para ir al jardín. Miraba embelesado todo su alrededor. Habían muchas rosas blancas. No muy lejos vio a una doncella de pelo negro y a un alto joven rubio que le pareció conocido pero con la luz del sol no podía ver muy bien. A la chica no le pudo ver la cara ya que se encontraba de espaldas. Como por fin encontró a alguien camino en dirección en donde se encontraban pero un fuerte agarre en su muñeca izquierda lo hizo detenerse, volteándose al instante.

- que haces aquí? Deberías de estar descansando – era el joven apuesto que lo había salvado

- es que, quería salir un momento – bajo la mirada – no te molestes – le dijo aun mirando el piso

- esta bien, pero seria bueno que descansaras. La comida ya debe de estar en la habitación, vamos – haciendo un ligero movimiento con su mano, tomo la del príncipe Ryosuke, entrelazando los dedos haciéndolo ruborizar y avergonzado de que lo viera camino con la cabeza gacha sin dejar de mirar el piso, dejándose guiar.

~*~*~
- que sucede? – le pregunto el príncipe a su consorte
- uhmm nada, solo creí ver a alguien pero solo fue mi imaginación – le dijo sonriendo. Le tomo atención ahora a la rosa blanca que tenia entre las manos. Su cabeza se llenaba de recuerdos de mucho antes de llegar aquel castillo con el propósito de matar al primer príncipe.
- ver a quien? – tomo su mentón para que lo mirase pero el menor desvió la mirada. Ahora que recordaba al príncipe Ryosuke no podía evitar que su corazón latiera por el.

~*~*~
- ya te sientes mejor? – Ryosuke terminaba de comer dejando la bandeja a un lado de la cama. Desde que habían llegado a la habitación no había pronunciado ninguna palabra – te pregunte si…

- lo siento – lo miro a los ojos – pero debo irme, estoy buscando a alguien – se sentó al borde de la cama mirando su pies, moviéndolos inconscientemente mientras imágenes de esa persona iban a su mente.

- a quien buscas? – le pregunto el cuarto príncipe acercándose lentamente

- a una persona muy importante para mi – levanto la vista y el príncipe detuvo sus pasos – por eso no me puedo quedar aquí, debo ir al reino Moonlight y asegurarme que siga con vida – se puso de pie

- Moonlight dijiste? Pero si este es el reino Moonlight - un silencio se hizo en la habitación. Ryosuke pensando lo torpe que fue al no darse cuenta y Yuto esperando a que el otro reaccionara.

- t—tu eres…

- el tercer príncipe, el menor – respondió con simpleza. Ryosuke aun estaba sorprendido pero nunca pensó que el príncipe menor lo fuera a salvar de la muerte – estas bien? – le pregunto al ver como se formaba una sonrisa en sus labios

- entonces Yuya-sama esta aquí? Donde esta? Puedo hablar con el? – yuto no entendió ese extraño cambio de animo. Veía como los hermosos ojos del mas bajo brillaban de emoción.

- si, pero el… - no pudo terminar de hablar, Ryosuke salió a paso rápido de la habitación, comenzando a correr por los pasillos buscando alguna salida. Si aquel rubio era el príncipe Yuya quería volverlo a ver. Hace mucho no lo veía.

Estaba tan feliz que al bajar unos escalones tropezó torciéndose el tobillo. Dio contra el suelo y al instante se quejo por un ardor que sintió en la palma de sus manos. Pero no solo eso le dolía, el mentón también le ardía. Quería tocarse pero se vio las manos con unos cortes y un poco de tierra .

- te encuentras bien? – levanto la vista y por fin, por fin pudo ver esos hermosos cabellos dorados y esa hermosa sonrisa en los labios de su primer amor, pero encontrarse con el en una situación como esta era vergonzoso, estaba tirado en el piso boca abajo con las palmas y el mentón heridas.

El rubio lo ayudo a ponerse de pie. Sentía como su corazón estaba acelerado, su respiración irregular. Sus mejillas sonrojadas. La ultima vez que lo había visto, había sido cuando el príncipe cito su reino para anular el compromiso que tenia con su hermana. No se quería comprometer en matrimonio, eso dejo a su hermana muy mal ya que a ella también le gustaba.
Se quedaron en silencio mientras Ryosuke no podía dejar de mirarlo a los ojos y el rubio príncipe se estaba sintiendo un poco incomodo.

- amo Ryos... – pero en ese mismo instante en que Yuri diría su nombre se tapo la boca con una de sus manos. Ryosuke al instante miro hacia el lado.

- Yuri? – todo estaba en silencio. Ryosuke por fin lo había encontrado, por fin había dado con el. Yuri por su parte no sabia como reaccionar. En eso llega Yuto deteniendo de a poco su paso al ver a los tres de pie. Ryosuke estaba a punto de acercarse abrazarlo cuando uno de los brazos del rubio le impiden el paso.

- disculpe pero no puede tocar a mi consorte – dijo sonriendo.

Consorte? Había escuchado bien? Chinen era el consorte de su primer amor?

Miro a Yuri pero este desvío la vista al suelo. No entendía muy bien. Ese chico que estaba de espaldas al rubio era Yuri, aunque estuviese con ese pelo largo y ese kimono, definitivamente era el, lo podía reconocer con cualquier cosa que tuviese encima.

- Yu.. – trato de igual manera acercarse, necesitaba hablar con el.

- disculpa pero no escuchaste lo que te dije? – tomo su muñeca alejándolo

- que crees que haces? – le dijo al rubio – Yuri que haces aquí porque estas… - sintió dolor en su muñeca cuando Yuya la apretó.

- no fuiste tu mismo quien lo mando aquí? – confundido miro al rubio, el nunca había mandado a su consorte y fiel sirviente a ese reino. Trato de hablar pero el rubio se le adelanto – que no fuiste tu el que lo mando asesinarme? – le susurro al oído.

Ryosuke abrió enormemente los ojos. No sabia de que hablaba. El nunca mandaría a Yuri asesinar a alguien, menos a la persona de la que se suponía estaba enamorado. Sin esperar alguna respuesta empujo al joven príncipe tirándolo al piso y con un fuerte grito llamo a los soldados. Lo miro con recelo. Al momento en que los soldados llegaron mando a encarcelar a Ryosuke. Yuri no dijo nada, solo se quedo viendo como los soldados tomaban al príncipe y se lo llevaban. Estaba en shock, no sabia que hacer ni que decir.

- estas loco! Acaso no sabes quien es el!? – se acerco Yuto exaltado cuando vio a los soldados alejarse con Ryosuke forcejeando para que lo soltasen.

- claro que se quien es y será mejor que se quede encerrado por hoy, luego me encargare yo mismo de matarlo – dijo el rubio. El menor lo escucho claramente y reacciono.

- no puedes! No puedes hacer eso! – comenzó a gritarle

- que no puedo!? El te mando asesinarme, casi te matan por su culpa! Es mejor que el se muera! – la palma de la mano del menor hizo eco al dar fuertemente con la mejilla del rubio – pero que…

- no tienes derecho a elegir por encima de la vida de los demás! Tu no sabes nada! El no me mando asesinarte! Además… además… - las lágrimas comenzaban a brotar de sus ojos y su respiración agitarse – LO AMO! – dio por finalizada la frase. El rubio sintió una gran punzada en su corazón y como un nudo se formaba en su garganta.

- esta bien, mañana, al medio día puedes largarte con el, eres libre – y se fue después de decir aquello. Yuri pensó que todo eso era lo mejor para él y para el príncipe Ryosuke, pero aun así sentía una presión en el pecho y miedo al pensar que comenzaba a sentir por aquel rubio lo mismo que sentía por su príncipe.

Ryosuke forcejeaba una y otra vez para que lo soltaran. Gritaba que el era el príncipe de Sunlight pero aun así lo encerraron. No podía creer todo lo que estaba pasando y de lo que lo acusaba el rubio. Era la primera vez que lo trataban de esa forma, que nadie lo escuchara y le desobedecieran.

El olor que había era repugnante, se preguntaba cuantos hombres debieron morir en esas mazmorras, a cuantos habían torturado. Vio una rata pasar por su lado y se asusto.

- saquenme de aquí... por favor – odiaba la oscuridad. Temía el estar solo.

- estarás bien – esa voz la conocía, alzo la vista encontrándose con los grandes ojos del príncipe Yuto – puedes salir – le dijo luego de abrir la cerradura. Con temor Ryosuke se fue acercando, no sabia de lo que aquella persona seria capas de hacerle, si su hermano lo había mandado a encerrar y ahora lo dejaba libre era porque algo extraño había sucedido – no te haré daño – le dijo el mas alto.

- como creerte si eres su hermano, ni siquiera me escucho

- yo si lo haré – le dijo extendiéndole una mano

- no te creo, donde esta Yuri?

- te esta esperando en una alcoba, vamos – con tal de verlo acepto y tomo su mano.

Sintió un gran alivio al salir de ese sepulcral encierro. Caminaron hasta llegar a una de las habitaciones. Yuto le indico que entrara, cuando Ryosuke entro se quedo afuera vigilando que nadie los fuese a molestar.

- Yuri? - lo llamo el mayor cuando lo vio al lado de la cama con la mirada perdida – Yuri! - y corrió abrazarlo – porque te fuiste – le pregunto sin soltarlo – por que – pero el menor no podía responder a esa pregunta, no le podía decir la verdad.

Que mejor que evadir todo eso. Lo beso, lo beso como nunca antes porque extrañaba sus labios.

Titulo: Necesidad
Autor: Naru-chan
Pareja: Tegomass *O* (por cierto ¬¬ lo escribió para mi así que lo pongo aquí *w*)
Género: Slash
Extensión: Oneshot
Nota: Gracias naru por el tegomass te adoro!! me gusto mucho!!
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Ya era tanta la costumbre a su compañía que cuando no estaba realmente lo necesitaba.

Necesitaba su risa, sus locuras, su forma tan directa y hasta sádica de ser, necesitaba escucharlo cantar mientras se cambiaban en los vestidores y también verlo hacer berrinche cuando no consigue que Ryo le preste una de sus camisas, sabio de Ryo ya que siempre que se le presta ropa no corre con muy buena suerte.

A penas cruzo el portal de la puerta corrió hasta el baño y ahí se encerró, no se le hacia extraño excitarse con solo escuchar los gemidos de Daiki. Se sentía tontamente feliz con una sonrisa en los labios de solo pensar que el menor se había excitado con unos cuantos roces. Imaginaba como debía de estar él ahora.

Daiki sentía su espalda arder del calor que hacia, los rayos de sol estaban muy fuertes y si no fuera por el bloqueador su piel estaría muy roja y eso que solo llevaba ahí cinco minutos. “Bloqueador” susurro bajito, miro -aun acostado sobre el césped- que Inoo no se encontraba ahí “¿y si me escucho?” pensó, sus mejillas tornándose carmesí. Se puso de pie y entro a la casa buscando al mayor. Ni él se explicaba del por qué lo buscaba.

Subió al cuarto pero ahí no se encontraba, bajo las escaleras pasando por el baño, escuchando un sonido que le llamo la atención. Se acerco sigilosamente cargando su oído en la pared para escuchar mejor, pero, para su suerte al momento de cargarse en ella se abrió, dando directo al piso.

Todo paso muy rápido. Inoo con el short a medio bajar con su mano en su sexo. Él en el piso. Los dos mirándose. No sabia que hacer, si seguir mirando o irse corriendo. Opto por la segunda opción poniéndose rápidamente de pie para salir de ahí pero una mano lo jalo fuertemente de la muñeca. Un fuerte portazo junto con el sonido del seguro. Y ahora el se encontraba apoyado en la pared.

Estaba asustado, mirando fijamente a Inoo, no sabia que le diría para disculparse. Pero las palabras por su parte no hicieron falta, escucho un leve “lo siento” antes de sentir los tibios y húmedos labios besos que ahora Inoo le daba. Por inercia corespondió casi al instante. Hace días quería volver a sentir esos labios. Con los ojos cerrados, curioso por todo lo que estaba sintiendo, quería mas. Quería sentir mas de aquello. Abrió la boca para dar paso a la lengua del mayor.

Repentinamente su cabeza comenzó a doler e imágenes cortadas llegaban a su mente, el e Inoo besándose en un cubículo de baños que al parecer eran de un restauran, luego, el e Inoo en su casa sobre el sofá tratando de quitarse las ropas mientras se besaban.

-espera... detente... - pidió al sentir las manos del mayor apretar su trasero sin poder evitar gemir. El mayor se detuvo al instante.

-lo siento – le dijo alejándose completamente de él

-no hay problema – no sabia que decir, quería recordar mas pero no podía – Inoo... nosotros – hizo una pausa para mirarlo a los ojos, el otro impaciente por lo que el menor diría, esperando a que haya recordado algo – nosotros... eramos amigos con derecho? - termino de preguntar viendo la desilusión en el rostro del mayor

-que crees tu? - le dijo sin mucho animo

-no... yo no lo sé. Sé que me has dicho muchas veces que eramos... novios – se sonrojo por la palabra-

-da igual lo que te haya dicho, tu recuerdas algo? Recuerdas cosas con respecto a mi que hayan pasado antes del accidente?- quería escucharlo decir una respuesta afirmativa pero el menor se negaba a decirle la verdad primero quería estar cien por ciento seguro de lo que recordaba era cierto.

-no – cuando dijo aquello se arrepintió. Por la mejilla del mayor cayó una lágrima – por qué... - pero Inoo no lo dejo hablar

-sera mejor que vayamos con los demás – saco el seguro de la puerta y salio del baño

-espera Inoo – pero no se detuvo a mirar al menor que lo vio salir en dirección al patio.

Titulo: Good bye my love
Autor: Yuulove XD
Pareja: Okachii - TakaChii
Género: Slash, con un poquito de angst (mala para escribir cosas tristes)
Extensión: Oneshot
Nota: Esto fue por el cumpleaños de chinen XD mas vale tarde que nunca, no? Jojojo todo por naru. Espero que les guste u_u
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Hoy era un día especial para Chinen, hoy cumplía quince años pero nuevamente lo volvería a pasar solo en casa. Su madre trabajaba pero antes de irse le dejó una nota sobre la mesa deseándole un feliz cumpleaños y con un beso marcado en ella.

No sabía que hacer en un día como este. Tomó su celular para ver si le había llegado algún mensaje de sus amigos por su cumpleaños pero no había nada, solo un mensaje ya leído “lo siento, mañana estaré ocupado con un trabajo te prometo que el próximo fin de semana te compensare” cerró el mensaje y miró detenidamente la imagen que tenia de fondo. Sonrío y pensó en que aquella persona podría estar en casa estudiando, como siempre.

POV yuto
-está bien, tranquilízate – chinen no paraba de llorar, lo mejor sería salir de aquí, así que me lo lleve hasta los baños para que se refrescara el rostro.

Al llegar le moje el rostro para quitar esas lágrimas que no dejaban de salir. Al mirarme lloro con más ganas, no sabía cómo tranquilizarlo

-está bien chinen, dime lo que paso pero trata de tranquilizarte o no te entenderé.

-es que… ta...ka.. ki.. ya… ya no me quiere! –soltó las últimas palabras en un grito abrazándome sin parar de llorar. Pensaba y pensaba pero no se me ocurría nada para decirle.

-es mi culpa, no debí de ir ayer a tu casa – el negó con la cabeza hundida en mi pecho.

POV Takaki
No entendí porque chinen lloraba abrazado a yuto, salieron del salón y no pude evitar seguirlos, pero al salir choque con Daiki cayendo al piso. Me incorpore rápidamente para salir corriendo. Los había perdido de vista, camine rápido por los pasillos cuando pasaba por afuera de los baños escuche sollozos, conocía perfectamente de quien provenían.

Me quede de pie afuera para poder escuchar mejor

-NO ME QUIERE! – eso resonó en mi mente, acaso estaban hablando de mi?

-chinen no llores, trata de hablar otra vez con el quizás…

-ya lo hice… no… no se que mas decirle… no sé como demostrárselo… ya no se qué hacer! – continuaba llorando, me estaba sintiendo tan mal

-Takaki – la voz de Ryosuke me sobresalto- que ha… – le cubrí la boca para que no nos fuesen a escuchar

-tranquilízate, aun no sabes si ya no te quiere, aun no te lo ha…

-pero es obvio! No me perdona que haya pasado algo entre nosotros…. Ya no me quiere – no pude aguantar más y entre, yuto al notar mi presencia me miro preocupado, Ryosuke que había entrado después de mi se les quedo mirando.

Aun seguían abrazados, sin mucho que pensar me acerque y le arrebate a chinen a la vez que Ryosuke hacia lo mismo pero con yuto. Nos quedamos mirando unos segundos en silencio.

POV Ryosuke
Al entrar a los baños y verlos abrazados no pude evitar sentir celos, me acerque rápidamente y aleje a yuto de las garras de chinen, lo que más me sorprendió fue que Takaki hiciera lo mismo. Un silencio se formo entre nosotros. Chinen alzo la mirada y rompió aquel silencio

-Takaki que haces aquí? – pregunto secándose las lagrimas

-no vuelvas acercarte a yuto!

-ni tú a chinen! – dije sin pensar pero eso era lo que quería, verlos así abrazados me daban muchos celos

Esa mañana no dijimos más y volvimos al salón para ensayar donde de seguro nos esperaba un furioso Yabu que debería de estar lanzando fuego por la boca.

~ ~ ~
El ensayo ya había acabado. En un abrir y cerrar de ojos yuto perdió de vista al pequeño chinen. Tomo sus cosas para salir a buscarlo, quizás se lo encontraría en los camarines, pero no, tampoco estaba allí. Los chicos comenzaban a entrar. Se acerco a Keito para preguntarle si había visto a chinen, pero Keito no tenía ni ganas de hablar de lo cansado que estaba así que solo le negó con la cabeza.

“quizás esta en las otras duchas” pensó, dispuesto a ir a las duchas que quedaban a dos pasillos lejos de la que siempre usaban “quizás quería estar solo” al llegar iba abrir la puerta pero sorpresivamente Ryosuke estaba a su lado tomándolo del hombro para que se girara

-que haces aquí? – pregunto el recién llegado –abrió la boca para responder pero se quedaron callados al escuchar ruidos desde dentro del camarín

-aahh...Ta—Takaki… detente – los dos se miraron sin decir ninguna palabra. Yuto curioso abrió la puerta

-que crees que haces? – pregunto bajito Ryosuke tomándolo de la mano para que se alejara de ahí

-solo quiero ver lo que hacen, no seas pesado – asomo la cabeza por la puerta entreabierta. El agua caía al piso y el vapor subía. Entro pero Ryosuke aun sostenía su mano

-mejor vámonos – dijo el mayor jalándolo del brazo

Yuto como por un oído le entro por el otro le salió. Entro sigilosamente, las cosas de Takaki y chinen se encontraban tiradas en el piso junto con sus ropas. Ryosuke por más que trataba de sacarlo de ahí yuto no quería. Se acercaron al cubículo de la ducha de la cual caía el agua. Pudieron divisar como Takaki tenía acorralado a chinen, dejando el agua recorrer por sus cuerpos desnudos.

-Ta—Takaki... aquí no – le pedía el menor sin oponer resistencia

-no pareces querer que me detenga – se podía ver claramente como el mayor sostenía el miembro de chinen en su mano frotándolo.

POV Ryosuke
Ya no podía seguir parado, viendo como Takaki tocaba de esa forma a chinen, sus gemidos resonaban por todo el camarín y ver cómo estaban me había comenzado a excitar.

Yuto no dejaba de mirarlos. Fue mi imaginación o se había lamido los labios?, respire profundo y con toda la fuerza que tenia tome del brazo a yuto y lo saque de ahí. Como podía mirarlos de esa manera?

Nos encontrábamos fuera del camerino mirándonos fijamente. Podía darme cuenta que su respiración estaba un poco agitada y su miraba me había comenzado a dar escalofríos. Pensé que se acercaría a mí y me besaría pero grande fue mi asombro cuando volteo para irse.

-espera – le dije, se detuvo y giro para mirarme – quiero hablar contigo

POV Yuto
Estaba preocupado por chinen, la reacción de Takaki me había sorprendido pero aun más la de Ryosuke. Después del ensayo no lo encontré. Pensando que estaría en las otras duchas me dirigí hacia allá. Al llegar la repentina aparición de Ryosuke me asusto un poco. Nos estábamos mirando cuando se escucho un ruido proveniente de las duchas, aunque más bien fue un gemido. Conocía perfectamente esa voz, pero quería estar seguro. Así que decidí entrar aun con la insistencia de Ryosuke de que nos fuéramos.

Las cosas de chinen estaban tiradas en el piso junto con su ropa, nos acercamos sigilosamente a uno de los cubículos. Ryosuke apretó mi mano al ver lo mismo que veía yo. Estaba en shock con lo que veía.

Un pensamiento pasó por mi mente, yo teniendo de esa forma a Ryosuke, acorralado contra la pared y tocando su cuerpo. No pude evitarlo y me lamí los labios. Al segundo Ryosuke jalo fuerte de mi brazo y salimos de las cuchas. Ya fuera nos quedamos mirando con un silencio incomodo. Estaba un poco agitado, me había excitado ver a Takaki y chinen desnudos y peor aun imaginarme a Ryosuke junto a mi cuerpo.

Quería besarlo y lo iba hacer pero vi en sus ojos por un momento que tenía miedo. Aun no sabía lo que sentía el por mi y si lo llegaba a tocar no podría soltarlo. Voltee para irme

-espera- no pensé que me detendría, me voltee a mirarlo – quiero hablar contigo.

La alarma del despertador sonó a las 6am, no había podido dormir muy bien esa noche. Había tenido una reunión con el mayordomo de la mansión hasta las 2am a la que también asistieron Yuto y Yuri. No estaba acostumbrado a dormirse muy tarde por lo que aun seguía con sueño.

Le explicaron como serian las cosas de ahora en adelante, todas las mañanas debían de levantarse a las 6am y arreglar el uniforme de los señoritos. Si querían un baño debían de prepararlo. Golpear dos veces antes de entrar a sus habitaciones. No quería aceptarlo pero este trabajo lo agotaría más que cualquier otro.

Se vistió rápidamente. A un lado del armario estaba su uniforme de trabajo, el que usaría luego de llegar de la escuela. No le agradaba mucho el negro pero no le quedaba de otra.

~*~*~

Ya listo, salió de su habitación dirigiéndose a la que se encontraba frente a la suya. Golpeó dos veces y entró, todo estaba completamente oscuro. Con cuidado se acerco a las ventanas corriéndolas un poco para que entrase un poco de luz a la habitación. Se acercó al armario. Había mucha ropa. Terminó abriendo todas las puertas hasta que encontró el uniforme. Si que los ricos eran exagerados. Había muchas copias del uniforme colgadas. Tomó uno y lo dejó sobre la cama para acercarse al durmiente que se encontraba boca abajo durmiendo plácidamente. Chinen no quería pero debía despertarlo.

- a—amo Ryosuke, es hora de levantarse
- hmm… - se removió sobre la cama – cinco minutos mas – dijo ahora boca arriba. No le dio de otra que acercarse a las ventanas y correr completamente las cortinas. Ryosuke se cubrió al instante, al sentir la molesta luz entrar.

“si no se quieren levantar córranles las cortinas y quítenles las sabanas” era una de las cosas que les había dicho el mayordomo anoche. Dio un largo suspiro y tomó las sabanas que cubrían el cuerpo del mayor.

- ¡levántese por favor! – alzó la voz con los ojos cerrados y quitó las sabanas. Todo quedó en silencio. Pensó que no se había despertado pero temía de lo peor si abría los ojos, no sabía de las costumbre de su amo, si dormía con pijama o no.

- así que Kyo se los dijo – abrió los ojos sonrojándose al instante al ver a Ryosuke sentado en la cama solo con ropa interior. Su piel era tan blanca como la suya. Sintió algo en su mano, bajó la vista fijándose que el mayor lo había tomado de la muñeca, para luego sentir un fuerte jalón por parte del otro haciéndolo caer sobre la cama de espalda.

- a—amo?

- debería castigarte por esto, ¿sabes? – y se asustó de ver esa mirada tan seria en el rostro del otro. Anoche no lo miraba de esa forma y por un momento le pareció ver algo terrorífico en el rostro de Ryosuke que no pudo evitar dar un fuerte grito diciéndole que no le hiciera nada aturdiendo al mayor.

- ¡¡shh!! ¡¡No grites!! No voy a… -pero no pudo terminar la frase debido a la interrupción

- ¡¿Yuri?! – Yuto llegó con una camisa blanca entre las manos – ¡¡que cree que hace?! – se acercó a paso firme a la cama y tratando de no ser muy brusco hizo a un lado a Ryosuke y sacó a Yuri de la cama abrazándolo protectoramente.

- es mi dormitorio, ¿qué crees que haces aquí? – le dijo molesto Ryosuke, su rostro expresaba seriamente el enfado, Yuto iba a excusarse cuando

- arruinaste mi camisa – se escuchó decir, Yuto se giró, viendo el torso descubierto de Yuya.

- lo—lo siento, plancharé otra – antes de irse miró a Ryosuke el cual seguía mirándolo con ganas de asesinarlo

Cuando Yuto salió Yuya tomó a Chinen del brazo y lo arrastró fuera de la habitación.

- será mejor que esperes – y cerró la puerta en su cara.

Seguía estupefacto por todo lo que había pasado, ver a Ryosuke casi desnudo y el torso del mayor descubierto. Eso era mucho para él. Sintió una fría mano en su frente y miró hacia el lado para ver de quien se trataba.

~*~*~

- amo Inoo ya despierte – Daiki llevaba casi media hora tratando de despertar a Kei que estaba profundamente dormido – me rindo – dijo lamentándose

Tomó las sabanas que cubrían al mayor y lo despojó de ellas. Trató de sentarlo en la cama pero se le iba de lado a lado. Sin más remedio se quitó los zapatos y se subió a la cama para sentarse detrás del mayor dejándolo cargado en su pecho. Comenzó a desabrochar botón por botón de su camisa de dormir.

Se la retiró y tomó la camisa blanca de la escuela, primero el brazo izquierdo y luego el derecho, se acomodo y comenzó a abotonarla de arriba hacia abajo, le costaba un poco debido a que no podía ver que hacía.

Sin darse cuenta Kei abría lentamente los ojos, sentía un tibio aire en su cuello y algo rozar su piel. Miró unas manos que trataban de abotonar la camisa que traía puesta “desde cuando duermo con camisas blancas?” pensó y se dio cuenta de que su espalda estaba apoyada en alguien.

Empujó al que se encontraba detrás de él. Daiki casi cae de espaldas de la cama.

- ¿qué cree que hace? – ¿tenía que hablar así?, si no fuera porque era el empleado se le hubiera tirado encima para pedirle una explicación por su reacción.

- ¡¡¿QUE CREES QUE HACES TU?!!- la voz molesta del mayor no le asustó en lo absoluto, bajó de la cama y volvió a colocarse sus zapatos

- trate de despertarlo, estuve treinta minutos intentándolo, no di mas y comencé a vestirlo yo – fue la simple excusa del menor.

- ¡¡FUERA DE MI HABITACION!! – le gritó y en menos de dos segundos ya estaba de pie fuera, frente a la puerta. Suspiró “ese chico es realmente extraño”.

Caminó por los pasillos para inspeccionar un poco y conocer el lugar, cuando vio a su amigo frente a una de las tantas puertas. Lo llamó pero este no lo miró. Avanzó hasta su lado y aun no reaccionaba. Miró su rostro que estaba muy rojo y tocó su frente.

- ¿tienes fiebre? – le preguntó y por fin reaccionó

- ¡NO! – dijo sorprendido. No se dio cuenta en qué momento Daiki había llegado. Quitó la mano del mayor pero su sonrojo aun no se iba junto con esas imágenes en su mente.

~*~*~

Yuya besaba el cuello de Ryosuke el cual trataba de alejarlo o más bien, eso aparentaba

- ¿qué hacías con el enano? – preguntó mientras lo acostaba en la cama

- uhmm… no fue mi intención, es que aaahh… Yuya…- gimió al sentir como la mano de su hermano se había colado dentro de su bóxer – me despertó como Kyo uhmm….

- eso no es bueno – y lamió uno de sus pezones apretando un poco mas su miembro.

- tenemos que uhmm…

- amo su camisa ya esta…. – Yuto quedó estupefacto con la escena. De un fuerte portazo cerró la puerta tras de sí para que sus amigos no vieran nada.

Ryosuke trató de cubrirse. No era raro que un empleado los viera en algún acto similar o en una posición comprometedora. La mayoría de la servidumbre sabía la extraña relación que tenía con su hermano, hasta el mayordomo la sabía, siempre los encubría para que su padre no los viera, pero que Yuto los haya descubierto le dio una vergüenza y no sabía dónde esconderse para que no lo siguiera mirando.

Yuya frunció el seño y se acercó rápidamente a Yuto el cual no le quitó la vista de encima hasta ya tenerlo en frente. Yuya tomó su mano y salió con él de la habitación. Chinen y Arioka al verlos se les quedaron mirando, no sabían que había pasado dentro.

El mayor llevó a Yuto hasta su habitación, en el camino se toparon con Kei. Ya estaba listo solo debía ir a tomar su desayuno, siguió su camino sin mirar a su hermano ni a su sirviente.

Cuando entraron Takaki tiró a Yuto de espaldas sobre la cama. Se le subió encima y lo miró furioso.

- si hablas de esto a parte de perder el trabajo jugare contigo hasta cansarme – dijo pasando su mano por la mejilla del menor. Yuto la tomó apartándola de inmediato

- no necesita amenazarme pero si me toca tenga claro que no me quedaré con los brazos cruzados – se levantó un poco apoyándose en sus codos- sé muy bien cuál es mi posición en esta casa – dijo en el oído del mayor y apartándolo un poco se levantó – si no me necesita lo espero en el comedor – y salió de la habitación dejando a Yuya con duda de sus palabras, no había entendido muy, ¿acaso lo estaba retando?

~*~*~

- Chinen será mejor que tomemos desayuno, no quiero morirme de hambre toda la mañana –dijo Arioka caminando. Chinen lo siguió pero tenían un problema…. ¿Donde se encontraba el comedor?

- ¿estamos perdidos? – preguntó Chinen cuando cruzaron una de las tantas puertas de la mansión, entrando a una gran biblioteca

- creo que si –

- será mejor que busquemos a alguien, esta casa es muy grande y está llena de locos.

~*~*~

Inoo llegó al comedor. Su desayuno ya estaba servido pero no había nadie más. Seis tazas servidas y solo él se encontraba ahí

- ¡lo encontramos! – escuchó un grito. Miró a una de las cuatro puertas que conectaban con el comedor y vio a su sirviente al cual no tenía ganas de mirar y al amigo de este.
Entro el mayordomo de la familia.

- ¿dónde están los demás? – preguntó llamando la atención de los jóvenes empleados, pero nadie respondió. Tampoco Yuto tardó en aparecer, tenía que admitir que le costó llegar

Yuya y Ryosuke llegaron casi al mismo tiempo cosa que a Kyo no se le hizo para nada de extraño.
Los tres hermanos Inoo sentados a un extremo de la gran mesa y los tres empleados al otro extremo. Ninguno hablaba, solo escuchaban los servicios y las tostadas al ser masticadas.

- Yuto – dijo el pequeño Chinen pero su voz hizo eco en el salón, Ryosuke se atoró con el jugo al escucharlo. Prefirió callar, luego le preguntaría que le pasaba pues Yuto estaba demasiado serio y eso era extraño.

Titulo: The Princes (Los príncipes)
Autor: Yuuki
Parejas: TakaChii, InooDai, YamaJima, YamaChii, YabuTaro
Genero: Slash, AU, LEMON XD
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Capitulo 1
Capitulo 2
Capitulo 3


En el jardín imperial se podía admirar las flores con el intenso sol que las cubría con su luz. El viento soplaba tranquilamente meciendo las hojas de los arboles. El primer príncipe caminaba tranquilamente admirando todo aquello a su alrededor, deteniéndose frente de las rosas blancas para tocar sus pétalos con la yema de sus dedos.

Los soldados no se encontraban muy lejos, vigilando que nada extraño sucediera. Todo estaba muy tranquilo hasta que escucho una rama quebrarse y rápidamente volteo esquivando aquella daga que casi roza su piel cortándola. Saco rápidamente su espada. Aquel que lo había atacado volvió hacerlo dando un paso y con la misma daga lo ataco, pero una vez más no tuvo suerte.

El príncipe se defendió y ataco con su espada, lanzando lejos la daga. Tomo a su atacante dejándolo tendido en el suelo boca abajo, con una mano tomo ambas de él, para sujetarlas detrás de su espalda, rozando su espada en ese cuello blanco, un blanco más hermoso que el de aquellas rosas que contemplaba hace unos momentos.

-jmm – sonrió - ¿pretendías matarme con eso? – miro los penetrantes ojos de su atacante que tenía su mejilla derecha tocando la seca tierra.

-¡suéltame! – grito el otro que al intentar hacer un esfuerzo para levantarse sintió la helada y afilada hoja de la espada rozar su cuello, causándole un pequeño corte.

-¿crees que tienes derecho a eso? – vio algo extraño sobresalir de su cuello. Muy hábilmente guardo su espada y soltó las manos del otro.

Intento levantarse pero le fue imposible. El príncipe se había sentado en su espalda baja, cargando todo su peso en él para que no escapara. Con ambas manos rasgó su camisa descubriendo la marca que tenía en esa hermosa piel que no debía de ser marcada. Sonrió malévolamente al recordar el símbolo que correspondía al reino vecino con el cual estaban por ser una alianza y evitar las guerras entre ellos.

-uhmm creo que esto será divertido – dijo sonriendo – ¿cómo es tu nombre? – le pregunto pero no obtuvo respuesta. Se puso de pie dejándolo libre y mirando a los alrededores de que ningún soldado se percatara de lo que había pasado – supongo que esta no será la única vez que nos veamos, espero a la próxima escuchar tu nombre – camino muy seguro, dándole la espalda a su atacante.

Han pasado dos días de aquel encuentro y el príncipe no ha vuelto a ver aquel chico que intento matarlo esa tarde en su hermoso jardín frente de más de diez soldados.

-hermano – entro un chico de unos dieciocho años de edad, luciendo una camisa color crema que tenia abotonada solo tres botones, dejando al descubierto un poco de su blanco torso.

-¿qué sucede Daiki? ¿Porque interrumpes mi sienta? – dijo malhumorado

-estos días has estado muy extraño, dime yuya, ¿ha pasado algo que desees contarme? – se acerco sentándose a la orilla de la cama. El mayor se le acerco.

-¿qué es lo que quiere saber mi adorado hermano? – delicadamente lo tomo del mentón quedando a escasos centímetros de sus labios. El tercer príncipe cerró los ojos pero un ruido los interrumpió, alguien llamaba a la puerta.

-Daiki-sama el príncipe Hikaru lo busca – se escucho desde el otro lado de la puerta

-no deberías jugar conmigo teniéndolo a él – dijo el rubio sonriéndole causándole un sonrojo que trato de ocultar dándole la espalda

-idiota – dijo y camino rápidamente hasta la puerta, azotándola al momento de cerrarla.

El príncipe suspiro mientras se acercaba al balcón.

-¿cuánto tiempo más pretendes esconderte? – cualquiera pensaría que le hablaba al viento pero no era así. Una sombra se movió muy rápido hacia el – ¿acaso eres débil? – sonreía mientras lo miraba a la cara. Tenía sujeta sus muñecas – ¿ahora me dirás tu nombre?

-¡NUNCA! – le grito el más bajo. Rápidamente tomo sus labios y lo llevo a la fuerza hasta la cama, tumbándolo en ella.

Probaba esos dulces labios que tanto le habían apetecido tocar el mismo día en que lo conoció. Se abrió camino en su boca introduciendo su lengua, probando ahora la tibia cavidad y rozando esa lengua que ahora deseaba morder, agotando el poco aire que tenían.

Se separaron jadeando y con un hilo se saliva escurriendo por la comisura de sus labios

-delicioso – dijo lamiéndose los labios. El más bajo estaba sonrojado con una expresión de sorpresa. Sabia a lo que se enfrentaría al momento en que lo mandaron a asesinar al hijo mayor del rey, pero nunca se espero esto, que el príncipe fuera un verdadero pervertido y osara besarlo

-si hablara te encerrarían en las mazmorras para siempre, morirías lentamente hasta que tu cuerpo se pudra en la oscuridad y las ratas se coman tu cuerpo – le dijo el príncipe viendo la seria mirada del otro.

-pero eso no sucederá si hago algo antes – con toda la fuerza que tenía logro voltear posiciones quedando ahora sobre el príncipe.

-muy mal, no debiste de hacer eso – lo tomo de la camisa y lo lanzo haciendo que cayera de espaldas al piso. Se quejo por el dolor al estrellarse perdiendo el aire por un segundo. El príncipe se le acerco tranquilamente sentándose sobre él.

-porque no te das por vencido y vuelves a tu reino, nunca podrás matarme- no dejo que el otro le respondiera capturando una vez más sus labios, colando una de sus manos bajo la camisa que traía puesta. La otra la tenia ocupada sujetando sus manos para que no intentase nada.

-¡yuya! – se escucho un grito desde la puerta, Daiki había vuelto a entrar – ¿!qué crees que haces!? – molesto por la interrupción se alejo de su agresor, devolviéndole el aire el cual trataba de tomar a bocadas

-¿porque interrumpes? – le dijo molesto, tan serio como nunca, pero ese descuido le costó un gran golpe en el rostro cuando el castaño lo golpeo y empujo para zafarse. Y escapo no sin antes tomar su daga – justo cuando tenía pensado no dejarlo escapar tu apareces – Daiki dio un paso atrás sintiendo la amenazante aura de su hermano. Sonrió de medio lado nervioso y antes de que lo fuera agarrar salió de la habitación corriendo por su vida.

Las horas pasaban y él seguía esperando a que volviera aparecer, pero no fue así. Salió al jardín a tomar aire. Los escandalosos gritos de los soldados lo alarmaron, corrió en dirección a donde unos se dirigían encontrándose con algo que no le gusto para nada.

El chico que antes intento matarlo estaba siendo fuertemente golpeado por uno de los soldados. Vio como se lo llevaban a las mazmorras del castillo. No sería bueno que permaneciera ahí pero no podía hacer nada por él, no por el momento.

Espero a que anocheciera y sigilosamente bajo hasta las mazmorras del castillo, metiéndose por los pasadizos secretos que tenía y busco la celda en donde debería de estar. El putrefacto olor lo estaba mareando. Al fin pudo dar con él, pero se encontraba desmayado y con unos grilletes en las muñecas.

Saco las llaves que se había robado y abrió la celda, lo tomo en brazos llevándoselo a sus aposentos. El chico no tardo en despertar un poco desorientado.

-¿que haces? – le pregunto tratando de tener la vista fija pero aun la cabeza le daba vueltas

-no naciste para estar encerrado de por vida, sino que para quedarte conmigo– se le acerco y acaricio su mejilla, delineando con uno de sus dedos esos labios que le sabían tan dulces –No pienso ayudarte a escapar, si te quedas puedes atacarme las veces que quieras pero ten en cuenta que eso tendrá un precio. Tomare tu cuerpo hasta estar satisfecho – el menor lo miro sin comprender muy bien – y por lo que acabo de hacer por ti me la debes, podríamos comenzar ahora.

Beso sus labios ganándose un quejido por la herida que tenía el menor en sus labios. Se detuvo, moría de deseo por poseerlo, aun así no le hizo nada. Solo lo tomo entre sus brazos y mando a preparar un baño de sales para curar sus heridas.

Durmieron juntos. El príncipe no se atrevió a tocarlo hasta que estuviera bien. Al día siguiente el príncipe al despertarse se encontró con la sorpresa de que su asesino no se encontraba a su lado. Se levanto de la cama pero al alzar la vista hacia el balcón lo encontró de pie mirando hacia el jardín. Con el seño fruncido se acerco a sí mismo como se encontraba, desnudo. Lo tomo del brazo y jalo de el quedando entre sus brazos.

-¿qué crees que haces? Suéltame estas desnudo, por lo menos ponte algo – decía tratando se sacarse de los fuertes brazos que abrazaban su delgada cintura

-¿te pongo nervioso? – sonrió triunfante al ver el sonrojo del más bajo en sus mejillas – ¿qué hacías en el balcón? Podrían verte.

-solo quería mirar – dijo escondiendo su sonrojo. Sentir la piel del príncipe en su espalda desnuda lo ponía nervioso.

-¿quieres ir a dar un paseo conmigo al jardín? – le pregunto al oído dándole un pequeño mordisco al lóbulo de su oreja.

En menos de 10 minutos el chico ya estaba listo para salir al jardín pero había un pequeño detalle. No le importo del todo, con tal de salir de esa alcoba se pondría lo que fuera. Mientras caminaban por los pasillos del castillo escucho como varias mujeres hablaban sobre él.

-hey – dijo dirigiéndose al príncipe – ¿qué es consorte real? – Yuya rio ante la pregunta

-¡YUYA! – escucharon no muy lejos de ellos – ¿!QUIEN ES ELLA!? – pregunto Daiki apuntando hacia el menor – ¿!DESDE CUANDO TIENES UNA CONSORTE!? ¿¡PRETENDES HACERLA PRINCESA!? – ¿había entendido bien? ¿Ese chico había dicho princesa?

-¿prin…cesa? – susurro el menor haciendo una mueca de desagrado

-claro, es demasiado linda ¿no crees? – dijo el primer príncipe acariciando los cabellos de la chica o más bien, el chico a su lado – como sea, me da igual lo que pienses, ahora si nos disculpas tenemos cosas que hacer – tomo al menor en brazos

-¡YUYA VEN ACA! – pero el mayor parecía no escucharlo –¡¡¡YUYA!!!

En la alcoba del príncipe:
-aun no me dices tu nombre – dijo el príncipe

-no es algo que sea importante, ¿no? – le respondió el otro. El rubio lo dejo sobre la cama boca arriba quedando sobre él.

-si voy hacerte amor quiero saber tu nombre –

-pero que… - sonrojado, saco la daga que tenía en una de sus piernas. Molesto, el príncipe tomo sus manos dejándolas sobre su cabeza – ¡no soy una mujer! – dijo enojado

-pero lo pareces, o más bien, eres más hermoso que todas las mujeres de este reino – acaricio su rostro con su otra mano – ¿me dirás tu nombre?

-chinen – dijo evitando la penetrante mirada del rubio – chinen Yuri

-Yuri – tomo su rostro para que lo mirase – esta noche serás mío

Los tres se encontraban boquiabiertos delante de aquel gran portón, mirando a lo lejos la mansión.

-Yuto ¿estas seguro que es aquí? – preguntó el mayor sin dejar de mirar la mansión.

-si – fue la corta respuesta del otro

-¿se les ofrece algo? No recibimos vendedores – escucharon a sus espaldas, voltearon y vieron a un chico con su mismo uniforme y maletín de escuela.

-amm, nosotros venimos por el trabajo – dijo el mayor, su rostro se le hacía conocido. De seguro lo había visto en algún pasillo de la escuela.

-¿trabajo? No necesitamos más empleados – se acercó a la reja pasando al lado de ellos – Kyo abre la puerta – dijo por el citófono

-pero el anuncio – dijo Chinen con el papel en la mano

-no sé de qué me hablan – esperó a que le abriesen la puerta pero el mayordomo no tardó en aparecer, abriendo personalmente la reja – a la próxima no tardes – y se adentró a la casa sin mirar atrás.

-¿se les ofrece algo chicos? – preguntó amablemente el mayordomo

-este, encontramos un anuncio en el periódico y… -decía Chinen

-queremos tomar el puesto – terminó por decir Yuto

-el anuncio… -el mayordomo los miró con rareza – está bien, deben hablar con el señor, síganme

Siguieron al mayordomo hasta entrar a la mansión. Los hizo esperar en la entrada un momento

~*~*~*

Hablar con su padre fue un total desastre, le sermoneó todo el rato que no debía dejar solo a Kei, que aunque no quisiese debió regresar con él a casa. Supuso que Ryosuke ya había terminado su baño por lo que se dirigió a su habitación. Giró la perilla pero esta no cedió.

- ¿Ryosuke? – preguntó pero no obtuvo respuesta. Ryosuke no dejaba nunca la puerta con llave a menos que quisiera estar solo.

Suspiró y no le dio de otra que irse a su habitación hacer su tarea.

~*~*~

Al entrar a la mansión se fue directo a su habitación, no quería ver ni hablar con nadie. Tiró su maletín a la cama y se desvistió para tomar un baño.
Y olvidar todo lo que había ocurrido en el día hasta el encuentro con esos tres chicos fuera de su casa.

~*~*~

Después de pensar en su madre se había deprimido, le echaba de menos, no podía dejar de llorar. A los 12 años perdió a su madre, le hizo realmente falta, no encontraba consolación ni palabra lindas por parte de su padre por lo que las buscó eso en otra persona, su hermano mayor. Llevándolo a una relación realmente extraña y fuera de lugar.
Se quedó sobre la cama llorando hasta que se quedó dormido.

~*~*~

El mayordomo volvió y los llevó al despacho del señor Inoo el cual los esperaba sentado en su escritorio

Al entrar el mayordomo los dejó solos, haciendo una reverencia antes de irse.

- así que vienen por el anuncio del periódico – habló el señor poniéndose de pie – soy el dueño de esta casa – se presentó ante los chicos estirando su mano. Los tres se presentaron de igual manera.

- bien, al parecer no leyeron bien el anuncio – dijo el señor en su asiento, los otros tres estaban sentados sobre un sofá que había en el despacho. De repente el mayordomo entró con una bandeja la cual tenía pequeñas tazas de té – el anuncio decía “se necesitan tres personas para empleados personales de tres chicos” – los tres miraron interrogantes – más abajo decía “chicas jóvenes”

Chinen abrió el papel que tenía en sus manos casi rompiéndolo por el nervio. Lo iba a leer pero no pudo ya que Yuto se lo arrebató de las manos y seguido Daiki, el cual leyó el anuncio en voz alta. Los tres se sonrojaron y se pusieron de pie al instante

- lo sentimos, fue un error – habló Daiki por los tres, haciendo una reverencia. El señor comenzó a reír. El mayordomo se aguantó la risa quedándose de pie al lado de ellos

- está bien, son los únicos que han venido, por lo cual les daré el puesto si están de acuerdo – a los tres se les iluminó el rosto – por lo visto son de la misma escuela que mis hijos y no veo el por qué necesiten el trabajo si pueden pagar tal escuela, pero tampoco escucharé sus razones. Pero no quiero retrasos por lo cual no es necesario que vengan desde sus casas, desde hoy deberán vivir aquí. Mi chofer los llevará hasta sus casas para que empaquen – desvió la mirada – Kyo por favor manda a que arreglen sus habitaciones – el mayordomo asintió y salió hacer lo que le habían dicho.

Los tres chicos con enormes sonrisas caminaban en dirección a la puerta para salir del despacho.

- y una cosa más – voltearon – tú, el más pequeño te corresponderá Ryosuke, a ti – dijo apuntando a Yuto – te corresponderá Yuya, creo que se llevarán mejor, y por último – dijo refiriéndose a Daiki – te harás cargo de Kei –se acercó a él –te pido que le tengas paciencia, es un chico difícil de persuadir.-“no creo que sean tan terribles” pensó el mayor – espero que no renuncien como muchas lo han hecho, los chicos no son tan malos pero hay que tener cuidado de ellos.

Después de aquello el chofer de la mansión los llevó hasta el orfanato para que arreglaran sus cosas

- no me lo puedo creer – decía el menor de los tres guardando sus cosas en una pequeña maleta

- ni yo – dijo el mayor

- ¿creen que sean tan malos? – preguntó Yuto pensando en las palabras del señor Inoo

- no lo creo, quizás solo hay que tenerles paciencia – Chinen comenzó a tararear mientras terminaba su equipaje

~*~*~

Los chicos habían sido llamados por su padre. Se reunieron en el despacho. Kei como siempre no tenía buena cara, sentado en el sofá con los brazos cruzados, esperando a que hablara su padre.

Ryosuke tenía un poco hinchados los ojos, llorar tanto para luego dormir no le había hecho muy bien. Sentado al otro extremo del sofá apoyado en el brazo de este, cabeceando a punto de quedarse dormido.

Yuya de pie al lado de Ryosuke mirando como cerraba y abría los ojos

- para qué nos reúnes aquí si no nos dirás nada – habló Kei, lo único que quería era irse a su cama y descansar

- primero esperemos a que lleguen

- ¿que lleguen quiénes? – preguntó el mayor dirigiéndole la mirada a su padre

Al instante golpearon la puerta, al abrirse vieron a tres chicos ingresar al despacho, Ryosuke abrió los ojos con sorpresa

- ¡ustedes! – fue lo que dijo el menor apuntándoles con el dedo.

- ¿qué significa esto? – preguntó Kei poniéndose de pie

- desde hoy ellos serán sus sirvientes, a las chicas que había contratado por una extraña razón todas renunciaban – dijo mirando a Ryosuke – ya sé cual es la razón pero no hablaremos de eso ahora

- ¡no necesito una niñera! – se quejó Kei dirigiéndose a la puerta con evidente enfado

- ¡alto ahí jovencito! – le gritó su padre – no es una niñera, desde hoy él se hará cargo de ti – dijo tomando a Daiki de los hombros – desde hoy harás todo lo que mi hijo te pida, serás su sirviente personal – el señor miraba al mayor de los tres amigos mientras hablaba. Este miró a Kei el cual no tenía buena cara por lo que miró el suelo.

- ¡que divertido! – se escuchó decir, Ryosuke se acercó a uno de ellos tomándole las manos – tener un sirviente y compañero de clases a la misma vez

- Ryosuke no te aproveches – dijo Yuya no muy contento de tener a alguien pegado a él todo el día

- entonces ya se conocen – dijo el señor volteándose para mirarlos

- con permiso me retiro – dijo Kei y salió del despacho

- está bien muchacho – le dio unas suaves palmaditas a Daiki en el hombro – puedes ir con él. Tu habitación está frente de la de Kei por si llegase a necesitarte

Mientras el señor Inoo hablaba con Daiki, Ryosuke se acercó a Yuto para saludarlo pero una extraña sensación sintió al estrechar su mano, separándose de inmediato tratando de disimular.

El señor les indicó cuales serian sus sirvientes, Ryosuke se acercó a Yuri y lo abrazó como si de un peluche se tratase

- qué lindo – dijo abrazándolo un poco mas fuerte

Yuya sintió celos del pequeño, él no sabía la relación que tenían los hermanos por el cual no tenía la culpa. Yuya no estaba muy contento pero por cómo veía a Yuto, no habría mucha fluidez de palabras entre ellos por lo que era lo mejor.

~*~*~

Al terminar de hablar con el señor el cual le explicó lo difícil que podía ser Kei, lo dejó retirarse a su habitación. El mayordomo lo llevó hasta ella, el camino a las habitaciones era nuevo para él. Miraba en todas direcciones las cosas antiguas que había en aquella mansión.

Entraron a la habitación la cual ya tenía sus maletas dentro. El mayordomo lo dejó solo para que comenzara a ordenar sus cosas. No podía evitar sentirse extraño pero a la vez emocionado. Cosas muy buenas le estaban pasando

Por fin salió de aquel orfanato. Encontró trabajo. Ahora vive en una mansión y podía seguir junto con sus dos amigos

Se paró frente a la cama, era muy amplia, se sentó a la orilla, era muy blanda. Miró en dirección a una de las puertas que tenía la habitación y se acercó lo más rápido que pudo, la abrió, era un armario muy grande, su ropa no ocuparía ni el cuarto de especio. Muchos cajones los cuales pasarían vacios por mucho tiempo.

Se acercó a otra puerta, era el baño, había una tina, si esta era una habitación solo para la servidumbre no quería ni imaginar cómo sería el cuarto de los “amos”. Se quedó pensando en quela palabra. Se le hacía raro usarla.

- amo Inoo – dijo para ponerse en practica

- ¿qué? – casi le da un paro cardiaco al escuchar y ver al chico del cual serviría, parado a un lado de la puerta

- ah… - aun sentía su corazón latir de prisa por el susto

- ahórrate las palabras, solo vengo aclararte algo – se acercó al chico pero no tanto, no quería tener contacto físico con nadie – no se te ocurra perseguirme todo el día, no esperes a que te pida algo porque no lo haré, no me dirijas la palabra, no te me acerques en la escuela, no me… - iba a continuar pero el menor lo interrumpió, es que escuchar todo eso lo desganaba. Si hacía todo eso no trabajaría y quizás lo correrían de la mansión

- amo – y es que esa palabra era tan extraña pero el otro estaba acostumbrado a ella– no puedo hacer todo lo que me pide, es mi trabajo estar pendiente de usted y sería como no trabajar – dijo sin hacer ni una pausa.

Kei se le quedó mirando y suspiró. De verdad su padre se había pasado, poner a un hombre a sus servicios y peor, un chico de su misma escuela “un momento” se dijo mentalmente

- si vas a nuestra escuela, ¿por qué quieres trabajar?

- bueno porque – se le prendió el foco rápidamente y parpadeó un par de veces y volvió a ponerse serio – porque…

- no respondas, no me interesa. De todos modos no te me acerques a menos que te lo diga – y salió de la habitación

~*~*~

Yuya al igual que Kei no soportó más tiempo ahí, menos ver como Ryosuke no soltaba a Yuri por lo que dejó el despacho y se fue directo a su habitación. Estaba molesto. Tiempo con Ryosuke no iba a poder pasar si tenía al enano pegado a él cómo lapa todo el día.

Justo en ese momento se le ocurrió qué hacer para mantener al enano aunque fuesen unas horas lejos de Ryosuke.


POV YURI
El camino a casa era tranquilo. La comunicación entre Ryutaro y yo ya no era la misma de hace un año. Todo ha cambiando mucho incluso a veces siento como si intentara seducirme o más bien es uno de sus tontos juegos para volver a dejarme en ridículo.

Al llegar a casa me dirigí rápidamente al baño para tomar una relajante ducha. La práctica había sido como siempre, muy agotadora.

Mientras lavaba mi cuerpo recordé los suaves que eran los labios de Inoo. Siempre supe que le gustaba Daiki pero no quería aceptarlo. Desde mucho antes de entrar al equipo me había fijado en él y cuando Takaki lo descubrió aprovechó la ocasión… no puedo entender como pude entregarme a ese idiota tan fácilmente. Mirándolo bien, si es un idiota posesivo. Nunca en mi vida podría sentir por el lo que siento por Inoo. No, definitivamente nunca.

- Aah…- suspiro - Solo me besó porque Daiki estaba ahí, solo por eso. Si supiera el daño que me hizo aquello.

Terminé de bañarme y al correr la mampara recordé.

- Demonios… ¡¡RYUTARO!! – ¿por qué diantres no había ninguna toalla en el baño? – ¡¿RYUTARO PUEDES TRAERME UNA TOALLA?! – maldición y no estaban nuestros padres, es que tener que pedirle algo a mi hermano no me gustaba o luego me lo sacaba en cara y debía de ayudarle en las tareas.

- Aquí tienes… - dijo entrando al baño, yo aun seguía detrás de la mampara, me dio un escalofrió al darme cuenta de cómo me miraba.

- Dámela – dije estirando la mano para alcanzar la toalla. El se acercó pero no dejaba de mirarme el pecho – ya te puedes ir – le dije.

Me dejó la toalla y salió del baño, pero qué le pasaba, solo Takaki me miraba así. Moví la cabeza para dejar de pensar en eso, mi hermano no podía pensar como Takaki, ¿verdad?, después de todo somos hermanos aunque no sea de sangre.

Me sequé y salí dirigiéndome a mi habitación pero primero quería tomar un poco de jugo. Caminé hasta la cocina percatándome de que no estuviera Ryutaro. Abrí la nevera pero no había jugo.

– Maldición, ¿es que en esta casa no hay nada para tomar? – la nevera estaba casi vacía, solo tenía unos huevos, unas cuantas verduras y una caja de leche – que pobreza – tomé la caja de leche y al cerrar la nevera me tope con un papel.

“Yuri con tu padre fuimos al súper a comprar cosas para la casa, pórtense bien y no hagan desastres”

¿Pórtense bien y no hagan desastres? Eso deberían decírselo a Ryutaro ya que es un loco cuando no están en casa. Salta sobre las camas, come como cerdo y deja todos los envoltorios de dulces sobre el piso cuando juega videojuegos.

No quería tomar en un vaso, así que tomé de la misma caja, mientras admiraba el papel con aquel mensaje.

- Yuri – escuché y sentí unas manos frías rozar mi espalda desnuda ocasionándome un escalofrió y a la vez un susto. No pude evitar escupir la leche, mojándome un poco el torso.

- pero que… ¿qué crees que haces? - dije volteando y tomando un paño para secarme – no me vuelvas asustar así – dije molesto, pero nervioso, nunca antes me había tocado de esa manera, si quería asustarme pudo haber hecho otra cosa, como aparecer de repente, no tocarme así – mira lo que me hiciste hacer, me acabo de bañar – alcé la mirada - Ryutaro en que pen… - vi como se acercaba a mí, sus labios estaban demasiado cerca, me asusté tanto que lo empujé tirándolo al piso – maldición – ahora me asusté porque se golpeó la cabeza, me agaché para ver que no estuviera lastimado.

- No tenías porque empujarme – me dijo adolorido con una mano en su cabeza.

- Tú no debiste de acercarte así, acaso crees que… - pero esta vez sí que no pude seguir, tan desprevenido y preocupado por él, que aprovechó y me besó. Fue salvaje, lo volví a empujar golpeándose una vez más en la cabeza

- ¡Auch! – gritó

- ¡no te vuelvas acercar a mi o te ira peor! – me levanté rápidamente y me fui a lavar el torso. Al parecer seguía en la cocina por lo que aproveché y me metí a mi habitación cerrando con pestillo. No salí de allí hasta que llegaron nuestros padres.


POV YUTO
Estuvimos esperando a su amigo un buen rato pero no apareció, Ryosuke decidió que lo mejor era irnos pronto, de seguro no quería ver a ese chico con el que nos peleamos. Mientras caminábamos ninguno hablaba. Estaba incómodo y el clima soleado era perfecto para tomar un helado.

- ¿Quieres ir a tomar un helado? – le pregunté, me miró pensativo y luego aceptó.

Fuimos a la heladería del parque, al parecer él conocía más este sector que yo. Pedimos nuestros helados y por más que me reprochó no lo dejé pagar su helado, después de todo yo había invitado.

Nos sentamos en una de las bancas del parque. Por cómo nos miraban una que otra chica pensé “¿tendrá novia?” quizás sería vergonzoso preguntarlo pero quería saber. Estaba tan concentrado en su helado que no se dio cuenta de que lo miraba.

- Ryosuke… - dije para que me mirase. Me miró sin dejar de lamer su helado – ¿tienes novia? – en ese momento me miró con enormes ojos y su lengua a medio lamer el helado.

- No – volvió a lamer su helado – pero me gusta alguien – sus mejillas se volvieron rosa, “se ve tierno” pero qué diablos estoy pensando, encontrar tierno a otro hombre es raro – y tú, ¿tienes novia? – preguntó mirándome, esperando mi respuesta.

- No – respondí volviendo apoyar mi espalda en el respaldo de la banca.

- ¿Pero te gusta alguien? – suspiré pesadamente

- Me gustaba alguien, pero no era correspondido – dije mirando hacia el frente, viendo como dos chicas jugaban en los columpios.

- ¿quién? – preguntó de inmediato.

- Keiko, ¿la conoces? Me rechazó porque está enamorada de otro chico, un tal Yamada, cuando me lo dijo comencé a buscar a ese chico, te juro que quería golpearlo pero nunca lo encontré – dije sonriendo, dejé de hablar y lo miré, me miraba con sus enormes ojos sin hablar, pestañé un par de veces y miré su mano la cual soltó el helado cayendo sobre su pantalón. Rápidamente tomé el cono y lo tiré al piso comenzando a limpiar su pantalón pero el parecía no reaccionar – Ryosuke ya deja de estar en las nubes, mira tú pantalón – dije sin dejar de limpiar pero había quedado una mancha.

- Yuto… – levanté la vista para mirarlo, nuestros rostros estaban muy cerca – si lo encontraste… ¿aun deseas golpearlo? – me preguntó. Arqueé una ceja.

- ¿De que hablas?

- Ryosuke… Yamada Ryosuke – no me percaté de lo que había dicho hasta procesarlo unos 5 segundos, me alejé rápidamente de el poniéndome de pie. – así es Yuto, yo soy ese tal Yamada – su mirada triste, como si temiera de mi reacción.

No sabía que decirle. No sabía cómo reacciones, todo era muy confuso, saber que la persona que buscabas hace mas una semana es la misma que ha estado a tu lado todo ese tiempo. Estaba desilusionado. Me volteé, no quería estar ahí, no podía mirarlo ahora, lo admiraba y ahora, ahora que sabía quien era. ¿Adónde se iba toda esa admiración?

- Espera – dijo tomándome de la muñeca – no te vayas – su voz baja, ¿acaso estaba preocupado? Pero no podía mirarlo – si aun quieres golpearme hazlo ahora pero no te alejes de mi – ¿por qué me decía eso? Buenos amigos, buenos amigos era lo que quería que fuésemos.

- No – hice una pausa – hablamos luego – y me soltó. Caminé lo más rápido que pude y al ya estar un poco alejado del parque me detuve y miré hacia atrás.

- ¿Por qué tú? ¿Por qué tenía que ser precisamente tú? ¿Por qué mejor no te llamaste Takahashi Ryosuke o Koishikawa Ryosuke?
FIN POV YUTO~


Ese día Inoo, Daiki, Ryosuke, Yuto, Yuri ni Ryutaro pudieron dormir bien. Inoo estaba tan agobiado, no podía dejar de pensar en el beso que le dio a Chinen y el por qué, solo para sacarle celos a Daiki. ¿Pero celos de qué? Si Daiki le había dejado bien en claro que no sentía nada por él.

Daiki pensaba una y otra vez en la imagen de Inoo y Chinen, no era que le guste Inoo solo que, si le había dicho sus sentimientos y golpeado a su mejor amigo por él, ¿por qué se andaba besuqueando con otros? Y por otro lado Ryosuke, ¿dónde se había metido?, ni siquiera lo esperó para que se fuesen juntos a casa. Yuto pasaba a su lado y eso le estaba molestando. Celos, malditos celos, pero era inevitable.

Ryosuke se sentía tan mal que no quiso cenar. Nunca se imaginó que Keiko fuera la chica de la cual Yuto estaba enamorado, enamorado… esa palabra le resonaba una y otra vez en la cabeza. “debe de odiarme” pensó con un brazo tapándole los ojos mientras trataba de dormir pero no podía.

Yuri cerró su habitación con pestillo, no quería que Ryutaro entrase, siempre entraba sin permiso y eso ahora lo pondría nervioso. No quería seguir pensando en que lo había besado. Tenía miedo de su propio hermano. Tendría que verlo sábado y domingo todo el día a menos que saliera de casa pero no sabía a dónde ir.

Ryutaro inventaba una y mil excusas para decirle a Yuri, si le decía la verdad ¿qué pasaría? Abrazado a su almohada como si quisiera estrangularla. La luz de su velador encendida, no quería apagarla, no tenía sueño. El rostro que había puesto Chinen lo tenía preocupado, quizás hasta dejaría de hablarle.

Sin darse cuenta los 6 chicos cayeron dormidos minutos después.

Yuri se despertó temprano, no quería estar en casa, no quería verle la cara a su hermano, no por ahora. Les avisó a sus padres que saldría. No tomó desayudo, no quería retrasar su salida. Para cuando Ryutaro despertó no encontró a su hermano, solo vio a sus padres tomar desayuno. Les preguntó por él. Cerró fuertemente sus puños al saber que se había ido a la casa de Takaki. Su humor ahora era de los mil demonios.

Caminaba lentamente por las calles desoladas pensando en si sería bueno ir donde Takaki o no, no le había llamado para avisarle. Si no estaba en casa ¿a dónde se iría?, no sabía donde vivía Yuto, tampoco Keito. Era obvio que no iría a casa de Inoo.

Cuando llegó miró detenidamente el timbre hasta que se dio el ánimo para levantar la mano y tocar. Nadie salía por lo que comenzó a tocar repetidas veces. Los padres de Takaki no estaban los sábados y si es que el mayor estaba, de seguro estaría durmiendo, sino no le daba de otra que volver a casa.

- Maldición – dijo girándose para volver, tendría que ver a su hermano y no quería. Se fue a un parque para pasar un rato. Le estaban pasando tantas cosas que no sabía qué hacer. Se asustó al sentir unos fuertes brazos tomarlo por la espalda. Pero ese aroma le era tan familiar.

- Menos mal que te encontré, pensé que volverías a tu casa – dijo el pelirrojo. Chinen se volteó y lo acercó a su rostro para dejar un corto beso en sus labios.

- ¿Por qué no vamos a tu casa? – los dos sonrieron de medio lado. Takaki tomó su mano y se fueron casi corriendo.


~*~*~

Daiki a penas se despertó tomó el teléfono y llamó a Ryosuke, el cual le contestó gruñendo, aun tenía sueño y quería seguir durmiendo. Esa tarde quedaron en verse, irían a los videojuegos a pasar el día.

~*~*~

Al solo dar un paso dentro de la casa, Takaki tomó a Chinen de la cintura para acercarlo y besarlo. Como pudieron se sacaron las zapatillas, dejándolas desordenadas. Con dificultad subieron las escaleras. ¿Desde cuando habían tantos escalones? Pensó Takaki.

Al terminar los escalones tomó a Chinen de ambas piernas para tomarlo en brazos. No dejaban de besarse. Pero la puerta de su habitación estaba cerrada. Apoyó a chinen en la puerta y giró la perilla, al hacer eso casi caen y rieron entre besos por eso. Se acercó a la cama y ahí lo dejó. Se quitaban la ropa como podían, besándose hambrientamente.

Takaki se desabrochaba el pantalón mientras Chinen trataba de hacer lo mismo. Hace una semana no tenían sexo y solo ayer chinen dejó que lo tocara. Estaban completamente desnudos y excitados, Takaki se movía entre las piernas del menor como si lo estuviese embistiendo, sacándole esos tan exquisitos gemidos que tanto le gustaba oír.

- Ya… ya hazlo – pedía con dificultad el menor que aprovechó que Takaki se levantó un poco de su cuerpo para tomar su miembro y masturbarse. Pero este alejó su mano dejándola sobre su cabeza.

- No hagas trampa – y sin previa preparación penetro a Chinen sacándole un grito de su garganta.

- ¡¡AAHH!!...NO... ASI… ASI NO… - pero no lo tomó en cuenta. Lo tomó para que quedara sentado sobre su cadera – MALDITO… DUELE – se quejaba con los ojos cerrados.

- Sé que te gusta – le dijo con voz ronca tomándolo de ambos lados de los muslos para moverlo sobre él.

- ¡¡¡AAAHH!!! – no le quedó de otra que aferrarse del cuello del otro.

Con cada embestida el dolor desaparecía y su miembro volvía a despertar friccionándose entre ambos cuerpos.
Gemía en su oído, sabía que a Takaki le encantaba escucharlo gemir sobre todo si decía su nombre. Estaba tan concentrado en su placer que al abrir los ojos se sorprendió. Miró por la ventana que Inoo se encontraba fuera de la casa del mayor.

- Inoo… -

- ¿Inoo? Me llamo Takaki… uhmmm no imagines que… lo haces con él – se echó un poco hacia atrás y atrapó sus labios, pero Chinen trataba de alejarse.

- Inoo…- volvió a decir, Takaki frunció el seño molesto – a—afuera – Takaki miró por la ventana y efectivamente su amigo se encontraba ahí. Tan sumido estaba que no escuchó sonar el timbre. Pero aun así no se detuvo – de—detente - volvió a mirar. Su corazón acelerado a más no poder, Inoo había sacado unas llaves y estaba abriendo la puerta – viene… viene… -puso sus manos a ambos lados de los hombros del mayor para alejarse pero solo lograba que Takaki lo tomara con más fuerza, volviendo a recostarlo en la cama aumentando el movimiento de caderas, haciéndolo mas frenético, gozando del cuerpo del menor.

Chinen gemía cada vez más fuerte y entrecortado.

- Aaahh me... me vengo... – con los ojos cerrados, con temor a ver a Inoo cuando los viera de esa manera.

- ¡¿TAKAKI?! – escucharon de la primera planta entrar a Inoo. Pero Takaki no dejaba de embestirlo, Chinen se mordía el labio para no gemir, el mayor al darse cuenta se acercó y lo besó, dejando sus labios rozar los del otro para que dejara escapar esos tan exquisitos gemidos.

Dos embestidas mas y se corrieron con un gran gemido. Al terminar, Chinen se lo quitó de encima botándolo de la cama. Tomó sus ropas y se metió al armario. Takaki rio al verlo tan desesperado por esconderse.

- Ta.. ¿Takaki? – Inoo acababa de entrar a la habitación y vio a su amigo completamente desnudo, sudando y sentado en el piso – ¿qué haces? – miró hacia todos lados buscando algo – ¿por qué no me respondías cuando llamaba a la puerta?

Takaki se puso de pie y se sentó en la cama y cubrió su entrepierna con las sabanas

- Estas sudando, ¿qué hacías? –

- Solo tenía una pesadilla – respondió tirándose hacia atrás y quedar acostado en la cama

- Estas… ¿solo?

- Claro

- Pero hay un par de zapatos que no creo que te queden – dijo recordando las zapatillas desparramadas en la entrada – recuerdo verle esas zapatillas a Chinen.

De repente se escucho un ruido proveniente del armario. Chinen trataba de vestirse pero al escuchar que Inoo lo nombraba se fue hacia atrás golpeándose la cabeza con la madera – ¿qué fue eso?

- Anoche puse mal unas cajas de seguro se cayó una – miró a Inoo que no tenía cara de estar creyéndole - ¿Qué?, ¿crees que Chinen está ahí escondido porque tuvo sexo conmigo y no quería que nos vieras? – Chinen asustado casi sin quedarse sin aire por lo que escuchó – no seas idiota, Chinen vino ayer y dejó sus zapatillas aquí, quería ponerse los de la escuela y simplemente olvido las zapatillas – respondió como si nada poniéndose de pie sin soltar la sabana con la que se cubría la cintura – ¿Tú crees que Chinen sería capaz de eso? – se acercó al armario y lo abrió como si nada, a Chinen casi se le sale el corazón por la boca. Si no fuera porque se escondió detrás de la ropa que colgaba.

- No, claro que no y de él te vengo hablar – el mayor cerró la puerta del armario girándose con una toalla en las manos – sobre lo de ayer, ¿él te dijo algo?

- ¿La verdad? Pues no, no dijo nada, no tuvimos una amplia conversación después de eso – salió de la habitación camino al baño e Inoo lo siguió.

Chinen aprovechó eso para salir del armario e irse a paso veloz de la casa. No quería ni pensar la vergüenza que pasaría si Inoo lo descubría. Y con Takaki… se las vería con él el lunes, le daría su merecido por decir todo eso y de paso tendría que contarle todo lo que habló con Inoo en su ausencia.

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