Nota: Espero que lo disfruten. Bye bye.
Una cita y una mezcla de cosas extrañas
El parque era muy ruidoso, lleno de conversaciones, gritos y risas. Las largas orejas del conejo se movían incómodas dentro de esa gran gorra y comenzaba a sentir calor. Había estado tan emocionado con aquel momento en que podría divertirse junto con el rubio, que no dejó de correr de un lado para otro, llevando al alto de la mano a dónde fuese. Se había subido a un carrusel, el primero que había visto en su vida, nunca pensó que tales cosas existieran. Aquellos caballos se movían de arriba hacia abajo, y por más que insistió a Yuya de que subiera con él, este se rehusó, mirando a todos lados, a todas aquellas personas que les miraban, pero después de que dijese “Puedes subir, quiero mirarte desde aquí”, el bajito no había hecho más que sonreír de felicidad e irse corriendo para subirse a un caballo, sonriéndole al mayor desde esa distancia, y emocionarse cuando el juego comenzó a moverse.
Aunque el mayor no lo demostrase con palabras o quizás gestos, estaba divirtiéndose, no creyó hacerlo de esa manera cuando su mano era jalada y terminaba en juegos infantiles, pero a pesar de eso, a pesar de la vergüenza que sentía con las miradas que se dirigían a él y al pequeño conejo, se sentía feliz de ver esa sonrisa en su rostro, porque se veía tan sincera e inocente, y qué decir de esa mirada, que después de tanto correr de un juego a otro, Yuri se detuvo frente a un chica sentada frente a pequeña mesita en dónde tenía muchos maquillajes.
-Hola –dijo la chica con una sonrisa.