La cena fue incómoda. Kei no quería a la pareja de su padre como tampoco deseaba socializar con su hermano. Daiki comía lentamente debido al silencio en medio de la cena, teniendo presente que estaba sentado al lado del chico que obviamente no le aceptaba. La madre del chico sabía que no le agradaba al hijo de su futuro esposo, por lo que hacía lo posible para no incomodarlo, pero notaba que el chico no tenía interés por su único hijo que parecía indiferente a la situación. El padre de ambos estaba en su mundo, no tomando en cuenta el comportamiento de Kei, ya que seguía siendo igual que siempre. Daiki siempre era callado, por lo que tampoco le llamó la atención de su silencio. Feliz porque ahora su nueva familia comenzaba a convivir junta, solo esperaba que pronto sus hijos se hicieran amigos, cosa que para ambos estaba lejos de suceder.
Cuando la comida se acabó Kei sintió la gran necesidad de volver a su habitación.
-Ah, Kei, hay postre, si quieres... -el hijo mayor le miró incómodo, desviando la vista hasta su padre que le miró sereno, después a su hermano que ni atención le tomaba, para volver a mirarla a ella.
-No Hotaru, gracias -dejó las cosas en la cocina y se fue a su habitación, no sin antes escuchar una queja por parte del menor.
-¿De qué es? -preguntó a su madre que le miró sin querer responderle.