Sus pasos lentos casi no hacían ruido cuando sus zapatillas daban contra la acera. Caminar así de tranquilo todas las mañanas era algo relajante. Llegar temprano a la escuela y no escuchar más que el viendo golpear las hojas de los árboles en el que patio trasero. Poder leer aunque fuesen cinco minutos con tranquilidad en el salón de clases cuando este estaba vacío, o solo llegar a sentar y pensar en su vida, en qué hacer con su vida. Solo tenía 16 años, ¿Cómo iba a saberlo? Ni siquiera aun terminaba la escuela. Habían muchas cosas que tenía claras, menos qué hacer con los tantos problemas con los que cargaba.



- ¡No me interesa! ¡Haz algo bueno aunque sea por una vez en tu vida! – una mujer de pie se veía realmente alterada. La discusión volvía a comenzar por el hecho de que ya no se querían, no soportaban verse las caras y aun así vivían juntos. Lo peor de todo no era eso.

- ¡Deja de decirme qué hacer! ¡Me tienes harto! ¡Preocúpate por tu hijo y déjame en paz! – frente a ella un hombre de traje igualmente alterado. Sus palabras parecían romper algo demasiado valioso para cualquier persona.

- ¡¿Mi hijo?! ¡¿Mi hijo?! – bufó la mujer como si no creyera en lo que le decía. Como si aquel hijo solo lo hubiese engendrado ella. Siempre era lo mismo. - ¡También es tu hijo! ¡Tú encárgate de él! – Se gritaban importándole muy poco que un tercero escuchara. Una puerta semi abierta con un chico detrás de ella, que ocultaba los ojos con el flequillo pero su vista estaba directamente nublada hacia el suelo, y las gotas de agua salina cayendo en sus zapatillas.

- ¡Es tuyo! ¡Tú encárgate de él! – dijo el hombre ya cansado de la discusión de cada día. Caminó hacia la salida de la casa dando la espalda a la mujer que lo seguía sin dejar de gritarle.

Ambas manos se aferraban a su pecho mientras mordía sus labios para no emitir ningún sonido. Pero las lágrimas eran imposibles de detenerlas. Su respiración se cortaba al querer retener el aire.

Un portazo y Yuri supo que su padre ya se había ido, solo faltaba su madre que aun histérica hablaba en voz alta de lo cansada que estaba de todo eso. Otro portazo y Yuri se sintió un poco aliviado y libre de soltar toda esa frustración que parecía nunca querer dejarlo tranquilo. Cuando creía que por fin lo dejaba volvía con palabras peores, acelerando dolorosamente su corazón. Y esta no era la primera vez que pensaba que hubiese sido mejor no nacer.


- ¡Yuri! – el golpe en la mesa donde su cabeza estaba recargada lo despertó. Abriendo lentamente los ojos con el seño fruncido al divisar de quién se trataba - ¿Es que acaso en casa no duermes? – su amiga, la sonriente y carismática Nanako había llegado en el mejor momento. Necesitaba reanimarse y quién mejor que ella para darle un momento de felicidad.

Nanako generalmente se caracterizaba por llevarse mal con los chicos y más con las chicas. Todos decían que era demasiado engreída cosa que no era así. Su pelo era liso y desde que se conocen Nanako ha dejado su cabello crecer y todos los días llegaba con un peinado diferente. Siempre se quejaba que su cabello le molestaba pero no se atrevía a cortarlo.

- ¿Saito no vino contigo? – Saito es el otro mejor amigo de Yuri. El despistado Saito que le encanta sacar de quicio a Nanako. La chica cambió la expresión de solo escucharlo.

- ¿Por qué debería venir conmigo? – pero Yuri lo sabía, sabía lo que ese par sentía y estaba feliz de ello, pero se preguntaba si acaso el también algún día encontraría a una linda chica como Nanako de la cual enamorarse.

- ¿Ehh? ¿Nanako se sonrojó? – se burló el de estatura más baja poniéndose de pie para mirar más de cerca el rostro de la chica, quien se volteó haciendo el tonto.

- No es cierto.

Yuri se divirtió molestando a su mejor amiga, sobre todo cuando Saito llegó preguntando por qué Nanako tenía las mejillas tan rojas y Yuri no dejaba de reír, ganándose un golpe en la cabeza que no pudo lamentar porque Saito cayó de su silla por balancearse.

Y mientras el trío de amigos comenzaba su nuevo día de clases, en la cafetería de aquella esquina aun no se abrían las puertas. Un par de amigos aun dormían plácidamente sobre sus camas, tenían horas para seguir descansando.


A pesar de que era un nuevo día, una nueva tarde, las clases no fueron algo diferentes. El ambiente tampoco había cambiado. Los mismos profesores, los mismos alumnos, el mismo salón, el mismo patio, los mismos árboles. Pero la gran diferencia era los temas que podía conversar con su par de amigos. O las nuevas discusiones que Nanako y Saito podrían llegar a tener.


Y así las nubes se movían libremente en el cielo.


Las clases terminaban llenando todos los rincones del recinto con pasos, voces y el remover de las sillas y mesas. Este era el día en que salían más temprano. La mayoría se iría a los videojuegos en el centro y otros a tomar algún helado. La vida escolar en este periodo para algunos era el comienzo de la juventud y madurez por estar entre los 15 y 16 años.

- ¿Por qué no vamos a la misma cafetería de ayer? – Propuso Nanako cuando el trío de amigos caminaba fuera de la escuela.

Saito se animó a ir con ella, solo faltaba que Yuri aceptara.

- Lo siento, pero prometí a mamá ayudarle con unas cosas en casa. Ya saben, por el trabajo llega tarde y debo ayudar – lamentablemente su sonrisa no era la misma de siempre, o por lo menos de eso se dio cuenta Nanako. Saito no podía percatarse de las cosas como lo hacía Nanako. Pero la chica solo guardó silencio en ese tema de la familia y prefirió sonreír.

- Nanako apresúrate, quiero otro Chocolate caliente de esa cafetería. Son tan ricos – feliz Saito adelantaba el paso pensando en otro Chocolate caliente, llevándose de la mano a la chica que iba a un paso menos sonriendo por las expresiones de su amigo.

Una última mirada a su amigo más bajo para despedirse con la mano sin dejar de sonreír.

Se dirigió al centro de la capital, claramente no quería volver temprano a casa, nadie se encontraría ahí. Vagó por las calles. Quiso comprarse un helado pero el dinero que tenía no le alcanzaba, su vida no podría ser peor. Entró a los locales de videojuegos pero solo observó a los demás jugar, envidiándolos quizás un poco. Así estuvo casi toda la tarde, vagando por las calles de Tokio sin nada más que hacer, dejando que todo lo llevase a hundirse en sus pensamientos, en la vida que llevaba, en el tipo de padres que tenía. Dejándolo desear otra vida.

- Ten cuidado idiota –el suelo era tan frío. Frente a él un grupo de chicos vestidos de escolar lo miraban con expresiones poco amigables. Tomando su bolso y poniéndose de pie se inclinó dando disculpas, creyendo que eso era suficiente. Pero el tirón en su bolso cuando dio la espalda lo llevaron otra vez al piso- ¿Crees que eso es suficiente? ¿Ves esto? –dijo mostrándole parte de su camisa- hiciste que manchara mi ropa.

- Perdón, yo….

- ¿Perdón? –rió haciendo que los demás también lo hicieran- mira enano –agresivamente sujetó el cuello de su camisa.

- Suéltame –pidió posando las delgados dedos sobre los brazos del chico mayor-. ¡AH! – una patada en su estomago lo llevaron por tercera vez al piso. Viendo en el problema que estaba ahora si pudo deducir que su día y vida, podían llegar a ser peor. Sus codos estaban heridos. Se quejó expresivamente por el dolor.

- Dame eso –escuchó al mismo chico, pero esta vez no le hablaba a él. Cuando abrió los ojos para enfrentar lo que vendría, una lata de gaseosa estaba en lo alto y por lo obvio que seguiría, el chico le tiraría el líquido dulce sobre su cabeza y ropa. Y no tardó en sentir su cabello ser mojado.

- ¡HEY! –pasos y más pasos. Un par de brazos tomándolo de los hombros. – ¿Te encuentras bien?

- Si –respondió por inercia. Poniéndose de pie gracias a la ayuda de esa persona. Le dio la espalda para caminar como un zombi de regreso a casa.

Ni siquiera le dio las gracias, quería llorar. Yuri quería tantas cosas pero no podía tenerlas todas.

Yuri no podía tener una familia normal, una familia feliz, porque sus padres no lo querían.

6 comentarios:

Carol~ dijo...

primera XD

Carol~ dijo...

noooooooo ;___;
mi mente no concibe la idea de que alguien no quiera a Yuri D:
gracias por actualizar

Hana no Yuuki dijo...

aa kiero el siguiente capitulo pobre yuri no
te preocupes para ke no sufras yo mato a tus padres
para q aprendan a no tratarte mal grrr pobre
yuri a takaki onegaiii ayudalo osino yo voy a
caer en una depresion

Hina*^* dijo...

o.o
como es posible k su familia no lo kiera

k penaa
y esos chicos son muy malos les kiero puro golpiar
nee nee
conti onegaii

AmiS dijo...

waaaaaaaaaaaaaaaaaa!!!! Yuriii!!!gracias por actualizar.... extrañaba leer algo nuevo que sea tuyo!!!
me gusta! continuacion por favor!

Hitomi~ dijo...

ñañañaña!!! por que aww Yuri cosito bebe D;!

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