As you Wish - Capitulo 3

Tanto tiempo ._. Muchas gracias a todas las que leen mis tonteras y comentan. De verdad les agradesco, sobre todo a las que leen este fic xD Pronto les publicare el Capítulo 4 de My Pet... Ya saben cuando es pronto... dentro de un mes más jajaja broma, en realidad no lo sé, pero ya tengo harto de ese fic aunque la idea es de 25 páginas ._. Pero ya veré. Las dejo con el capítulo.
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El camino a casa fue de lo más anormal, ¿por qué? Porque aunque se negase miles de veces y no quisiera creer, admitir la verdad, la verdad de que ese chico de ojos lindos y misteriosos lo tenían embobado una vez más. Su personalidad tan diferente a lo que aparentaba a primera vista. Aun así hacía el gran esfuerzo de no dejarse llevar tan fácilmente. Quizá no era lo correcto pero quería venganza, que Inoo Kei sintiera lo mismo que le hizo sentir con esas palabras tan hirientes, ¿pero cómo hacerlo? Kei parecía tomarse todo a la ligera y no tenía el mínimo interés por alguien.

Llegó a casa aun pensando en todo lo que había sucedido en el día, saludó a su madre como normalmente lo hacía y siguió hasta su habitación sin querer comer antes, tirándose a la cama completamente cansado. Si quería darle una lección que jamás olvidaría tenía que concentrarse mucho porque el solo recordar esos suaves labios sobre los suyos lo desconcentraban de sobremanera.

Un ruido se escuchó en la terraza de su habitación y frunció el seño aun con el brazo cubriendo sus ojos.

- ¿Por qué no me avisaste que llegaste? – un peso extra en la cama lo sobresaltó. Era de suponer que Ryosuke entraría por la pequeña terraza como acostumbraba hacerlo desde pequeños.

Tantas veces que le dijo que dejase ese habito de saltar de las terrazas porque era peligroso y aun así, con tantas advertencias que le hizo no dejó de hacerlo.

- Ryosuke... – trató de incorporarse pero en segundos el nombrado ya lo besaba con ternura, abrazándose a su cuello. Dejando todo su peso sobre las piernas de Daiki que le correspondía por impulso nada más.

“Diferente...” pensó. Las sensaciones que sentía al besar a Ryosuke eran completamente diferentes a las que sentía cuando Kei lo besaba o simplemente lo tocaba para saludarlo. Tan solo que lo rozara con la punta de sus dedos ya lo tenía con el corazón casi en la boca por el fuerte palpitar que creaba con tal acción.

- Espera – dijo Daiki, deteniendo esas traviesas manos que deseaban explorar la piel bajo su ropa – ¿no crees que vas muy rápido? – las mejillas del menor se encendieron avergonzadas.

- Lo siento – se disculpó escondiéndose en el cuello del mayor – es solo que no me puedo controlar cuando estoy tan cerca de ti – soltó una risita avergonzada – no pienses nada extraño, ni yo me lo puedo explicar – hizo aun más firme su agarre recibiendo esos brazos alrededor de su cintura.

- Recuerdas que día es mañana, ¿verdad? – preguntó Ryosuke alejándose para unir sus frentes.

- ¿Mañana? - “Ir al departamento de Kei” - ... no lo sé – vio como el otro inflaba las mejillas en forma de enfado. Ryosuke podía ser infantil la mayor parte del tiempo que estaban solos, pues así era pero en la escuela siempre aparentaba ser otro.

- Me dijiste que saldríamos juntos, cómo puedes olvidarlo. Además ¿adónde fuiste hoy? – se echó un poco hacia atrás para mirarlo mejor, cargando sus manos en los hombros de su novio.

Los segundos pasaban tan lentamente para Daiki que ya tenía una excusa a esa pregunta, sabía perfectamente que Ryosuke era demasiado curioso con respecto a él.

- Ya sabes, la escuela de música – su voz sonó tan natural que el menor solo sonrió creyéndose aquello.

- Mañana no tienes clases, ¿verdad?

- No – sabía que las tenía pero no podía dejar a su novio por Inoo. Ryosuke se le acercó y volvió a besarlo tan tiernamente que a Daiki le era imposible no querer corresponderle, cayendo lentamente otra vez de espaldas sobre la cama, dejando a Ryosuke recostado sobre su cuerpo. Se sentía tan bien besándolo en ese momento que no quería soltarlo de la cintura, pero si estaba un poco incomodo por la posición y claro que eso tenía arreglo ladeándose rápidamente para dejar a Ryosuke recostado a su lado, sin percatarse que en vez de quedar uno al lado del otro estaba quedando sobre el menor que suspiró por la sensación que recorrió su cuerpo al sentir ese peso y un cosquilleo en su bajo vientre.

Lo escuchó pero no quería detenerse pues el también había sentido aquello y Ryosuke tampoco hacía algo para detenerlo. Se acomodó, quedando entre sus piernas abiertas y un movimiento por parte del menor lo despertó de la excitación, alejándose rápidamente para sentarse a la orilla de la cama. Ryosuke regulaba su respiración, hubiese deseado que Daiki nunca se hubiera detenido. Llevaba más de una semana preparado mentalmente para entregarse a él. Quería mucho a su novio y si él aun no estaba listo lo esperaría, no importaba cuanto.

- Lo siento Ryosuke yo... no quería hacerte esto – cubrió su rostro con ambas manos sintiéndose un verdadero estúpido.

- Te quiero – lo abrazó por la espalda recargando su mentón en uno de los hombros del mayor.

El dolor en su pecho se formó cuando no escuchó respuesta. En ese momento decidió volver a su casa, si Daiki no le diría que también lo quería no estaría ahí hasta que se lo dijera por obligación. Salió de la cama para acercarse a la ventana, aun triste por dentro pero sin decir nada.

- Espera – volteó a mirarlo, encontrándose con ese par de ojos castaños muy cerca. Un casto beso y se separó de sus labios – yo también te quiero – y la sonrisa que se formó de completa felicidad lo dejaron satisfecho saliendo de esa habitación para volver a la suya de la misma manera en cómo lo había hecho minutos antes, no sin antes desearle un buenas noches.


Y Daiki tuvo toda una noche para pensar en “qué le haría a Inoo Kei”, pero eran las 2am y no podía dar con alguna idea ni conciliar el sueño debido a eso. Vio televisión hasta que se aburrió, leyó un libro que tenía de hace mas dos meses sin leer, pero no pudo continuar al recordar que al día siguiente se suponía que debería de ir al departamento de Kei para seguir con la práctica. Suspiró exageradamente, si lo pensaba bien todas las horas que pasó con Kei en su mente solo estuvo Ryosuke, debatiéndose si realmente lo quería y claro estaba que no lo quería como el menor a él, pero aun guardaba la esperanza de corresponderle de la misma forma, ya que en sus planes futuros no estaba Inoo como alguien a quien debiese querer.

Se puso de pie para ir por su celular sobre el escritorio. No era muy indicado enviar un mensaje a esas horas pero ¿qué importaba si lo despertaba? Escribió el mensaje para luego buscar su número en la agenda.

“Mañana no iré, dejémoslo para otro día”

Y lo envió. No tenía que darle explicaciones del por qué no iría y ser cortante con él sería lo mejor. Minutos después recibió un mensaje de vuelta.

“¿Por qué? Acaso saldrás con Ryosuke?”

Su sangre hirvió porque esas palabras lograron enojarlo.

“No es asunto tuyo. Mañana no puedo así que dejémoslo para el día siguiente”

Miraba el techo celeste de su habitación esperando respuesta pero nada, habían pasado cinco exactos minutos y el mayor aun no respondía, quizás no lo haría así que apagó la luz para disponerse a dormir, dejando el celular a un lado de su rostro hasta que la luz se encendió iluminando sus pestañas.

“Ok. Aquí estaré esperándote”

Y pudo suponer que esa frase venía acompañada con un giño y una sonrisa. Dejó definitivamente su celular a un lado y se relajó sobre la almohada, no demorando en quedarse completamente dormido. Sin darse cuenta que una sonrisa traicionaba sus pensamientos.

***

Los minutos pasaban y Ryosuke esperaba que el reloj diera pronto las 3 de la tarde para que por fin terminaran las clases y poder pasar una tarde completa junto con Daiki, celebrando su tercer mes juntos. Cada día eran más y más feliz de tan solo saber que su relación era estable y no tenían problemas. Daiki no siempre era cariñoso pero cuando lo era lo dejaba tan sorprendido y feliz que su cariño aumentaba. El timbre sonó y por fin Ryosuke dio un suspiro emocionado mientras guardaba las cosas en su bolso.

Corrió a las afueras de la escuela donde ahí Daiki lo esperaba con una sonrisa. Ambos abordaron el autobús para ir al centro. Era un lindo día, hacía algo de calor pero nada más que eso. En el bus ambos se fueron sentados y Ryosuke aprovechó que poca gente iba a bordo para tomar la mano del mayor, que parecía tener la vista perdida pero al sentir el contacto lo miró algo sonrojado pero con una sonrisa, apretando su mano, gustoso de tenerla unida a la suya.

- ¿Y adónde quieres ir? – preguntó Daiki mientras jugaba con sus dedos.

- Primero – pensó – quiero comer un helado y jugar en los video juegos – el mayor con gusto lo consintió toda la tarde.

Hicieron todo lo que Ryosuke pedía. Se sacaron fotos juntos, caminaron por un parque aprovechando que el viento que corría era fresco y estar a la sombra de los arboles lo era aun mas. De lo que Daiki aun no se daba cuenta era de la fecha. Con todo lo reciente que le estaba ocurriendo con Inoo había olvidado completamente que era un día importante, que hasta lo tenía marcado con un marcador en el calendario que estaba en su escritorio. Porque Daiki tenía mucha esperanza de que lo que había comenzado con Ryosuke duraría mucho. Ambos conocían los gustos del otro, se conocían desde pequeños y hasta las mañas de cada uno el otro las sabía. Pero ahora que Inoo había vuelto aparecer en la vida del mayor, su mente estaba en un lio, porque no podía negar que le gustaba estar con él aunque lo haga enojar. Pero tampoco con Ryosuke, porque con él era con quien más sonreía y era muy cariñoso.


Ryosuke lo llamó cuando lo dejó atrás al distraerse en una vitrina. Volteó a mirarlo y devolverse cuando el menor le hacía señas para que volviera. Caminó relajadamente hasta situarse a su lado.

- Daiki comprémoslos – apuntó a dos collares, eran diferentes. Uno era una luna y el otro una estrella – por favor – dijo juntando sus manos y mirándolo directamente a los ojos.

- Está bien – esa respuesta no había sido de resignación, más le parecía lindo usar algo que le recordara a Ryosuke. Quizás así no desviaría tantos sus pensamientos.

- Esto es realmente hermoso – una chica pasó a su lado cuando salía del local, tomándole poca importancia.

- ¿Daiki? – el nombrado presionó fuertemente sus dientes al reconocer la voz, y quizás hubiese sido el primero en voltear, pero Ryosuke al escuchar el nombre de su novio se volteó a mirar de quien se trataba, encontrando la mirada de un chico de cabello negro algo largo, alto y delgado, junto a una chica que también lo miraba – no esperaba encontrarte aquí – dijo con falso tono de voz desviando la mirada al nombrado que solo maldecía su mala suerte antes de voltear.

- Claro – fue lo único que sus labios modularon.

- ¿Él es Ryosuke? – preguntó antes de mirar al menor que se le acercó para presentarse, pero Daiki lo tomó de la mano para detenerlo.

- Si. Bueno, un gusto verte pero estamos ocupados – ni siquiera se tomó la molestia de mirar a la chica porque era obvio que era la novia del mayor, aunque no lo dijese sabía que Inoo no tenía hermanas y tampoco salía con amigas. Bueno, aunque las tuviera la palabra ‘novia’ fue lo primero que pasó por la cabeza del chico al ver sus manos tomadas.

La sonrisa de Inoo se amplió, ahora sabía quién era Ryosuke, aunque su rostro no se le hacía desconocido, tampoco recordaba donde lo había visto antes. Volteando junto con su novio se fueron mientras esta le hacía preguntas sobre los dos chicos. Ryosuke preguntó quién era pero Daiki solo dijo que era un conocido, que no le simpatizaba. Con eso Ryosuke dejó de preguntar y se concentró mas en lo que habían entrado a hacer al local, dejando de lado el querer preguntar por qué Daiki tenía esa expresión, pero cuando por fin compraron lo que querían aquella expresión desapareció y dejó de estar preocupado.

Había sido una tarde muy linda para Ryosuke, también lo había sido para Daiki a pesar de que había visto desgraciadamente a Inoo. Obvio que al verlo toda la tranquilidad se había esfumado, pero estando con Ryosuke no podía echar a perder el día.

Subieron juntos hasta la habitación de Daiki, echándose ambos sobre la cama de espaldas. Estaban cansados. La caricia en su mano aceleró su corazón, miró a su costado, Ryosuke con una sonrisa en los labios. Dudoso iba a besarlo, acercándose lentamente para ver si Daiki reaccionaba y cuando lo hizo e iban a juntar sus labios la puerta sonó, alejándose rápidamente. La madre de Daiki siempre aparecía en momentos inoportunos como este. Ryosuke nunca podía evitar el sonrojarse al igual que Daiki que apresuraba la conversación con su madre para que pronto los volviese a dejar solos. Para la señora Arioka no era extraño que ambos se encerraran en la habitación de su hijo, después de todo eran amigos desde pequeños. A veces los padres son tan inocentes a los hechos de la vida.

- Feliz aniversario – escuchó a sus espaldas luego de cerrar la puerta. Se quedó congelado reprochándose el haberlo olvidado.

- Feliz aniversario – forzó una sonrisa. Como odiaba el haberlo olvidado.

- Lo olvidaste – la voz de Ryosuke se escuchó apagada. Iba a excusarse pero solo recibió una sonrisa a cambio – está bien, no es la primera vez que sucede – se le hacía un nudo en la garganta por lo que ahora había causado.

- Lo siento – se disculpó acercándose a la cama.

- Está bien Daiki. No hace falta que te disculpes.

Esta era la segunda vez que lo había olvidado. Lo malo de todo esto es que esta vez había sido por causa de Kei cosa que Daiki no podía perdonarse. El volverlo a ver estaba afectando demasiado su vida amorosa con Ryosuke y al parecer no quería admitirlo porque ya era demasiado tarde, Daiki estaba encaprichado en vengarse de Inoo a pesar de saber que no conseguiría nada con eso, pero como dicen lo último que se pierde es la esperanza y él no estaba dispuesto a perderla hasta conseguir algo. Ese algo sería demasiado perjudicador para su relación, no había que ser adivinos para darse cuenta.

Pero Daiki era demasiado terco con su conciencia.

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Este fue... una capítulo demasiado fome.