Cuando llegaron al departamento de Yaotome, Keito supo que no saldría de ahí hasta concretar con lo que más deseaba Hikaru, y aunque fuera una total mierda seguir con todo eso ocultándole algo tan importante como lo que crecía en su vientre, no hizo más que corresponder todos aquellos besos y caricias con toda la pasión que sentía por el mayor.

Sus sentimientos comenzaron a engañar a su mente, todo momento de intimidad entre él y Yaotome, Keito se hacía la ilusión de que lo que expresaban en cada beso era amor, o por lo menos algo bastante fuerte y no simple desahogo de sexo como acordaron desde un principio. Estaba claro que Hikaru había roto el trato al mezclar sus celos, ¿pero qué podía reprochar él? El cariño que le tenía iba mucho más allá de su razonamiento. Su cuerpo actuaba por sí mismo, al igual que su boca. Por más que intentaba decirle que se detuviera se empeñaba más en profundizar el beso. Y dejó a un lado el lio en su cabeza para disfrutar mejor, dejando de contar los minutos cuando unos dedos tocaron su miembro semi erguido.
..


Una peculiar canción lo despejó de su sueño. Aturdido abrió los ojos encontrándose solo en una cama completamente desecha, la sábana cubría pobremente uno de sus muslos, dejando a libre vista su miembro. No se molestó en cubrirse. Buscó el insistente sonido, arrastrándose a los pies de la cama y hurgar entre la ropa tirada. Halló el celular de Yaotome. El número era desconocido para el aparato, pero no para él. Despabiló un poco y miró mejor la pantalla, sabía lo que escucharía al contestar y antes de hacerlo un suspiro pesado salió de su boca.

-¿Yuto? -el jadeo incómodo al otro lado se escuchó molesto. Juraría que Yuto contenía las ganas de gritarle.

-¿Si vas a irte con Yaotome podrías por lo menos avisar? -mas que una pregunta sonaba a orden. Keito no dejaba de morderse el labio inferior mientras se acomodaba lentamente para quedar boca arriba en la cama. Con los pies jaló de la sábana y cubrió parte de su cuerpo desnudo, sintiendo la vergüenza. Aunque Yuto no le estuviese mirando sentía como si estuviese ahí, observándole con un notorio ceño fruncido. Ni siquiera pudo articular una disculpa porque su amigo no le daba la oportunidad- Tu jefe está molesto porque desapareciste. Te llamé miles de veces y no contestaste. No me quedó de otra que llamar al idiota de Yaotome -Keito abrió la boca pero rápido la cerró, arrepentido de decir algo sobre ese comentario- No preguntes cómo obtuve el número. No espío tu celular.

El silencio que se hizo luego le dio espacio a Keito para tomar atención al departamento.

-Lo siento. No sé cómo explicar lo que pasó -Yuto volvió a recriminarle su imprudencia mientras se ponía de pie. Tomó su bóxer que no fue difícil de encontrar. Aunque fue complicado acomodarlo bien en su cadera no lo hizo tan mal, pero aun así se sentía incómodo.

-No creo que conserves tu empleo con lo que hiciste a menos que tengas una buena excusa -sus labios se torcieron. No podía decir que lo secuestraron porque aunque haya sido así bien que pudo escapar después.

Caminó hasta acercarse al baño, se escuchaba claramente el agua caer al piso. Hikaru tomaba un baño. No pensó en entrar, asi que se alejó de ahí. En su camino encontró la camisa azul marino que Hikaru traía cuando se lo llevó en su auto. Quiso reprimir la sonrisa pero no pudo evitarlo. Yuto seguía hablando de cómo explicaría su falta al trabajo cuando se inclinaba a tomar la prenda. La acercó a su rostro y enseguida el aroma de Hikaru mezclado con su perfume y tabaco inundó sus fosas nasales. Ese aroma le calmaba, aunque el olor a tabaco le molestara un poco.

-¿El idiota está ahí? -su pregunta sonaba tonta, pero Keito sabía que se refería a si Hikaru estaba consciente de que hablaba con él.

-No. Está tomando un baño -una de sus manos se metió en la manga de la camisa. Pensó que no sería tan difícil vestirse usando solo una mano, pero cuando sostuvo el celular con la mano contraria para terminar de poner bien la camisa sobre sus hombros se molestó, no lograba encontrar la manga.

-Hazme el favor de eliminar el historial de llamadas después de esto, no quiero a ése idiota llamándome después -Keito no logró reprimir una suave risa. Su rostro era distinto y Yuto podía imaginarlo, incluso su voz, aunque sonaba a recién despertado se escuchaba distinta. Ya no se sentía ese rastro de tristeza, hasta juraba que Keito se había olvidado por completo de su embarazo a menos que le haya dicho la verdad a Yaotome y este haya tomado toda la responsabilidad a la vez que le juraba amor, pero claramente eso era imposible.

-Lo haré –respondió sin tomar mucha atención cuando mantenía su mirada baja, concentrada en los botones de la camisa mientras intentaba meterlos en los ojales solo con una mano.

-Keito... -el que le dijera su nombre esperando claramente una respuesta le hizo sonreír más- por favor cuídate -y eso bastó para regresarlo a la realidad, en una donde sus sentimientos no eran correspondidos y guardaba un secreto que podía acabar con su relación, aunque no fuera una relación formal lo que mantenía con Hikaru.

Cuando la llamada se cortó sus ojos de tristeza volvían a resaltar. Subía con las manos la camisa mal abotonada y miraba su abdomen. Deseaba no estar embarazado, pero también deseaba no perderlo, era un pedacito de Hikaru que podría amar libremente.

El sonido de unas llaves en la cerradura lo devolvieron a la realidad. Caminó con cuidado fuera de la habitación, un poco asustado. Estaba seguro que Hikaru estaba en la ducha, hasta pensó en ir al baño para cerciorarse de ello, pero los penetrantes y fríos ojos que se clavaron en su persona le detuvieron. Podía encontrar tantas cosas en esos ojos pero era eso lo que le tenía congelado. El hombre mayor a unos pasos más allá cerró la puerta con tranquilidad, si no fuera porque ya tenía el rostro de Hikaru clavado en lo profundo de su memoria estaría alerta de saber quién era el hombre que acababa de entrar, aunque se puso peor sabiéndose semi desnudo frente al padre de Hikaru, pero poco pudo hacer al no tener nada a mano.

-¿Dónde está? -su voz grave le hizo estremecer, no porque sonara autoritario y amenazante, sino por la gran semejanza con la voz de Hikaru. Si se hubiesen cruzado en una llamada juraría confundirlos.

Ni siquiera logró responder de lo concentrado que estaba en mirarlo. Su vestimenta y postura dejaba en claro la elegancia que portaba. Hikaru tenía algo de ello, solo que su lado livertino mostraba a un universitario de familia estable monetariamente.
Keito no conocía a la familia de Hikaru y tampoco se le pasó por la cabeza llegar a conocerlos. Solo sabía que su padre era lo bastante insistente con referente al negocio familiar y Hikaru al ser el hijo mayor tenía el deber de seguir las tradiciones y el negocio. Así que el saber que ahora  ése hombre de gran fortuna se encontraba frente a él mirando con asco su cuerpo semidesnudo le paralizaba.

De repente unos brazos rodearon su pequeña cintura, haciéndole estremecer y dar un respingo cuando frías gotas eran absorbidas por la tela de la camisa, dejando sentir la temperatura de estas al apegarse la prenda a su espalda. 
Hikaru al salir de la habitación y no ver a Keito aun durmiendo fue a buscarle, no se alarmó pensando que se había marchado pues su ropa seguía en el piso. Al verle de pie, en cómo su camisa cubría débilmente sus muslos, notando la montura de sus glúteos cuando la tela se recogía un poco en su espalda baja, fue una vista excitante, tanto que no pudo evitar abrazarle desde atrás. Sus apetitosos muslos a la vista. Esperó una queja de su parte pero al no obtenerla alzó la mirada. Fue una gran punzada en el pecho cuando los severos ojos de su padre le analizaban con rigurosidad. 
Definitivamente su hijo no estaba aún preparado para asumir responsabilidades como una empresa.

Hikaru, en un rápido movimiento soltó el delgado cuerpo de Keito. Fue algo brusco pero el miedo se instaló en sus músculos, haciéndole actuar rápido aunque ya era demasiado tarde. Su padre había visto a Keito, pero aun así se puso frente al menor y cubrió su cuerpo con el propio, tapando toda vista de él, o eso pensaba, pues su padre seguía viendo el rostro del castaño.
Lo poco que Keito alcanzaba a ver le bastó para desear huir de esa habitación. Debía vestirse pero sus pies no le obedecían, quería saber lo que sucedería ahí aunque no era su asunto. Pero las pocas veces que escuchó de Hikaru hablar sobre su familia siempre evitó nombrar a su padre y nunca le tomó importancia a ello sino hasta ahora. 

-¿Qué haces aquí? –Keito notó el poco respeto en la voz de Hikaru, pues el tono que usó y sus palabras no eran agradables- ¿Cómo entraste? –El hombre mayor alzó una de sus manos y agitó suavemente el juego de llaves que sostenía. Su padre le miraba de pies a cabeza, en lo evidente de la escena al ver al desconocido portando solo una camisa y a su hijo solo una toalla y el cabello mojado. 
Hikaru frunció más su ceño al saber que tenía una copia de llaves, odiando la actitud de su padre por querer tener siempre el control de todo, incluso de su propia vida.

Hikaru le vio caminar y observar el departamento sin mucho agrado, expresando en su rostro serio lo nada que le agradaba la decoración, incluso el desorden sobre el sofá. Tragó saliva cuando su padre se acercó a la ropa interior. No la tocó pero sí la miró con asco unos segundos.

-¿Esta es la puta por la que has huido de mí todo este tiempo? –Keito ni siquiera tuvo el tiempo de ofenderse, pues no le podía contradecir a una persona de actitud tan dominante. Por un momento pensó que Hikaru le defendería, pero éste solo mantuvo la boca cerrada esperando más ofensas de su padre.

-Ese no es tu asunto, viejo. Y no te metas en mi vida –Keito no lo sabía, pero Hikaru por dentro se moría por hacer callar a su padre y que no volviera a ofender al menor. 
Keito llegó a pensar que tal vez Hikaru no pensaba tan distinto a su padre.

La escena había sido suficiente para él, no tenía que aguantar insultos y no estaría ahí para seguir escuchándolos. Sin decir nada se alejó, yéndose a la habitación para tomar sus cosas y encerrarse en el baño. Antes de hacerlo escuchó cómo ambos hombres alzaban la voz, pero Hikaru se oía alterado, como pocas veces lo escuchó.

No salió hasta haberse limpiado bien y estar vestido. Al salir no quería encontrarse de nuevo con la escena pero para su suerte el padre de Hikaru ya no estaba, aunque el ambiente había quedado espeso, con un Hikaru en la terraza fumando. Las venas se marcaban en sus manos y en su cuello, aún estaba enojado.
Suspiró, en un acto de relajación para tomar fuerzas.

-Ya me voy –Hikaru no se molestó en mirarlo, no hasta acabarse el cigarrillo y aplastar la colilla en el cenicero que sostenía- Lamento que tu padre me viera –había tenido la necesidad de disculparse aunque no tuviera la culpa.

-Te dejaré en tu departamento –Los huesos de su espalda resaltaban de su piel, al igual que los músculos en sus brazos. Algo que a Keito le encantaba.

-No es necesario. Necesito regresar al trabajo, saber si puedo recuperarlo –Le vio acercarse-luego iré a la universidad –Hikaru le tomó del rostro, tan repentinamente que no le dio tiempo de alejarse. Sus labios ya habían sido capturados y el sabor a tabaco llenó su boca. No se negó, pero tampoco correspondió. No lo quería decir, pero estaba herido por no ser defendido. Hikaru al separarse hizo un chasquido con la lengua.

-Solo espera, no tardo –La molestia de la visita de su padre aún no desaparecía y que Keito se rehusara a corresponder el beso no mejoraba su estado de ánimo.

Esta vez no insistió en tener al menor por más tiempo, pues quería aclarar su mente. Por otro lado Keito seguía pensando en sus problemas, en que ahora la presencia del padre de Hikaru no había sido de menos preocupación, más si lo había tratado de esa manera.

Cuando se separaron solo fue una despedida apresurada, ninguno miró hacia atrás.

Continuará... 

3 comentarios:

Yojhannah dijo...

Waaaaaa suculento capitulo ouo yooo quiero más de este fic asdasd miercoles...todo lo que escribes me encanta fascinaaaaa asdasd c: más capitulos porfitas

Natarashi dijo...

Me alegra que lo continues, amo todas las parejas de Keito, espero que Hika luche por Keito, amo los tontos celos de Hika pero eso no quita que a un no le dice a Keito que lo ama y no es solo sexo

Unknown dijo...

Me encanta , estoy deseando seguir leyendo más capítulos

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