Siento la tardanza. Además que el capitulo era más largo pero es que si no lo público como está entonces no lo haré en mucho más tiempo… me conozco bien, por eso lo digo. Espero que les guste el capi :) me costó hacerlo… aunque no lo crean XD
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Aunque su expresión de preocupación no desaparecía, Ryutaro seguía mirándole. Ese rostro de niño, con esos ojos brillándole mientras lo observaba era tan atrayente, y aunque sus labios no se viesen por tener el rollo de papel cubriéndole sabía que le estaba sonriendo.

- Esto no sirve – se quejó al ver que el papel lo único que hacía era absorber más sangre.

Ryutaro aun sostenía la frazada cubriéndole de la cabeza a los pies. Tan inocente para Kota que por poco se vuelve a quedar embobado mirándole si no es porque el chico se tambaleó algo mareado. El tener hambre y estar sangrando no era buena combinación.

- Kota, tengo hambre – volvió a anunciar. Miró en todas direcciones. La cena aun no estaba lista. Lo único que había en ese momento eran las galletas con chocolate en forma de ositos, pues le era inevitable ver ositos y no pensar en el menor.


-Flash Back-
Se paseaba por los pasillos con el carrito de súper Mercado, con varias cosas en el. Pensando que ya tenía todo lo que necesitaba se dio el gusto por unas galletas, chocolates, suflés o dulces. Y observando entre tantas cosas ricas no se decidía en nada. Hasta que sus ojos pasaron por unos paquetes blancos con letras de colores vivos que nunca había visto. Los observó pensativo y tomó una bolsa y la sonrisa no la pudo evitar. Se mordió los labios aun sonriendo y dejó la bolsa de galletas dentro del carrito, encaminándose a la caja para pagar.
-End Flash Back-

Limpió la nariz del chico con agua, para luego acercarlo a la mesa, corriendo una silla y dejarlo sentado mientras buscaba en la alacena las dichosas galletas y sacar una caja de jugo de la nevera. Pero quién lo diría, no bastó más de un minuto para escuchar un quejido a sus espaldas volteando doblemente preocupado. Ryutaro sacudía su mano con desesperación, mordiendo sus labios y el dolor marcando sus facciones. ¿Es que acaso no podía ser peor?

- ¡Ryutaro! – corrió a socorrerlo. En definitiva no podía tenerlo en la cocina. – Tenías que quedarte sentado – aquello había sonado grave, haciendo sentir al menor mal por no quedarse quieto. Era arrastrado una vez más al lavaplatos. Dejó caer el agua sobre la mano quemada del menor. No esperó más y le acomodó la frazada para volver a cubrirlo bien en ella. Apagó la cocina, tomó las galletas y el jugo, y se los pasó a Ryutaro que aun apenado miraba en piso. La sangre había dejado de salir.

Kota al ver que todo estaba listo se dobló unos cuantos centímetros y tomó al chico entre sus brazos que asustado se agarró de su cuello, soltando la brazada que ahora era sostenida junto con su cuerpo por Kota. Y así se dirigieron escaleras arriba hasta la habitación del mayor para que no volviese a hacerse daño, pues parecía que por ahora lo mejor para Ryutaro era quedarse ahí.

A escondidas en el pecho y cuello de Kota, Ryutaro tenía las mejillas sonrojadas y una sonrisa que no se le quitaría en toda la noche. Claro, si es que el mayor no volvía a regañarlo por no obedecer.


*~*~*~

No había sido difícil quitarle la prenda de arriba. Y tampoco lo sería si volvía a hacerlo. Pero estaba algo estresado. Hikaru apenado lo miró, ahora que lo tenía de pie a unos cuantos pasos lo veía completamente desnudo… ¡completamente! Y no es que nunca hubiera visto el cuerpo de otro chico (sólo el de sus hermanos), si no que, este chico precisamente se le había tirado encima comiendo sus labios a besos, mordiscos y lamidas, y sin olvidar el gran detalle de sus orejas y cola. Y Keito sabía por qué Hikaru estaba incomodo con la mejillas sonrojadas, pero no le importaba. Hikaru le pertenecía al igual que el también le pertenecía. Y si o si tendría que acostumbrarse, porque necesitaba saciar su apetito sexual, por lo cual no sería la primera ni la última vez que lo vería desnudo.

Bufó por la rara forma que tenían los humanos al usar esas prendas tan extrañas.
Hikaru dio un paso atrás al verlo moverse, pero Keito no se le acercó, se fue hacia la cama y quedando arrodillado sobre ella miró detenidamente la almohada en la cabecera, la tomó y en segundos estaba rasgando la tela con sus uñas. Dejando que el algodón se desprendiera de ella. De verdad estaba estresado, además de tener un verdadero apetito. Sus entrañas reclamaban por alimento.
Hikaru lo miraba atónito, tampoco estaba dispuesto a acercarse para reclamarle, menos cuando la expresión del chico era de un disgusto profundo.


Cuando se sintió menos molesto, volvió la vista al mayor que en ningún momento dejó de mirarlo.

- Hi-Ka-Ru – canturreó saliendo de la cama. Inmediatamente el nombrado dio un paso atrás por el acercamiento y ese tono de voz- ¿Sabes desde cuando no como? Tengo hambre y si no me das algo de comer te aseguro que serás tú la cena de esta noche.

Pestañó un par de veces abriendo la boca para tomar una bocanada de aire, como si fuera a responderle, pero lo único que hizo fue salir inmediatamente de la habitación como si su vida corriera peligro, aunque no estaba muy lejos de ello, si es que aquel chico lo tocase de nuevo fuera igual a perder la vida…

Apresurado con pasos torpes se dirigió a la cocina. ¡NO HABIA COCINADO! Pero para su sorpresa, y mucha sorpresa, había comida, mucha comida dentro de una olla. Gracias a quien haya sido que haya cocinado eso. Y gracias porque Kei aun no bajaba, porque de seguro ya no habría mucho en ese recipiente. Pero pensándolo bien, todo era extraño, su vida era extraña, y hoy lo estaba más de lo normal. Sus hermanos no estaban en la cocina, y ya era la hora de comer juntos como todas las noches lo hacen. ¿Cuánto tiempo había pasado desde que estaba con ese tipo extraño? El buscar a sus hermanos sería buena idea, aunque ya tenía una de dónde estaría Yuya, el dilema era subir las escaleras y sin llevar alimento. Obvio que no quería ser el “alimento” de esa “cosa”… no, claro que no, aunque esas sensaciones se hayan sentido bien, demasiado bien… o esos labios y esa lengua tan húmeda haya tocado la suya… entrando a su boca… esas manos hayan tocado su piel, arañándola en ciertas partes de su cuerpo… no, claro que nada de eso se sintió bien.

- ¡Auch! – se quejó… ¿tan torpe podía llegar a ser? Para salir de sus “peores” pensamientos no era necesario golpease la cabeza “inconscientemente” contra la pared a sus espaldas, ¿o sí? Aunque al parecer eso era lo más efectivo por ahora.

Volvió a darse otro golpe antes de empezar a servir la comida para esa “cosa”, en definitiva, el no quería ser su alimento, no mientras todavía pudiera evitarlo.


*~*~*~
El pequeño chico-conejo se dirigía a la cama para tomar asiento y mirar a Yuya que se había detenido al lado de la puerta, sin quitarle la vista de encima. Yuri movió ligeramente sus ojeras y pestaño un par de veces antes de abrir la boca con intenciones de decirle algo. Sus brazos se movieron hacia al frente, extendiéndolos como si llamara al rubio en silencio. Con las manos completamente escondidas dentro de esas mangas blancas y largas el conejo abrió las manos. Quería alcanzarlo pero no tenía intenciones de ponerse de pie. Yuya se acercó a su escritorio ignorando al chico que infló las majillas molesto.

- Yuya… –lo llamó con el entrecejo fruncido.

Y aún seguiría con esa expresión si Yuya no hubiera husmeado entre su bolso, sacando algo que olía demasiado dulce para el pequeño que como niño bueno se quedó quieto por el olor. Muchas veces había sentido ese olor en el bolso del mayor y cuando revisaba siempre eran envoltorios vacios con rastros de aparentemente comida.

- ¿Es para mí? –preguntó cuando lo vio voltearse, acercándose para sentarse a su lado.

- No debería darte esto –reflexionó, pero para cuando se había arrepentido el pequeño paquetito había sido arrebatado de su mano. Yuri rápidamente lo abrió, por fin probaría eso que tanto comía Yuya.

- ¿Qué es? –preguntó curioso al ver la forma algo plana y circular. Era áspera y con relieves. La olió un par de veces antes de pasarle la lengua probando el gusto. Y antes de apretarla entre sus dientes miró al rubio que esperaba a que la comiera.

Sin quitarse el uno del otro la vista de encima, Yuri partió la galleta con sus dientes para masticar y saborear el trocito dentro de su boca. Haciendo gestos de incomodidad, duda y al final de felicidad. Aquello era delicioso. Quizás para cualquier un galletón de vainilla con trocitos de almendras no sería tan rico por la costumbre de ya comerlo, pero para Yuri, que nunca había comido más que zanahorias, lechugas, una que otras veces comida especial para conejos. Volvió a dar otra mascada luego de tragar lo que ya tenía molido dentro de la boca.
Yuya se maravillaba viéndolo comer. Su corazón estaba de cierta forma feliz por ver algo como eso. Y la sonrisa de su rostro no se borraba. El chico cuando masticaba curvaba sus labios sonriéndole agradecidamente por darle de comer algo nuevo.

Mientras más lo miraba más se daba cuenta de la situación. Más miraba las piernas blancas del chico, sus pies descalzos, parte de su pecho descubierto junto con un hombro, los labios rosados, las mejillas pálidas pero con unas pintitas rojo suave. En las clavículas. Su pecho subir y bajar al respirar. En su manzana bajar y subir al tragaba. En su entrepierna… que por suerte en ese momento estaba cubierta, pero la camisa solo llegaba hasta cierta parte de los muslos del muchacho. Y tuvo que desviar la mirada si no quería seguir como pervertido mirándolo.

- Wow, estaba muy rico, ¿qué era? –Yuri sacudió sus manos.

- Una galleta –se puso de pie para dejar de mirarlo, dándole la espalda y acercándose al ropero. No lo dejaría así vestido, no cuando comenzaba a perjudicar su vista (mente).

- Tengo sueño –bostezó el de orejas peludas, subiéndose completamente a la cama -. Yuya quiero dormir –dijo ahora sentado de piernas cruzadas, pero fue nuevamente ignorado -. Yuya… - alzó la voz –quiero dormir – se medio quejó.

- Y qué quieres que haga yo. Duerme. – dijo aun buscando lo que quería.

- Yuya ven – lo llamó como niño pequeño a punto de hacer berrinche.

- Espera –cerró el ropero - ¿Dónde estará? –se preguntó sin mirar al chico y en cuanto sus pasos se acercaron a la puerta salió sin prisa, concentrado en lo que quería.

Dejando al pequeño solo con una expresión desilusionada en el rostro. Pero no iría tras él. Era tarde para él y quería dormir, así que sólo se acurrucó sobre la cama, de lado, acercando las manos a su pecho y doblando las rodillas para resguardar calor. El no tener todo el pelo que normalmente tenía sobre el cuerpo era desventajoso cuando sentía frío.


Yuya entró a la habitación de Yuto buscando algo adecuado para el conejo, pues toda su ropa le quedaría grande, y la de Yuto también pero no tanto. Pero tampoco encontró algo adecuado. La de sus otros hermanos tampoco le quedaría y no estaba dispuesto a dejarlo solo con una camisa puesta. Caminó hasta la habitación de sus padres, molestándose al ver la ropa sobre la cama que estaba desparramada y deshecha. Tomando las prendas para doblarlas se dio cuenta de algo, de que aquella ropa era más pequeña y no era la única, había más ropa ahí, que no era de ninguno de sus hermanos y menos de sus padres.
Las dudas que se formaban en su cabeza si no las podía responder Yuri entonces lo harían sus padres, después de todo ellos sabían a la perfección de todo lo que estaba pasando, estaba seguro. No todo eso era coincidencia.

Volvió a su habitación con alguna de esas prendas para el conejo, pensando en volver a llamar a sus padres cuando tuviera su celular entre las manos, esperando que ahora si le contestasen y no lo dejasen esperando o no tuvieran el celular apagado. Pero cuando entró a la habitación nada de lo que quería hacer hizo. Podía morir de ternura si es que eso era posible, ver al chico dormir sobre la cama en esa posición era una escena muy linda. Suspiró y dejó la ropa a un lado. Quizás sería mejor que él también durmiese. Apetito no tenía y con todo lo que había pasado estaba cansado y ver al chico-conejo dormir tan tranquilamente le contagió.
Iba a desvestirse pero prefirió solo desabrochar su pantalón y tirarse al lado de Yuri que gruñó incomodo al sentir movimiento en la cama. Despertándose, abriendo a penas los ojos para ver que sucedía.

Yuya se acomodó boca arriba, era una costumbre dormir así después de que le regalasen a Yuri. El pequeño levantó un poco su cuerpo y acercó su cabeza al vientre del otro que al verlo no le sorprendió y solo lo dejó, sintiendo el peso en su estomago cuando Yuri dejó caer su cabeza ahí, cerrando los ojos para dormir ahora más tranquilo. La presencia de Yuya y su calor lo tranquilizaban pues le gustaba estar cerca de él.
Y como era costumbre, ambos se quedaron dormidos así. El conejo sintiéndose aliviado y querido al ser sus cabellos removidos en caricias por una de las manos del rubio.

*~*~*~

Frotaba su cabello con el shampoo, el chico estaba con los ojos cerrados, sus mejillas sonrojadas y son una sonrisa que no quitaba en ningún momento. Su expresión de total relajación dejándose lavar. Incluso había dejado de lavar el cabello de Yuto, aunque no le importase mucho.

- Yuto – los ojos del chico se abrieron y el nombrado se sonrojo – quiero más – de un segundo a otro el extraño se abrazó a su pecho, quedándole respectivamente encima.

- Quí-Quítate – nervioso lo tomó de los hombros, empujándolo para que se despegara de él, pero el chico ejercía cada vez más fuerza.

- ¡Nooo! –

- ¡Que te quites! ¡Suéltame! – ninguno de los dos dejaba de forcejear, dejándose partes del cuerpo rojas, sobre todo los hombros del extraño que ya se mordía el labio para aminorar el dolor de sus hombros.

La escena parecía no terminar nunca y no lo hubiese hecho si Yuto no cediera a quedarse quieto, dejándose abrazar. Suspiró, realmente se lo quería quitar de encima. Aunque acariciara su cabello no quería decir que dejara de tener algo de miedo. La escena no podía seguir así. Mientras el agua seguía cayendo sobre su cabeza y el shampoo comenzaba a irse hacia su rostro, llevó una de sus manos para quitárselo y no le entrara a los ojos. Cuando dejó su rostro despejado de espuma, trató de ponerse de pie con un chico fuertemente abrazado a su pecho, escondiendo el rostro y solo viendo su cabello con espuma blanca y parte de las orejas, lo demás… solo era piel blanca que antes de ponerse de pie terminaba en la espalda porque hacia abajo se encontraba la cola, ese mojado pelo que mecía el agua al estar en movimiento, aunque fuera algo, interesante, lindo, divertido, y muchas cosas más no quiso seguir mirando, tan solo porque un poco más abajo había más piel blanca que hizo reaccionar algo dentro de su cuerpo. Sin más remedio, tomó el cabezal de la ducha.

- Ey, ya suéltame – le ordenó pero el chico seguía sin moverse. Aun los dos de pie. Claramente. Sin otra cosa que hacer le quitó también la espuma de la cabeza.

- Se siente tan bien – comentó el chico. Dejándose “acariciar” el cabello sin dejar de sonreír.

Cuando Yuto se aseguró de no haberle quedado a ninguno de los dos shampoo, o más bien solo a él. Cerró el grifo.

- Bien – dijo antes de soltar un suspiro – te alejas o te alejas – tomó de las orejas al chico y lo tiró lejos de su pecho.

- ¡No no, eso duele! – se quejó Ryosuke, soltándolo al fin. Pero todo fue peor. Yuto al verlo ahora nuevamente desnudo se inquietó avergonzado. Salió de la tiña aprovechando que el otro frotaba sus ojeras por el dolor. Pero no hizo más que estar en silencio.

No habían toallas en el baño, la única prenda que había eran sus ropas mojadas que a un lado de la tina estaban.
Cubrió su entrepierna con una de sus manos, alejándose del chico y saliendo lo antes posible. Yuto solía ser muy vergonzoso si a su cuerpo se refería y no quería que ninguno de sus hermanos lo viera. Ryosuke salió tras el entrando juntos a la habitación de Yuto, que ni cuenta se dio que no era el único ahí dentro. Buscó ropa interior, polera y pantalón.
Ryosuke solo lo observó, aun destilaba agua, sobre todo su cabello y cola, pero para él no había problema, simplemente se sacudió de la cabeza hasta los pies, salpicando de agua todo a su alrededor.

- Yuto es muy cruel –se quejó acercándose a la cama blandita que tanto le gustaba, encontrando unas prendas a los pies de esta. Yuto se sobresaltó pero no volteó, se concentraba más en terminar de vestirse.

Ryosuke miraba curioso aquellas ropas, recordaba a ver visto a Yuto muchas veces con algo así puesto, así que usando su memoria trató de quedar igual que su amo, solo que la camisa sin abrochar era el problema. Unió aquella cosa redonda junto con el otro lado donde había un pequeño agujero y feliz por su descubrimiento comenzó a meter todas esas cositas dentro de cada uno hasta que se le acabaron. Quedando ahora bien vestido. La ropa de su amo le quedaba perfecta.

Cuando Yuto volteó su piso estaba mojado… todo alrededor del “perro” estaba mojado, y su apreciado pijama estaba siendo usado por él, pero era preferible eso a verlo otra vez desnudo. El pantalón le quedaba largo, pues no se le veían los pies y la camisa también, la cola no estaba por ninguna parte y supuso que la había escondido dentro del pantalón.

Al verse los dos aun solos, húmedos pero vestidos, seguía siendo incomodo para Yuto. Abrió la boca para preguntar algo pero no sabía qué, por lo que volvió a cerrarla, sin dejar de mirar al otro.

Repentinamente el chico sonrió como solía hacerlo cuando estaba feliz, a la vez que algo dentro del pantalón, junto a una de sus piernas se movía. Se veía realmente… extraño.
Miró a su alrededor y fijándose en la cómoda cama se tiró sobre ella acostándose, moviendo las piernas, alzándolas y dejándolas caer. Los brazos extendidos queriendo abrazar el colchón. Su cabeza de lado mirando a Yuto que boquiabierto lo observaba. Era una locura.

- Yuto –lo llamó- ven –y eso sonó a súplica, un tono inocente y débil, pero al no verlo reaccionar se incorporó- ¿Hoy si puedo dormir contigo? –preguntó- allá fuera hace mucho frío, no puedo dormir porque me da miedo estar solo, pero aunque te llamo no me escuchas. Siempre te digo que hace frío pero tú nunca te preocupas por mi –bajó la cabeza ladeando sus orejas un poco hacia abajo. Y esto si le partía el corazón a Yuto- siempre me estas gritando, pero sabes qué. No me importa porque así es la única forma que hay para que te des cuenta de que existo. Mamá dijo que nunca hay que perder la fe y hay que pasar por muchas cosas para conseguir lo que se quiere, por eso… -algo se removió en su pecho.

- Lo siento –el cuerpo entre sus brazos se estremeció en cuanto sintió el abrazo de parte de su amo, pero en segundos unas manos se aferraban a su polera- no lo volveré a hacer.

- Jeje. Está bien –sonrió en el pecho de Yuto, moviendo sus orejas por el tibio aire sobre su cabeza.

Aunque fuese peligroso no pudo evitar la culpa y las ganas de abrazarlo para que lo perdonara.
Algo gruñó entre ellos. Uno sonrió y el otro se alejó.

- Aun estás mojado –buscó en su ropero- sécate, ya regreso –miró por última vez al “perro” y salió de la habitación suspirando, cargándose en la puerta antes de dirigirse a la cocina.

Dio los primeros pasos hacia la escalera. Miró detenidamente sus manos y lo milagrosas que quizás podían llegar a ser. Lo primero que pensó fue darse golpes en la cabeza, pero eso no podría ser tan efectivo. Lo segundo fue… tal vez tirarse por las escaleras, podría ser demasiado útil, pero y si no era una sueño, no, sería muy doloroso. Pero lo típico, piñizcares era el método más utilizado. Que estupidez. Bajó los peldaños, resignando sus pensamientos a que todo lo que estaba pasando era la realidad misma.

- Yuto – Hikaru de pie frente a la olla lo miraba asustado con las manos en el pecho, como si quisiera hasta apretar su piel bajo la ropa por el susto. – pensé que ya estabas durmiendo.

- Claro que no, tengo hambre y el perro… -hizo una pausa antes de seguir- ¿Qué haces? ¿Y los demás? –olvidando el tema del perro se acercó a su hermano para ver lo que había en la olla- Wow, ¿eso lo hiciste tú?

- Ya quisiera yo, no sé quién lo hizo. –corrió a uno de los muebles para sacar unos platos- si tienes hambre come, yo lo haré en mi habitación.

- Pero siempre comemos todos juntos, creo que es mejor ir a buscarlos. Además… -otra pausa- nada. También comeré en mi habitación.

Hiraku hizo todo tan rápido como pudo, si no quería que ese chico volviera a hacer con su cuerpo lo que ya había hecho, haría todo al pie de la letra.

*~*~*

No obtuvo ninguna respuesta en los minutos que pasaron y algo molesto salió nuevamente por la ventana, sabía que el tonto de Kei no le daría de comer y su estomago comenzaba a quejarse. Tendría que conseguir algo de comer como fuese.

9 comentarios:

dalia801 dijo...

>///< Takachii ♥
Yuto al fin te diste cuenta de lo cruel que eres con Ryosuke
los padres lo tenian todo planeado? (que mas quieren les dan con paquete completo XD)
conti ~

AmiS dijo...

waaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaa!!!! yuuki te amo y amo tus fics! gracias por actualizaR!!!!!! me encanta este fic! pobre ryutaro... tan lindo yuto..!

Satommy dijo...

Lol~~~~ Perdón lo de ayer u_u
Pero bueno :D a lo que venía~~~
Siento que ya lo había leído LOL [?]
Pero de todas formas dsadss lo amé ;3;
Chii se pinta tan bonito... Yuto por fin
está tratando bien a Yamada.. adsadsad
Yabutaro es amor♥♥
Pero e_e mataré a Kei por ser malo con Daiki
Aasdasdassad ;3; esperaré el próximo

YuukiNii dijo...

y el próximo no te lo mostrare hasta que sea publicado

Carol~ dijo...

no sé quien me provoca más ternura si Chii-conejo o Ryutaro-oso asdfasda ellos reciben basatante atención y mimos de sus amos *---*
hahaha no puedo evitar reír ante la relación Hikato, Hikaru está todo traumado el pobre
y el yamajima, no hay nada como un baño para comenzar a llevarse bien [?]
asdfasd Kei e__e cuándo comenzarás a tratar mejor a Daiki? quiero inoodai!

gracias por actualizar My Pet, ADORO este fic

Ann-chan dijo...

awww! que bonito!!
aix... ese ryutaro es un peligro para si mismo ... mas le vale a yabu cuidarlo bien XD
hikaru me mato de risa estaba mas que asustado diria yo? XD pero si keito no lo va a matar o si?? XD
takaki y chii que monos dormiditos chii disfruto de uno galletita XD
weeeee!!! le haremos una fiesta a yuto por darse cuenta de que fue malo con ryosuke XD
inoo.... sin comentarios... daiki tambien tiene hambre pobrecito...

akari dijo...

yuukiii te amoooooooo!! te quedo muy lindo mori con el takachi y yamajima espero que actualizes pronto <3 i love u <3

hazuki dijo...

yuukiii!!! es genial lo amee!!
espero que subas pronto el proximo cap
lo espero con ansias

amoo este fic!

♥[*~Rys Nakakim~*]♥ dijo...

>oo<!!! no lo puedes dejar así como así D:!!!! WAAAAA... auqnue debo admitir que el capitulo estubo fabuloso!!! lo ame♥ amm... exigo la conti!!!! ó.ò neee!!! me encanta este fic, es super original, por eso lo amo ^o^ bueno espero que estes bien... cuidate kisses... Chu~*

byebye!

[*~Rys Nakakim~*]

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