Ryutaro había sido la salvación de mi tarde. Cuando nos separamos del beso sus mejillas estaban rojas y las mías de seguro también, el calor en mi rostro comencé a sentirlo luego de mirarlo a los ojos y darme cuenta realmente de lo que había hecho o más bien, terminado de hacer. Me sonreía incomodo, de seguro por no saber que decir y también podría ser que este fuera su primer beso… pero no el mío.

- Ahh… ¿Te gustaría ir por un helado? –preguntó. Sonreí torpemente.

- Seguro –Ahora caminando a su lado me cae el remordimiento.

¿Cómo pude dejarme llevar tan fácilmente? El que Yuya ahora tenga novia me lastimaba mucho, pero el daño que le podía causar a Ryutaro quizás sería peor. No estoy catalogado para ser una buena persona. No sé qué hacer, no sé qué decir, y menos sé como rehacer mi vida amorosa. Pensé que el volver a ver a Yuya todo cambiaría, que volveríamos a estar juntos.
Siempre guardé la esperanza de que nunca me olvidase. Pero estuve equivocado todo este tiempo.
Quizás desde cuándo está con ella. Quizás me engañó desde antes de que se acabara lo nuestro, mucho antes de la separación de nuestros padres.


El roce en mi mano me asustó y al darme cuenta Ryutaro parecía querer tomarla. Al parecer estar con él sería lo mejor. A lo mejor nunca llegue a sentir por él lo que sentí y aun siento por Yuya, a pesar de todo lo que ha pasado.
Ryutaro me miró haciendo una mueca al sonreír. Era tierno. No lo pensé más. Tomé su mano y entrelacé mis dedos entre los suyos. Después de todo, podríamos pasar por hermanos. Claro que él sería el mayor.

Estaba dispuesto a comenzar de nuevo. Nuevos intereses, nueva vida y un nuevo amor.

- Y… ¿Desde cuándo te gusto? –el helado de su cuchara cayó sobre su pantalón.

- Lo siento –me disculpé. No pensé que alguien fuese a reaccionar tan torpemente con mis preguntas. De verdad era agradable mirar sus reacciones.

- No es tu culpa.

- Aun así, lo siento –me sonrió una vez más y limpió su pantalón. Me quedé en silencio mirándolo limpiar su pantalón. Quizás era mejor olvidar la pregunta por ahora, pero Ryutaro al parecer no lo prefirió así.

- No lo sé exactamente, pero creo que fue cuando fui a comprar algo para el almuerzo. Estaba llenísimo como todos los días. –sonreí recordando por lo que tenía que pasar en esos momentos- todos gritaban pero tu grito fue más fuerte que el de cualquiera. –rió y yo me sonrojé. Siempre gritaba porque los demás me pasaban a llevar por ser bajo. –ese día gritaste: ¡idiota mira en dónde pisas! Y todos se quedaron callados. Fue divertido ver tu expresión y lo más gracioso fue que aprovechaste eso para comprar y salir corriendo. Creo que desde ese día comencé a mirarte más de lo normal –jugó con el helado que le quedaba. ¡Aunque parecía maduro era un niño! Se sonrojaba fácilmente y era tímido, muy tímido.

- Aaah, ya recuerdo ese día – desvié la mirada a mi helado. –y no fue gracioso, fue vergonzoso que todos se me quedaran mirando.

Después del helado atrevidamente volví a besar los labios de Ryutaro o más bien solo fue un roce, un beso de despedida. Esta vez la sensación había sido completamente diferente, el no tener a Takaki en mi mente lo hacía diferente. Lo hacía lindo y regocijante para mi corazón.
Me hubiese gustado pasar más tiempo con él, pero lástima que no podía. No quería volver a casa, no si ella estaba ahí junto con Yuya.
Di unas cuantas vueltas por las calles, me quedé en la banca de un parque por horas mirando los árboles. Tenía hambre pero no dinero.

Desganado pensé en volver, pero lo haría a paso lento y mirando los alrededores, eso lo haría un viaje un poco largo y ganaría minutos con ello. Pero fue como si los minutos pasaran rápido, tan rápido que ya me encontraba frente a la reja de la casa.
Entré con cautela. Era temprano para que mi tío estuviese en casa y recordando que quizás la novia de Yuya aún estaba, no quería interrumpir ni enterarme de nada sobre sus conversaciones, pero poco sirvió eso. Cuando estuve a punto de subir la escalera escuché la voz de ella.

- ¿Por qué pareciera que te molesta que ahora viva aquí? – me quedé helado al escucharla ¿se refería a mi?
- No me molesta, solo me incomoda. Hubiese sido mejor no volver a verlo –tomé aire pero no fui capaz de soltarlo.- No sé como papá pudo traerlo sin preguntarme antes.

Me acerqué al lado de la pared y comencé a subir los peldaños apoyándome en ella. ¿Acaso podía seguir lastimándome? No quiero más de esto. Escuché pasos y subí tan rápido como me dieron las piernas. Mi rostro estaba mojado y no podía evitar esto. No quería pero las lágrimas salían involuntariamente.

- Detente, por favor detente –secaba una y otra vez mi rostro. Los pasos se volvieron a escuchar. Aseguré la puerta de mi habitación con el cerrojo.

- ¿Chinen? – la voz femenina se escuchó tranquila al otro lado de la puerta, pero no respondí. Me alejé poco a poco sin hacer el mínimo ruido hasta subir a la cama y acostarme, tomando la almohada para cubrir mi cabeza. -¿Chinen estás ahí? – la perilla sonó al girarse pero era obvio que no podría entrar. Quiero que se vaya y me deje solo. No la odio ni nada, aunque ahora ocupe mi lugar no la odio, porque quizás yo era quien ocupaba ilegalmente un lugar en la vida de mi hermanastro.

- Yuri – mis dedos reaccionaron presionando más la almohada entre ellos. Enterrándolos entre su suavidad. – sé que estás ahí. – la perilla volvió a sonar pero esta vez con agresividad.

- Amor es mejor dejarlo, quizás este cansado – dijo ella. Podía imaginar el tipo de trato que tenía con él. Quizás en estos momentos tenía sus manos sobre él, deteniendo sus manos para que no destrozara la perilla, con un rostro totalmente tranquilo para transmitirle el mismo sentimiento a Yuya y cediera a sus palabras.

No sé escuchó más. Todo se volvió silencioso. Ya no estaban ahí.
Suspiré aliviado aunque mi pecho no lo estuviera. Quería olvidar todo. Traté de que Ryutaro volviera a mis pensamientos pero estando en esta casa, en esta habitación, era imposible. Era como si la presencia de yuya estuviese a mi lado en cada momento, a la hora de dormir, cuando iba al baño y hasta cuando comía. Era perturbador. Y peor aun saber que esa persona no te quiere a su lado, porque ahora si está confirmado que él no me quiere aquí. Le desagrada, le incomoda. Hasta puedo decir que vi desprecio en su rostro cuando me miró.

Apacigüé el agarre de la almohada…

El sentimiento de paz inundó mi cuerpo, somnoliento abrí los ojos. Ni cuenta me di que había caído dormido. Reaccioné poco a poco recordando todo. Mi celular sonó y terminé de despertar. Lo saqué de mi bolsillo. Era un mensaje de Ryutaro y la sonrisa que se formó en mi rostro fue imposible de evitar.

“Hola”

Era todo lo que decía.

“Hola”

Respondí y dando un último vistazo a la pantalla salí de la cama. Por la hora que era quizás mi tío estaría en casa y la novia de Yuya ya no estaba. Aun así quité el cerrojo lenta y silenciosamente como si fuera a cometer alguna maldad y no quisiera que nadie me descubriera. Mordí mi labio abriendo la puerta con cuidado y mirando que no hubiese nadie por el pasillo. Saliendo y cerrando de la misma manera. Pero el fuerte sonido de una puerta abrirse me asustó. Tanto como si mi corazón se fuese a salir por mi boca. Miré en su dirección.

“Yuya…”

Su expresión mostraba tantos sentimientos que no sabría por cual comenzar.
Todo fue tan rápido. Él viniendo hacia mí, tomando con brusquedad una de mis muñecas y arrastrándome a su habitación, ni siquiera me dio tiempo de reaccionar cuando ya estaba dentro, a espaldas de la puerta siendo intimidado con su mirada y acercamiento.

- ¿Quién es? – preguntó pero yo no podía ni responder. No podía reaccionar y eso me asustaba. Hasta juro que mi mente estaba en blanco, no sabía de quien hablaba – Yuri – pronunció mi nombre como si eso le causara un gran dolor. Como si el hacerlo lastimara su garganta.

El suave roce de su mano en mi mejilla me estremeció. La sensación de mis ojos humedecerse desde que me había metido a su habitación no se iba.
Sus dedos acariciando mis labios. Desvié la mirada asustado pero levantó mi mentón, sin dejar de lado la brusquedad.

Me estaba confundiendo. ¿Qué era esto? ¿Algún tipo de venganza o entretención suya por tenerme ahora aquí cambiando la tranquilidad de su vida con el tormento del pasado?
Esa idea era cruel.
Su rostro se acercaba cada vez más. El descontrolado palpitar en mi pecho se expandía a mi cabeza. Mi cuerpo se estremecía y el sonar de la ropa al más mínimo movimiento era mucho más agudo. Podía escuchar su respiración al igual que su garganta al tragar. Y cuando su respiración agitada al igual que la mía, rozaban nuestros labios, se detuvo. Se detuvo pero no se alejó ni se acercó. Solo se quedó ahí. Sus ojos miraban directamente los míos. Quería que se alejara, quería alejarlo, pero también quería que me abrazara, que llenara ese espacio entre nuestros labios con unos centímetros más cerca de mí. Pero no hizo nada, ni yo hice algo.

Todo era respiración, latidos, el tibio aire golpeando la delgada piel de mis labios y un extraño calor rodeando mi cuerpo.

Todo tan confuso…

Continuará.

6 comentarios:

AmiS dijo...

O_O...yuya malo!! si no lo quieres en tu cas que venga a la mia!!! xD
mas por favor!

akari dijo...

kyaaaaaaa mori !! yuya me tiene en shock
yuuki espero la contii

Anónimo dijo...

acaso yuya es ciego de cegera ? o nomas ta loco ?
estoy norteada

ღMizuoღ dijo...

Noooo ne yuyaaa basta de confusioneees!!! estas lastimando a chineeeeeeeeen!!!! Y ahora esta Ryuuuuuuu nooo no kiero k sufraaaan TToTT

Yukki-chan, tus fic's son maravillas *///////*
Soy tu seguidora!!

kia dijo...

waaa continualooo yukiniii onegaiii

AmiS dijo...

Continualoooooo

Publicar un comentario

¿Qué piensas sobre lo que escribí? D:
Comenta, me gusta saber lo que piensas. ♥~

Copyright © 2011 YuukiNii's Fics ♥. Designed by MakeQuick, blogger theme by Blog and Web | Posts RSS | Comments RSS