I like You

Titulo: I like You (Me gustas)
Autor: -3-
Pareja: InooDai
Género: Slash (Badfic)
Extensión: Oneshot
----

Nunca en su vida se había sentido tan incomodo y molesto, y eso causaba cierta tensión en el ambiente pero al parecer él era el único que la sentía. No podía soportarlo más, estaba a punto de perder la paciencia y eso que tenía bastante.

Dos cuerpos a su derecha. El más bajo sobre las piernas de un rubio, palabras melosas, toqueteos, incesantes besos y sonrisas estúpidas en sus rostros.
A su izquierda un hombre tomando la mano de la mujer a su lado mientras le coquetea y ella sonríe avergonzada.



¿Qué estaba haciendo en medio de dos parejas?

Solo sentía que sobraba.

- ¡Aaah! ¡Me cansé! – gritó ahuyentando a la gente que paseaba por los alrededores y asustando a los que se encontraban a su lado.

- ¿Daiki que te sucede? – le preguntó el rubio a su lado con el seño fruncido, lo había interrumpido justo cuando pretendía introducir sus manos bajo la polera de su novio.

- ¡Si tantas ganas se tienen y van a seguir así váyanse a un hotel! – les gritó ya de pie – ¡y tú! – señaló con el dedo al pelioscuro que aún sostenía la mano de la chica entre las suyas – ¡si tanto te gusta pues... pídele que sea tu novia! – dijo con molestia. Casi echando humo por la boca caminó pesadamente para estar lejos de ellos.

“estúpidos sentimientos” murmuró con tristeza mientras se alejaba mas y mas de ambas parejas.

- ¿Pero qué le pasa? – preguntó el rubio mientras los cuatro lo veían alejarse.

- Ay Yuya es que no te das cuenta, está celoso. Inoo si vas a estar coqueteando con chicas hazlo cuando Daiki no esté a tu lado – y sin decir más volvió a lo que hacía antes, besar a su novio.

El pelinegro los miró sin entender o pretender no entender las palabras de Yuri. ¿Cuánto tiempo llevaba pensando en esas pequeñas inquietudes que comenzó a sentir hace ya unos meses, pero que con el tiempo el “problema” se fue agrandando?. No podía pasarle algo como eso, no a él.

Días de desesperación por no poder controlar lo que ya era incontrolable pero aparentó que nada sucedía acercándose y seduciendo a muchas chicas, gran error. No pudo haber cometido peor error que eso.

Daiki se alejó de él y solo miradas de desilusión recibía. Desde que supo que el menor sentía algo más que una simple amistad por su persona comenzó a mirarlo con “otros ojos”.

Esconderse detrás de una máquina expendedora de gaseosas y concentrarse en la conversación no muy animada de dos de sus amigos no siempre era bueno.

‘Me gusta Inoo’

‘¿Cuando se lo dirás?’

‘Nunca’

Pero no hizo falta preguntarle por sus extraños cambios de humor. Sus labios habían sido más que claros, sentía algo por él, y él no debía saberlo pero que desgraciado era el destino y su curiosidad.

La chica a su lado lo sacó de sus pensamientos al hablarle con esa voz chillona que le dañaba los oídos acompañada con una horrenda sonrisa porque para él lo era, muchos podrían decir que era hermosa pero no podía encontrar ningún atractivo cuando era Daiki el que ocupada demasiado espacio en su corazón, tenía ojos solo para él, quería escucharlo solo a él, pero ¿a qué nivel de idiotez podía llegar?

¿Acaso no se estaba haciendo más daño al recibir dolorosas miradas y palabras cortantes? Pero que masoquista estaba siendo con su corazón, ni siquiera pretendía cambiar eso.
Estaba a punto de ganarse el premio gordo por ser idiota y cerrado.

Mientras él pensaba lo torpe y masoquista que era, Daiki caminaba por las calles sin muchos ánimos derrumbándose sobre una banca, escondiendo su rostro entre sus piernas.

¿Era malo querer tanto a alguien? Todos decían que no, pero cuando no se era correspondido ¿seguía siento bueno? ¿Existía una poción para dejar de querer a alguien? porque si existía estaba dispuesto a pagar lo que fuera pero obtenerla, pero la realidad era tan dura, eso no existía, por lo menos no en su mundo.

Se limpió las lágrimas cuando sintió su celular vibrar, aclaro su garganta y contestó.

‘¿Dónde estás?’

Un sentimiento de desilusión se reflejó en sus ojos al escuchar la voz de Keito, tenía tan solo una pequeña esperanza de que fuera Kei el que lo llamaba.

‘Por ahí’

Sabía que aquella respuesta a Keito siempre le molestaron pero decirle su verdadero paradero significaba que en unos minutos más lo tendría en frente preguntándole que le pasaba.
Siempre era lo mismo, lágrimas y más lágrimas.

‘Daiki dime en donde estás’

Sabía que se ganaría unos buenos golpes por lo que iba hacer pero no quería seguir hablando.

‘Hablamos luego. Adiós’

Pudo deducir como su amigo comenzaría a protestarle, hasta pudo imaginar cómo tomaba aire para gritarle, pero antes de que le reventara los oídos a gritos le cortó.



Kei aún pensaba en Daiki y quería ponerse de pie para salir tras él pero su cuerpo no reaccionaba. La chica a su lado le hablaba con un tono de ilusión seguido con un coqueteo que cualquiera podía ser capaz de notarlo.

Miró hacia el lado sorprendiéndose por la ausencia de Yuya y Yuri, ¿en qué momento se habían marchado? Tan metido estaba en sus pensamientos amorosos y tontos que no escuchó a la pareja cuando de despedían con cierta sonrisa cómplice en sus labios.

Sin motivos por el cual permanecer ahí se puso de pie y comenzó a caminar haciendo oídos sordos a los llamados de la chica. Ahora que lo pensaba, ¿quién era ella? Ni siquiera recordaba su nombre.

Mientras su vista seguía perdida al frente algo le pareció extraño. Si no estaba equivocado había visto a Daiki sentado en una banca.

¿Emocionado?

Fue como si sus piernas tuvieran vida propia aproximándose a pasos firmes.

Daiki miraba a una pareja muy acaramelada sentados en la banca siguiente a la suya, pero su vista se desvió al frente al sentir la presencia de alguien más. Sin decir palabra miró directo a los ojos del mayor sin ninguna intención de apartarlos.

- ¿interrumpí algo? – preguntó con una sonrisa fingida escondiendo esos sentimientos. Daiki aún no dejaba de mirarlo. Veía como Kei no dejaba de sonreírle. Le gustaría mucho deformar esa sonrisa estúpida con uno de sus puños.

- Arioka – esa palabra resonó en su cabeza. Su rostro volvió a entristecer y sin decir nada sus pies se movieron marcando pasos hacia el frente, dejando atrás al pelinegro que no dudo en ir detrás de él. Los pasos se hacían cada vez más rápidos cuando Daiki los apresuraba y Kei seguía el ritmo para darle alcance.

- ¡¿Podrías dejar de seguirme?! – dijo deteniéndose de repente, Kei quedando a escasos centímetros de su cuerpo. Estaba alterado, ya no podría seguir con lo que sentía. El pelinegro entreabrió los labios para decir algo pero lo interrumpió – no digas nada, primero escucha – su corazón se aceleraba con cada segundo pensando en lo que diría. Como lo diría.

‘Inoo me gustas… es lo más simple. O quizás… Inoo no quería decirte esto pero tú me obligaste hacerlo, de hace tiempo comencé a mirarte de otra forma y…’

Miraba como Daiki observaba su pecho haciendo caretas mientras pensaba.

- Me gustas – esas simples palabras que a él tanto le costaron decir salieron de los labios del pelinegro que lo miraba sonrojado, avergonzándose aun más por la forma en que Daiki lo estaba mirando – ahm… no

- Tú también… me gustas – para Kei eso no era novedad pero escucharlo mientras se dirigía a él y no a Keito le aceleraba el pulso y sus acciones se hacían más torpes aun, llevándose una mano a la cabeza mientras una sonrisa se formaba y el sonrojo no desaparecía. Daiki aun sin creerse lo que el mayor le había dicho, mirándolo fijamente.

Una repentina interrupción que desvió sus miradas hacia la persona que había tomado del brazo a Inoo para captar su atención. Era la misma chica con la que Inoo minutos atrás había estado coqueteando.

- Te estaba buscando - dijo con voz melosa abrazando mas posesivamente. Ya no lo aguantó más, se le acercó y la empujó soltándola del brazo de Kei – ¡Ey quién te... - se detuvo al ver lo que Daiki había hecho.

Tomó el rostro de Kei entre sus manos y se acercó hasta besarlo, juntando torpemente sus labios, presionandolos. Sus manos estaban temblorosas. Kei lo miraba con los ojos entreabiertos, se veía tan lindo con los ojos cerrados que no dudó en corresponderle moviendo sus labios y abrazándolo de la cintura, haciendo del momento algo completamente efusivo.

Cuando se separaron con las mejillas completamente sonrojadas por el primer beso, se percataron que la chica ya no se encontraba ahí.

- ¡Daiki! - ambos miraron en la misma dirección - ¡¿yo preocupado por ti y tú muy bien besuqueándote con Inoo!? - Keito hablaba exaltado mirando a su amigo mientras apuntaba con un dedo a Kei.

- Pues nadie te mandó a buscarme ni preocuparte por mi

- Vaya amigo que tengo - se cruzó de brazos y miró con recelo a Kei - ¿ya son novios? - aquella pregunta sorprendió a ambos y volvió el sonrojo en sus mejillas seguido con un silencio incomodo –aah~ ustedes no tienen remedio. Como ya están bien, me voy. –y sin más Keito se alejó de ellos.

Ninguno decía nada, hasta que el pelinegro se decidió a tomar las manos de Daiki. Si el decirle que le gustaba y corresponderle el beso no había sido tan difícil, el pedirle ser novios tampoco lo sería. Le sonrió y abrazó. Desde hoy ambos podrían ser con el otro como realmente deberían ser.

Las palabras susurradas a su oído y el asentimiento de cabeza dieron por inicio a su relación. Ansiosos y con dudas por lo que pasaría con ellos cada día. Pero seguros de que aquel sentimiento que sentían se haría cada día más fuerte.

Fin