Rock Idol: Inverse - Capítulo 1

Miraba las fotos de los helados pensando en cuál sería el más delicioso. Moviendo los labios en forma de pensamiento mientras tres de sus amigos hacían lo mismo, no como el cuarto y menor de todos que ya estaba decidido y esperaba a que los demás dejaran de pensar tanto, cruzado de brazos y mirando de vez en cuando a su alrededor y a la poca gente que se encontraba a esa hora. A pesar de ser la hora del almuerzo para toda la capital, la heladería se encontraba con casi la mitad de las mesas ocupadas. Era un lugar que se caracterizaba por el rico sabor de los helados y la variedad que había.

- ¿Ya se decidieron? -un chico alto se había acercado al grupo de amigos.

- ¿Ryosuke, qué tomarás? -preguntó el más bajito del grupo.

- Creo que... quiero un batido de frutilla -el alto y delgado chico de uniforme azul anotó en su libreta, desviando sus ojos para mirar a los chicos, fijándose en uno en particular.

- Yo quiero un Chocolate Dream -el de cabello negro y alborotado, con anteojos de marco negro hizo su pedido.

- Siempre pides lo mismo -a Daiki le molestaba un poco que Morimoto siempre pidiera lo mismo, por más que intentaba que probara otros sabores se rehusaba diciendo que se veían raros y sabían mal... a pesar de que nunca los había probado- Tanto chocolate te hará mal y tu hermano mayor no estará para cuidarte -dijo refiriéndose a él mismo. Y es que el mismo nombre del helado lo decía.

“Chocolate Dream: Helado de chocolate bañado en chocolate, decorado con almendras, crema chantilly y salsa de chocolate” ¿Quién no enfermaría con tal bomba dulce de chocolate? Sólo Ryutaro, que cada que la cucharita iba a su boca sonreía de felicidad.

- No te preocupes, no te necesito -dijo cruelmente con su mirada seria y cargando su cabeza en el dorso de su mano al tener el codo sobre la mesa.

- No importa, este hermano mayor te cuidará si enfermas -Chinen ladeó su cabeza para cargarla en el hombro del menor del grupo, que lo miró dedicándole una sonrisa cómplice, pues hacían eso sólo para enfurecer a Daiki. -ah, ya sé. Quiero un Milk Shake con helado de vainilla.

“Milk Shake: Batido de leche, crema chantilly y el helado a elegir”

Okamoto ya tenía pensado qué pedir, sólo que prefería ser el último pues prefería ver las expresiones que el chico de pie a su lado trataba de ocultar.

- A mí solo dame un Batido de Vainilla -dijo Arioka aún molesto por la parejita.

El empleado después de dejar de mirar a cierta persona desvió la mirada a su lado, encontrándose con los penetrantes ojos de Okamoto, los cuales siempre sabía que lo observaban.

- Un Café Helado -después de tener todos los pedidos se fue, dejando al grupo conversando.

Ryosuke, el de cabello negro y polera verde miró los anteojos de Ryutaro, recordando lo que había querido enseñarle a sus amigos, pero temía, -quizás porque lo primero que pasó por su cabeza fue a Morimoto sermoneándolo por su estúpida idea- metiendo la mano a su bolsillo para sacar un papel todo doblado. Al abrirlo bajo la interesada mirada de Yuri, miró a Keito que no despegaba la mirada del chico que siempre los atendía cuando iban a esa heladería.

- Chicos -dijo para que todos lo mirasen- habrá una batalla de grupos.

Ryutaro tomó el papel leyéndolo con desdén. De las manos del menor pasó a las manos del más bajito y así a las de Daiki y Keito, quedándose en las manos de este último que miró con poca importancia el papel y al entusiasta pelinegro que esperaba algún gesto de emoción en los demás.

- ¿Y qué se supone que cantaremos? ¿"D-tecnolife"? -preguntó Daiki. Viendo como el emocionado chico asentía con la cabeza.

- Yo no estoy tan seguro -comentó Morimoto cruzándose de brazos.

- ¿Por qué? ¿No crees que esa canción sea tan buena como para ganar? -claramente Yamada deseaba ganar, porque esa era la meta que siempre tenía en la cabeza. Era de las personas que sólo pensaba en ello y en lo humillante que es perder.

Pero Ryutaro no pensaba que la canción no fuese buena, si hasta se asombró cuando Yamada llegó un día diciendo que había escrito una canción, la cual era la primera después de tocar miles de cover de diferentes grupos, la que con mucho esfuerzo le sacaron la melodía. Pero el presentimiento nunca le fallaba y si pensaba que no ganarían es porque así sería, pero eso no era algo que diría porque sabía que el vocal se ofendería diciendo que la razón era que su canción era un asco, incluso si no lo había mencionado. Después de todo Ryosuke era así y ya estaba acostumbrado a ello.

La idea de participar inundó al más bajito y al más distraído que se unieron para convencer a los otros dos. Daiki solo dio su aprobación después de escuchar a Ryutaro. Todos se preguntarán por qué, la respuesta es porque era el cerebro, en este caso, el que mejor pensaba de manera madura y calculadora es Morimoto Ryutaro, el único que piensa con claridad. Si hacemos un gráfico del más maduro e inteligente al más idiota, Ryutaro estaría de los primeros, seguidos de Keito, Daiki, Yuri y por último Ryosuke, porque si, había que aceptar que el orgullo lo tenía tonto de pies a cabeza. Nunca pensaba antes de hablar ni actuar. Nunca pensaba en las consecuencias que traerían sus acciones torpes e inmaduras. Por eso casi nunca le hacían caso a sus ideas, aunque fuera el líder no lo parecía y todos estaban de acuerdo en eso, menos él claro está. Pero esta vez todos pensaron que no era mala idea participar por primera vez, aunque para eso tendrían que ensayar mucho la canción que tocarían.

El chico de la heladería llegó con la bandeja y los helados sobre ella. Okamoto fue el que más recalcó su “gracias” regalándole una sonrisa algo cómplice, poniéndolo más nervioso de lo que estaba, causando que al dejar el helado del menor sobre la mesa chocaran inconscientemente sus dedos. Ryutaro lo miró, llamándole la atención su torpeza, deduciendo que el culpable de eso era Keito que soltó una risita al verlo partir casi corriendo a otra mesa.

- No hagas eso -Ryutaro lo miró serio- Es molesto -dijo refiriéndose a sus acciones- Si tiene un accidente será tu culpa -desvió su vista a su helado, cambiando su mirada seria a una llena de felicidad y es que era tan débil contra el chocolate y esas apetitosas almendras en su copa, que se saboreó antes de dar la primera bocada.

“Si claro” susurró para sí Keito. Molestándose un poco por esa actitud que tomaba siempre. Daiki lo escuchó pero no le tomó atención, probando su batido de leche.

Después de aquella tarde de amistad quedaron de ensayar. Estuvieron así toda una semana, casi sin descanso si no fuera porque no tenían tanto tiempo debido a que Ryutaro aún estaba en la escuela. Pero ya era Viernes, el sonido de la batería unido al de la guitarra eran los que más destacaban a más de 5 casas de donde estaban ensayando. Tocaban completamente absorbidos por la emoción. Se acercaba el día más esperado para el grupo y el vocalista no hacía más que decir que ensayaran una y otra y otra vez, porque la canción debía de ser perfecta.

- ¡Ah! Lo siento –todos se detuvieron y miraron al más bajito- Ryosuke, estoy cansado –estaba derrotado, llevaban horas ensayando la misma canción. Les salía perfecto pero el vocalista estaba tan obsesionado que abusaba de cierta forma de los demás.

- Yo también lo estoy. Ya todo nos sale perfecto. –el bajista del grupo se acercó a su gran amigo dándole palmaditas en el hombro, afirmándole con ello que ya estaban listos para ganar, sólo les hacía falta descansar.

- Esta bien, entonces nos vemos mañana. -se acercó a su bolso mientras los otros cuatro se tiraban sobre el sofá que se encontraba en el garaje.

Todos se despidieron animadamente hasta que aquel orgulloso se fue. Estaban exhaustos. Al baterista le dolían los brazos aunque no se quejaba de ello, ni menos lo decía. El tecladista estaba cansado de tanto estar de pie, y el bajista junto al guitarrista no estaban lejos de sentirse igual. Pero el gran premio que se ganarían por su esfuerzo lo recibirían mañana, según Ryosuke.

La mañana llegó y el vocalista se despertó muy temprano para tomar tranquilamente su desayuno, nada podía arruinar su gran glorioso día. Pero algo no estaba bien, su garganta se sentía seca. Y no lo supo hasta que las primeras palabras de aquel día salieron...

Espantado, sin saber qué hacer se dio vueltas y vueltas sobre la cama. Cantó, ¡pero esa no era su voz! Definitivamente era una pesadilla. No se molestó en vestirse antes, ni mucho menos de tomar desayuno. Tomó su celular y llamó a la primera persona importante en su lista de contactos: Arioka Daiki, apodado como "pingüino"


"Ryosuke... es muy temprano" se escuchó la voz adormilada al otro lado de la línea, seguido de un bostezo.
"Daiki..." un silencio que indicó que su amigo ya se había dado cuenta.
"E-estas bien ¿verdad? Yaaah, Ryosuke, no hagas este tipo de bromas" Su risa fue acompañada de un silencio. "Te juro que si es verdad te pateare el trasero"
"Es verdad"
"Entonces... ya no participaremos, hay que decírselo a los demás" Se apresuró en decir "Iremos a tu casa" Eso fue todo antes de colgar.

Ahora por su culpa ya no podrían participar, pero ¡NO!, él no podía dejar las cosas así. El ensayo de muerte no sería por nada. Concursaría, aunque su voz ya no fuera la misma, pues su confianza y orgullo estaban en lo más alto. Y seguro de que ganarían, en la reunión con los demás del grupo los convenció y aseguró que estaba bien, que aún podía cantar. Solo que ahora era el único con la esperanza de ganar.
Ryutaro, el chico de expresión amenazante, era el que más estaba consciente de que perderían. Además de tener el presentimiento sabía contra cuales bandas tendrían que competir y con aquella canción no bastaba, menos ahora con lo inútil que se encontraba el vocalista. Aun así no dijo nada para desanimar a los demás. Ya le patearía el trasero a Ryosuke cuando perdieran.

Llegaron al encuentro, el lugar estaba repleto. Chicos caminaban con sus guitarras y bajos colgando de sus hombros. Yuri estaba emocionado y nervioso, pero no más emocionado que Ryosuke. Ryutaro no tenía problemas para disimular su nerviosismo, no como Daiki que tomó de su mano inconscientemente al ser empujado. Sintiendo un apretón al ver al menor que lo casi arrastraba siguiendo a los demás. Era la primera vez que tocarían en público.
Ryosuke desapareció unos minutos para ir a confirmar la asistencia, en eso golpean su hombro por accidente, volteándose furioso para reclamar, encontrándose con la asombrada expresión de un rubio alto junto a la de un castaño igual de alto.

- Oh, tiempo sin verte gordito -sus ojos se abrieron a más no poder y la patada que le dio en el estómago fue algo inevitable, junto con la risa disimulada que soltó el castaño.

- A quién llamas gordo imbécil -carraspeó los dientes. Miró al castaño al lado del tedioso rubio, sin darse cuenta de la mano que se acercaba a su cuello.

-Maldito mocoso -el rubio estaba dispuesto a devolverle el golpe, mirándolo con superioridad.

-Yuya no vayas a golpearlo -el castaño lo agarró de la muñeca, tratando de detenerlo. Ganándose la mirada de ambos, uno que encorvando lo miraba con enojo por entrometerse y el otro que casi no podía tocar el piso con sus pies por el fuerte agarre de su camisa. Estaba sorprendido, en todas las discusiones con Takaki, su primo nunca se había cruzado para detenerlos, siempre observaba las escenas que se montaban, y por un instante pensó que el chico quizás estaba de su parte- Después de cantar puedes golpear al cerdito, ahora ni se te ocurra causar un alboroto, porque si somos descalificados morirás, pero no por sus puños si no por los míos. -terminó de decir mirándolo amenazadoramente, obligando al rubio a soltar al bajito que ahora dirigía su enojo contra el castaño.

- ¡Ey! ¿A quién llamas cerdo? -lo sostuvo del brazo apenas fue soltando. Pero con aquella mirada que tenía ese chico su fuerza desapareció- Ya verán, serán pateados por nosotros -terminó de decir, empujándolos para abrirse paso entre los dos.

- ¿Yuto estás bien? -preguntó su primo. El castaño miraba la perdida espalda del pelinegro.

- Es tu culpa -miró a Yuya con una expresión tan serena- Tú me pones de mal humor.

Comenzaron a discutir y el rubio se ganó varias palizas a pesar de ser el mayor.

Los grupos se fueron presentado a medida que pasaban los minutos. Daiki estaba aburrido de tanta espera, masticaba unas galletas de vainilla abriendo la boca cada que alguien lo chocaba, provocando que migas húmedas cayeran de su boca. Ryutaro lo miraba con asco, repitiéndole que parecía un cerdo, haciéndole recordar a Ryosuke las palabras del castaño. El grupo de aquel rubio subió. Los vencerían, definitivamente los vencerían.

- Ellos perderán porque su segundo guitarrista no sabe tocar el teclado – dijo Yuri muy convencido. Keito rodó los ojos y prefirió no decir comentario.

El grupo del rubio tocó, recibiendo varios aplausos al terminar. Los siguientes fueron ellos. Ryutaro subió teniendo en mente que sólo harían el ridículo.

...

Los pasos acelerados hicieron eco en el garaje de la casa.

- ¡No puedo creer que hayamos perdido! – el primero en entrar era Ryosuke con sus pantalones cuadrilles apretados.

- No te enfades, era obvio después de tal canción, claro que se lo merecían – el segundo en entrar fue el más pequeño, con semblante derrotado pero aun así trataba de animar a su amigo.

- Estoy cansado – el tercero era más alto, la gorra de su sudadera cubría toda su cabeza sin dejar vista a su rostro.

- Es cierto. Esa canción, ¿cómo se llamaba?... ah “Ready Steady Go” – el cuarto se fue directo al sofá que había. Dejando su Bajo a un lado para acomodar sus piernas y abrazarse a ellas.

- Sólo fue un concurso, habrán más y tendremos la oportunidad de ganar – el quinto y último cerró la puerta tras de sí.

El primero de ellos se inquietó.

- Claro que habrán más y los ganaremos todos. –dijo ilusionado dejándose caer al lado de su amigo sobre el sofá.

Después de aquellas orgullosas palabras los chicos no volvieron a saber de Ryosuke. No lo llamaron, ninguno trató de comunicarse con él. Habían dejado de ensayar y se dedicaban más a las vidas apartes que tenían. Hasta el sagrado sábado cuando se juntaban todos en la heladería favorita del grupo.

- ¿Ryosuke no vendrá hoy? -preguntó Chinen revolviendo su batido de chocolate con la pajita curvilínea color naranja.

- De seguro si vendrá -sonrió Arioka después de sacar un poco del helado de chocolate de Morimoto, ganándose un “¡Ey! ¡Es mío!” por parte del menor más una mirada penetrante y llena de mal humor.

Okamoto miraba fijamente al chico que siempre los atendía en la heladería, fijándose en ciertas miradas que le dedicaba a la mesa en donde se encontraba con sus amigos, sonriendo cada vez que cruzaban miradas.

Por la entrada de la heladería no tardó en aparecer Yamada, agitado y sonriente, con el cabello despeinado y uno que otro mechón aferrado a la piel de su rostro por el sudor. Y su llegada había causado que la mirada de todos los presentes de la heladería se posaran sobre él, pero no tomándoles importancia se acercó a sus amigos con ese caminar tan particular que tenía, de aquel chico que es genial y apuesto.

- Ya era hora, pensábamos que no vendrías -la última bocada de su Chocolate Dream- y ¿por qué vienes así? -preguntó fijándose especialmente en la gota de sudor que corría por el cuello de su amigo.

- Ganaremos -dijo con entusiasmo- esta vez ganaremos -los cuatro chicos se le quedaron mirando obviamente porque no tenían idea de lo que hablaba. Lo vieron sentarse aún agitado por el haber corrido. Yamada dejó el papel que ni siquiera se dieron cuenta que traía en la mano, dejándolo sobre la mesa- lo vi en un poste. -su radiante y esperanzada sonrisa, no, más bien, una segura y orgullosa sonrisa brillaba en su rostro junto con sus oscuros ojos.

Ryutaro giró el papel para leer bien, frunciendo sus cejas al leer “Battle of rock: For girls”…. For girls...

- ¿Serás idiota? Es para chicas -se quejó tirándose hacia atrás para acomodarse bien en la silla, cruzando sus brazos como siempre solía hacerlo y mirando a Yamada algo enojado pues había alimentado sus ánimos y con la simple palabra que diferenciaba su sexo le había arrebatado toda esperanza de tal vez ganar.

- ¿Para chicas? -Chinen preguntó dudoso acercándose a Morimoto, dejando uno de sus brazos sobre el cuello del chico para acercarse más.- Eso es cierto. Y es el próximo sábado.

Okamoto inmediatamente desvió su mirada al chico que estaba detrás de la vitrina de los helados, fijándose es esos cortos pero expresivos gestos que hizo.

- Como si eso fuera problema -Dijo Yamada. Arioka daba un largo sorbido a su batido cuando escuchó eso- Nos vestimos como chicas y ya está -lo dijo como si eso fuera algo tan natural que el delicioso contenido sabor vainilla que Daiki aguardaba en su boca para ser tragado fue desviado directamente al rostro de su compañero de enfrente.

- ¡Daiki! -gritó un asqueado Keito que intentaba sacarse desesperadamente la vainilla del rostro.

- ¡Pero qué dices! -tragándose una carcajada Daiki intentaba verse lo más molesto posible limpiándose lo que escurrió por sus labios, evitando mirar a Keito que corrió directo al baño para limpiarse.

Al hablar en un tono alto llamó la atención de los demás clientes, tratando de refugiarse en la mirada de los otros. Golpeó el hombro de Yamada por la tonta idea que se le había ocurrido.

- Eres un enfermo -Ryutaro no cabía en su asombro. Si ya todos sabían lo raro que podía llegar a ser Yamada, nunca pensaron que fuera a ese extremo- Acaso crees que somos unos mari... -Yuri sabía lo que pasaba por la cabeza de Ryutaro y en un rápido movimiento cubrió su boca.

- No digo que lo sean, yo tampoco lo soy pero en verdad quiero participar y ganar -Keito llegaba, mirando su camisa y las manchas que habían quedado en ella- Les prometo que será una vez, por favor -su mirada pasó por los cuatro chicos, tratando de convencerlos con expresión de gatito abandonado- Por favor, por favor, por favor..

- Ryutaro tú ¿qué piensas? -Preguntó Keito.

- Si, ¿qué piensas? -se le unió Yuri.

- No quiero -Ryosuke al escucharlo se levantó de su asiento y se arrodilló al lado del menor, suplicando una y otra vez, llamando otra vez la atención, cosa que era demasiado vergonzoso para Morimoto que trataba de levantarlo pero el chico parecía muy empeñado en seguir así que lo golpeó en la cabeza, su comportamiento tan infantil lo estaba hartando, no obstante seguía con lo mismo- Si tanto quieres participar consigue otro baterista -Ryosuke alzó su súplica, abrazándose ahora a la pierna del chico que por primera vez cierta persona lo podía ver sonrojado de la vergüenza- ¡Yah! Estúpido Ryosuke ¡está bien! ¡Lo haré! ¡Ahora cállate de una vez! -enojado pero avergonzado, así no se veía para nada amenazante. Ryosuke se levantó pero no volvió a su asiento, se adhirió al cuello de Ryutaro que asqueado de cierta forma, trataba de alejarlo.

- Gracias, muchas gracias -miró a los otros tres chicos esbozando una gran sonrisa. Sabía que si Ryutaro se le unía los demás harían lo mismo- Mi hermana de seguro nos ayudará con los atuendos -volvió a su asiento.

Era de saberse que al menor no le gustaba quedar en ridículo o que hicieran espectáculos de ese tipo. Y si lo dejaban en vergüenza era muy fácil conseguir lo que se quisiera de él.

- Pero Ryutaro, ¿en verdad quieres hacerlo? -Daiki se acomodó en su asiento, mirando preocupado al chico de mejillas sonrojadas que intentaba no mirar en otra dirección que no fuera la mesa.

- Está bien, mientras sólo sea una vez -Ryosuke comenzó a mover los brazos de una forma graciosa, no cabía en su felicidad y Yuri se le unió pero sólo para que Ryutaro dejara de estar molesto, cosa que no funcionó pues fue fulminado con su mirada.

- Ahh~ esto es tan ridículo -comentó Keito- Entonces, ¿cuál será el nombre para el grupo? -Ryosuke no había pensado en eso.

- Y también, ¿cómo vestiremos? ¿Usaremos faldas? -la pregunta innecesaria de Yuri captó la atención de dos chicas que pasaban por su lado.

- Mejor tomemos algo más mientras pensamos -Daiki llamó al chico que siempre los atendía.

Ryutaro volvió a pedir su helado favorito, mientras que los otros prefirieron un batido. El chico mientras anotaba desvió su vista al papel que resaltaba sobre la mesa, pero no tardó en terminar con el pedido e irse. La curiosidad lo mataba pues no había alcanzado a leer y por lo que había escuchado participarían en otro concurso de música. Esta vez estaba dispuesto a ir. Lamentablemente la vez anterior no pudo ir por asuntos de familia.


Llevaban una media hora contada pensando en un nombre adecuado para el grupo. Riéndose Chinen por todos los nombres que decía Ryosuke, o más bien por lo que decía Ryutaro después. Los nombres iban uno tras otro, sólo el principal culpable de la “desgracia” daba ideas, siendo todas y cada una rechazadas de una forma burlesca por Ryutaro.

- Shining star -dijo sin más. Seguro de que ese era el mejor de los nombres y que al asesino le gustaría y no se quejaría.

- Qué asco de nombre. Si ya nos degradas haciéndonos vestir como chicas por lo menos escoge un nombre adecuado. -se quejó una vez más Morimoto sin dejar de pensar.

- Pues entonces da ideas -Ryosuke murmuraba molesto, Ryutaro era demasiado gruñón con todo, pues ¿qué tenía de malo vestirse como chicas? Además que sólo sería una vez.- ¿Por qué tengo que pensar solo yo? No es justo.

- Porque tú fuiste el de la gran idea -remarcando el “gran” con sarcasmo. En verdad Yamada lo sacaba de quicio con facilidad, hasta le causaba dolores de cabeza, obligándolo a cerrar sus ojos para aminorar la molestia en su cabeza- CSK... -dijo sin otra mejor idea.

- ¿CSK? - preguntó Daiki.

- Crazy Serial Killers -Okamoto lo pensó un momento, no era un gran nombre, pero era el mejor que los que había dicho Ryosuke.

-Oh... ¿Y por qué ese? -Yuri lo pensó pero no se le ocurrió respuesta a su pregunta.

- No lo sé, sólo lo pensé -contestó un fastidiado Morimoto.

- Ok, ese será. -No quería que su amigo colapsara- Ryosuke, tú escribirás la canción por meternos en esto y te advierto que debe ser buena, y si esta vez vuelves a enfermarte si te patearé el trasero -lo amenazó Daiki con su puño alzando.

- ¿Eh? Pero no sé qué escribir -todos lo miraron molesto así que solo accedió a la idea.

Pagaron la cuenta de todo lo que habían consumido y se fueron, dejando un olvidado papel sobre la mesa, que fue recogido por cierto chico alto que leyó impaciente las letras impresas en él. No encontrándole sentido a lo que se supone que aquel grupo de amigos haría. Y sin dejar de pensar en ello limpió la mesa para después atender a un grupo de chicas el cual iban siempre a la heladería para mirarlo a él.

…

Dos días después...

- No sé qué escribir -se desplomó sobre la cama, frustrado por no tener alguna idea. Si no tenía la canción para mañana sufriría la ira de Ryutaro, pues ya lo tenía advertido. No sabía cómo ese chico que a lo lejos se ve tan inocente e inofensivo fuera realmente un demonio que no tenía compasión de una inofensiva alma, en este caso, él.

- Podría ser de una chica enamorada que espera por esa persona pero que a la vez sea algo obsesiva -Reiko, su hermana mayor de 25 años estaba sentada frente a la computadora.

Estaban en la habitación de la mayor, la chica ya estaba al tanto de todo. Todo aquello le causaba una gran emoción. Chicos vestidos de chicas y que mejor que canten, en verdad estaba feliz y sólo por eso estaba dispuesta a pagar lo que saldría la ropa para cada uno, sin olvidar las pelucas porque se tenían que ver reales y para eso tendrían que ser de cabello natural.

Al día siguiente, lunes en la tarde ya estaban todos en casa de Okamoto combinando los sonidos pues Ryosuke ya le había encontrado la melodía.

- La canción es enferma igual como el que la escribió -tan solo llevaban una hora ensayando y Ryutaro no pudo evitar el decir eso, pues se había aguantado el decirlo desde que Ryosuke había llegado con el papel.

- Fue idea de mi hermana, que por cierto dijo que nos viéramos hoy en el centro para comprar la ropa -Ryosuke al lado de Yuri veían lo que sería la melodía en el teclado junto con Daiki en el bajo.

- Aun no me creo que vayamos hacer esto -Okamoto seguía tocando lo que había escrito en un papel, que era la partitura de la canción.

Después de terminar de ensayar se fueron todos juntos al centro.

Yuri estaba tan emocionado con todo esto. Ir de compras con sus amigos, ropa de chicas, era algo que conmemoraría por siempre, sobre todo después de ver el rostro de Ryutaro cuando Ryosuke junto con Reiko opinaban de cada prenda que le acercaban para ver su figura a través del espejo. Más de una persona y vendedora se dio cuenta, quizás este era el segundo día más frustrante y vergonzoso de Ryutaro, pero no sólo para él, Daiki y Keito no estaban lejos de sentirse igual.

Visitaron varias tiendas encontrando todo lo que necesitaban. Reiko había comprado algo de más, pero todo a escondidas de cada uno, hasta de su propio hermano pues se había escapado a la sección intima de chicas. Después de ver sus tallas no sería difícil adivinar cual les quedaría bien a cada uno. Después de cada uno cargar con bolsas el siguiente recorrido eran las peluquerías, ahí no hicieron nada, solo Reiko entró, no tardando en salir con una gran sonrisa y bolsa en una de sus manos.

Lo que quedó de semana y días siguientes, menos los dos últimos antes del concurso, ensayaron hasta que la canción había tenido la aprobación de Reiko que había insistido a su hermano en escucharlos tocar. Aquel mismo día los chicos sufrieron un gran dolor de piernas y axilas, pues Reiko estaba dispuesta a convertirlos completamente. Ryutaro se hubiera rehusado a la idea de la mayor, pero ¿cómo decirle que no a ella? Si él era un demonio, no tenía nombre para describir a la chica.

El día sábado llegó y todos estaban en casa del líder del grupo, Reiko hasta se había ofrecido a llevarlos en su auto.
Entraron a la habitación de la chica, sus ropas estaban acomodadas en la cama de esta. Keito se acercó a la que sabía que usaría, abriendo mucho los ojos al tomar un brasier.

- Ah, es para que se vean más naturales. Vístanse rápido para arreglar sus cabellos -dijo ésta saliendo de habitación.

- ¿Un brasier? Tu hermana es peor que tú -Daiki comenzó a quitarse la ropa. Ryosuke no le dijo nada pues no era la primera vez que se lo decían. El pingüino miró al más silencioso en este caso... Ryutaro. Era raro que no soltara uno de sus comentarios molestos. Lo que sucedía es que todo era tan humillante que prefería que el tiempo pasase lo más rápido posible, ahorrándose los comentarios.

Ryutaro se quitó la polera dejando al descubierto su espalda. Tomó el brasier sin saber cómo ponérselo. Keito se quitaba los pantalones para ponerse otros. Yuri miraba cada detalle de aquella falda en sus manos. Ryosuke se ponía el brasier luego de quedar sólo en ropa interior, poniéndose luego un leggins de color negro.

A penas estuvieron listos llamaron a Reiko que emocionada los miró. Sólo faltaba las pelucas, algo de maquillaje y uno que otro retoque en sus rostros y dejarían de verse como chicos.

En dos horas exactamente ya estabas listos. Ryutaro sentía el rostro pesado y Daiki intentaba bajar un poco la falda tableada. Reiko insistió en una foto para recordar el momento, pues era el primero y último que vería a su hermano y amiguitos vestidos así. Aunque ahora ya no tenía un hermano menor, tenía una muy linda hermana y sus mejores amigas a su lado. Esto era un sueño para ella. Decidió la pose de cada uno para la foto. Daiki tenía la cabeza sobre el hombro de Keito a su derecha. Ryutaro, al lado izquierdo del segundo mayor, abrazaba a Ryosuke por la espalda y Yuri tenía el brazo izquierdo del líder entre los suyos, abrazándolo posesivamente. Por supuesto que Reiko aprovechó también para sacarle fotos en pareja y tríos. Ryutaro sentado sobre la cama con Yuri sobre sus piernas, sentado de lado y abrazándolo del cuello. En otra Daiki sentado sobre la cama y Ryosuke a sus espaldas abrazándolo del cuello, con sus rostros lado a lado mirando la cámara. Keito quiso bromear pues todo se volvía gracioso. En un descuido de Ryutaro lo abrazó de la cintura, quedando frente a frente, pues intentaba darle un beso en la mejilla, cosa que funcionó y Reiko alcanzó a tomar la foto antes de que el chico reaccionara y dejar que su puño diera en el estómago del mayor que se retorció del dolor.

Al llegar Yuri se aferró a la mano de Ryutaro. Keito detrás de ellos con su guitarra en uno de sus hombros. Daiki detrás de él tratando de esconderse de las miradas de uno que otro chico. Reiko y Ryosuke entraron juntos. La verdadera chica quería ver todo el espectáculo.
Era el mismo lugar en donde antes habían tocado, por lo que Ryosuke fue a confirmar la asistencia, llegando luego con sus amigos para informarles que serían los últimos pues habían llegado algo atrasados.

- ¿Por qué tenemos que ser los últimos? -se medio quejó Chinen estirando sus labios.

- Cállate Yuri –dijo paranoico Daiki. No dejaba de mover los dedos y morder sus labios.

- No hagas eso, se te correrá el maquillaje -Reiko sacó de su bolsillo un inesperado labial.

Okamoto miraba a las demás participantes pensando que en realidad era un gran error estar ahí, que nunca debieron de aceptar el capricho de Yamada y concursar. Y por su menté cruzó la idea de asesinarlo, pero no, él era un chico tranquilo y no aceptaba la violencia. El problema es que no era el único que pensaba aquello, Arioka estaba comenzando a tener un pánico escénico tremendo, aunque hayan pasado desapercibidos con esas vestimentas se sentía demasiado lejos de lograr ganar. Morimoto por otra parte estaba casi asqueado por el corto pantalón que llevaba con esa polera un tanto ajustada a su cintura, sin hablar del brasier, le apretaba y no le gustaba ver dos pequeñas montañas rellenas en su pecho, mucho menos las miradas que se posaban a veces sobre él, al igual que las que se posaban sobre el más bajito del grupo, que inocentemente sólo se dedicaba a escuchar, esperando impacientemente a que fuera su turno para subir al escenario.

Los grupos eran muy buenos y así de pasmados estaban por lo geniales que eran, siguieron estándolo incluso después de escuchar el nombre de su grupo.

Daiki, estaba rígido y con una cara de espanto que hasta al propio Ryutaro le provocó miedo. Ryosuke, la chica de vestido blanco con una línea negra cruzándole en medio del pecho, se le acercó susurrando un “ganaremos” al oído. Tomó posición en medio del escenario. Las miradas que se posaban en la chica de dulce sonrisa, falda corta y medias de diseño, que estaba frente a un teclado eran las más babosas, todo porque pensaban que tenía lindas piernas. Y qué pensar de las largas de aquella guitarrista de polera suelta a rayas negras y blancas, de pantalón negro ajustado.

La chica detrás de la batería escondía perfectamente las piernas, aliviándose por eso, pero de igual manera era observada por algunos chicos.

Keito se relajó mirando a Yuri y luego a Ryosuke, el cual esperaba la aprobación de todos para comenzar. Acercó sus labios al micrófono. “Valentine Jealousy” Y sonriendo al público la tecladista junto con la guitarrista comenzaron a tocar. Seguidos de la baterista y la bajista, dándole tiempo a la vocal para concentrarse en el tono de su voz.

[… Chikai atta itsuwari demo
Douka kono mama yume ga samenaide
Samui yoru mo ai no chikasa
Akiru kurai ni tashikame aitai...]

Daiki sudaba frío de los nervios, sólo podía ver las miradas del público sobre él y si seguía así pronto se desconcentraría completamente de la canción, pero gracias a un chico del público que comenzó animar desde el fondo, sus nervios se fueron alejando, y pronto comenzó a moverse con tranquilidad, soltando su cuerpo y sonriéndole al público que cada vez animaba con más entusiasmo.

[… Itoshii hitomi afureru namida tomaru koto nai
Mune no itami kakae
Koto ketai
kono sekai ga owaru to shite mo
Kimi dake wo matteru
I want you kono mama zutto
I know, you can't run away...]

Después de aquella estrofa Keito se acercó al vocal tocando su guitarra, mientras la chica de vestido blanco-negro se hacía a un lado, riendo al escuchar los fuertes gritos un tanto obscenos que se ganaba la chica de pantalón ajustado.
La vocal llevó una de sus manos al micrófono y la otra a su pecho para cantar. Yuri cantaba ciertas partes, alejado del micrófono de vez en cuando.

[... Itoshii hitomi afureru namida tomaru koto nai
Mune no itami kakae
Koto ketai
kono sekai ga owaru to shite mo
Kimi dake wo matteru
I want you kono mama zutto
I know, you can't run away...]

Al terminar la canción los gritos eufóricos, las obscenidades ni los silbidos dejaron de hacer escándalo en el lugar. Dejando demasiado alegre al vocal que respiraba un poco agitado de la emoción. Todas haciendo reverencia y bajaron del escenario.

Reiko que permaneció todo lo que duró la canción, al lado del escenario se acercó a su hermana para abrazarla efusivamente, dándole besos por todo el rostro.

Pero la única persona dentro del recinto que no sonreía, ni estaba emocionado, era el empleado de la heladería, que por donde mirase no encontraba a esa persona. Y comenzó a dudar en si era el lugar correcto. Miró una vez más el papel y en efecto estaba en el lugar indicado, pero si bien escuchó que ellos participarían, aquel concurso no era más que para chicas. No dándose por vencido se abrió paso entre la gente, quizás estaría delante y sólo había ido como espectador. Empujó a un sin fin de chicas y chicos, los cuales comenzaron a silbar y gritar cuando la animadora del evento subió al escenario mostrando un pequeño papel rectangular. Intentó volver a la entrada pero la gente se amontonó más.

El grupo que quedó en tercer lugar fue nombrado y la chica a su lado gritó tan fuerte que sus oídos dolieron, tratando de hacerse a un lado. Y lo mismo pasó cuando anunciaron al grupo que quedó en segundo lugar. En verdad quería asesinar a esa chica o por lo menos cubrirle la boca con alguna cinta adhesiva.

- Y el primer lugar... ¡Crazy Serial Killers! -los gritos ahora fueron peor que los anteriores. Miró al siguiente grupo que subió al escenario, fijándose especialmente en la segunda chica que subió que le parecía la más pequeña, pero su expresión se congeló al darse cuenta de quien estaba a su lado, preguntándose... ¿Qué rayos hacía él ahí con ese pantalón, ese cabello... esa apariencia? Estaba seguro que nadie podría saber que en realidad era un hombre, porque en verdad parecía chica, incluso tenía el pecho de una.

El público comenzó a pedir que volvieran a tocar y gustosas las chicas se posicionaron para volver a cantar Valentine Jealousy.

Habían sido un completo éxito. Ryosuke sonriendo de orgullo. Aah~ se sentía tan bien tener el corazón lleno de ese sentimiento cálido después de saberse ganador. Era un genio. Pero eso acababa como comenzaba. Ya estaba satisfecho así que ahora sólo quería descansar y pensar en qué harían con el dinero que ganaron. Ryutaro se le acercó arrebatándoselo de las manos para contarlo con exactitud. Si Ryutaro tenía dinero en las manos eso quería decir: miles de Chocolate Dream. Y pensó el menor que ahí acabaría todo, que esa era su gran recompensa por vestirse como chica y actuar casi como una, porque en verdad no había dejado de lado su comportamiento maduro y mirando a todos con la expresión más seria, pues así nadie se le acercó a hablarle, no como a Yuri que se le acoplaron los chicos en un círculo casi ahogándolo por ser pequeño.

- Carzy Serial Killers, ¿verdad? -un hombre mayor estaba frente a las dos chicas que lo miraban con cara de pocos amigos. Pues ¿qué esperaban si un viejo -aunque no lo era- se les acercaba? Sólo pensar que algo muy sucio quería. Ryutaro asintió y el hombre les dio una gran sonrisa- Aah~ son geniales -al escuchar eso Ryosuke esbozó una sonrisa, tomando una pose de orgullo, dejando su columna recta y aclarando su garganta- Me llamo Takahashi Akihiko, un gusto -se inclinó delante de ellas y las dos devolvieron el saludo.

- Segawa Ryoko - “¿Segawa Ryoko?” pensó Ryutaro- Ah, ella es Ichihara Ruriko - “¡¿Ichihara Ruriko?!” Ryutaro lo miraba sorprendido, ¿cómo es que Yamada podía inventarse nombres tan rápido? El hombre anotó aquellos nombres en una pequeña libreta para volver a mirarlas, y a las demás que se le acercaron- ella es Morioka Aoi -dijo refiriéndose a Daiki que lo miró igual de sorprendido- Hanabusa Keiko -señaló a Keito- Ichihara Yui y Yamada Reiko -la última nombrada era su propia hermana que saludó al señor con una sonrisa. En realidad todos estaban asombrados por el momento inteligente de Ryosuke.

- ¿Ustedes son hermanas? -preguntó el Sr. Takahashi a Ryutaro y Yuri. El pequeño asintió abrazando del brazo al menor- Woo~ Bueno chicas las he elegido para que sean parte de PCJ entertainment.

Las 6 chicas, abrieron la boca. Ryosuke estaba a punto de gritar, pues de ganar en un concurso de chicas pasan a ser el grupo que una agencia quería promocionar. Eso quería decir mucho, mucho dinero y muchas canciones, conciertos, discos, sesiones de fotos, paseos.

- ¡ACEPTAMOS! -gritó, ganándose un fuerte, doloroso y sonoro golpe en la cabeza por parte del mismo chico que siempre lo maltrataba.

Si tan solo no fuera por la apariencia los demás hubieran gritado con el mismo entusiasmo que lo había hecho el líder.


Continuará...


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Hola a todos... jeje se me ocurrió este fic después de mirar un video de un chico que se vestía de chica para tocar la guitarra en youtube XD ni recuerdo que canción era. Lo más gracioso es que se me pasó por la cabeza a Yuri.
En verdad espero que les haya gustado ._.
Por cierto e_e usen mucho la imaginación para pensar en la voz de Ryosuke... y eso, no sé que más poner XD Ah! Gracias Mymi por tu apoyo, ideas locas y divagaciones que tienes xD en verdad son una gran estimulación, sin dejar de lado tu acoso. Me ayudas mucho. Y también gracias a quienes comentan con amor *-* son realmente lindas y su apoyo al comentar me anima a seguir escribiendo, en verdad se agradece mucho.

Si aun no visualizan bien como están vestidos vean el fanart que hice D:
Besos~