Dedicado a Amis :B ... aunque ya lo leyó e_e
---

La pelea nos favorece a todos


Los gritos se escuchaban por toda la casa. Hikaru no podía estudiar como quería y Keito que estaba sobre la cama boca abajo, tampoco podía dormir. Bostezó antes de sentarse sobre la cama y miró a Hikaru que por cada grito sus dedos apretaban el lápiz que sostenía en la mano.

En la habitación del rubio de la familia, Yuri no podía concentrarse en aquel libro que tenía entre las manos, los gritos lo desconcentraban al igual que esos suspiros frustrados que Yuya soltaba en su oído al tener al conejito sentado sobre sus piernas. Habían decidido leer algo juntos pero la incesante pelea en la primera planta de la casa se los impedía.



Kota, que en la cocina intentaba hacer un pastel con la ayuda de Ryutaro, se le reventó un huevo en las manos al usar demasiada fuerza después de ese estruendoso ruido en el living, cosa que causó que la cáscara cayera sobre la harina. Al parecer habían roto algo. Ryutaro sólo tendió a morder su labio inferior y mirar en aquella dirección.

Kei y Yuto llegaban a la casa con las bolsas de las compras de ese mes. Kota había puesto muchas cosas en la lista de mercaderías, y las bolsas pesaban tanto que varias veces Yuto pidió detenerse para descansar las manos.

Las llaves sonaron cuando fueron movidas al girar una de ellas dentro de la cerradura.

Caminó adentrándose por el pasillo y lo primero que los ojos de Kei vieron fue un gigantesco cojín ir directo a su rostro. Y lo que los ojos de Yuto vieron fue un jarro con flores y agua, dar contra la pared.

Un rostro espantado y otro adolorido.

¿Los causantes?

- ¡Gato estúpido! -gritó el perro de la familia después de darse cuenta que Daiki había esquivado ese jarro con facilidad.

- ¡A quién llamas estúpido, perro idiota! -Otro cojín fue lanzado por el pequeño felino de la familia, dando esta vez de nueva cuenta en el rostro de Kei, que esta vez se fue hacia atrás, tropezando y cayendo junto con las bolsas.

- ¡Mugriento! ¡Eres un gato mugriento! -Ryosuke corrió en la otra dirección para que Daiki no lo alcanzara, quedando ahora en el lugar que antes Daiki ocupaba y éste cerca del pasillo que daba a la entrada de la casa.

- ¡¿Mugriento?! ¡No eres más que un perro faldero! -ahora lo que Daiki tomó entre sus manos no fue un cojín o un jarro, lo que tomó no era más ni menos que el sofá individual.

Que lo llamaran mugriento podría ser un punto de debilidad, pues en verdad le cabreaba que le dijeran eso. Y por esa razón estaba tan furioso que Yuto y Kei se preguntaron atónitos de dónde había sacado tanta fuerza para tomar algo tan pesado.

- ¡Te odio, Te odio! ¡Perro estúpido! -Estaba apunto de lanzarlo cuando una fuerza se lo impidió. Yuto intentó sostener el sofá mientras Kei corrió a proteger a Ryosuke que se agachó atemorizado de no poder esquivar algo tan grande.

- ¡Yah! ¡Daiki, detente! -Le gritó Kei abrazando a Ryosuke.

- ¡Estúpido Kei! ¡Cállate! -sus colmillos se asomaban por sus labios cada que abría la boca para gritar. Sus oscuras pupilas se veían incluso más profundas y delgadas.

Sus cejas estaban fruncidas y sus ojos felinos resaltaban mucho más de lo normal. Su cola estaba tensa de la rabia que corría por todo su cuerpo.

- Daiki, por favor detente -le pidió Yuto intentando sostener el sofá que Daiki se rehusaba soltar.

Y quién conociera a Daiki, sabría que aunque Kei estuviese protegiendo a Ryosuke, no le quitaban las ganas de lanzarle el sofá, hasta sentía muchas más ansias de hacerlo. Pero la mirada agotadora de Yuto por la fuerza ejercida lo hizo meditar, después de todo no tenía nada con el pobre menor que hasta tenía que lidiar con el estúpido perro que le tocó.

Soltó el sofá pero cuando vio que caería sobre Yuto volvió a tomarlo para dejarlo a su costado. Yuto cayó derrotado al piso. Estaba sudando, del miedo, la fuerza y frustración que le causaba ese tipo de situaciones en que Ryosuke tenía una pelea con Daiki. Y sabía muy bien que el que siempre comenzaba era el menor de los dos. Suspiró antes de ponerse de pie, fijándose que Daiki tomaba dirección al jardín mientras refunfuñaba y repetía el conocido “Estúpido Kei”.

- Pensé que moriría -se escuchó a sus espaldas. Volteó encontrando a Kei al lado del perro que suspiraba cansado.

- Estás castigado -dijo sin más. Ryosuke movió sus orejas al escuchar eso y miró a su amo con la mejor expresión de inocencia que tenía.- ¡Lo estás! -dijo cerrando fuertemente los ojos para no caer en tentación de perdón.- Limpiarás todo este desastre que causaste.

- Yuto no creo que debas castigarlo, seguro Daiki también... -Ryosuke movió la cola cuando Kei iba a culpar al gato, pero Yuto fue mucho más rápido tomando al canino de una orejas para tironearla.

- No seas tan ingenuo. ¿Desde cuándo aquí es Daiki quien inicia todo? -preguntó guiando a Ryosuke a la cocina para buscar la pala, escoba y trapero para secar el agua.

Kei no podía decir que Yuto no tenía razón, Daiki era silencioso y calmado, en cambio Ryosuke era inquieto y cada que podía molestaba al gato que no hacía más que soportarlo y si reaccionaba como lo había hecho minutos atrás, era porque ya no podía más. Tampoco era que quisiera echarle toda la culpa a Daiki pero es que esa expresión de Ryosuke verdaderamente lo había tentado.

Frotó sus cabellos despeinándolos antes de dirigirse a las bolsas tiradas en el piso. Era demasiado temprano para que los dos enemigos por naturaleza comenzaran una pelea.

- Ya era hora que llegaran, llevaban así más de quince minutos. -comentó Kota cuando vio a su hermano entrar a la cocina.

Kei sólo suspiró antes de dejar las bolsas sobre un mesón e ir por las demás.

Si tan solo Daiki tuviera el carácter de Ryutaro todo no sería tan complicado. Y como si lo llamase con el pensamiento, Ryutaro lo miró fijamente.

Las pisadas en la madera de los peldaños de la escalera llamaron la atención del menor de los presentes. Yuya entraba arrastrando los pies con un Yuri que se sostenía de su polera mientras miraba a sus espaldas como Ryosuke limpiaba el living bajo la atenta mirada de Yuto.

- Tengo sueño -Keito entró después de Yuri, acercándose a Ryutaro para sentarse a su lado. Le sonrió al menor antes de cargarse en su hombro, mismo que le devolvió el gesto.

- ¿Haces un pastel? -la presencia de Hikaru fue inevitable. Cuando vio a Keito salir de la habitación después del silencio le causó una extraña hambre y curiosidad de adonde iría.

En el living Ryosuke terminaba de ordenar los almohadones de los sofás. Y cuando por fin vio su tarea terminada miró a Yuto intentando sonreír pero el chico solo frunció sus cejas en forma de cansancio, girando para ir a la cocina.

- Chicos -dijo Kota después de sacar todos los pequeños trocitos de cáscara de huevo- ¿Por qué no van al parque de diversiones?

- ¡¿Parque de diversiones?! -preguntó Yuri entusiasmado, aunque no sabía que era, la palabra “diversiones” decía mucho.

- ¿Todos juntos? -Yuya le arrebató a Kei la caja de jugo que justo tenía pensado dejar en la nevera.

- No, yo me quedaré aquí terminando el pastel. Además Daiki y Ryosuke necesitan distraerse un poco. -uno de los nombrados miró a Yuto para saber qué diría.

- Yo quiero, yo quiero. Yuya vamos a eso -dijo Yuri tomándolo de la mano para llamar su atención.

- Está bien, yo no tengo problema -dijo Hikaru olvidándose otra vez de sus estudios, ganándose una mirada del felino mayor.

- ¿Y-Yuto, no quieres ir? -Sus orejas bajas como si esta vez hubiera hecho algo malo casi saca un suspiro de todos, menos del amo estricto que tenía.

- No es mala idea, también tengo ganas de distraerme –sonrió, causando que Ryosuke moviese la cola.

- Bien, Kei ve a buscar a Daiki -sentenció Keito con una sonrisa.

- ¿Y-Yo? -Kei sabía muy bien que el gato no le haría ni la más mínima pizca de caso.

- Yo iré -dijo Yuya tocándole el hombro– ¿En dónde está? -miró a Yuto, el cual le dijo que seguramente estaba en el jardín.

Cuando vio a su hermano salir el arrepentimiento de no haber ido él se coló en su cabeza. Con Yuya siempre haciendo lo que él debería hacer (aunque muchas veces se rehusaba), su relación con Daiki nunca avanzaría. En verdad, si Daiki fuera como Ryutaro o él fuera como Yuto, las cosas quizás no estarían tan mal.

- Nosotros podemos ir otro día -le dijo Kota a Ryutaro después de ver la decepción en sus ojos, porque sin Kota él no era capaz de salir de casa y eso el mayor de la familia lo sabía. Además que tampoco le gustaba que saliera sin él, Ryutaro a veces solía ser un poco torpe, podía hasta tropezarse con sus propios pies, pero eso lo hacía ser tan adorable que Kota se podía inundar en su inocencia.









Estuvieron listos en menos de lo que pensaron. Gracias al rubio, Daiki había cedido ir con ellos. Y en el momento que Kota se despidió de ellos, la puerta principal de la casa se cerró dejando por fin entrar la paz al hogar, causándole una sonrisa a Ryutaro.

- Bien, comencemos de nuevo -dijo entusiasmado el mayor.







El camino al parque de diversiones fue tan largo para Yuri que no dejaba de hablar y preguntar cuánto quedaba para llegar. El chico llevaba puesta una gorra grande que Yuya había comprado especialmente para él.

Ryosuke llevaba su gorra con agujeros en cada lado de las orejas. Así parecía una gorra con orejas, llamando la atención de algunas chicas y chicos que lo miraban en el autobús. Keito y Daiki también llevaban una gorra, pero sus orejas no dolían, aunque de igual manera estaban siendo aplastadas y con sus colas alrededor de sus cinturas para esconderlas. Yuri y Ryosuke con sudaderas sin mangas y algo largas para esconder sus colitas. Yuri no tenía problema, pero Ryosuke tenía que tenerla siempre alzada dentro de la ropa para no dejarla a la vista.

Cuando por fin el bus se detuvo en una parada y ellos bajaron, los ojos de Yuri brillaron de la emoción, tironeando al rubio que con sonrisa cedió para salir juntos corriendo en dirección a esos gritos eufóricos.

Compraron las entradas y entraron. Era la primera vez para cuatro de ellos dentro de ese parque. Y uno parecía más emocionado que los demás.

- Yuya, Yuya, vamos, vamos -decía Yuri.

- Mejor nos separamos -dijo el rubio antes de dejarse llevar por el bajito, perdiéndose juntos entre la multitud y los juegos.

Para Daiki todo eso no tenía nada de divertido, por lo que optó irse caminando por ahí, seguido de Keito, Hikaru y Kei.

Yuto y Ryosuke se habían perdido juntos. Cuando Kei miró hacia atrás ya no estaban y suponiendo lo inquieto que era Ryosuke y lo infantil que era Yuto cuando se trataba de un parque, concluyó que serían unos de los que más se divertirían ese día junto con la otra pareja.

Y en efecto, Yuri apenas vio unos caballos que se movían de arriba hacia abajo, casi obligó a Yuya a subirse, pero el mayor logró zafarse de eso, quedándose solo mirándolo desde el barandal que rodeaba el carrusel, escuchando como el conejo lo llamaba emocionado.

En cuanto a Yuto junto con Ryosuke subieron a un juego de agua igual de emocionados.





***

En casa, frente al horno Ryutaro esperaba impaciente a que el bizcocho estuviera listo, sentado en el piso mientras Kota terminaba de lavar todo lo que había utilizado.

Las pequeñas orejitas del oso se movieron cuando la alarma del horno sonó anunciando que el bizcocho ya tenía los minutos necesarios para estar cocido. Kota sonrió al verlo.

- Ahora hay que esperar a que se enfríe, ven. Vamos a tomar una ducha mientras. Estás todo sucio -dijo acariciando su mejilla para quitar un poco de harina, aguantándose de robarle un beso. Tomó su mano para ir juntos a la segunda planta.

Entraron al baño y se acercó a la tina para abrir las llaves y dejar el agua regulada.

- Quítate la ropa, iré por unas toallas -le dijo antes de salir. Ryutaro comenzó a desvestirse, dejando la ropa caer al piso.

Cuando Kota volvió el menor lo esperaba al lado de la tina. Se quitó también la ropa y entraron juntos. Sería la primera vez que se bañarían juntos y no encontraba nada de malo en hacerlo, después de todo sería como bañar a Yuto cuando era pequeño, aunque ver a Ryutaro desnudo no quitaba el hecho de sentirse extrañado.

- Está haciendo calor -se quejó Ryutaro al ver como el vapor subía y la temperatura del baño aumentaba poco a poco.

- ¿Te molesta? -tomó el jabón para ponerle a la esponja y comenzar a pasarla por la espalda del oso.

- N-no… –no recordando que en estos días Ryutaro estaba realmente sensible, su cuerpo se tensó al sentir aquella cosa esponjosa recorrerle, pero Kota no se había percatado de eso, pero si del profundo silencio que hubo entre ambos después de terminar de enjabonar su espalda, hombros y brazos.

Dejó que el agua removiera la espuma de jabón de su cuerpo, tomando el frasco de shampoo para aplicarlo en su cabello, y cuando comenzó a masajear presintió lo que iba a pasar. Ryutaro tiró la cabeza hacia atrás cargándose en el pecho de Kota. Cerrando los ojos para disfrutar de aquello que le gustaba tanto. Sus orejas eran delicadamente masajeadas, sonrojando sus mejillas.

Terminó por quitar cualquier rastro de shampoo en su cabello. Ahora era su turno, tomó una esponja pasándosela al menor para que terminara de limpiarse, tomando otra para quitarse los rastros de harina en sus brazos. Y cuando él terminó de bañarse, Ryutaro aún seguía pasando la esponja por su cuerpo, pero sus mejillas realmente estaban sonrojadas. Pensó que quizás el vapor le estaba haciendo mal, cuando bajó más la vista, encontrado el problema. Lo tomó de los hombros para dejarlo bajo el agua y quitarle con sus propias manos y la ayuda del agua, el jabón. Escuchando esos leves pero audible suspiros.

- Ryutaro… -el nombrado, que le daba la espalda, movió sus orejas mojadas, atento a lo que le quisiera decir- Estás excitado -y como si aquello fuera natural, escabulló una mano hacia el frente, Ryutaro mirándola atento y dando un respingo cuando Kota tomó su miembro- Si quieres tocarte sólo hazlo -dijo ya comenzando a acariciarlo. Y es que no pudo evitarlo, no cuando ya lo había hecho antes y parecía ser un vicio el acariciarlo.

Ryutaro se sostuvo de la pared, mirando como esa mano se apretaba cada que llegaba a la punta, y sin dejar de mirar cargó su frente en la pared. La cosquilleante sensación volvía.

Kota cargó su mano libre en la pared, a un lado del rostro del menor, intensificando el movimiento. Los gemidos que escuchaba comenzaban a excitarlo, y su cuerpo reaccionaba lenta e inevitablemente. Y lo vio cargarse por completo en la pared, dejando la frente cargada sobre sus manos para su comodidad.

Inesperadamente al apretar más, Ryutaro tembló leve, gimiendo ahogadamente.

- Ko-Kota... quiero más -y a pesar de haber terminado en la mano del mayor, aun quería sentir más de eso. La temperatura parecía no querer bajar. Su mejilla derecha casi pegada a los azulejos de la pared, y mirando con ojos semi cerrados al mayor. Volteó lentamente por completo, quedando frente a frente para dirigir sus manos a ese cuello y acercarse a esos labios para besarlos, recibiendo respuesta sin pedirla.

Kota no dijo nada, simplemente le correspondió, abrazó y descendió sus manos hasta ambos glúteos del menor, apretándolos de forma descarada, sacándole un jadeo en medio del beso, pero no dejándolo alejarse, no dejaría tranquilos sus labios hasta sentirse satisfecho de ellos, y así como parecía, Ryutaro tampoco se veía satisfecho. Y sin saberlo el chico se había obsesionado a su boca. A esa lengua que deseaba que jugara con la suya a pesar de ser inexperta. Dando el primer paso para pujar sobre sus labios con ella, sintiendo como Kota separaba sus labios para recibirla y acariciarla con la suya. Otro jadeo salió de entre los labios del menor, frunciendo sus cejas por la excitación.

El agua seguía corriendo cuesta abajo. Kota lo acercó bajo el agua, y cuando sintió sus dedos húmedos por ella, se abrió paso entre aquel pasaje que por primera vez tendría el placer de tocar. Levantó una de las piernas de Ryutaro, y lo dejó de espaldas a la pared para que no fuese a perder el equilibrio, cargando casi todo su peso en él.

Ryutaro se movía medio incómodo pero no menos excitado al sentir como esos dedos se adentraban en él. No lo entendía, nadie le decía por qué su cuerpo reaccionaba de esa manera, pero era tan placentero como Kota lo acariciaba. Movió su pelvis hacia adelante, sintiendo la fricción de su nuevamente excitado miembro y la del mayor, deseando tocarla como él lo había hecho, a pesar de ser algo incómodo y vergonzoso le gustaba. Simplemente no entendía qué le pasaba.

Sintió la necesidad de más besos cuando Kota se alejó de él, para mirar su rostro y fijarse en como su cuerpo estaba casi colgándose al suyo. La pierna que le había alzado se sujetaba fuertemente a su cadera, mientras que la que estaba apoyada en la bañera se encontraba de puntillas. Los brazos alrededor de su cuello fuertemente cerrados.

Cuando abrió los ojos para saber que tanto hacía Kota que no lo besaba, no tuvo ni tiempo de fijarse cuando sintió como besaba su cuello, mordió sutilmente su lóbulo izquierdo, terminando con una succión. Su mente se nublaba y el vapor a su alrededor no le ayudaba a ver mejor.

Descendió con besos hasta su hombro. En ningún momento dejó de mover el par de dedos en el interior del chico, quería excitarlo lo suficiente como para no hacerlo sentir dolor. Siguió bajando con besos hasta su pecho, agarrando con sus dientes su tetilla izquierda, jalándola a penas para succionarla y escuchar nuevamente un gemido con su nombre.

Sus manos se aferraron ahora al cabello mojado de Kota en busca de apoyo.

- Vamos a la cama -susurró Kota después de morder por segunda vez aquella tetilla. Sacando los dedos de su interior.

A penas salió de la tina pretendía ayudar a Ryutaro a hacer lo mismo, pero lo que recibió fueron sus labios, teniendo que tomar ese cuerpo entre sus brazos, con esas piernas a ambos lados de su cadera, caminando con cuidado de no tropezarse al destilar agua de sus cuerpos, más aun si Ryutaro hacía cortos y pausados movimientos para sentir la fricción en su entrepierna. Caminando con él a cuestas hasta su habitación sin dejar de besarse.



***



Los únicos que no se divertían eran Hikaru, Keito, Kei y Daiki. Este último tomaba una leche sabor frutilla que le había comprado Hikaru cuando Keito quiso comer unas galletas. Sentado con las piernas abiertas, encorvando y cargando su peso en uno de sus brazos al tenerlo entre las piernas, sujetándose de la orilla de la banca, miraba a las personas pasar y a otras divertirse. Kei lo miró de reojo, quería divertirse igual que sus hermanos pero Daiki era un caso difícil.

- Subamos ahí -dijo de repente Keito, apuntando la dirección en donde se encontraba la gran Noria. Daiki palideció pero intentó disimular cualquier indicio de pánico.

- Vayan ustedes, yo estoy bien aquí -Kei y Hikaru se levantaron, Keito también hizo lo mismo pero con una sonrisa malvada en los labios.

- Vamos Daiki, será divertido -no es que a Keito le gustase molestar a los demás, menos a Daiki, pero es que la situación lo ameritaba, crean que cuando Keito pensaba eso, es porque era cierto.

- No quiero -dijo convencido después de mirar lo alto que era esa cosa redonda.

- ¿Eh? ¿Tienes miedo? ¿Daiki tiene miedo? -se burló Keito caminando en dirección a aquella atracción.

- ¡Claro que no! -adelantando el paso lo pasó. Hikaru y Kei lo único que hacían era seguirlos, para ellos no era tan divertido ir a un parque de diversiones, se encontraban demasiado grandes para ese tipo de cosas.

Cuando pisó el suelo de aquella cabina, retrocedió un paso pero Keito lo empujó. Ya deducía que se arrepentiría cuando se diera cuenta de lo fácil que se movía la cabina. Daiki sólo intentó ocultar el miedo que comenzaba a sentir, eso no era nada parecido a subirse a un árbol.

“Para nada... ¡PARA NADA!”

Los otros tres se sentaron y la puerta fue cerrada. Keito se sentó al lado de Hikaru bien apegado a él. Y a Kei no le dio de otra que sentarse al lado del gato espantado, que si bien deseaba estar a su lado, su rostro lo estaba asustando un poco.

La noria comenzó a avanzar a medida que la gente iba subiendo. Y cuando ya estuvieron a ¼ del camino, la tortura comenzó.

Keito comenzó lentamente a balancearse, causando que la cabina de la Noria hiciera lo mismo.

- ¡Detente! -gritó Daiki apenas sintió que todo se le movía más.

- ¿Qué dices? No te entiendo. -rio.

- ¡Que te detengas! -en un inesperado impulso por sostenerse de algo fuerte, se abrazó al pecho del que tenía más cerca, sin darse cuenta que era Kei, sino hasta que sintió su aroma golpeándole en la nariz. Kei lo miró sorprendido apenas lo vio acercarse. El rostro de Daiki parecía que realmente lloraría, y aunque quería pedirle a Keito que se detuviera no podía dejar de mirarlo, sintiendo que cada vez lo apretaba más y hasta podía sentir las uñas casi clavándose a los costados de su espalda, pero un sobresalto le causó aquella sensación, la de algo realmente suave tocar la piel de su cintura, casi haciéndole cosquillas, para luego sentir como se aferraba a él- ¡Kei dile que se detenga! -de solo escuchar su nombre reaccionó mirando a Keito que ni por los gritos desesperados de Daiki parecía querer detenerse.

- Ya basta -la ausente voz de Hikaru resonó en los sensibles oídos de Keito. El tirón de su muñeca lo hizo caer hacia atrás, sentándose de vuelta al lado del mayor que lo miró entre enojado y triste, triste por Daiki claro. Keito sólo sonrió y se quedó quieto unos buenos segundos.

No parecía querer soltarse de su cuerpo hasta que llegasen abajo. Maldecía a Keito por ser tan cruel y obligarlo a subirse ahí. Definitivamente no volvería a acercarse a él hasta salir del parque.

Kei que miraba sus ojos fuertemente cerrados, le parecía una ilusión el tenerlo tan cerca y al sentirlo temblar solo le dieron ganas de abrazarlo, y sin evitar el impulso lo hizo, sintiéndose extraño, desviando la mirada al frente y encontrándose con los ojos de Keito y esos labios curvados en forma maliciosa, había logrado lo que quería. Kei podía deducir lo que pasaba por la mente de Keito, de cierta forma le agradecía, aunque toda esa situación fuese vergonzosa. Desviando la mirada a la ventana para quitarse de la cabeza esa sonrisa burlona.

“Rápido, rápido, rápido” era lo único que decía Daiki a escondidas y en voz baja, siendo escuchado sólo por Kei, que tenía presente la sensación de esa cola aferrada a su cintura.



****

No dejaron de besarse estando ambos sobre la cama. Kota sobre Ryutaro sin ninguna otra intención que sólo besarle y tocarlo. Bajarle aquella excitación que tenía tan descontrolado al menor, acariciando sus caderas, su pelvis y hasta su miembro que estaba firmemente erguido.

El cabello de Ryutaro mojaba el plumón bajo su cuerpo y las gotas que aun permanecían a su alrededor las absorbía. Sus piernas completamente abiertas, con las rodillas flexionadas. Ya no sentía ese exquisito roce en su entrepierna, por lo que levantó la cadera y lo que tocó su miembro fue el caliente de Kota, y queriendo más de ello, alzó una pierna para cargarla en el mayor y así bajara su cadera. Pero ni con eso pudo sentirse satisfecho, no cuando Kota descendió nuevamente con besos por su torso, pellizcando una tetilla y la otra tomándola con los labios.

- Uhmm... -Ryutaro se deshacía retorciéndose, moviéndose y desarmando la cama más de lo que ya estaba. El aire frío que yacía sobre su cuerpo no le hacía bajar la temperatura, incluso se sentía más caliente.

Se regocijaba con esos labios que bajaban entre besos hasta su ombligo, para volver a subir hasta su boca y volver a besarla. Y ahora Kota estaba con a la cadera más abajo por lo que había hecho, haciendo que el menor sintiera la punta caliente de ese miembro rozarse una y otra vez entre sus piernas. Y recordó cuando los dedos del castaño se movían en su interior, quería más de eso, moviéndose para que la punta rozara esos alrededores. Kota comenzó a jadear entre besos a penas Ryutaro comenzó hacer aquello, y los sensibles oídos del menor escuchaban lo que salía de entre los labios del mayor, y no volvía a entender por qué le hacían subir más la temperatura, acumulándose en su entrepierna.

Quería más contacto piel a piel, quería que Kota quedara completamente sobre él, jalando su cuerpo hacia abajo en su abrazo.

- Kota... -no lo miró, simplemente habló bajo sus labios- tócame ahí... -pidió con su peculiar tono dulce e inocente, haciendo que el mayor mordiera su labio inferior, colando una mano entre sus cuerpos- Aahh... no... ahí no... uhmm... -lo miró, y sin quitar la vista a esos ojos también coló una mano entre sus cuerpos, tomando aquella para llevarla un poco más abajo. Y cuando sintió los dedos tocar esa zona volvió a gemir- Ahí aahh.. Ahí, tócame ahí -estaba llegando a su límite con verlo dulce y excitante.

Tanteó su alrededor antes de volver a introducir sus dedos. Parecía apretar más que antes. Su interior estaba realmente caliente.

- Por favor... Quiero más... -pero parecía que Ryutaro no se conformaba con solo sus dedos- Aaahh... más adentro, Kota más adentro -Y con esa petición llegó a su límite. Sacó sus dedos recibiendo un gemido en forma de queja de parte del menor que lo miró apenas dejó de sentir esa sensación placentera.

Y bajando la mirada, tomó su propio miembro para dirigirlo a la entrada del menor, que ya mojado con su propio liquido pre-seminal fue haciendo presión poco a poco. Ryutaro frunció las cejas, pero no dejó de mirarlo. Las lágrimas comenzaron a salir por si solas al sentir como su interior se iba abriendo, causándole dolor, pero no por eso dejaba de estar excitado, y si él supiera por qué estaba llorando, diría que era por tanto placer que estaba recibiendo.

Kota a medida que entraba, salía un poco para volver hacer presión, acostumbrándolo poco a poco, y cuando ya tenía la mitad de su miembro en su interior comenzó a moverse pausadamente, hasta hacer el movimiento con más frecuencia.

Las lágrimas de Ryutaro que antes salieron dejaron un camino por los costados de su rostro. Su boca exhalaba una gran cantidad de aire cuando lo sentía entrar a su cuerpo. Y cuando ya la excitación comenzó a nublar la mente del mayor, este comenzó a mover desenfrenadamente sus caderas. El menor no dejaba de gemir en un tono elevado abrazándose a su cuello.

- Ko-Kota... aaahh... -pensaba que estaba en la cima de la excitación con cada movimiento que impuesto sobre él. Pero cuando Kota abrazó su cadera para elevarla a un nivel conveniente arañó accidentalmente su espalda al sentir como se adentraba más en su interior, abriendo los ojos a mas no poder, y la idea de que no podía sentirse mejor desapareció cuando el miembro de Kota llegó tan adentro que tocó un desconocido y sensible lugar, haciéndolo gritar, gimiendo, casi gritando su nombre, perdiendo la mayoría del aire en ello, no pudiendo cerrar la boca porque entre más gemía el aire parecía hacerle falta cada vez más.

Kota alzó su torso. Se miraron fijamente, ambos con la pasión marcando sus facciones. Volvió a sujetar fuertemente la cadera de Ryutaro alrededor de su brazo, penetrando el interior con la misma intensidad de antes, para verlo retorcerse en placer bajo su cuerpo, viendo con claridad como Ryutaro se arqueaba, dejando a la vista su mentón. Y las manos que antes firmemente estaban en su espalda, ahora se aferraron con más fuerza a la tela bajo su cuerpo.

Se movía sin querer detenerse. Ya no era solo agua de sus cabellos lo que recorría sus cuerpos desnudos, el sudor se mezclaba con aquellas que se deslizaban sensualmente por sus cuerpos, sobre todo aquellas que descendían por la espalda curvada del mayor. Algunas caían al pecho de Ryutaro, perdiéndose a sus costados al caer sobre la cama, y otra hasta su vientre. Kota miró una que otra, siguiendo aquella que cayó sobre una de sus tetillas, mojándola más de lo que estaba. Bajó su cabeza hasta que sus labios la tocaron, dando un beso para luego lamerla, terminando con un movimiento circular alrededor. Volvió a mirar otra que bajó basta la pelvis de Ryutaro, y se fijó en aquel miembro excitado, tan húmedo como el pecho del chico.

Ryutaro ya no podía más, pensaba que se desmayaría en cualquier momento. Intentó enderezar su espalda para mirar al mayor sobre él. Viéndolo acercarse para robarle un delicioso beso, correspondiendo con dificultad.

- No... no puedo -deseaba seguir, pero volvía a sentir esa extraña sensación en su bajo vientre, pero esta vez más intensa. Se desvanecería en los fuertes brazos del mayor que parecían no querer soltarlo jamás, y eso le gustaba.

- Un poco más -pidió Kota dando un pequeño beso en su mejilla.

Ryutaro miró su cuello, su vista estaba algo nublada, las lágrimas y la excitación, junto con estar a punto de llegar al clímax no ayudaban en nada. El mirar su cuello despejado no pudo evitar el querer lamerlo, posando nuevamente uno de sus brazos alrededor de ese cuello para acercarlo a sus labios, sacando su lengua para hacerlo, llegando al lóbulo de la oreja del mayor, dándole un pequeño mordisco. Kota cerró fuertemente los ojos.

- Ryutaro... no... -y sin poder evitarlo terminó corriéndose dentro, todo por la culpa de esos dientes que dejaron de hacer presión a penas Ryutaro sintió como su interior se llenaba, soltando un último gemido fuerte al correrse, sintiendo su interior caliente.

Kota respiraba agitadamente esperando a que los espasmos del reciente orgasmo terminaran. Su vista se paseó por ese vientre manchado por la esencia del menor, su pecho subía y bajaba. Ascendió así hasta llegar a esos ojos que lo miraban, dándole un toque adorable al ver esas mejillas sonrojadas. Ambos soltaron un quejido cuando abandonó su interior, dejando caer la cadera de Ryutaro y acostarse a su lado.

- ¿Ko-Kota? -Ryutaro se cargó en uno de sus brazos para mirarlo ahora recostado. Estaba cansado.

- Ven acá -jalando se su cintura lo dejó caer sobre su cuerpo, dejándolo escuchar el aun acelerado palpitar de su corazón.

Ryutaro volvió hacerse una de sus tantas preguntas: ¿Su corazón estaba latiendo de igual manera que el de Kota?

- Lo-lo siento –sonrió pensando en lo sumiso que podía llegar a ser con la dulzura del menor. Depositó un beso en su cabello aun mojado, dando con ello la respuesta a su disculpa, buscando una de sus manos para entrelazar sus dedos. Extendió la otra fuera de la cama, intentando tomar el plumón que yacía en la piso, para cubrirlos a ambos. Sólo descansarían un poco, no quería que Ryutaro se quedara dormido con el cabello mojado.



***

Y aquellos torturadores minutos para Daiki fueron casi la muerte. A penas el chico a cargo abrió la puerta de la cabina salió corriendo torpemente, tropezando incluso con una pareja, dejando caer la gorra, pero aunque haya caído al piso volvió a pararse tan rápido como cayó, corriendo sin detenerse hasta el árbol más grande que encontró, refugiándose entre sus ramas y abrazándose al tronco. No bajaría, incluso si llovía. Pero no volvería a pisar aquel piso del parque, definitivamente nunca lo haría. Lloraba en silencio con la cabeza escondida, su cuerpo tiritaba por completo. Keito era tan cruel.

Kei a penas lo vio correr desesperado salió tras él, a pesar de que lo llamó no se detuvo, recogiendo la gorra que había tirado. Daiki era tan rápido que para cuando le dio alcance ya se había subido a ese gran árbol, mirándolo agitado por haber corrido tan rápido. Buscó con la mirada entre las ramas y las hojas, y cuando por fin encontró -por lo menos parte de su cuerpo por estar rodeado de hojas- se fijó en como tiritaba sin soltarse del grueso tronco. Y una sensación un tanto familiar golpeó su cuerpo. Dándole la viva imagen de un niño sobre un árbol, a pesar de que su rostro era borroso por los rayos de sol que se colaban entre la copa del árbol, abriéndose paso entre las hojas y terminando en el piso. Se podía ver que aquel chico sonreía y extendía su mano, pero así como apareció se esfumó con los suaves golpes sobre su hombro derecho.

Keito reía a carcajadas. No le gustaba torturar a Daiki pero aquello había sido realmente divertido, además de conseguir que el mayor abrazara a Kei. De por si le había hecho un favor, a ver si así se acercaban más.

- Vamos Daiki baja de ahí -le dijo aun sin dejar de reír.

- ¡TE ODIO! ¡DEJAME EN PAZ! -gritó el chico desde arriba, llamando la atención de la gente.

Kei quiso persuadirlo pero las palabras no salieron de su boca y Keito se dio cuenta de eso, pero más no podía hacer. Se acercó a Hikaru que ya casi lo tenía en el olvido aunque no se quejaba. No era como si se fuera a poner celoso.

En definitiva Keito no podía entender a Daiki, ahora que Kei parecía casi morir a sus pies, lo detestaba, y hasta parecía que lo hacía más que antes. Aburrido de lo que ahora veía arrastró a Hikaru lejos de ellos, por lo menos él sí aprovecharía su día en el exterior junto a la persona que le pertenecía.

- Sabes... -habló Kei acercándose al árbol para poyarse en el- el verte ahí arriba me recordó una extraña imagen -Daiki parecía no tomarle atención, pero Kei no se calló- no sé si la habré visto en alguna película, pero... -Daiki movió sus orejas al sentir el viento jugar con ellas- había un niño sobre un árbol... sonriéndome. -terminó por decir- era un árbol gigantesco y la luz no me dejaba ver su rostro.

Se alejó después de decir aquello, era una conversación extraña, pero se había sentido bien el decirla, aunque no recibiera respuesta por parte del gato escondido.

- Iré a comprar unas bebidas, hoy hace mucho calor -dijo alejándose a paso normal.

Y escondido ahí entre las hojas levantó por fin la mirada, para ver como el pelinegro se iba alejando. Su corazón ahora acelerado, no por el miedo de la Noria, si no por lo que había escuchado. Aunque fuera un poco, eso le había alegrado.

Para cuando Kei regresó y se acercó al árbol para buscar a Daiki entre las hojas, ya no estaba. Miró los alrededores, y pensando en ir a buscarlo dio un paso hacia el costado.

- Quiero la menos helada -volvió a mirar hacia el árbol pero en verdad no lo veía, hasta que miró de frente como una mano sobresalía del tronco, extendiéndose con la palma abierta. Se acercó y ahí estaba, de pie en el piso cargando la espalda en la madera. No reaccionó.

Daiki al verlo, le quitó ambas latas de bebida, escogiendo la más adecuada para su lengua, la que menos helada estaba. Y con un golpe quizás algo fuerte, acercó la otra al pecho de Kei, esperando a que la tomara. Kei no demoró en hacerlo y en el trayecto sintió como sus dedos se rozaron, recorriéndole un escalofrío, pero que se había sentido bien.

Lo miró abrir la lata para tomar su contenido, fijándose en las orejas que estaban a la vista de todos. Miró la gorra en su mano, poniéndola sobre la cabeza de Daiki que se alejó sorprendido.

- Tus orejas -dijo aguantándose el sonreírle.

El menor la acomodó mejor en su cabeza, dándole una última mirada al pelinegro antes de volver la vista a la lata.

Quería reír, en verdad quería reír, porque Kei era tan torpe que no se había fijado que su cabello había quedado extraño por el viento, pero él no se lo diría, porque buscando aquellas palabras en su mente Daiki siempre terminaba cualquier acción del mayor en un “Estúpido Kei” Pero eso no le quitó el privilegio de tan solo sonreír mirando la lata, sin darse cuenta que el mayor lo había visto.



------

No creo que esto sea necesario, pero si alguien no sabe lo que es exactamente un "perro faldero" los perros falderos son fieles y se ponen ansiosos cuando se quedan solos. Siempre andan detrás de su "dueño" tratan de mimarle y estar siempre a su lado, ya sea para dormir... así que Daiki en este caso se refería a eso, no por la raza.

14 comentarios:

Paoo Inoue dijo...

Seeeee ;OOO; soy la primera?? Waaaaa

Asdasdfasdf se aparearon! X'DD que tengan ositos! Seeee *OO* awwss *w* Keito gracias por hacer que lo abrace( yo también lo habia leido, pero es mejor leerlo del blog) >////< que bonito violan a Ryutaro-señor-caliente (?)
Quiero saber sobre el pendiente de Keito en que afecta?! Se que es malo!

Uebo♥ dijo...

Daiki lindo sonriendo *3* Me lo como a besos al gatinguis♥
Keito malo!~ Pero osea es malo con amor ♥ Lo hace por una buena causa (?) además si Hika lo evita un poquito tiene que encontrar como divertirse èwe
Yuri así como re emocionado y Yuya que lo sigue~
Ryo con cara de perro mojado los convence a todos menos a quien quiere convencer XDDDDD
Y por ultimo:

AHHHHHHHHHHHHHHHHHHHHHHHHHHHHHHHHHHHHHHHHHHHHHHHHHHHHHHHHHHHHHHHHHHHHHHHHHHHHHHHHHHHHHHHHHHHHHHHHHHHHHHHHHHHHHHHHHHHHHHHHHHHHHHHHHHHHHHHHHHHHHHHHHHHHHHHHHHHHHHHHHHHHHHHHHHHHHHHHHHHHHHHHHHHHHHHHHHHHHHHHHHHHHHHHHHHHHHHHHHHHHHHHHHHHHHHHHHHHHHHHHHHHHHHHHHHHHHHHHHHHHHHHHHHHHHHHHHHHHHHHHHHHHHH KOTA LA PUTA MADRE DALE POR TODOS LOS AGUJEROS A RYUTARO... POR TODOS.
OMG... DWSADDDSAZDSADSADSADASDASDASDASDADSADASDSADASDSADASDSADSADASDSADSSADASDSADSADSADSADSADSDSADSADASDASDSADSADASDSADSADSDSDSADSADSADSADSADASDASDADSDASDSADSDASADASDADASDA
RYUTARO NO ES MÁS PURO UWU AHORA ES UN HOMBRE OSO HECHO Y DERECHO (?)

Te amo♥

Uebo♥ dijo...

LOL mis gritos deforman la página... GOMEN

Hitomy-Chan dijo...

Kyaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaa
Kyaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaa!!!!! WTF!!!!! Me puede con la boca abierta *Q*__________________________ casi muero de tanto Yabutaro kyaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaa tuvieron sexo se aparearon O.O dios aún no puedo creerlo dios mío de mi vida

Daiki es un amor y Yamada tan tierno quiero saber k pasara con Keito y ése pendiente lo necesito :'(

Sigo sufríendo por el lemon Yabutaro fue tan asdasdasdasdasdasdasdasdasdasdasdasdasdasdas *Q*_________ TE AMO ERES LA MEJOR!!!!!

Paoo Inoue dijo...

Espera! Yo la amo más porque es mi madre uwu como ya ellas dijeron que te aman yo también te amo @-}--

mabelucome dijo...

*//////* asdaddasdasd a esto le llamo yo rapidez, y me encanta */////*
LEMON!!!!!!!!!!!!!! NSDSJBDDKGKQHJDNSJCKSSBDKJSDJDKCJANVODJDJDKDLDKDNFLKDSHSKCKSHAKSPFUQHOFFHBWHDKCCIFHSJFKFHSJSKHDDJ
Kota, dale fuerte, tu puedes!!! y mas si te lo pide asi e.e hshshsjd A esto le llamo yo un buen lemon, madre mia, me encantó *O*
Keito malvado, pobre Daiki que le haces sufrir de forma malvada, aunque sea para que se abrace a Kei y asi esten mas juntos y... Keito te adoro *-*
uyuyuy ese recuerdo de Kei al ver a Daiki en el arbol... Mas la reacción de Daiki... Esto me huele a que ese niño era él aunque sigue siendo raro, ahí pasan mas cosas de las que parecen, quiero saber más!!!! >////<

dalia801 dijo...

kyaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaa!!!! nuevo capitulo *O* !!!! me encantoooo!! cuando me entere que habias subido un capitulo mas esta semana, me puse a saltar de emoción que decir mas que ESTUVO ESTUPENDO!!!!!! ;O; TAN GENIAL!!!!!!!!!!!!!!! Yabutaro hermosoooo!!!! *O* muy muy hermosooo!!... kyaaa!! *O* Kei y el chico del árbol ;O; FANTASTICO!!!! cada vez esta mas interesante , no sabes las ganas que tengo de leer el siguiente T^T muchas gracias por subirlo

AmiS dijo...

*se arrodilla frente a la laptop* GRAAAAAAAAAAACCCCCCCCCCCCCIIIIIIAAAASSSSSSSSSSS!!!!

OMGOMGOMGOMGOMGOMGOMGOMGOMGOMGOMGOMGOMGMOGMOGOMGOMGOMOGMGOMGOMGMOGMGOMMG............

dios mio..... LEMON!! YABUTAROLEMON!!! YABUTAROLEMON!!! YABUTAROLEMON!!! YABUTAROLEMON!!! YABUTAROLEMON!!!

waaaaaaaaa...keito!!! tan vivo!!! ... el inoodai me encanto!...
gracias por dedicarmelo.... Te Amodoro!! kiss

Unknown dijo...

MORIIIIIIIIIIIIIIIIIIIIIIIIIIIIIIIIIIIIIIIIIIIIII!! no cabe en mi cabeza la idea de ver a daiki asi de miedoso con las norias XD!! Dios, Keito, eres un maldito hermoso Cruel!! adasdadadasd Ya veo la Historia XD! pero, que paso con ese humo verde que salio antes en el cap 8? asdsadadadad me dejas con la intriga Q_Q
dios, el lemmon estuvo buenazo >w<! Y el InooDai que decir! Gritaba, bue en mi mente, porque estoy en una cabina alquilada XD!, porque me emocinaba sola!! asdsadasdasdsadsaasdsadsdasdsadsadasda me has dejado con ganas de leer más y si te tuviera cerca me tiraria encima tuyo tirandote florecitas *w* wajuajauajaua

kia dijo...

kyaaaaaaaaaaaaaa!! hermoso hermoso!! kyaaaaaaaa DIOSA!!! me dejas siempre con querer mas!!! wiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiii!!! daichan miedoso jojojojo daichan!!ewe que tierno de miedosito lalalalaala y keito malototototote jojojojojo kyaaaaaaaaa!!

Carol dijo...

ame tu pinche lemon yabutarolove♥ la neta
tenia ya tiempo que no leia ese tipo de cosas eda y pinche envidia me dio y de la buena con ryu(ay weeeey) pero ese sentimiento de amor lo ame

ai ase ratito te avia escrito un comentario chido bonito pero cuando lo mande google termino mandandome a hacer un blog O`_´O y se perdio aaaahiii que feo fue google conmigo a la palabra pinche no es pa insultarte ni nada malo :)

Unknown dijo...

Muy buena la escena entre kota y ryutaro. Recuerdo haberla leído hace un tiempo pero sin terminar.... grrr... jajajaja un capítulo divertido, me sorprende como puedes llevar la linea de tantas historias distintas dentro de un mismo fic y déjame decirte que keito y daiki pfff <3 aunque olvidé sus rostros ajajaja (No me maten) me encanta es tan trolling. Ojalá las pastillas te sigan manteniendo activa, ¡Fighting!

Anónimo dijo...

me encanta me encanta eresgenial!!!! mui buen fic!!! actualiza juego d dados pliiiiiiiiis!!!!

miriacha dijo...

yuuki perdona por comentar tan tarde....gomenasai...u_u
este fic es increible...tienea todos los jumps...y la trama es geniall...
el inodai siento que resalta mas..y se que a mabe le encanta eso...verdad mabe? n_n
el yabutaro fue super..ese lemmon si que me dejo O_O anonadada...
el yamajima se ve tierno,,,con un yuto rigido y un ryosuke sumiso y alegre...mismo perrito...xD!!!
el takachiii lindisimo....con un yuya complaciente...^^
el hikato...jamas pense verlos asi...sobre todo con el mando de keito...me gusta esa parte de lider que le pusiste a él...

ahhhh (suspira)....este capi me dejo demasiado satisfecha como lectora...tuvo de todo....

arigatou por otro capi mas yuuki...prometo...PROMETO comentar mas seguido...

GAMBATTE en todo....>_<*

Publicar un comentario

¿Qué piensas sobre lo que escribí? D:
Comenta, me gusta saber lo que piensas. ♥~

Copyright © 2011 YuukiNii's Fics ♥. Designed by MakeQuick, blogger theme by Blog and Web | Posts RSS | Comments RSS