Se removió incómodo. El movimiento tras sus párpados era notable, pero nadie le estaba mirando. Yuri dormía plácidamente apoyando la cabeza en su pecho.

“¡Yuya!” Suspiró. “¡Mira Yuya, es para ti!” Sus labios se movieron formando una sonrisa. El pequeño niño frente a él también sonreía después de poner la corona de flores sobre su cabeza, pero repentinamente todo cambio. El atardecer le impedía ver esos ojos tristes. “No te vayas” Su ceño se frunció en dolor. Estaba triste. Debía irse, pero no sabía a donde y no quería alejarse de ese niño. “No te olvides de mí” Le abrazó. Su propio corazón se oprimía de pena. “¿Cuándo regresarás?” Sabía que respondió a esa pregunta, pero no era capaz de escuchar su propia voz.

-Espera –susurró entre sueños, haciendo que su aliento chocase contra las orejas del conejo que comenzó a despertar tras el insistente movimiento del rubio, que por muy suave que fuese le estaba incomodando.

Se agachó a tomar una flor, pero demoró en elegir la más bonita antes de cortarla. Ante la atenta mirada del niño tomó su mano y con cuidado enrolló el tallo en su dedo, formando un lindo anillo. Le vio sonreír.



-¿Yuya? –el conejo levantó la cabeza para mirarle, acomodándose de tal manera que sus rostros terminaran cerca, pero solo lo hacía por curiosidad, pues no sabía si el alto estaba siendo víctima de alguna pesadilla.

”¡Yuya, no te vayas!” El niño comenzó a correr tras él. No estaba en él el apartarse, pero alguien halaba de su mano, obligándole a caminar. “¡Yuya!”

Su respiración comenzó agitarse, asustando aún más al conejo.

-Yuya, despierta –apoyó las manos en sus hombros, comenzando a zarandearle para hacerle reaccionar.

Solo podía escuchar su llanto, ni el sonido de sus pisadas era capaz de escucharlas. Tiró de su propia mano para regresar, pero aquella mano que le detenía era demasiado fuere. 
Sus labios se movieron para gritar su nombre.

-¡Yuri! –agitado abrió los ojos, encontrándose con los del conejo que asustado por aquel grito se sobresaltó.

Dejó caer nuevamente la cabeza sobre la almohada tras un suspiro.

-¿Era una pesadilla? –el conejo no dejó de mirarle.

-Algo así –todo era confuso.

-Lo siento, no pude despertarte antes –se acomodó para apoyar nuevamente la cabeza sobre su pecho.

-No es tu culpa –cerró los ojos por el cansancio pero al hacerlo la imagen del niño volvió, asustándole, pero un repentino beso en su frente le tranquilizó, abriendo los ojos para encontrarse con esos ojos oscuros.

-Mamá decía que un beso en la frente aleja el miedo porque es–

-…un beso de amor –Sus labios se movieron por sí solos.

Yuri se congelo, pero no tan solo él, sino que el rubio también. Comenzaba a asustarse de verdad, más si esos ojos le miraban con miedo.

Se movió para lentamente sentarse hasta que su espalda se topó con el respaldo de la cama, mientras Yuri se alejó solo para dejar de apoyarse en él. Sus miradas se mantuvieron en un total silencio.

-Tú–

El golpe en la puerta les hizo desviar la mirada hacia ella.

-Yuya, ya es hora –Kota asomó la cabeza para despertarles, pero al verles en aquellas posiciones sonrió- Hay que echar las cosas al auto. Apresúrense, hay algunos que ya quieren llegar –en ese momento Ryutaro asomó la cabeza bajo la del mayor.

-Buenos días –dijo sonriente. Ambos le respondieron y tras aquel saludo se quedaron solos.

Si Yuya iba a decir algo, ahora tenía miedo de hacerlo.

Se evitaron incluso cuando acomodaban todo en el auto, o más bien Yuya le evitó pues el constante recuerdo no salía de su mente y el asociarlo al conejo lo hacía ver todo más confuso.


----

-Bien, llegamos –dijo aliviado el rubio de la familia tras aparcar el auto de alquiler y caminar junto a los demás sobre la arena para ocupar un lugar, dejando sus cosas caer- ¡Oh! Ahí vienen –Yuri se le acercó con intenciones de tomarle la mano e ir juntos a la orilla del mar, pero Yuya lo vio venir, alejándose lo antes posible y solo alcanzar a sentir aquel roce que los dedos del conejo dejaron en su mano, caminando un tanto apresurado para encontrarse con sus compañeros de universidad.

Yuri solo se le quedó mirando, haciendo lo mismo los otros cuatro híbridos que lamentaron el momento, dejándose caer sobre la arena con planes de no meterse mucho en el asunto.

-Hikaru, ayúdame con esto –pidió Kota al querer armar la sombrilla, que fue acomodada sobre la arena de manera inclinada.

-Wow, no creí que podrían servir para esto –Keito fue el primero en acomodarse bajo la sombra, jalando pronto a Hikaru para que retenerle a su lado.

-Iremos por unos helados –Kota tomó pronto la mano de Ryutaro para irse a juntos, perdiéndose de la vista de los demás.

-Claro, helado –la hastiada voz de Daiki se dejó escuchar, haciendo reír a Keito, cosa que Hikaru no entendió.

-Iré a dar un paseo –Ryosuke decidió levantarse. Su expresión le hacía lucir extraño y aquello no pasaba desapercibido para el resto.

-Espera, voy contigo –Yuto necesitaba despejar su mente, alejar de sí todas esas dudas que lo asechaban. Sabía que Ryosuke era un perro tonto; tal vez hablaría pero no lo haría mientras Daiki y Keito estuvieran presentes.

-Eso es nuevo –Daiki y Keito compartieron miradas extrañadas por unos segundos, como si ambos se hablaran telepáticamente; preguntándose qué sucedía con Yuto por tal decisión de ir tras un híbrido al cual detestaba, pero aquello no duró mucho, pues el primero de estos se sentó bajo la sobra para admirar el mar.

Kei no sabía si sentarse a su lado. Su estado nervioso solo le permitía observarle de reojo mientras intentaba disimular fijarse en el mar, ocasionando que Keito no perdiera el interés en él. Daiki por su parte estaba ya aburrido, el ir a la playa no era tan grandioso como lo pintó Yuri en un principio. No era algo desconocido ya que en sus pasados días lejos de este mundo se escapaba hacia el acantilado para estar a solas, sentir la briza mecer su pelaje mientras pensaba muchas cosas sobre su vida.
Bajo la gorra que llevaba una de sus orejas se movió al escuchar algo, por muy bajo que fuese podía escuchar, después de todo Keito estaba tras su espalda.

-Kei deberías sentarte al lado de este gato –Intencionalmente Keito puso un pie sobre la espalda de Daiki, haciéndole enojar pero enfrentamiento no hubo, el felino mayor prefirió ignorarle después de todo una pelea contra él era difícil de ganar, aún recordaba sus mordidas y rasguños, tan fuertes que no se igualaban a las que sintió en su niñez en cada pelea que era involucrado con otros linces.

-No seas tímido –Hikaru hizo un intento de detenerle, pero Keito fue más rápido y jalando brusco de la camisa de Kei le hizo caer. Aquello no hubiese sido grave si no es porque su cabeza cayó entre las piernas de Daiki, el cual erizó su cola y cada pelo de esta, mirando al pelinegro con horror que avergonzado se levantó, bajo las fuertes risas de Keito que se levantó solo para poner su pie sobre su espalda y hacerle caer otra vez.

-¡Yah, detén esto! –se quejó Daiki, intentando quitarse al humano de encima, avergonzándose porque en un intento Kei apoyó su mano sobre su entrepierna, mirando con horror lo que había hecho.

-Lo siento, yo –su voz tambaleó, más cuando Keito hizo más presión en su espalda, haciéndole empuñar un poco la mano.

-¡Quítate de encima! –un furioso gato mostraba sus colmillos. Hikaru pudo jalar a Keito pero ello complicó las cosas porque Daiki logró quitarse a Kei de encima, empujándole lejos e irse corriendo hacia el mar con una sensación vergonzosa, pues su cuerpo reaccionaba por sí solo.

-¡En verdad es muy gracioso! –las risas de Keito solo hicieron sonreír apenado a Kei, que volteó la mirada al horrorizado gato.

-Es por esto que se molesta contigo –dijo Hikaru, ganándose la mirada de esos grandes y profundos ojos azules con matices grises. Pudo jurar que se le abalanzaría encima, pero el tigre no hizo más que sonreír, burlándose un poco de él cuando Hikaru se alejó al notar movimiento de su parte, pues después parecía decepcionado y es que comenzaba a acostumbrarse el tener a Keito asechándole en cada momento.

Para cuando volvió Daiki, Kei ya no se encontraba pero poca atención le tomó a eso. Y en busca de algo de comer ya que Yabu y Ryutaro parecían aún no haber vuelto, buscó entre los bolsos que habían llevado, encontrando galletas y unas gafas de sol que parecieron gustarle, pues nunca había usado unas. Al ponerlas todo se veía oscuro, divirtiéndose con ello un rato junto con Yuri.


-
Todos parecían divertirse, más Yuya que era el que estaba con las chicas en el agua, riendo y siendo rodeado por esos brazos tan delgados y pechos. Esa suave fricción al estar su brazo entre ambos senos, y tan agradable le era que la sonrisa no se quitaba de su rostro, a excepción de aquellos momentos en que sus ojos buscaban a Yuri, que más a gusto por el viaje parecía molesto, tan celoso como la vez que le vio por primera vez.

-No entiendo qué tienen ellas que no tenga yo –Se quejó el chico de orejas largas, mirando a Daiki a su lado, que al igual que él no estaba a gusto ya que solo quería tranquilidad, silencio y está demás decir que a Kei fuera de su vista. Ni siquiera tomó en cuenta las palabras de Yuri ya que su vista tras esas gafas de sol estaba total y completamente fija en el pelinegro.

No solo Yuya estaba con las chicas, sino Kei y parecía divertirse. Era capaz de escuchar todo lo que salía de sus labios, en el tono que lo decía y sentir su respirar, escuchar cuando las pequeñas olas chocaban contra su piel y la arena hundirse bajo sus pies.

-Yuri no hagas preguntas tan obvias –respondió Keito mientras comía las galletas que Daiki dejó a un lado. Su respuesta había causado un sentimiento oscuro en el conejo.

-¡Pero es qué no lo entiendo! ¿Qué tienen? –Los otros tres presentes no supieron si decir algo tan directo. Hikaru sabiendo los gustos de Yuya y lo mujeriego que podía llegar a ser decidió desviar la mirada, completamente nervioso cuando los ojos del conejo se clavaron en él.

-Es obvio. No son planas como tú, por lo menos una de ellas no –dijo Daiki.

“¿Planas? ¿Planas de dónde?” Yuri le miró confundido sin saber a qué se refería exactamente, pero fue Keito quien le sacó de dudas al acercarse y con un gesto de manos indicarle que subiera las manos. Y tan hábil como era para desvestir, quitó la playera que el conejo traía, teniendo cuidado de no quitarle la gorra.

-¿Ves? Es completamente plano –se acercó más a contemplar su piel- Pero son muy rosados y la brisa los hace erizarse.

-¡No hagas eso! –Daiki le apartó las manos al no soportar la mirada de Keito en los pezones de Yuri, sin evitar también mirarlos- ¡Es sucio! ¿Por qué siempre tienes que hacer este tipo de cosas? –Keito se veía molesto por la interrupción, fue entonces que decidió desquitarse y abalanzarse encima- ¡¿Qué haces?! –entre manotazos el gran felino logró quitar la camisa del que estaba bajo su cuerpo.

-Estos también son muy rosados –Daiki en su intento de quitarlo de encima arqueó la espalda al intentar usar las piernas, haciendo sonreír al otro que en rápidos movimientos ahora le sostenía ambas muñecas con una sola mano- Están eréctiles –era en ocasiones como esta que Hikaru se sentía una niñera.

-No, no te atrevas –dijo con miedo Daiki, cerrando fuertemente sus ojos esperando lo peor.

-Ya es suficiente –Hikaru jaló de la mano que Keito usaría para tocar los rosados botones del mayor, ganándose una mirada de reproche.

-¿Entonces puedo tocar los tuyos? –su sonrisa hizo tensar al humano, todo mientras Daiki se acomodaba la camisa rápida y torpemente.

-¡Soy el mayor y me debes respeto! –pero Daiki solo era escuchado por Yuri, el cual se veía bastante avergonzado. Pues Keito se las arregló para acomodarse sobre el pecho de Hikaru mientras ronroneaba al estar ambos tendidos en el piso.

Entre los constantes susurros de quejas por parte de Daiki, Yuri se puso de pie, armándose de valor y dejando en el olvido la playera, ya que todo ser humano estaba desnudo de la parte de arriba.

-Iré a buscarle –dijo decidido y comenzando a caminar hacia el rubio. Sabía que el agua de río era helada, pero no pensó que el de mar también, quejándose en cuanto sus pies sintieron humedad- no es agradable –susurró e intentó adentrarse cada vez más, comenzando a erizarse su vello corporal junto a su piel.

Kei que prefirió regresar al notar a Daiki de regreso, pasó por su lado, sonriéndole con gusto antes de dejarle atrás e intentar disimular su interés en el felino, que solo le miraba tras las gafas y bajo la gorra.

-

Yuya le vio y por ello caminó más profundo, seguido de las chicas mientras jugaban a tirarse agua. Veía claramente como el cuerpo del bajito reaccionaba a la fría agua, viéndole caminar extraño y alzar los brazos para que el agua no le alcanzara del todo, pero entre más se adentraba más se hundía.

-¡Yuya! –prefirió detenerse y llamarle pero el rubio fingió no escucharle.


--
Yuto siguió a Ryosuke hasta las rocas que apartadas estaban de los demás. Se veía frustrado y entendió que quisiera estar alejado del grupo como él a veces lo quería estar de sus hermanos. El sonido de las olas chocar contra las rocas parecía tranquilizarle.

Ryosuke aunque prefirió apartarse lo suficiente como para no escuchar más que el mar, la cosa pareció no resultar, tomando atención de igual manera a lo que pasaba a su alrededor, especialmente en el conejo que se adentraba cada vez más. Frunciendo el ceño y empuñando las manos por las acciones del rubio. El pesado suspiro de cansancio que salió de los labios de Yuto le distrajo por un momento, observándole y cruzar miradas. Era extraño estar frente a él, siempre lo fue y no dejaría de pensar que así lo sería. Quería actuar como lo llevaba haciendo todos los días, pero estaba inquieto, por lo que no se sentó a su lado, quedando de pie frente a él.

-Ese pendiente… recuerdo que Daiki antes tenía uno –sorprendido por la pregunta acercó su mano, hasta con los dedos tocar el objeto.

-Ah, sí –Evitó mirarle, pero no sonreír nervioso, no queriendo hablar del tema.

-¿Qué sucede si te lo quitas? –iba a responder rápido y de mala gana, pero la voz de Yuri le desconcentró, mirando en su dirección, pero no evitando la pregunta.

-Nada realmente –movió sus dedos hasta quitar el pendiente como si su subconsciente quisiera sacar de las dudas al humano, mirándole luego de notar lo que había hecho, pero para su sorpresa Yuto se veía bastante desilusionado ya que esperaba a que algo sucediera.

Tal vez no era su día. Sus emociones le obligaban a hacer cosas que no quería y aunque el mar que por primera vez veía estaba frente a sus ojos no se sentía para nada emocionado. Y cuando cruzó miradas con Yuto recordó cosas que le eran difíciles de olvidar.

-Me pregunto… si es mejor así como estás o el que eras antes –susurró el perro. La posición en que se encontraba dificultaba a Yuto para mirarle, el sol llegaba directo a sus ojos por lo que puso su mano en frente para cubrirse de él y contemplar al hibrido, llegando a notar una mirada que le dejó en duda. Pero Ryosuke pronto regresó la mirada hacia el mar.

-¿Como antes? –Yuto se mostró confundido. El silencio de sus palabras se mezcló con el sonido de las olas al romperse contra las rocas. Sus ojos se cruzaron por un momento, dejando que Yuto notara un extraño brillo en ellos. No sabiendo si era de ilusión o estaba a punto de llorar.

Y ajenos a lo que sucedía lejos de ahí, Yuri intentaba con todas sus fuerzas de alcanzar al rubio que se adentraba cada vez más. Veía el agua cubrir ya sus hombros y la arena sentirse cada vez más abajo. No quería que Yuya estuviera con ellas, no quería que le siguiera evitando. Él no podía hacerlo.

-¡Yuya, espérame! ¡Quiero estar contigo! –La desesperación del agua alcanzar su mentón le hacía respirar agitado.

-Yuri regresa, aquí está más profundo –Lo que no sabía Yuri era que el rubio hacía todo eso porque estaba confundo. Se sentía distinto, su mente no le permitía olvidarse de aquel sueño, confundiéndose más al pensar que aquello pudo ser real.

-No, espera. ¡Yuya! –Su siguiente paso no pudo ser finalizado en la arena. Sus piernas se encogieron a causa del miedo, intentando impulsarse hacia arriba pero logrando que el peso de su cuerpo dificultara las cosas. El espeso gusto salado entró a su boca secando su garganta. En cuanto pudo salir a la superficie para tomar aire sintió sus pulmones contraerse, tragando más agua cuando una ola le cubrió por completo, sintiendo su cuerpo girar, aturdiéndole.

Ryosuke, quien desvió la mirada hacia el mar al ver lo ocurrido soltó el pendiente accidentalmente, horrorizándose al no ver al de orejas blancas salir del agua.

-¿Yuri?... ¡¿Yuri?! –Yuya nadó rápido a su encuentro, deteniéndose en el lugar que le vio por última vez y girar en sí por si salía a flote, pero nada más que olas se veían, ensordeciéndose con las risas de los bañistas a lo lejos y las voces preocupadas de las chicas que le ayudaban a buscar al supuesto hermano menor, encontrando solo la gorra que le había regalo para ocultar sus orejas.

-
-¿Qué sucede? –Yuto se puso de pie y miró en la misma dirección de Ryosuke, sin notar lo que sucedía, pues su vista era normal.

-Yuri… –Fue lo único que salió de su boca.

Yuto, preocupado se acercó un poco antes de verle correr entre las rocas hacia el mar y saltar como si no temiera de chocar contra ellas.

-¡Ryosuke, no! –gritó asustado, viendo su cuerpo adentrarse al agua y nervioso buscarle con la mirada, aliviado cuando salió metros más allá para respirar. Quiso ir en su búsqueda pero al pisar escuchó un crujir, quitando rápido el pie al pensar que pudo tratarse de un vidrio, pero al notarlo era algo mucho peor que eso. Lo tomó.

Ryosuke había dejado caer el pendiente posiblemente sin notarlo por la tensión de lo que no sabía que estaba ocurriendo, y hubiese corrido a ver qué sucedía, pero un pequeño destello proveniente del pendiente le causó curiosidad, tomando bastante atención y acercándolo lo suficiente a su vista hasta notar que algo se movía dentro. Pequeño y verde, sin saber si era un líquido pues no podía distinguirlo, y hubiese seguido observándolo si no hubiera sido por el grito que escuchó de Daiki. No tardó en empuñar la mano para que no fuese a caer, y comenzó a correr para llegar donde los demás, porque notó que Ryosuke nadaba en la dirección que Yuya se encontraba.

-
La presión en su pecho se hacía más fuerte al acabarse el oxígeno que mantenía en su boca, pero la desesperación de no encontrar al conejo le impedía salir a la superficie. Sus ojos comenzaban arder con la sal de mar, pero no los cerró, no hasta ver algo blanco más abajo y nadar hasta tomarlo.
Cuando emergieron estaban bastante lejos de los demás, pues habían sido arrastrados por la corriente y el peso del conejo no ayudaba a mantenerse a flote.

-
El hermano menor no tardó en llegar junto a los demás que ya se encontraban parados a la orilla de la playa. Yuya seguía sin darse por vencido para buscarlo, sumergiéndose y quitando el agua alrededor de sus ojos cuando salía a tomar aire.

-¿Qué sucede? –Daiki quién estaba a su lado no se tomó la molestia en responder- ¿Dónde está Ryosuke? –el felino mayor le miró preocupado, pues Ryosuke se había vuelto a hundir y por muy mal que se llevara con él no era tan maldito como para desear su muerte.

-¡Ryosuke! –gritó Keito, acercándose a la orilla cuando vio a nombrado nadar. Y la emoción de Yuto al verle bien fue tanta que sus manos empuñadas hicieron tanta presión que las orejas de Daiki se movieron bajo la gorra al escuchar algo quebrarse, mirando luego la mano de Yuto y algo verde salir de ella.

-Qué hiciste… -Su expresión asustada le alarmó, bajando la mirada hacia donde la dirigía el otro. Abrió la mano saliendo un destello verde de él al terminar de romperse, alarmando más al lince que se adentró un poco al mar cuando de este también salió un destello del mismo color.
Yuto se encontraba confundido, y es que lo que antes se encontraba en su mano comenzaba a desaparecer como si la brisa se lo llevara junto al cristal.

-
Una fuerte contracción en su pecho le obligó a hundirse, soltando así a Yuri pues su mano se extendió sin posibilidad de moverse. Abrumado por la presión en su cabeza sus ojos se cerraron, dejando salir el aire que guardaba en su boca.

Los segundos pasaban y Daiki se desesperó adentrándose más al agua, seguido de Keito perdiéndose ambos de la vista de todos.

-¡¿Y los demás?! –Kota y Ryutaro llegaron corriendo al ver que nadie estaba bajo la sombrilla, notando la ausencia de cuatro de ellos.

-¡Daiki! –Ryutaro corrió hacia él y no se dio cuenta a quien llevaba en brazos sino hasta llegar a su lado y sentir la angustia de no escuchar a Yuri respirar- No está respirando –susurró, sentándose a un lado cuando Daiki dejó al conejo acostado en la arena.

-¿Y Ryosuke? ¿Keito dónde está? –Yuto, al igual que Hikaru miraron hacia el mar.

-Estarán bien –fue la única respuesta que Daiki les entregó. Y fue Hikaru quien vio a lo lejos como algo blanco salía del mar, fijándose que una cosa oscura llevaba en su hocico. Sentía el tiempo pasar rápido cuando corrió por sus pertenencias bajo la olvidada sombrilla, tomando un bolso para después correr en dirección a las rocas. Y aunque Yuto le vio ir no fue tras él, pues miró al conejo y a su hermano que llegó después, sosteniendo en su mano una gorra.

Yuya estaba asustado, sus manos tiritaban por la culpa de haberle dejado solo. Los labios del conejo estaban morados y el miedo le impedía acercarse a tocarle, solo arrodillándose frente a él mientras no sabía qué hacer.

-No está respirando –Ryutaro- nunca me enseñaron de esto… todos saben nadar –tomó fuertemente la mano del mayor de los hermanos, atemorizado. Ninguno de los otros sabía qué hacer y las chicas se escondían tras yuya, que nervioso intentó tocarle.

-¡Ryosuke espera! – Keito, aun después de gritarle no le detuvo, corriendo tras él junto a Hikaru que parecía el más cansado.

El asombro de Yuto se reflejó en sus ojos cuando el perro pasó a su lado. Ryosuke sostenía con su mano un costado de la toalla al tenerla amarrada a su cintura, pero no fue eso lo que le asombró, sino el profundo color de sus orejas y lo puntiagudas que se veían, pero aquello no duró tanto, pues Hikaru tiró una toalla sobre su cabeza.

-¡Apártate! –Molesto empujó al rubio que cayó sentado y no menos asustado, impidiendo que tocada al conejo, pues en su posición podía ver lo profundo que ahora eran los ojos de Ryosuke, tan fríos como nunca los vio.

Ryosuke se agachó rápidamente para darle respiración boca a boca a Yuri, apretando su pecho para reanimarlo. Este no reaccionó hasta varios intentos, tosiendo el agua para después abrir los ojos y toparse con un rubio asustado, aún cuando Ryosuke le tomó en brazos. Se acomodó en ellos para descansar.

-No te acerques a él si al final lo vas a ignorar –Yuya vio perfectamente como los colmillos del otro le amenazaban al hablar, marchándose luego y ver que de su espalda sobresalían las mojadas orejas del conejo.

Ninguno de los híbridos se atrevió a objetar a las palabras de Ryosuke, pero sí miraron a Yuya con tristeza antes de marcharse. Sus hermanos al contrario, intentaron darle ánimos, a excepción de Yuto quien en ese momento no dejaba de pensar en la apariencia de Ryosuke. Aunque hayan cubierto su cabeza para ocultar sus orejas, estaba seguro que eran de otro color. Incluso le hacía lucir maduro, y es por ello que no dudó en ir tras él.

..
Seguir más tiempo en la playa era una tontería, pues el día se había arruinado. Las chicas hicieron constantes preguntas al rubio luego de ver las orejas de Yuri, sin saber qué responder y solo sonreírles nervioso.

La tensión en el auto era demasiada. Yuya conducía mirando repetidas veces el espejo retrovisor al tener a Yuri a la vista, pero este estaba distraído mirando el camino.
El conejo no sabía cómo tomar todo aquello, pero no podía odiar a Yuya por lo que sucedió, pues nadie sabía que sucedería algo así y lo comprendía, pero dolía. Suspiró cansado de sus propios pensamientos, intentando despejar su mente. Volteó la mirada sin esperar toparse con la del rubio a través del espejo, bajándola rápido al ponerse nervioso.

Ryutaro intentó animar el ambiente, pero fue un total desastre y solo obtuvo la atención de Kota que no dejaba de sonreír al notar su preocupación.

Al llegar a casa Ryosuke y Yuri desaparecieron tras subir la escalera.
Kei notó la tensión en los hombros de Daiki, pues a diferencia de los otros dos restantes, este parecía molesto y no precisamente con Yuya.


Ya había anochecido y Yuri no abandonó la habitación matrimonial, solo fue Ryosuke quien salió en busca de algo para comer antes de regresar con él.

-Ryosuke –Daiki apareció repentinamente frente a él, sin alcanzar abrir la puerta y soltar la perilla- No puedes hacer esto –la mirada de Ryosuke se endureció, mostrándose imponente.

-No es asusto tuyo –su intención era evitarle, volviendo a tomar la perilla pero Daiki en un rápido movimiento tomó de aquel brazo, alejándole de la puerta y acercarse lo suficiente para hablar por sobre su hombro.

-No, no lo es, pero tampoco es asunto tuyo entrometerte entre ellos. No estás en esa línea. No eres tú quien decide con quién estará Yuri –sus palabras eran ofensivas.

-Ya dije que–

-Te lo advierto Ryosuke, este asunto no te concierne. Y si algo sucede debido a ti no seré yo quien te ponga el castigo. Haz lo que viniste a hacer. Te guste o no tu destino no es Yuri –Daiki sonaba amenazante, pero en el fondo estaba asustado- Esto no fue decisión de nosotros, y tampoco podemos oponernos, no somos más que incompetentes. Pero si quieres libertad obedece.

La conversación no continuó, pues Ryosuke entendió perfectamente sus palabras. Y tenía razón, no estaba en él el disponer de su destino ni mucho menos el de Yuri. Pero lo que no sabían ambos era que Kei estaba escondido tras la puerta de su propia habitación, con su oreja pegada a la puerta y controlando su respiración para que no fuese audible para los híbridos. Tampoco sabían que Yuto iba subiendo la escalera cuando comenzaron la discusión, agachándose tan rápido como pudo y apegarse a los peldaños para no ser visto.

Ambos muy sorprendidos, sin ser capaces de procesar toda esa información se preguntaban cuáles eran sus objetivos.


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Antes de publicarlo estaba temiendo no terminarlo :v justo después de comprometerme a tenerlo para hoy. Espero lo disfruten y dejen un comentario con lo que piensan c: ¡Se viene el final! -hace fiesta- 

8 comentarios:

Uebo♥ dijo...

Aasadsadada Ya había leído todo menos el final... y el final me encantó! Ya se empieza a aclarar el panorama para los humanos, un poco al menos. Me gusta la actitud de Ryosuke... se ve "masculino" JAJA

Sakura De Ryosuke dijo...

kya!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!! esperaba con ansias la conti de este hermoso fic >^< fue realmente hermosooool¡¡~¡~ de verdad me encanto ;3; auque la verdad esperaba mas yamajima lo se estoy loca por esa pareja pero es inevitable adadasdsdsddssdsd aun asi me encanto mucho el capi ^~^ arigato por actualizarlo en berdad t lo agradesco con todo el corazon ^~^ :3 espero mmuy pronto la conti.... y tambien deseo que actualises muy pronto juego de dados :3 Gambatte!!!!!!!!!!!!!! n3n

Unknown dijo...

wiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiii!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!
Me emocione mucho cuando vi que subiste la
publicacion de este fic,, en verdad
lo esperaba con ansias 7u7
ese Yuyan como se atreve a ignorar a mi Conejito
lindo >u< gracias amore por subirlo
se que no he comentado apenas descubri tu bello blog y me estoy leyendo cada una de tus histoprias
cada una es hermosa y tiene su trama >nn< yo aqui seguire esperando que sigas subiendo mas Esperare con ansias
YamaJimas es que esos dos me matan
obio amo ami bebe Yutin >w< TuT yo aqui segure sindo
y me converire en tu acosadora
X'D hasta que subas nuebamente otra de tus tan hermosas
hosorias
escribes como los angeles *-------* Te Amo!'

Unknown dijo...

Adasdasfdashg(?) Me dejaste impactada.. como siempre. >n< Yo sospecho que el YabuTaroo se fueron a hacer "cosas" por ahí ¬//u//¬(?) Y el InooDai, awww el InooDai, ya quiero lemon, ok no xDDD
Yuya malvado, casi se muere el conejo, si no fuera por Ryosuke... -sentí algo de YamaChii por ahí-.
He amado todo *O* Ya quiero saber que significa que se le haya roto el pendiente a Ryosuke. DD:
Sigue actualizando, esta es sin duda mi historia favorita ;A;♥♥♥

Anónimo dijo...

Me angustie mucho cuando Yuri se estaba ahogando y Yuya no lo encontraba, menos mal que Ryosuke lo salvó y le dio respiración de boca a boca ;D

Quiero saber que es Ryosuke y cuales son sus objetivos, este fic esta cada vez mejor, escribes genial =)

Yuko "I LOVE JUMP"

dalia801 dijo...

caray! cada vez mas interesante
Keito siempre con sus perversidades jujuju
grrr que regaladas ¬¬ y el otro que se deja mira que poner a Yuri celoso, Yuya malito T^T

lo de Ryosuke me ha sorprendido o.o sin comentarios...

GRACIAS°! me encanta, siguiente... ok no, jajaja tomate tu tiempo

AmiS dijo...

POR LA PUTA!!!!!......diablos!!!!!
carajo...recien puedo terminar de leerlo....
YUUKI!!!!!! increible.... *O*

Paoo Inoue dijo...

No ching*s, Mam*s, jod*s :( otra vez no se puso mi comentario ;w; si no vengo a releer el capítulo ni cuenta me daba ;w; por qué Deni? Por qué tu blog me hace esto? :8 es injusto ;w;




El caso es que Odio a Yuya, lo super detesto :( Weon! es la segunda vez que le hace algo así a Yuri! YA! QUE SE LO ECHE! :B so me pondría feliz~ con respecto a Daiki, pfff mas }tsundere no puede ser ¬3¬ pero que afloje igual!
Los que me emocionan son YutoYama :') que bueno que ya se traen ganitas <3 , Ay Deni, ya no quiero que acabe el fic porque no ha habido lemon ;w; (?)

De nuevo siento el no haber comentyado ._. mas buien que mi comentario no se publique ;w; por qué no me dijiste por FB ¬¬ y yo toda boba diciendo " Lo bueno es que si comenté" ¬¬


Te quiero

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