Sé lo raro que es este fanfic porque incluye otros personajes, pero realmente espero que lo adoren al igual como yo lo hago.
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Insistentes susurros ahuyentaron su sueño, abriendo los ojos para encontrarse en una camilla sin saber cómo llegó ahí. Con cuidado se sentó al sentir un punzante dolor en su cabeza. Escuchaba claramente las voces de dos mujeres, y así cada vez más cerca mientras intentaban no hacer ruido. Pretendía levantarse, pero se vio envuelto en unos brazos que se lo impidieron.

Su cuerpo se tensó, asustado de no saber a quién tenía a su espalda. No podía ser Inoo, o tal vez sí. No estaba seguro de nada, solo de que aquellos brazos no pertenecían a una mujer, como él quisiera.

-La fiebre no ha bajado –el tibio aliento que salió de aquellos labios rozó la piel de su oreja, meciendo unos cabellos que rozaron los labios del desconocido. Su cuerpo fue halado hacia atrás, terminando semi acostado sobre el acosador y posó una de sus manos sobre su frente- Aún tienes fiebre. Es mejor que vuelvas a dormir –No había manera de dormir si su cabeza no dejaba de imaginar lo que podía hacerle mientras dormía.



Como le gustaría pedir ayuda, pero el solo recordar las palabras de Hana se lo impedía. Si esas chicas detrás de las cortinas llegaban a verlo junto con un chico, la reputación de su hermana sería mucho peor.

Escuchó una risa suave a su espalda.

-Ryuka, estás temblando. ¿La fiebre está peor? Tal vez debas quitarte un poco de ropa –sintió el movimiento de aquella mano que antes se encontraba sobre su abdomen, subiendo muy lentamente y en una rápida reacción intentó quitarse de encima. El movimiento de la camilla resonó en la habitación, llamando la atención de las chicas. Pero Ryutaro no fue consciente de ello, no cuando se creyó libre de aquellas manos al casi bajar una pierna al piso, pero nuevamente había sido tironeado y tirado sobre la camilla, solo que esta vez podía ver claramente el rostro de su acosador.

-¿Te encuentras bien? –los gritos silenciados con manos, rostros sorprendidos y horrorizados por lo que veían. Incluso esas palabras que Ryutaro escuchó antes de que la cortina fuese corrida parecían una ilusión, pues los rostros de las chicas reflejaban total desapruebo, quizás envidia y odio. Aunque la fiebre invadía su cuerpo y mente, recordaba claramente que Hana había presentado una foto de este chico como un integrante de su grupo de amigos.

“Nakajima Kento”

¿Cómo podía un hombre tratar así a una mujer? Ryutaro tenía serios problemas mentales, pues comenzaba a pensar que su hermana tenía relaciones más que amistad con todos esos chicos que cruzaban la línea de amistad para él. Demasiado cercanos.

-¡¿Qué hacen?! –una de las chicas se escondió tras la otra, pero aun así no dejaban de mirarles.

-Chicas, guarden esto como un secreto, ¿sí? –Nakajima les guiñó con un ojo, sonriendo de manera seductora. Y solo con sus palabras y actuar las chicas parecieron aceptar, cerrando la cortina antes de salir sonrojadas, pero no menos molestas mientras susurraban cosas que Ryutaro prefirió no procesar en ese momento, pues su cabeza estaba llena de pensamientos entre su hermana y este chico.

-Podrías… -Nakajima le miraba atento a lo que diría, pero aunque Ryutaro no fuese una mujer, se sentía avergonzado por estar en una situación como esta, más por aquella mano sobre su pecho o más bien sobre uno de sus senos no reales. Un brasier con relleno que podía ser fácilmente descubierto si le apretaban lo suficiente.

-¿Podría? –El amigo de su hermana era consciente de ello, moviendo aquella mano como si de un juego entre amantes se tratara. Y el rostro de Ryutaro se tornó molesto, y la fiebre pareció aumentar pues sus mejillas sonrojaron más de lo normal- ¿Ryuka? –pronunció su nombre sorprendido cuando fácilmente fue derribado, dejándole asombrado por la fuerza que se ejerció en sus muñecas.

Ryutaro no tuvo reparo en el momento que tomó sus muñecas y en un rápido movimiento terminó sobre él, dejando sus manos a cada lado de su cabeza.

-Kento, ¡no vuelvas hacer eso! –Debía hacerlo. Debía fingir ser su hermana más si estaba frente a sus amistades, pero el llamar así a un completo desconocido no era más que extraño, aunque en el país en que antes vivía era normal hacerlo.

-Me tomé la molestia de traerte hasta aquí ¿y así me lo agradeces? –esto solo parecía un juego entre amigos. Ryutaro suspiró agachando la cabeza, se sentía mareado- Ya ves, el forzar tu cuerpo de esa manera no es bueno. Tienes todo el permiso de descansar sobre mí –él sabía cómo empeorar las cosas. ¿Qué haría la enfermera de la escuela o un profesor si le veía a él, “acostada” sobre un hombre? Sería un gran escándalo y posiblemente una expulsión. Y su madre daba más miedo que cualquier profesor y estudiante de esa escuela.

-No digas tonterías –se quitó de encima para al fin poner los pies sobre el piso- Me iré a casa.

-Espera –fue detenido del brazo- No te irás sola, iré a dejarte –Los ojos cerrados de Ryutaro no le dejaron ver aquel rostro preocupado.

-Las clases aún no acaban –prefería ir solo que mal acompañado, pues los amigos de Ryuka eran una total mala compañía.

-Nada de eso. Quédate aquí, iré por tus cosas –de manera gentil Nakajima le tomó de los hombros para empujarle suavemente hasta que se sentara en la camilla- No tardo –y fue así como terminó solo en la enfermería. Pero la espera no fue tanta, ya que Nakajima no tardó en llegar y ayudarle a levantarse, justo a tiempo para la llegada de la enfermera.

Y si las intenciones de Kento solo eran evitar la escuela, no tuvo suerte. Y pudo escapar junto a Ryuka cuando fue a despedirse de ella en los límites de la institución, pero Ryutaro se lo impidió.

-Estaré bien, no seas tan sobreprotector, es molesto –soltó con cizaña antes de voltearse y caminar, cansado por las puntadas en la cabeza. No haber dormido no había sido buena idea, y las tensiones que sufría cada vez hicieron que todo empeorara.

Pero lo que Ryutaro no evitó por tener fiebre, fue el mal uso de sus palabras, haciendo sospechar a Nakajima, que en ese momento mientras le veía marchar, se preguntaba qué sucedía con ella. Para él también habían sido muchas cosas en el día.
Ryuka nunca se quedaba dormida en clases a sabiendas que las chicas le odiaban. Como tampoco tenía la suficiente fuerza para derribarlo, menos si estaba con fiebre. Ni mucho menos usaba esas palabras para referirse a él, aunque estuviera molesta.

Algo sucedía con ella y lo iba averiguar.

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Los pasos de Ryutaro se hacían cada vez más torpe, deteniéndose de vez en cuando para apoyarse contra una pared o algún poste de luz.
El dolor de cabeza le confundía para recordar el camino de vuelta a casa, pero no era torpe y cada que dudaba se detenía para recordar bien.

Viró hacia el camino correcto, pero se detuvo al ver más adelante un grupo de estudiantes que no se veían para nada amistosos. Lo haría rápido. Intentó controlar su expresión y su caminar recto, caminando a pasos rápidos y pasar de ellos con total nerviosismo, intentando alejarse cada vez más, pero un llamado le detuvo de golpe antes de voltear la cabeza.

-¡Ryuka! –un chico mecía su mano para llamar su atención. Ryutaro intentó ignorarle aunque su mirada se posó sobre él más de cinco segundos, suficiente para que el otro corriera a tomarle la mano con una radiante sonrisa- Creí que estarías en la escuela ¿sucedió algo? -Iba a responder incómodo, pero fue interrumpido.

-¡Hey idiota, no nos ignores! –un chico, o más bien un grupo de cinco estudiantes parecían fastidiados.

-No los tomes en cuenta –dijo algo nervioso el chico, pero Ryutaro parecía no entender con la fiebre que cargaba encima.

-¡Maldito bastardo, no huyas!

-¿Te encuentras bien? –Ellos parecían estar en un lugar totalmente distinto, a excepción de Ryutaro, el otro ignoraba al grupo completamente- ¿No me dirás nada? –Se quedaron mirando y bastaron tres segundos para que Ryutaro lo recordara.

-No te metas… en peleas… -dijo bajo, pero fue suficiente para que la expresión extrañada del chico desapareciera tras una radiante sonrisa.

-¡No lo haré! –dijo animado aunque el grupo de chicos no dejaba de gritar groserías.

Su primer día de clases y ya debía lidiar con demasiadas cosas.

“Shiozaki Airu”.

Un estudiante que parecía un busca problemas, pues la manera en que vestía el uniforme lo decía, junto aquel cabello revuelto, pero de una manera que llamaba la atención de las chicas, más aquellos rebeldes aretes en sus orejas. Según lo que dijo Hana, Ryuka siempre le insistía en que no se metiera en problemas y que parecía pendiente de él, aunque muchas veces parecían estar peleados. Y sus calificaciones no eran malas.

-Espérame, no te vayas. Ya regreso –comenzó a retroceder mientras le miraba sonriente- ¡No tardo! –Ryutaro aún no podía creer el tipo de amigos que tenía su hermana. Pervertidos y rebeldes. Podía aceptar a Taiga, pues era tonto e inocente, no llamaba la atención como Kento y Airu lo hacían.

Sabía que después de ver las fotos que Hana le dio sobre ellos no sería fácil fingir.
Suspiró, mareado acercándose a la pared mientras esperaba y veía como se golpeaban. Debía admitir que Shiozaki se veía genial peleando, pues solo evitaba golpes y daba tropezones a los otros, haciendo que ellos mismo terminaran golpeándose, causándole un poco de risa.

-¿Ryuka, qué haces aquí? –La fuerte puntada en su pecho al asustarse no pasó desapercibida para el recién llegado, que no pudo evitar sonreír al ver la expresión de horror en su amiga- En verdad no cambias –dijo, revolviendo suave su cabello.

"¿Okamoto Keito? Definitivamente no es mi día".

-Ke… ¿Keito? Creí que estarías en clases –la impresión de sus penetrantes ojos le asustó. Aunque estuviera sonriendo no dejaba de sentirse observado. A diferencia de los demás, Keito parecía alguien observador, atento a cada suceso a su alrededor y cualquier error de su parte estaba seguro que lo lamentaría, como ahora, que era acorralado contra la pared cuando el mayor se le acercó, lo suficiente para sentir su aliento chocar contra sus labios. Pero el alivio de sentir una mano en su frente tranquilizó su corazón.

-Hoy no te ves bien –la mano se deslizó hasta su mejilla. Tanto Ryutaro como Keito, fueron conscientes del escalofrío que aquella caricia causó. Y si Ryutaro ya estaba sonrojado por la fiebre, la cercanía de ese rostro que se veía tan intimidante que parecía asecharle causó que sus orejas también tomaran un rojo fuerte- Creo que debería… -el momento fue interrumpido por aquella mano que separaba sus rostros, impidiendo que sus miradas continuasen cruzándose.

-Ey, ¿qué crees que haces? –Los grandes ojos de Airu se posaron sobre Keito, que no tuvo de otra que alejarse, rompiendo con aquel tenso momento. Y pudo agradecer al delincuente, pero la sonrisa en los labios del otro hizo a Ryutaro preguntarse si realmente eran amigos porque la sonrisa de Keito causó un ceño fruncido en Airu.

-Será mejor que la acompañes –Keito volteó, comenzando alejarse mientras levantaba la mano para despedirse.

-Tsk, era lo que iba hacer –enseguida Ryutaro se quedó mirando aquella mano extendida que Airu le ofrecía, pero en respuesta solo retomó su camino para llegar pronto. El nerviosismo que sintió cuando Okamoto le miró le hizo sentirse más enfermo- Espera –una cálida mano era lo que ahora le detenía- Sé que estás molesta, pero podríamos…

-Por favor, no me siento bien ahora –de manera suave se soltó, continuando con el camino, pero aquello no bastó para que el chico le dejara, caminando a su lado bajo su atenta mirada y un incómodo silencio.

Aquello continuó hasta que por fin pudo llegar a casa, pensando que podría descansar al entrar. Volteó para despedirse del chico que le acompañó, pero este pasó por su lado como si nada, entrando y quitándose los zapatos.

-No me iré sin antes hablar –la afligida expresión de “Ryuka” pareció preocuparle, causando un sentimiento de rechazo más doloroso que el anterior cuando no aceptó su mano- Creo que debería quedarme hasta que llegue tu madre… -su voz sonó molesta, pues Ryuka ignoraba su ayuda, evitaba hablarle y el recordar la cercanía que tuvo con Keito le exasperaba, pero intentaba controlarse.

-Estoy bien, solo debo descansar –no quería parecer sospechoso, por lo que al hablar bajó la mirada a sus pies y se quitó los zapatos, sin esperar la siguiente acción que le hizo perder el equilibrio- ¡Bájame!

-No lo haré –sus manos ahora alejaban a Airu de los hombros, intentando que le bajara, pero esos brazos que le sostenía se sentían muy fuertes- Te llevare a la cama –entre forcejeos Ryutaro no dejó de quejarse y el constante movimiento casi los hace caer, terminando abrazado de su cuello y aquello hizo sonreír al otro, que no perdió cercanía ni cuando le bajó, pues apenas le dejó en la cama también subió a ella, mirando las sonrojadas mejillas de Ryuka.

-¡Suficiente! ¡Ya bájate! –su cuerpo estaba débil y cuando intentó alejarse lo fácil que se le hizo al otro al momento de tomarle las manos y apresarlas contra la cama, no le fue difícil.

-¡No hasta que me escuches! ¡Solo intento arreglar las cosas! –Podía ver claramente la desesperación en la expresión de Airu. Lo que haya sucedido entre Ryuka y él era totalmente desconocido.

-Esta no es manera de solucionar las cosas –su visión se nublaba y hasta su voz había sonado débil, como también su aliento estaba demasiado caliente. Todo su cuerpo lo estaba.

Esto no parecía ser normal. Airu se veía atrapado en una discusión cuando casi nunca las había, y si se presentaba la ocasión era él quien siempre las ganaba, pero en este momento se veía atrapado sin imaginar que Ryuka esta vez no se daría por vencida, afirmando con ello que estaba realmente molesta, pues ni escuchar quería. Parecía otra y eso le desesperaba, más el perder, pues él nunca perdía. Y esta no sería la excepción.
El ver lo débil que estaba le dio la oportunidad de aprovecharse más. Ya podía sentir los calientes labios de Ryuka contra los suyos.

-Alto ahí –pero una inesperada mano cubrió su boca, evitando el contacto con los labios de la chica- ¿No es esto un delito? Shiozaki Airu.

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¡Hasta aquí se los dejo! En esta ocasión les daré la opción de elegir quien es la persona que interrumpe el crimen(?)

A) Okamoto Keito.
B) Nakajima Kento.
C) Primo de Ryuka.

Solo esas opciones les doy. Espero que hayan disfrutado del capítulo. Nos vemos en el próximo~

1 comentarios:

AmiS dijo...

Hija de tu madrecita SANTA!!!!!!
carajoooooooooooo!!
KEITO KEITO KEITO KEITO y hagan trio!!!!

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