Molesta, realmente era molesta. Estiró la mano y apagó casi a golpes el despertador, hundiendo el rostro en la almohada cuando cayó en cuenta de que ya eran las seis de la mañana. Somnoliento abrió poco a poco los ojos y su mirada reflejó una expresión terrorífica. Las sombras bajo su rostro estaban impregnadas en su piel, dándole un aspecto espantoso.
A patadas se quitó las sábanas de encima, quejándose nuevamente con la cabeza sobre la almohada ahogando sus palabras. La noche había sido un horror, tenía la sensación de no hace más de cinco segundos haber cerrado los ojos, abriéndolos y mostrándole la realidad de que ya era hora de levantarse e ir a despertar al culpable de su cansancio.

-Uhmm… -quejándose en balbuceos salió de la cama. Levantarse tan temprano para Yuri era un real castigo, sin contar que tendría que lidiar con Ryosuke, el cual era mil veces peor que él mismo para despertar, aunque no se podía quejar del todo, tenía en donde vivir, que comer, estudiar y seguir con los dos mayores que eran como sus hermanos.

Masajeó su cabello y algo extraño sintió. Se miró al espejo después de entrar arrastras al baño y el reflejo frente a él no era más que el de un cabello realmente asqueroso. Tanto tiempo había “gastado” con los caprichos de Ryosuke que ni tiempo tuvo, desde que llegó, para tomar un baño. Lo único que hacía día, tarde y noche, era: Servir a Ryosuke, hacer sus necesidades, servir a Ryosuke, hacer su tarea, hacer sus necesidades y terminando por servir a Ryosuke. Sí, porque aunque fueran las doce de la noche ese chico no hacía más que llamarlo una, una, una y otra vez. Pidiéndole hasta las más absurdas cosas como las tantas frases grabadas en su cabeza.

1.- Yuri tráeme un refresco.
2.- Yuri tráeme algo de comer… ¡Ah! Y que sea dulce.
3.- Yuri, estoy aburrido, cuéntame un chiste.
4.- Yuri, quiero un masaje. En mi espalda, en mis hombros… ¡Ah! Y también en mi cabeza.
5.- Yuuriii~ quiero un abrazooo~
6.- Yuri desvísteme
7.- Yuri estoy cansado lleva mi maletín
8.- Yuri tengo sueño, cuéntame un cuento.
9.- Yuri no hables, quiero pensar. ¡Pero no te vayas!
10.- Yuri, ¿no te aburres?

Y miles de cosas más que el pobre chico no hacía más que soportar. De alguna forma también se divertía con él aunque tuviera que cargar con las quejas de las sirvientas cuando a Ryosuke no se le ocurría mejor cosa que hacerles bromas, siendo cómplice de sus fechorías. ¡Y tan sólo llevaba dos días! Contando que a primera vista le tomó cariño y demasiada confianza como para arrastrarlo a donde fuera por la casa.

Era agotador, pero olvidándose de Ryosuke siguió ahí de pie, mirándose al espejo hasta que su vista se dirigió a la tina. Oh, venditos sean los ricos, una tina ahora relajaría su cuerpo y quizás ahí podría descansar.

Cuando despertó, Yuto ya estaba arreglando su uniforme, ni siquiera se había tomado la molestia en despertarlo porque no había para qué, no era de los que se quedaban dormidos y no había sido necesario decírselo al sirviente. Se vistió mirando ese rostro tan serio del chico que le ayudó a acomodar la corbata en el cuello de su camisa. ¿Qué cosas pasaban por la mente Yuto? De los tres, Yuto era el más serio y si lo veía sonreír solo lo hacía con los otros dos sirvientes. Bueno, por lo menos no le era molesto, o no tanto.

Yuto salió con él de la habitación, adentrándose a la propia para ir por su maletín y bajar juntos al comedor, pero Yuya decidió pasar por Ryosuke, quería robarle un beso de buenos días, solo esperaba que el enano no se encontrara ahí para aguarle la mañana. Pero para su sorpresa, cuando entró a la habitación de su hermano todo estaba a oscuras, cerró la puerta para acercarse a la cama y darse cuenta que él seguía durmiendo. ¿Dónde demonios estaba el enano que no había ido a despertar a Ryosuke?

-Ryosuke despierta –pero el menor sólo se quejó entre sueños volteando el rostro. Yuya bajó las cobijas obligando a que esa piel se mostrara ante sus ojos, tan clara. Besó corto y lento cada centímetro de su piel, ascendiendo al cuello del chico que se removió esta vez de manera distinta, estremeciéndose cuando las manos del mayor bajaron por su espalda hasta uno de sus glúteos.

-¿Yuya qué haces? –aún adormilado levantó el rostro para mirarle, ganándose un beso por parte de este, respondiendo torpemente por aun no ser capaz de despertar por completo- uhmm… donde, ¿dónde esta Yuri? –y aquello le molestó. ¿Por qué en pleno beso tenía que preguntar por ese plebeyo? Desde ayer no lo había tocado y ya sentía que moriría en abstinencia. Pero no se detuvo para responderle, volteó su cuerpo dejando al menor boca arriba, devorando sus labios mientras acariciaba su cuerpo, concentrando su mano en la entrepierna del somnoliento que jadeó entre el beso- Yuya, ya detente… alguien podría entrar -¿Qué diablos pasaba? Le miró sorprendido y muy molesto, pero sabía quién tenía la culpa, o más bien “quienes” carraspeó los dientes quitándose de encima.

-Levántate y vístete rápido, ya es tarde –y así de molesto salió azotando la puerta como siempre hacía cuando se enojaba- maldición, y yo que quería más que eso –se quejó, mirando ahora la puerta de enfrente. Pobre del enano, ahora descargaría su furia con él.

Entró a la habitación no importándole el hacer tanto ruido. Miró la cama y se fijó que el chico no estaba. ¿Ya se había levantado? ¿Entonces por qué no despertó a Ryosuke? Pero pronto obtuvo la respuesta.
Escuchó ruido proveniente del cuarto de baño y se acercó, aprovechando que la puerta estaba entreabierta, tomó el pomo pero antes de abrirla por completo divisó el cuerpo desnudo de Yuri. De pie, de espaldas a la puerta secaba su cabello. Piel clara, complexión delgada y de baja estatura. Y tragó saliva cuando algo se removió en su interior, lo mismo que le pasaba cuando veía a Ryosuke en las mismas condiciones. La espalda del chico dejaba muy visibles esas gotas de agua descender hasta su trasero, y eso le pareció muy llamativo.

Mientras Yuri seguía dando vueltas en sus pensamientos, completamente absorto por ellos no escuchó cuando entraron a su habitación.


Era como si ver sus glúteos le llamasen por tocarlos y pensando en la incomodidad que le podía causar, entró al baño haciendo acto de presencia por sus pasos, pero cuando Yuri lo notó y le miró, la nalgada en uno de sus glúteos no se pudo evitar, causándole un fuerte sonrojo y que sus ojos se abrieran enormemente.

-Apresúrate –fue la única y simple palabra que dijo mientras sonreía como un ganador. Saliendo del baño así mismo como entró, haciendo eco en la cabeza de Yuri el sonido de la puerta al cerrarse. ¿En que momento… en qué momento el mayor de los Inoo había entrado sin siquiera darse cuenta?

-Mi… mi trasero –tocó su trasero como si lo quisiese proteger de algo, recordando la nalgada y como esa mano apretó el mismo glúteo que fue golpeado- mi trasero… -volvió a decirse sin saber en dónde meterse porque ahora sus mejillas estaban completamente rojas al igual que sus orejas y el vapor del baño sólo empeoraba las cosas.- ¡Mi trasero! –y quiso llorar porque nunca antes alguien le había intimidado de esa manera.

Y en un trance se quedó los siguientes minutos, de pie en el mismo lugar, repitiéndose en su cabeza las palabras: me dio una nalgada, me vio desnudo, me dio una nalgada, ¡me vio desnudo!



Después de bajar al comedor y mirar a Yuya, este le devolvió la mirada, sonriendo en el proceso, poniendo nervioso al chico que sonrojado le miró atormentado. Ryosuke apareció a los segundos y Yuya cambió por completo la expresión, de una sonrisa burlesca pasó a unas cejas fruncidas por la molestia que le causaba recordar que su hermano le rechazó interponiendo al enano en medio del beso. Pero se desquitaría y lo haría precisamente con el culpable de todo lo que le pasaba a su vida sexual. Yuri pagaría todos y cada uno de los rechazos de Ryosuke. Su nuevo gusto ahora sería molestarle, así se desahogaría. Pero aunque el mayor de los Inoo no lo admitiera, había sido realmente impactante ver el trasero de Yuri.



Caminando los tres por el corredor a una distancia prudente se dirigieron al salón. Yuri iba un poco afligido, no había hecho su tarea porque no entendía ¡nada! ¿Qué se supone que pasan en esa escuela? Yuto por su parte había hecho sólo la mitad. El preguntarle a Ryosuke nunca pasó por su cabeza y pues en la de Yuri no había nada más que líos numéricos sumándole lo de la mañana. Y Ryosuke no hacía más que pensar en ese rechazo. ¿En qué estaba pensando en ese momento? Miró a Yuto que pasó por su lado dirigiéndose a su pupitre, pensando en que tal vez él le podía ayudar a despejar sus dudas porque si lo miraba bien, Yuto se veía como un chico de confianza, o eso pensaba en ese momento.


~*~*~*

Si la mente de Daiki hablara en voz alta preguntaría lo que todos sabemos lo que piensa. Claramente todo con relación a Kei, pero por casualidad no era lo único en lo que pensaba, también lo hacía en su tarea y en pedírsela a Yabu en cuanto lo viera en el salón. Y ni siquiera esperó a Kei para irse juntos, formándose en la cabeza de este un “por fin” teniendo en cuenta que no le quería cerca.
Corrió a todo lo que le dieron sus piernas para llegar cuanto antes, y ahí estaba. Kota al verlo sonrió, sobre todo cuando se fijó que el “pequeño” iba en su dirección, hasta que estuvo a una distancia de menos de un metro lo abrazó efusivamente no tomando en cuenta el quejido de incomodidad del más bajo.

- Mi pequeño Daiki, que alegría verte, haces mi mañana más hermosa – el menor rodó los ojos. Lo abrazó y no porque le gustase, todo era un plan para que el chico alto cediera a prestarle su tarea.

- Yabu yo… - una mueca se formó en su labio al tratar de sonreír – pues verás… - las manos del mayor tomaron las suyas a penas se alejaron un poco – ¿puedes prestarme tu tarea? – Aunque fuera todo un plan en verdad era vergonzoso pedir esto e inevitablemente sus mejillas se sonrojaron – no pienses que es porque olvidé hacerla, es sólo que no entiendo – su rostro de disgusto le sacó una sonrisa al más alto.

- No tienes para qué darme una excusa – Esos delgados y fuertes brazos volvieron a rodear su cuerpo –en el descanso te daré mi tarea y te ayudaré en lo que no entiendas.

- Gracias –Daiki sonrió aun siendo abrazado y apenas dejó de sentir presión respiró tranquilamente.

Ese chico era muy gentil. No cualquier compañero le presta la tarea a un transferido al segundo día. Pero ninguno de los dos se dio cuenta de la presencia de un pelinegro que los miró sorprendido, aun así borró todo rastro de aquello cuando su sirviente de alejó de su mejor amigo, que al verlo le saludó como siempre lo hacía, con una gran sonrisa en el rostro cuando quería abrazarlo, pero cosa que nunca le dejaba hacer apartando sus brazos para dirigirse a su lugar.


La mañana comenzó con la primera clase del día, Inglés, no es que Daiki no tuviera conocimiento con ese idioma pero, ¿qué rayos hablaba el profesor? Se sentía perdido, miraba a todas partes fijándose en sus compañeros que miraban atentos y otros escribiendo en sus cuadernos mientras el profesor hablaba y escribía en la pizarra justamente en inglés. Por más que pensaba, meditaba y ponía atención, no entendía. ¿Por qué esa escuela tenía que ser tan avanzada? Su rostro estaba pálido, ni quería pensar lo que pasarían en las demás clases pero era inevitable, si bien seguía así, tendría que comenzar la escuela desde el principio. Todo estaba denso para su vista, pero el silencio que hizo el profesor lo despertó de su tortura pensando que le preguntaría algo al ver en su dirección, pero para su sorpresa y alivio no fue a él.

Los minutos pasaban y Kei no podía hacer más que mirar como Daiki estaba intranquilo en su asiento. Era de esperarse que no entendería nada y quizás le hacía un poco de gracia, pero también le molestaba, por estar tan inquieto no podía distraerse mirando en otra dirección. Podía pensar en cómo deshacerse de él para evitar sus propios problemas personales. ¿Si se lo daba a Ryosuke sería lo mejor? De cierta forma le molestó que el día anterior lo vistiera con ese uniforme, su hermano estaba pasando sobre su palabra, tenía que hacer algo, no quería quedar en ridículo, menos seguir mirándolo con ese atuendo… entonces, no era buena idea dejárselo a Ryosuke, no cuando lo más seguro era que Daiki vestiría ropas de ese tipos todos los días.
Un papel perfectamente doblado cayó sobre su escritorio, mirando de inmediato en la dirección que fue lanzado, ganándose una sonrisa de parte de su mejor amigo, y sin muchos ánimo tomó el papel para leer lo que tenía escrito.

Es divertido mirar a Daiki, ¿verdad? ^^


El estruendoso sonido de la silla interrumpió la asfixiante clase de Daiki, que asustado y dando un sobresalto miró hacia atrás encontrándose con los furiosos ojos del pelinegro. ¿Había hecho algo malo? Parecía que no le dejaría de mirar de esa manera, y su boca se abrió para preguntar qué sucedía, pero no fue necesario, Kei salió del salón tan rápido como le dieron sus pasos. ¿Qué había pasado? Y ahora, ¿por qué la clase seguía como si nada? ¿Por qué el profesor no hizo ni dijo nada? ¿Qué sucedía con esa escuela? Y el aburrido hablar del profesor continuó y en su mente seguía haciéndose preguntas, por lo menos ahora tendría en qué pensar mientras el profesor seguía hablando en ese idioma que ya le comenzaba a parecer desconocido.


- Aquí tienes –varios salían del salón, la tortura por fin había terminado y podía respirar pesadamente haciendo evidente lo agotadora que había sido esa clase de Inglés.

-¿Siempre es así? –Yabu sentado en la silla de en frente pero mirando hacia Daiki, le dedicó una sonrisa- Digo, fue demasiado avanzado, de seguro reprobare el año y será muy vergonzoso –se dejó caer sobre la mesa mirando el cuaderno que Yabu le dejó para que copiara.

-Mejor copia la tarea, tienes diez minutos –Daiki le sonrió sacando su cuaderno y tomando un lápiz.

Los minutos pasaban y Kota no dejaba de mirar lo concentrado que estaba el chico en copiar, haciendo cada mueca cuando veía el resultado, expresando cosas como: “aah, así se hacía” como también “maldición, ¿esto es matemáticas?” cuando seguía sin entender cómo llegar al resultado.
El sonido de un celular le desconcentró levantando la mirada. Kota cargaba los codos sobre la mesa, apoyando su cabeza en una mano mientras que en la otra sostenía un celular.

-Oh Dai-chan, te ves tan adorable mientras escribes –el chico había tomado una fotografía aprovechando su concentración.

-No tomes fotografías –dijo molesto, aunque para Kota aquello había sido mucho más adorable viendo su entrecejo fruncido con esos ojos tímidos. No dijo nada, sólo le sonrió para que siguiese escribiendo mientras él se dedicaba a mirarle, hasta que una idea pasó por su cabeza.

-Si no entiendes puedo darte clases particulares –inmediatamente el chico le miró completamente interesado- No te preocupes por el pago, será completamente gratis –Daiki estaba a punto de agradecerle formando una gran sonrisa en la cara, estaba totalmente agradecido, por fin entendería esas extrañas matemáticas y todo gracias a la persona que tenía en frente.- pero… -y aunque hubiese ese “pero” de por medio no podía dejar de sonreírle- cobraré por la tarea –dijo refiriéndose justamente a la que copiaba.

-¿Te puedo pagar a fin de mes? Es que…

-No es necesario, puedes hacerlo ahora mismo –con su usual expresión alegre no dejó de sonreírle.

-Es que ahora no tengo… -en segundos las palabras se quedaron en su garganta cuando el repentino acercamiento le dejó sorprendido- dinero… -y luego de eso un sonido de beso hizo eco en el salón.

-Ves, ya me has pagado –en un estado de trance tocó sus labios borrándose todo rastro de alegría, preocupación y sorpresa. Pero no alcanzó a pasar un minuto antes de que en un intento de ponerse de pie se fuera de espaldas sobre la silla, cayendo y golpeándose los codos, pero no se quejó porque aun mirando a la nada y luego a Yabu, que se ponía de pie para ayudarle a levantarse. Pero no le dio tiempo, se puso de pie queriendo alejarse, parándose tan torpemente que tuvo que sujetarse en una mesa y luego casi correr fuera del salón. Y las cosas podían ir peor para Daiki, porque ahora mirando los ojos sorprendidos de cierto pelinegro, quizás más que los propios, se avergonzó tanto que hasta sus orejas se pusieron rojas. Y pudo estar a punto de llorar, pero corrió fuera del salón en dirección al baño cuando sentía que ya no podría retener más las lágrimas de vergüenza.

Mientras Yabu miraba divertido la escena. Sabía que Daiki era adorable y cualquiera podría darse cuenta, como ahora su mejor amigo pelinegro lo hacía, pero este no hacía más que mostrar una expresión de sorpresa, disgusto (como siempre) y algo que Yabu no pudo definir.



Mojaba, mojaba y mojaba su rostro. Se miraba al espejo cada que el agua escurría por su rostro. ¿Había sido un sueño? O más bien ¿Una pesadilla? ¿Un chico lo había besado? ¿Inoo había visto todo? ¿En que momento llegó que no se dio cuenta?

-¡AAHH! ¡Esto es tan vergonzoso! –se inclinó mojando, otra, otra y otra vez su rostro, mojando su camisa sin importarle porque la vergüenza no dejaba de carcomerlo por dentro.

-¿Ya terminaste de quejarte? –se paralizó en el momento que lo escuchó. ¿Por qué tenía que ir a torturarlo más? Con que lo haya visto ya había sido demasiado vergonzoso para que ahora tenga que soportar sus burlas.

Se enderezó cerrando la llave en el proceso y evitando a toda costa de mirarle a los ojos. Tocó sus bolsillos, rayos, no tenía el pañuelo para secarse el rostro. Con el pelo, rostro y algo de la camisa mojadas, intentó pasar por su lado ya que Inoo estaba al lado de la puerta, la única que daba a la salida del baño. Intentando ignorarlo pero cuando tomó el pomo de la puerta, ese que parecía ser de cristal, sonrió porque se daba por libre de las molestias del pelinegro, pero quizás ese no sería el mejor día de Daiki, porque su brazo fue tomado firmemente, presionando su piel y su espalda dando contra los azulejos de las paredes.

-Soy mejor en los estudios, ¿por qué le pediste a Kota su tarea y no a mí? –¿Escuchaba bien? ¿Inoo le reclamaba sobre la tarea en vez de molestarlo por lo que le había hecho su amigo?- Si no entendías pudiste preguntarme en casa, ¿por qué Kota? –pero no tenía palabras para responder algo como eso. Inoo estaba…

-¿Celoso? –ambos miraron al recién llegado que sonreía de la misma forma que siempre, pero esa sonrisa para Kei no era nada bueno, en cambio para Daiki, que no conocía al mayor, era una sonrisa amable.

Kei le miró molesto, soltando a Daiki que ya no estaba tan asustado como antes. ¿Por qué a pesar de ser besado se acercaba nuevamente el mayor sin mostrar ni un indicio de incomodidad cuando compartió su pañuelo con él?

-Yabu, aun puedo tomar las clases particulares? -¿Había escuchado bien? ¿Daiki le pedía clases particulares aun después de ser besado? ¿Por qué? Si cuando él se le acercó en casa el chico estaba como loco escapando de él, ¿por qué Kota?

-Claro, mi querido Daiki –y envolviendo el cuello del bajito con un brazo lo apegó a su cuerpo. Kei les miró molesto, pero no tenía ninguna intención de preocuparse por su sirviente, no le volvería a prestar atención y si el chico se le acercaba para pedirle ayuda en alguna oportunidad respecto a sus estudios no le tomaría en cuenta porque… ¿por qué? A, cierto, no le quería cerca, no quería tener un niñero el cual ni siquiera sabía cuidarse solo.

Haciendo a ambos a un lado salió de los baños, escuchándose la risa que Yabu soltó después de quedarse a solas con Daiki.

Para el sirviente, aunque un chico le haya besado y eso le asustase demasiado, no importaba en esos momentos, Kei no le enseñaría sin regañarlo, además de acosarlo en casa, si, a él si le tenía miedo, no como al que ahora le abrazaba que más que mostrar deseo por su persona, demostraba que con él podía contar para lo que fuera, además que cuando le besó no vio ese deseo en sus ojos, no como el que vio en los del pelinegro. Pero no era sólo eso, Daiki pensaba que así reduciría el tiempo que debía pasar con Inoo como su sirviente. Todo fuera por su bien educativo y físico sexual.

10 comentarios:

AmiS dijo...

MAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAASSSSSS!!
KELO MAS!!! OH MY GOD SUN!!!

Fresita♥ dijo...

WAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAA!!!!
MAS, MAS, MAS, MAS, QUiEroOO MAAAAS!
asadadasasdadasd~Yuyaa~ entras y solo le pegas en el trasero? debiste de haberlo violado hay mismo ()?) okno ~ pero esa parte fue como tan asdadasas~ ME encanto :D & el InooDai~ xD Daiki escapa de Inoo por que el tiene unos ojos llenos de deseo (?) Morii con esoo xD Siguela pronto porfiis :D

miriacha dijo...

genialllllll!!!..IGUAL QUIERO MASSSS...ONEGAIIII YUUKINNI..^^ SIP???...NO TE DEMORES CON LA CONTI...

^^*!!!

Anónimo dijo...

siiiiii grandioso!!! hermosoooo!!!! eres genial yuukinii♥♥♥♥♥♥♥♥♥♥♥♥♥♥♥♥♥

mabelucome dijo...

Siiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiii!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!! >////<
Lo seguiste!!!! Uno de mis fics favoritos *-* En estos momentos te amo <3

Por dónde empezar? Lo amé todo, me encanta que Takaki sea así, primero con Ryosuke y luego con Chinen (si esque tiene para todos)
Y luego el Inoodai/Yabudai, jejejejeje, Inoo celoso~ Si te apuras Yabu te lo quitará ¬¬

Conti~ Onegai, no dejes este fic en el olvido T^T

♥[*~Rys Nakakim~*]♥ dijo...

reeeeeeeeeeeeeemoriiiiiiii!! *O* es que... amo como escribes!!! pensé que habías cerrado el blog pero waaaaa!! mi gran sorpresa *-* mil gracias por escribir Yuuki querida♥ I♥U! esperaré la continuación con ansias...!! nos vemos Ja Ne~♥

Ahiru Alonshine dijo...

Yo quiero más~!!!

Ahiru Alonshine dijo...
Este comentario ha sido eliminado por el autor.
Anónimo dijo...

Owwwww dios!!! lo amée... ya me lei todo >u<. Espero la conti!!! Mi Daiki prefiere a Yabu?!?! O___o jajajajaja yo haría algo parecido si siento acoso, pero si fuese inoo.... VEN CONMIGO!! jajajajaja xD... Lindo ♥

Shute-Chan dijo...

wooow~ que tortura~ D'x -llora-
quiero contiii~
moooo~ no me gusta leer asi~ u.u
estuvo bueno~ ^^

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