Gracias por sus comentarios, en verdad me animan a seguir escribiendo. La idea de que a alguien le guste esta historia me emociona. Intento escribir lo más rápido que puedo.
Como han notado he intentado no demorar mucho con este fanfic, ¡y es que recuerdo publicar un capitulo por año! Jajaja, ok no es gracioso pero a la vez sí.
Espero llenarlas de sorpresas en los siguientes capítulos o algo de emoción.
----------------------------------------------------------------

-No puedes escapar, necesitas explicar esto –Daiki a pesar de que su entrecejo se fruncía, sus mejillas se mantenían sonrojadas, sintiéndose avergonzado como si él lo hubiese hecho y es que las imágenes que llegaban a su mente solo incluían a Kei siendo su amante.

Ryutaro estaba encogido, sentado sobre la cama mirándoles desde abajo y es que Yuri también estaba ahí buscando una explicación, pero no sabía cómo comenzar, ¿Había hecho algo malo? Pero si se había sentido tan bien.

-¿Qué haremos si se enteran? –preguntó el conejo mirando a al gato- Tal vez… lo maten –Ryutaro se asustó al escuchar esa palabra. ¿A quién iban a matar?- no creo que tus padres acepten algo como esto, podrían castigarte a ti y a Kota.

-Solo no hay que decirlo –preocupado Daiki no dejaba de mirar al oso, notando en su mirada que no entendía de lo que hablaban.


La puerta de la habitación se abrió, dejándose ver un fastidiado Keito, que les miró a todos para luego suspirar cansado. Lo que más quería era estar en la habitación de Hikaru haciendo unas cuantas cosas con su cuerpo. Detrás apareció Ryosuke, que con el entrecejo fruncido fue y se quedó de pie al lado de Daiki.

-Eso que hiciste no estuvo bien… Es cosa de adultos, ¿entiendes? –Daiki por más que intentaba de decir las cosas suaves, no sabía cómo hacerlo.

-Ya déjalo en paz, después de todo fue tú culpa –Venenosas palabras escupió el perro.

-¡¿Ah?! ¡No es mi culpa! –El mayor de los cinco se alejó del perro mirándolo con fastidio.

-¡Claro que lo es! ¡Eres el mayor, ¿no?! ¡Debiste explicarle las cosas!

-¡No me culpes a mí! ¡Tú también pudiste hacerlo! –suspiró para luego bajar la mirada a sus propias manos intentando no sentir culpa– No me di cuenta de que ya estaba en esta edad, tampoco pensé que fuese a ocurrir.

-¡Ah! ¡Entonces lo admites! –Ryosuke se cruzó de brazos mirando a Daiki de manera triunfante.

-¡No!

El suspiro de Keito hizo a todos callar, abriéndose paso entre los dos y pasando la mirada por cada uno de ellos, con aquellos ojos amenazantes de un felino que parecía estar al asecho.

-No solo es culpa de Daiki –El nombrado bufó–. Es de todos –Volvió a suspirar, frotando su frente con unos cuantos dedos– Sé las reglas que rigen en cada uno de nosotros, pero véanle el lado bueno. Nuestros padres no están aquí y no tienen por qué enterarse de lo que hacemos –Un fuerte golpe hizo eco en la habitación, la mano de Daiki había impactado con la nuca del otro felino, haciéndole bajar un poco la cabeza.

-¡¿Estás loco?!

-¡No tienes que golpearme! –gritó el tigre.

-¡Y tú no tienes que decir tales estupideces! ¡No te das cuenta que aún es un niño! –Su dedo apuntó al pequeño oso que no hacía más que estar encogido de hombros, sintiéndose culpable por ver a los mayores pelearse por lo que había hecho, aunque aún no entendía qué tenía de malo.

-¡No es un niño! ¡Está en edad de experimentar estas cosas! –Se defendió, mostrando sus colmillos al levantar la voz y frunciendo sus cejas fastidiado con todo el asunto, después de todo él ni siquiera había alcanzado eso con Hikaru, siendo que era lo que estaba intentando hacer desde que se había transformado.


..


Desde abajo se escuchaban los gritos. Yuya no hacía más que reír, sin dejar de estar al lado de su hermano mayor que parecía hundirse cada vez más en la vergüenza, pues pobre de Ryutaro, y él sin poder hacer nada.

Yuto intentaba escuchar el programa de televisión, pero aquellos fuertes gritos le distraían, subiendo cada vez más el volumen hasta que Kei le quitó el control y apagó el televisor.
-¡Hey! –se quejó.

-Intento escuchar que no se peleen –se excusó, desenchufando el televisor para asegurarse de que no fuese encendido.


..


-¡No quiero que Ryutaro sea igual de enfermo que tú!

-¡Prefiero ser eso a que ser un cretino que no es capaz de aceptar sus sentimientos por el idiota que le gusta! –gritó para luego sonreír, sabiendo que aquello penetraría fuertemente en el corazón de Daiki.

Ryutaro se encontraba realmente asustado, sin saber qué decir ni hacer para poder separarlos, era como si una barrera se creara entre los dos y ahí solo estuviesen ellos gritándose y mostrando sus colmillos cada que lo hacían, marcando bien sus entrecejos fruncidos mientras un asustado y preocupado Yuri permanecía al lado del menor de los cinco, en la misma situación que este al no saber cómo interrumpir aquella discusión.

-¡No me gusta! ¡Además no necesito escuchar todo esto de alguien que no hace más que pensar en sexo, y que seas tan estúpido como para que Hikaru no sea capaz de aceptarte porque pareces una perra en celo! –Ryosuke iba a protestar esas últimas palabras al sentirse identificado, aunque no fuese de ese sexo, pero un grave gruñido comenzó a escucharse, entonces se dio cuenta, al igual que Daiki de que Keito no traía el pendiente en su oreja. Si las cosas seguían así no quería saber de lo que iba a presenciar, alejándose cada vez más de ambos, hasta quedar con la espalda pegada a la pared.

Daiki no tenía opción, era eso o ser golpeado por unas fuertes garras. Llevó una mano a una de sus propias orejas y tomó el pendiente que traía, estaba a punto de presionarlo fuertemente para quebrarlo, cuando Keito iba a lanzarse encima, pero algo repentino sucedió, Yuri no fue capaz de reaccionar en los segundos que sus ojos se posaron en Ryutaro, que mantenía su flequillo escondiendo sus ojos, sus manos fuertemente apretadas, y todo sucedió en un abrir y cerrar de ojos, viendo aquel camino de polvillos en matices verdes.


..


El rugir de un animal causó que el vaso resbalara de la mano de Kota, que asustado y con el pulso acelerado miró un punto perdido. ¿Qué estaba sucediendo arriba?

Luego unos fuertes golpes se escucharon, sin ninguno pensar que aquello habían sido Daiki y Keito luego de que dieran fuertemente contra las paredes, siguiendo otro  rugido y gritos. Yuya identificó la voz de Yuri, llamando al pequeño oso de una manera desesperada. Ryosuke había gritado antes de encogerse e intentar esconder su cabeza con sus brazos, luego de que Keito casi chocara contra él. Para cuando le miró, este parecía demasiado adolorido.
Yuri corrió hacia Daiki, que se quejaba y tocía por el golpe en su pecho.


..


El estruendoso ruido de cosas romperse las escucharon los cuatro hermanos de la primera planta, pero quién fue el primero en moverse y caminar en dirección a la escalera para ir a mirar qué era todo ese ruido, fue Kei.  Aquellos sonidos salvajes que escuchaba cuando se acercaba más y más comenzaron asustarle, comenzando a ver algo blanco y peludo rodar cuesta abajo por la escalera. Su vista se extendió más y lo que vio sobre el piso, a los pies de la escalera, le espantó tanto que las palabras se quedaron atoradas en su garganta al momento de abrir la boca, sentía que no podía respirar y lo peor fue cuando vio al oso, qué ni siquiera tuvo el momento de pensar de dónde venía. Sus pies de movieron torpemente, cayéndose de trasero al piso y resbalarse cuando intentó levantarse.

El oso miró al pelinegro y fue cuando este pudo coordinar sus piernas, o tan solo un poco, para salir corriendo del lugar mientras gritaba como un loco, asustando a su hermano menor que subió las piernas al sofá cuando Kei pasó frente a él. El animal intentó levantarse pero volvió a caer sentado, gruñendo y moviendo sus grandes patas hacia su rostro, pasándolo repetidas veces sobre sus ojos, pues veía doble. Volvió a sacudir la cabeza antes de percatarse de que le miraban.


..


En la habitación Keito abría los ojos, mirando fijamente a Daiki que intentaba levantarse a pesar de que su espalda dolía. Las cosas no podían quedar así, pero para Daiki el tema ya no tenía importancia, intentando caminar fuera de la habitación para ir detrás del pequeño Ryutaro.

-¡Tú no te vas de aquí! –gritó Keito para luego gruñir y correr hacia Daiki para darle fuertemente con su puño en el rostro, haciéndolo caer contra el closet de la habitación. Cuando Daiki abrió los ojos para mirar enfurecido a Keito este tenía su forma animal, tomando una postura de asecho.

-¡Por favor deténganse!  -Yuri espantado estaba contra la pared, agachado e intentando esconderse ya que en una pelea de felinos no podía intervenir, no cuando en realidad era un pequeño conejo tan inofensivo que hasta una espina podía dañarlo sin piedad alguna.

Daiki hizo oídos sordos a esas palabras, terminando por romper el arete que tenía y correr mientras su cuerpo cambiaba de forma, yéndose contra el tigre y ambos salir de la habitación entre gruñidos y rasguños con sus filosas garras.


..

Yuto aún permanecía con sus piernas sobre el sofá, mirando en la dirección en que su hermano desapareció. Le escuchaba que le llamaba, pero no hacía más que fruncir el entrecejo y quejarse por lo escandaloso que era.

-¿Por qué siempre tiene que comportarse así? –se levantó y caminó para ir a verle en el jardín, queriendo burlarse porque estaba sobre el árbol.

-¡Yuto, ven sube rápido! ¡Hay un oso, uno muy grande! –se le veía desesperado, estirando la mano dirección a su hermano menor.

-¡No seas ridículo! Dices cosas tan ilógicas –comenzó a reír- ¡Imposible que haya un oso en UNA casa! –Yuto movía las manos, obviando sus palabras- ¿Y qué te hace pensar que “el oso” no te alcanzaría si es árbol es tan bajo?

-P-pero lo hay. Yo lo vi… en la escalera. L-lo vi –su cuerpo no dejaba de temblar, ni de estar atento a su alrededor.

-Si este es uno de tus ataques para llamar la atención te aseguro que está funcionando –Y es que Yuto no podía ignorar el estado en que estaba Kei. Desde donde estaba lograba ver sus manos temblorosas.

Un ruido se escuchó a su espalda y Yuto creyó que era uno de sus otros hermanos, incluso una sonrisa cursaba sus labios, pero en cuanto sus ojos se posaron sobre ese pelaje blanco la sonrisa se congeló. El oso le miró e hizo un pequeño gruñido, ladeando su cabeza mientras miraba al humano. Se paró en dos patas y fue cuando Yuto reaccionó, a pesar de que eran casi de la misma estatura eso no evitó que entrara en pánico, corriendo al árbol e intentar subir mientras Kei le tiraba de la ropa, apenas subiendo entre gritos de desesperación.

Yuya y Kota que se encontraban en la cocina y escuchaban todos aquellos gritos, uno de ellos decidió ir a mirar, pero cuando Yuya se asomó para mirar por la escalera arriba, escuchando ruidos feroces.

-¿Yuri? –llamó inseguro. Y aquello no le hizo ver cuando el oso caminaba en sus cuatro patas, pasando hacia la cocina tranquilamente.

Kota limpiaba el desastre que había dejado. No dejaba de estar preocupado, incluso escuchó los gritos de Kei y Yuto, dejando a Yuya que los fuera a ver. Y al igual que su hermano no escuchó al oso. El animal se le acercó lo suficiente.
La situación era extraña, por intuición Kota volteó a mirar, encontrándose con esos ojos profundos, y entonces el silencio se hizo entre los dos. La nuez de su garganta se movió al pasar saliva. El nerviosismo le hizo sudar tal vez un poco, pero cuando sus ojos no se apartaron de los del animal la tranquilidad volvió, separando sus labios cuando el animal se paró en sus dos patas.

-¿Ryu… taro? –susurró torpemente con el corazón acelerado, sus manos tiritaron un poco, pero no sabía el por qué, algo muy dentro de él le decía que aquel grande y amenazante oso polar, era su pequeño y adorable chico con orejas de oso.
El oso le miró y sintiéndose avergonzado cubrió sus ojos con sus grandes patas, haciendo pequeños sonidos, que poco amenazantes hicieron que el mayor de los hermanos se acercara lentamente hasta quedar más cerca de él. Las patas del oso se corrieron para poder mirar, cubriéndose otra vez.

Ryutaro no quería eso, no quería que Kota le viese así, por él hubiese prolongado aquello por años, pero tampoco quería que los dos mayores se peleasen por su causa, aunque seguía sin entender todo.

-Ryutaro… –No muy seguro, Kota acercó una mano a una de las patas del oso, sintiendo su pelaje suave y sonreír un poco al poder mirar uno de sus pequeños ojos. Rio, y con la otra mano quitó la pata que faltaba. El oso bajó la mirada, levantándola otra vez al escuchar la pequeña risa del mayor. Gruñó diciendo que no se riera, pero era imposible que le entendiera– Ryutaro –volvió a llamarlo.

Pero ninguno de los dos vio a Yuya, ni él pudo escuchar a su hermano hablar cuando asustado no hizo más que agarrar un florero, tan silenciosamente aunque sus manos temblaban.
Los osos eran animales salvajes, carnívoros y no quería que la carne de su hermano terminara en su hocico. Se acercó tan sigilosamente y cuando el oso le escuchó y volteó Yuya ya había quebrado la porcelana en su cabeza, escuchándolo quejarse y cubrirse la cabeza.

-¡Yuya, no! –Kota entró en pánico, intentando ver que no había daño alguno.

-¡¿Pero qué haces?! ¡Aléjate de él! –Yuya le agarró del brazo, arrastrándolo lejos mientras podía, aprovechando la oportunidad de que el animal aún se quejaba.

-¡Yuya, suéltame! ¡Es Ryutaro! –Tan rápido como Kota volvió a decir su nombre, Ryutaro comenzó a transformarse, regresando a su forma humana y sujetarse la cabeza y caer sentado en el piso, quejándose del dolor. Kota no tardó en ir a verlo, viendo aquel camino delgado de sangre que iba bajando, preocupándole mucho más.

..

Ninguno de los dos se daba por vencido, Daiki se había tirado sobre la espalda de Keito, mordiendo su cuello mientras chocaban contra las paredes, botando los cuadros. Y Yuri no hacía más que horrorizarse con la escena.
Tanto ruido habían desconcentrado a Hikaru de sus estudios, que curioso se paró frente a su puerta, pero algo muy dentro suyo le decía que no la abriera, que no mirase lo que había en el pasillo, más si esos ruidos salvajes no parecían salidos de una televisión.

-¡Ya deténganse! –Gritó Ryosuke, que junto a Yuri se escondían detrás de la pared de la habitación destrozada, con sus cabezas asomadas hacia el pasillo.

-Ryosuke, hay que hacer algo –se quedaron mirando mientras pensaban qué hacer- ¡Ve a buscar a Kei!

-¡¿Ah?! ¡Ve tú! –Ninguno quería salir.

-¡Pero tú eres más fuerte! ¡Yo solo soy un conejo! –la expresión de miedo que Yuri mantenía en su rostro hizo ablandar las intenciones de Ryosuke, que soltó un suspiro y salió apegado a la pared mientras veía a los felinos pelearse. En cuanto llegó a la escalera bajó corriendo, esperando que ese par no fuese a caer rodando y les cayera encima.

-¡Kei! –lo llamó mientras corría y se metía a la cocina, mirando a Kota revisar a Ryutaro mientras este se quejaba, y Yuya no hacía más que mirarlos aún en shock por lo visto. Se fue al living sintiendo la esencia de Yuto, corriendo al jardín y ver a ambos sobre el árbol- ¡Kei, baja! ¡Daiki se está peleando con Keito!

-¡O—so! –no había otra palabra más en su mente, aun asustado y apuntado hacia adentro.

Ryosuke no pensó en lo sorprendido que podían estar ellos ya que para él era algo realmente natural ver animales o híbridos, tal vez uno del porte de Ryutaro era aterrador. Ladeó la cabeza, pensativo, ¿tal vez era por ser un oso?

Se quedó pensativo cuando se escuchó un fuerte portazo.

..

Hikaru tuvo miedo de salir a mirar qué sucedía ahí afuera.  Esos bestiales rugidos le hicieron temblar cuando su mano tomó la perilla de la puerta. Los gritos de antes le habían hecho dudar, sabía que peleaban pero la voz de Keito había dejado de escucharse pensando que algo debió ocurrirle, quizás algo muy malo y solo por eso se asomó por la puerta, entreabriéndola y ver algo peludo. Sus ojos se hicieron más grandes, seguido de su boca que se abrió, haciendo luego una mueca y su corazón realmente acelerado, quizás más que aquella vez en que vio por primera vez a Keito convertido en humano y solo porque si su torpeza no era grande aquella cosa peluda era un tigre, grande, demasiado grande como para llegar ahí sin que nadie lo notase.

-¡Deténganse! ¡Por favor no sigan! –El conejo se veía asustado, pero no tanto como el mismo Hikaru que hasta su expresión se desfiguró del horror– ¡Hikaru haz algo! –gritó el pequeño, pero el humano no se movió ni un centímetro, no hasta que el animal más grande chocó contra la pared al lado de su puerta, viéndole tan solo a centímetros– ¡Daiki, es suficiente!

El otro animal mostró las garras mientras se lanzaba al tigre, no alcanzando a rasguñarle y quedar las marcas de estas en la pared. Hikaru iba a cerrar la puerta en reacción al verle a los ojos, pero no fue necesario cuando el tigre se tiró encima del otro, chocando ambos contra la pared y cerrarse la puerta. Hikaru cayó de espalda contra el piso, golpeándose un codo pero ni tiempo tuvo para quejarse porque nuevamente se escuchó un fuerte golpe en la pared.


Ryosuke suspiró y rascó su cabeza, encogiéndose de hombros cada que escuchaba un golpe fuerte.

-Si no vas a ver a Daiki temo por él –Dijo ya más tranquilo, porque no era tan mala idea lo que pasó por su cabeza, sacando una leve sonrisa y pensarlo detenidamente. Sin darse cuenta que eso fue suficiente para hacer reaccionar a Kei, que aun tiritando no se atrevió a bajar, no hasta que se escucharon los golpes más cerca junto con los rugidos.

-¡Daiki! ¡Keito! –Yuri se escuchaba realmente alterado. Bajando rápido tras el par de animales que salieron rodando por la escalera.


Yuya que no entendía nada ante lo que presenció cuando Ryutaro se transformó, volteó rápido por los otros ruidos, corriendo fuera de la cocina aunque no dejaba de voltear a mirar hacia atrás cuando Kota revisaba la cabeza del híbrido, pero el horror también se reflejó en su expresión cuando vio un par de felinos tirados en el piso. Uno de ellos parecía no lograr levantarse.

-¡Daiki! –Yuri se le acercó, pero el felino le rugió, amenazándole para que se alejara, entonces el conejito cayó sentado y asustado- Ya… no sigan –Yuya quiso ir con él, pero al estar al otro lado prefirió no hacerlo, apegándose a la pared y alejarse de ellos como si se arrastrara.

El grito preocupado que Kei había escuchado le hizo bajar rápido, tan torpe como para golpearse contra el piso al tropezar, y Ryosuke suspiró frustrado, mirando en la dirección que el mayor tomó, ignorando por completo a Yuto que se abrazaba al tronco desde arriba.

-¡Kei, haz algo! –gritó Yuri al ver al pelinegro entrar, pero este se congeló, porque esto parecía ir de mal en peor. Primero un oso y ahora un tigre, aunque el otro animal no se veía ofensivo, mirándole detenidamente pero no con menos miedo por su tamaño, aunque fuera casi la mitad de tamaño del tigre.

-¿Un lince? –preguntó inseguro, entonces los ojos del animal se posaron sobre él cuando logró ponerse de pie.

El tigre rugió llamando la atención de todos, acercándose al lince y hacer gruñidos frente a su cara mientras mostraba sus grandes colmillos, pero el más pequeño no parecía intimidarse, gruñendo de igual manera y mirando sus ojos.

-¡Yuri sal de ahí! –La voz de Yuya por fin se había escuchado, un tanto temblorosa pero suficiente fue ya que el hibrido le miró. Entonces el conejo comenzó a llorar, tan fuerte como para opacar los gruñidos.

-¿Qué suce–oh rayos –Kota retrocedió al ver la magnitud de los animales.

Solo faltaba algo para que las cosas se tranquilizaran, pero ese “algo” parecía temer más que todos cuando las piernas le temblaron al bajar la escalera, mirando a todos desde arriba, y ninguno notó su presencia a excepción de uno, que levantó la mirada hasta cruzarse con los ojos del humano.

-¡Hikaru, haz algo tú también! –Volvió a gritar Yuri después de sentir su presencia, entonces el tigre retrocedió, rindiéndose ante la pelea porque Hikaru no dejaba de mirarle con miedo.

Gruñó una vez más y se alejó, con ese caminar tan característico de un tigre, dejando un silencio que duró hasta que el animal salió al jardín, topándose con Yuto cuando intentaba bajar del árbol y este no lo vio sino hasta que volteó, apegándose al árbol y cerrando fuertemente los ojos, sintiendo que el aire no llegaba a sus pulmones y su corazón palpitaba tan fuerte como para marearle, pero se mantuvo en la misma posición hasta que el tigre se perdió de vista. Para cuando abrió los ojos se tocó efusivamente el cuerpo, como si buscara que ningún pedazo de carne le faltase. Sonriendo como tonto para luego reír.

A diferencia del tigre que cambió su forma para cuando ya estuvo apartado de todos. Keito se dejó deslizar por la pared de la casa, cayendo sentado sin importarle el estar desnudo, quedando con su cabeza gacha mientras miraba la tierra, formándose recuerdos que odiaba. Cerró fuertemente los ojos y suspiró.

Ahora las cosas quizás serían peor que antes.


12 comentarios:

Paoo Inoue dijo...

Primeraaa! !!! ♡♡♡♥♡


waaa entré corriendo apenas vi tu actualización y descubrí que mi cel ya me deja comentar *^*


No me gusta que se peleen! no no no! Por qué? ! cuál es el secreto? ! qué está pasando. quienes son elllos ;0; quien soy.yo?! Ya no entiendo. que no Daiki era un gato? ._. Por qué aun no se los hechan *^* quiero que todos hagan cosas de adultos! (?)♥


♡Waaa Ryosuke quiere que Yuto le haga cosas >~< oh siiiii! ♡

Asdfafgssasf espero que me pases un adelanto ;;^;; no voy a mantenerme hasta tu próxima actualización♡

Gracias por tu trabajo*3 * continualo porfavor

Satommy dijo...

HAHAHAHAHA demasiado tiempoooooooooooo
Aasdasdsa pobre Ryutaro ._. se hizo oso y Takaki casi lo mata,
aunque la verdad, más que miedo yo hubiera querido abrazarlo,
lo de Keito sí me hubiera asustado :l pobrecito, ahora anda todo
bajoneado...
Dailki... lol prácticamente lo han dejado lisiado y el orgullo hecho mierda,
Yuto X'DDDDDDDDDDD que menso! ¿Ryosuke no hará nada?
Espero la continuación uwu no demores!

Anónimo dijo...

waaaaaaaaaaa me encanta!! me encanta!! asdsdasdasd lo estoy leyendo en clase ewe asdasdsadasd!! me encanta!!!
atte: anonimus (pronto sabrás quien soy)

Nemii ^^ dijo...

ahhh estado genial!!!
bien intensa la cosa pero que deja con un poco de bastantes dudas acerca de los hermosos animalitos >.<
a estado increibleeeeee
no me imagino a mi Dai-chan tan asii de furicooooo
muchas graciasss
esperareee super ansiosa el siguente cap (espero que sea prontooo)
muchas graciasss ^^

Anónimo dijo...

Siempre me emociona leer este fic, como siempre ha estado genial =)

La pelea estuvo muy intensa y también me reí con las reacciones de Yuto y Kei, ya me imagino sus caras.

Pobre de Yuri tan asustado y Yuya que no lo abrazo para que estuviera tranquilo, Ryutaro tan confundido el pobre y ademas salio herido =(

Que lastima que Keito noto la cara de terror de Hikaru cuando lo vio transformado, ahora que pasara, tengo dudas, yo también espero que ya se den cariño todos ;3

Gracias por continuarlo ^^

Yuko "I LOVE JUMP"

Unknown dijo...

Esto ha sido tan genial ;_;
Extrañaba leer este fanfic y me has dejado aún más intrigada de lo que ya estaba x'DD
¿Qué Daiki ahora es un lince? DD: Me cambiaron al gatito ;n;
¿Qué le paso a Keito? ¿Cuáles son esos recuerdos que tanto odia? jdafsdg. Demasiado para mi mente, necesito la continuación.. en este año ^^U♥
PD: ¡¡Te amoo!! ;_; Dame contii(?)♥

AmiS -desde el trabajo- dijo...

♥________________________________♥

INCREIBLE!! te quedo fantasticoooo!!!
qe cuaje de risa... en serio.. creo qe podria ver el segundo mejor capitulo del fic...
espero que no te demores con la continuacion
Te amo!!

Yumi dijo...

Acbalsjvbdvbz simplemente genial!! Ya quiero ver el próximo capítulo.. No es que te esté presionando ni nada.. Pero lo quiero ya(?) xD Está realmente bueno.. La pelea, todo.. Genial~ *-*

Me alegra tanto que hayas regresado, cuando entré a tu blog los pasados días y vi que estaba privado me deprimí xc me gustan muchos tus fics y ahora que retomaste esta historia que tanto me gusta.. Estoy happy!! CX

Demi♥ dijo...

¡Por fin pude leérmelo! Saber que habías subido nuevo capítulo, y no estar en condiciones de leer te hace sufrir ;_;
Me encantó tanto, la pelea y la actitud de Yabu para con Ryutaro cuando éste se había transformado a oso, pero odié que los otros hermanos no se animasen a detener a Keito y a Daiki, aunque lo entiendo, más por Keito porque era tigre xD Aunque también me generó lástima que a Hikaru le diese miedo, sigo esperado a que acepte que está loco por Keito y que se comporte como todo un enamorado protector -3-
Estaré esperando el otro capítulo :'3

♥[*~Rys Nakakim~*]♥ dijo...

Owww~ por la xuxa! ajshdgkajsdhlkjasd mori con este capitulo hahahah ahgsdfhgads más encima que lo estaba leyendo en el trabajo y me reía sola y todos me miraban ajsgdjahdsgakjsd xDDD ese Keito... y Ryutaro... que grandote! owo asgdjashgdh me imagine las caras de espanto xDD que risa hahaha xD Continuaaaa! te quedo muy genial Gambatte!♥

Anónimo dijo...

estuvo genial espero la continuación es la primera vez k lo leo pero empece y no pude parar hasta llegar a este capitulo me enamore... solo te pido una cosa para ser feliz continualo porfavor

Unknown dijo...

HAHAHAHA! FANTAAAAAAAASTICOO~ Tu sabes que te adoro :3.
Pobre keito, tremendo tigre esta hecho XD! Y yuto jajaja ojala keito le hubies arrrancado un pie XD! Me da risa y siempre termino con un juasjuasjuas cuando leo tus cosas~ me gustaria escribir como tu :c pero solo escribo sandeces medias emo e_e que matan mas de un peraonaje. Ahh~ que genial~ inoo todo ghei como siempre pero.... a todo esto XD que paso con sus padres? XD?

Publicar un comentario

¿Qué piensas sobre lo que escribí? D:
Comenta, me gusta saber lo que piensas. ♥~

Copyright © 2011 YuukiNii's Fics ♥. Designed by MakeQuick, blogger theme by Blog and Web | Posts RSS | Comments RSS