Espero que no se les haga una lectura patética, realmente me preocupa si fuese así :c espero les guste y gracias por esperar.

Bastaron segundos para que los ojos del felino menor estudiaran el marco de aquel enorme espejo. Su nariz se arrugó con un ceño feroz. Volvió a fijar su mirada en el cuerpo que estaba justo frente a él e hizo uso de toda su fuerza estirando una de sus manos y utilizando su larga cola para apresar la muñeca derecha de Daiki, sin importarle que fuese a dejar marcas por la brutalidad de la acción. Apenas sus dedos se enredaron en la ropa del mayor se detuvo abruptamente.

La visión de Daiki cambió en un rápido pestañeo. La protesta de dolor mezclada con la sorpresa y la molestia no se hizo esperar, pero eso no le distrajo al momento de sentir la frialdad al otro lado cuando las puntas sus dedos traspasaron el cristal, dejándole ver en su reflejo un círculo negro que desapareció en cuanto Keito le alejó lo suficiente. Entonces ambos cayeron de espalda, Daiki sobre Keito notablemente agitados. Ambos sentían sus pechos ser golpeados fuertemente por el brusco palpitar.



-¡Maldición, Keito! –Hizo el intento de levantarse pero el tigre no dudó en someterle al voltear posiciones y dejar la mejilla de Daiki besar el polvoriento piso, escuchándose una queja por el golpe ya que su cabeza dio un fuerte latido. Podía sentir la tierra pegada a sus labios y cómo su mano derecha se adormecía por el duro agarre de la cola de Keito.

Yuri iba hacer el intento de interferir pero la peligrosa mirada del tigre le detuvo.

-¡No seas idiota, usa el cerebro, ¿o solo lo tienes para pensar mierda?! –Aunque Keito se mostrara furioso la preocupación no dejaba su cuerpo.

-¡Hay que ir por ellos! ¡Nadie debía abandonar éste mundo! –Daiki se quejaba con una desesperada mirada, incluso sus pupilas estaban dilatadas. El dolor punzante en su espalda baja le enfurecía más, la rodilla de Keito le enterraba cada vez más en el suelo.

-¡Si cruzas no podrás regresar!

Ni Daiki ni los demás parecieron entender, entonces Keito no tuvo de otra que explicar, pero sin intención de soltarle- ése es otro portal –Intentó calmar su respiración al igual que su tono de voz, ejerciendo menos fuerza en el hombro y cabeza del gatito al percibir que su cuerpo se relajaba- No es el que usamos –Terminó por levantarse, ofreciéndole una mano a Daiki, pero éste molesto aún por lo brutal de su actuar la rechazó con un manotazo. Los ojos grisáceos del tigre se toparon con la rojiza marca alrededor de la muñeca del otro.

-No puede ser más que ése –Daiki sacudió su ropa, mirando de reojo el espejo. No había manera de creer en sus palabras.

-Te equivocas, éste no es el portal –volvió a decir, volteando unos pocos grados la cabeza para observar los tallados en la madera- He visto uno parecido antes. Mi padre oculta uno –se acercó a paso lento con miedo de ponerse frente al espejo, por lo que se quedó a un lado y con los dedos acarició los detalles. Todos fijaban la vista en sus acciones, los humanos cada vez más confundidos. Ninguno de ellos podía creer la existencia de portales, era algo trillado en libros y películas.

-¿A qué te referías con que no se puede regresar si se cruza? –Yuya no se dio cuenta de que Yuri estaba a su lado sino hasta que hizo aquella pregunta, le tocaba el hombro preocupado y fue por su suave toque que comenzó a salir del shock. Era cálido, lo había extrañado.

-Conocí a alguien que cruzó uno de éstos espejos y dijo que al momento de estar dentro es un caos –Yuri tragó saliva, pues Caos era un palabra muy fuerte para él- No hay un lugar determinado como los espejos que estamos acostumbrados a usar, estos tienen miles de salidas –Keito levantó la vista junto a su mano para apuntar un pequeño sol en la superficie del marco- Las salidas van sincronizadas con el tiempo. El portal cambia su destino cada treinta segundos –Miró esta vez a Daiki, que no encontraba credibilidad a sus palabras- Aunque lo hubieras cruzado no había garantía de que encontraras a Ryutaro, ni mucho menos a Kota que fue el primero en cruzar.

Lo sorprendente de ello era que no sabía nada de estos espejos, siquiera que existían y eso iba también para Yuri y Ryosuke, éste último no tenía voz en esos momentos.

-Entonces eso quiere decir… -Las palabras se atoraron en la garganta del conejo, mostrando una expresión de horror a medida que apretaba un poco el hombro de Yuya.

-Que pueden aparecer incluso en territorio enemigo –Ryosuke se mordió las mejillas interiores al tomar el peso de las palabras del tigre.

-¿Los perdimos, eso quieres decir? –Daiki se acercaba al objeto no aceptando tal verdad.

-¿En verdad no hay posibilidad de encontrarlos? –Hikaru se acercó a su caliente felino.

-Lo hay, pero es escasa –Los labios de Daiki no tardaron en curvarse en una sonrisa y Keito al darse cuenta de ello le frenó- Pero como dije, el destino cambia cada treinta segundos –Al tener a Hikaru más cerca tomó su mano para observar el objeto que funcionaba a pila y revisar la hora. 13:28:49- No sabemos la hora exacta de cuando cruzaron. Aunque esperemos hasta el día de mañana con la esperanza de cruzar a la misma hora que ellos lo hicieron no es seguro. Lo más probable es que todos terminemos separados al momento en que seamos arrastrados por los túneles y no tendremos la posibilidad de regresar. Estaremos perdidos.

No quería creer en las palabras del tigre, pues el recuerdo lo perturbaba; Frente a él aún estaba la viva imagen de Ryutaro cruzando el espejo hasta desaparecer. Sus manos comenzaban a temblar de impotencia al no saber qué hacer. Él era responsable de todos, no debía permitir que se dispersaran ni menos cruzar el portal sin haber hecho lo que se les encomendó. La prueba misma que tendrían cuando estuvieran frente a las personas que decidieron sus destinos. No podía dejarse vencer por el miedo, tampoco dejar a Keito tomar las decisiones por sobre las suyas y hacer a los demás dudar. Aunque él fuera un tigre y le ganara en fuerza y tamaño no era el líder.

-Aun así debemos arriesgarnos –Daiki, cegado en su preocupación se acercó al tigre para intentar convencerle aunque no era éste quien podía tomar importantes decisiones como esta, aun así estaba asustado- Si algo le llegase a pasar a Ryutaro entonces—

-No hables por todos. Yo no voy a poner en peligro a Hikaru por tu estupidez –su seria postura no se doblegaría por nada.

-Entonces iré solo –determinó, acompañando las palabras con ambas manos empuñadas. Era capaz de sentir sus propias uñas incrustarse en su piel.

-Estás loco si crees que te dejaré cruzar éste portal –La sonrisa de Keito demostraba que sería capaz de cualquier cosa para impedirle tal idiotez. Kei que no se perdía ninguna acción del tigre notó cómo la mirada felina se posó en su figura, logrando percibir la molestia que le causó cuando sus miradas se cruzaron, sin entender ése cambio de actitud- Además no me haré cargo de tu humano si te vas. No soy su puta nodriza.

Aquello hizo molestar más a Daiki. Si se presentaba una oportunidad en que la vida de los humanos peligraba no dudaría en ser un escudo, sin importar quien fuera.

-Al venir aquí aceptaste ciertas normas y una de ellas es obedecerme. Aunque mi decisión sea errada no está en ti tener el privilegio de aceptarla o no, solo obedecer. Y esto va para todos –Procuró paseas su determinada mirada en Yuri y Ryosuke, sabiendo que los consumía el miedo.

El chasquido que Keito hizo no pasó desapercibido para Hikaru, que aun sentía el calor ajeno en su mano, pues no había sido soltada. A pesar de poco entender o más bien no entender nada, era claro que ninguno podía pasar por sobre las decisiones de Daiki y el pensar que debían traspasar aquel espejo le espantaba. Si en un principio Keito le aterraba no podía imaginar las cosas que encontraría al otro lado. Se hacía una y mil ideas gracias a las películas de ficción y todos los libros que había leído, todos acumulados en pilas sobre el piso de su habitación, y en todos ellos había peligro, inminente peligro.

Yuto vio bailar las pupilas de Ryosuke, tomando detalle en cómo se mordió el labio inferior dejando a la vista sus puntiagudos colmillos. A diferencia del nerd de su hermano él no podía imaginar qué cosas podía encontrarse. Tampoco estaba claro a dónde los llevaría exactamente el espejo.

-Espera –su suave voz estremeció las orejas de los híbridos, ganándose de inmediato sus miradas- Si cruzamos a dónde iremos exactamente –Daiki pareció entender su pregunta.

-A nuestro mundo –era absurdo creer en ello, pero no descartable a menos que en realidad estos animales vivieran miles de metros bajo tierra o bajo el mar. Ciudades subterráneas protegidas de la tecnología humana para no hallarlos.

-Entonces podrían comenzar a decirnos cómo es su mundo –Ryosuke pareció molestarse, diferente reacción a la de Yuri que se veía entristecido, cruzando miradas con Yuya por unos segundos- Tampoco entiendo el por qué nosotros debemos ir con ustedes. Por una parte está el recuperar a Kota, pero por lo que entiendo desde un principio pensaban llevarnos con ustedes –su ceño se frunció por tanto misterio, ya era momento de hablar con la verdad y dejar de evadir las preguntas- ¿Por qué?

-No podemos–

-¡Ya es suficiente! ¡Kota está en otro mundo aparentemente lleno de peligro! ¡Es hora de que digan qué sucede y para qué vinieron! ¡Nuestros padres también desaparecieron y estoy harto de tanto secreto! –Yuto había interrumpido la suave y cortante respuesta de Daiki que se sobresaltó a tan repentino tono grave- ¿Cómo sabremos que en realidad no nos quieren arrastrar al mundo peligroso que ahora rodea a mi hermano solo para hacernos daño? Desde que llegaron estoy seguro que todos mis hermanos han tenido problemas de memoria, incluido yo –regresó la mirada a Ryosuke que pareció estremecerse, sin saber si se debió a sus palabras o a su profunda mirada.

-No puedo hablar de ello –Daiki plantó su fría mirada en Yuto- Y ellos tampoco –habló por los demás híbridos.

-La verdad es que ninguno de ustedes debía cruzar el portal sino hasta estar preparados –Yuri habló suave, agachando sus orejas por la mirada acusadora de Daiki.

-¿Preparados para qué? –La tartamudeante voz de Kei quebró el contacto de Daiki y el pequeño conejo. No estaba de más arriesgarse a preguntar.

-¿Además cómo íbamos a saber si estábamos preparados o no? –Yuto no tardó en preguntar.

Daiki se sentía acorralado y Yuri con sus palabras no había ayudado en nada a mantener el margen de la situación. Sabía que hablar causaría daños, pues se lo habían explicado, el notorio aturdimiento de Yuya demostraba aquello. Ni siquiera había sido capaz de levantarse, sabía que le temblaban las piernas pues podía verlo claramente y aunque tuviera las manos empuñadas, apoyadas fuertemente contra el piso impidiéndole ver el temblor podía escuchar su pesada respiración.

-No me interesa cuantas preguntas tengan. Hagan lo que hagan no hablaré –sus felinos ojos se pasearon por todos los presentes- Partiremos mañana, así que prepararemos lo necesario –Caminó al lado opuesto, sintiendo las miradas clavadas en su espalda- Keito –El nombrado pareció fruncir más el ceño.

-¿Qué? –preguntó con voz pesada, cruzándose de brazos, rendido a Daiki, pues tenía razón, debía hacer lo que él dijera y eso solo le enfurecía más.

-Viste la hora en el reloj de Hikaru –no necesitó afirmar pues Daiki lo había visto- Dime la hora exacta.

-La una con veintiocho minutos y cuarenta y nueve segundos –citó al recordarlo claramente en el reloj digital.

-Puede que hayan cruzado a los veintisiete minutos –susurró el Lince. Tomó una polvorienta tela, dejando al descubierto un baúl que no pasó desapercibido por ninguno gracias a la magnitud de éste. La madera se veía vieja y agrietada, incluso las bisagras rechinaron cuando el felino levantó la cubierta, dejándola caer pesadamente contra uno de los gruesos pilares del sótano- Cruzaremos a la una veintisiete –se encorvó para sacar el primer objeto a la vista dentro del baúl– Nos amarraremos –A penas dijo aquello Keito estalló en risas humillantes.

-¿Crees que eso servirá? En verdad no entendiste nada de lo que te dije. A penas pongamos un pie al otro lado seremos succionados. Una cuerda no servirá de nada.

-No importa, de igual manera lo intentaremos. No puedes asegurar nada si nunca has cruzado uno de esos espejos.

-Daiki tiene razón –habló Yuri- Nada perdemos con intentarlo.

-Idiotas –habló por fin Ryosuke- ¿Acaso no se han detenido a pensar en avisarle a nuestros padres? Estoy seguro que harán lo que sea para encontrar a Ryutaro y a Kota.

-Aunque lo hagamos no está la certeza de encontrarlos, y si está la posibilidad de hallarlos cruzando a la hora exacta que ellos lo hicieron no tomaré la opción más cuerda –Daiki volvió a encorvarse comenzando a sacar gruesas pieles que los humanos no dudaron en acercarse para revisar qué eran.

-¿Por qué ropas gruesas? –Hikaru levantó la piel dándose cuenta de que era una capa bastante suave.

-Cuando mis dedos cruzaron el portal la temperatura era demasiado baja. Pude sentir el hielo –Daiki miró sus dedos, acariciándolos al recordar la sensación de fuertes ventiscas tocarlos.

-Eso es debido a la succión –Keito estaba a su lado con los ojos fijos en Hikaru que se veía asombrado por la prenda en sus manos.

-Entonces nos aseguraremos. Si terminamos en un lugar cálido solo nos desharemos de los abrigos.

-¿Estás seguro de ir sabiendo que incumpliremos una de las normas, la más importante? –Esta vez Keito preguntó con calma.

Las orejas del conejo se tensaron por la pregunta y no pudo evitar mirar a Yuya que se entretenía revisando las cosas del baúl. Aun por todo el dolor causado no quería perderlo. Sí, estaba preocupado por Ryutaro y Kota, pero el atravesar el espejo causaría problemas mucho más grandes para su vida personal. Sinceramente aún no quería regresar, menos con Yuya en ése estado. Al final habría esperado para nada.
Yuya notó la mirada triste en los ojos de Yuri, pensando que se debía a todo el ajetreo y la ausencia de Ryutaro. No supo cómo animarle y aunque minutos atrás haya tenido la mano del conejo sobre su hombro temía acercarse, lo único que podía hacer era cruzar miradas con él, aliviado de que ya no huyera de sus ojos tan rápido como antes.

-No queda de otra –Daiki chasqueó la lengua. Al levantar la mirada se topó con los marrones ojos de Kei que no perdía vista en sus acciones.

Yuto aunque guardó silencio en su debate con Daiki seguía inseguro de ir, pero la preocupación por su hermano le inquietaba. Hasta comenzaba a extrañarlo. Sabía que si Kota estuviera ahí las cosas serían más suaves. Daiki no hubiera tomado esa actitud de líder pues Kota tenía una fuerte presencia aunque no fuese mitad animal para amenazar a todos con su mirada y feroz postura. Kota sabía pensar con la cabeza fría.

Las preguntas no continuaron. Los humanos se habían dedicado hacer lo que los híbridos le decían. Se abastecieron de alimentos, solo un cambio de ropa por si llegaban a necesitarla. Según las palabras de Daiki, si tenían suerte estarían en un lugar seguro y no habría necesidad de utilizar todas las cosas que llevarían.
Yuto se aseguró de llevar encendedores. La idea de llevar cerillos era una tontería, pues con tanta película de supervivencia sabía que la pólvora de los cerillos era inservible si estaba húmeda.
Todos arreglaron una mochila con lo necesario en caso de que se fuesen a separar. Los únicos que no llevarían capas pesadas de pelo serían Daiki, Ryosuke y Keito gracias a sus razas, pero eso no descartaba llevar ropas gruesas.

Keito aún dudaba si atravesar aquel portal, le preocupaba demasiado Hikaru, su torpeza lo llevaría a la muerte en un abrir y cerrar de ojos si terminaban separados. Aquello le causaba fuertes contracciones en la garganta al tragar.
Esperaba que la idea de la cuerda funcionara, pero en el fondo dudaba de ello.

Al llegar la noche se acurrucó contra el pecho del castaño, rodeando su pecho tan posesivamente. La cama ya no era cómoda como antes, pero al parecer solo él lo sentía así. La respiración acompasada de Hikaru lograba tranquilizarle un poco, pero la idea de no volver a escucharle le aterraba.
Gimoteó contra su pecho. Habían pasado años desde que no se sentía tan vulnerable como ahora y la falta de fuerza en el abrazo de Hikaru no le ayudaba. Necesitaba sentir un abrazo apretado, necesitando ser engañado por el humano con palabras positivas, que le dijera que no se separarían.
Al sentir una humedad y leves temblores contra su cuerpo entreabrió los ojos, escuchando un leve sollozo y como su pecho era abrazado tan fuertemente. Él no era fuerte y ver a Keito tan débil aferrarse a su cuerpo no le hacía sentir valiente, pero sea lo que sea que terminara enfrentando el día de mañana se armaría de valor para proteger al tigre, aunque en fuerza éste le sobrepasaba a montones.
Le acarició el cabello intentando tranquilizarle, frotando suavemente sus peludas orejas. Ahora tenía que fingir ser lo que no era. Una persona fuerte.


4 comentarios:

AmiS dijo...

oh fuck!!!!....
oh fuck...!!
mas!

Anónimo dijo...

La tan esperada continuación ^3^

Esta súper interesante, todo el misterio del mundo de los híbridos me encanta, gracias por esta genial continuación =)

Yuko "I LOVE JUMP"

Unknown dijo...

Dios, aunque no entendí la mitad ame la continuación, me quede con ganas de mas, ya quiero saber porque tanto misterio con el mundo de los híbridos y porque dijeron territorio enemigo, waa esta tan genial esperare con ansias el capitulo siguiente

Paoo Inoue dijo...

:( si yo viera a Keito débil tampoco sería valiente! Jesúsito, esto de releeer fics me va a matar xD no puedo con la angustia, aunque sepa lo que va a pasar ಠ╭╮ಠ

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