La situación lo había requerido, pero en el momento en que su cuerpo reaccionó no pensó que sus acciones llegaran a algo tan brusco. Kei se había golpeado la cabeza con una repisa al ser la cocina tan pequeña, quejándose aún por el golpe. Pero en cuanto los ojos de Daiki se cruzaron con los de la chica todo se vio mucho más difícil.

-¿Sucede algo? –preguntó confundida antes de mirar a Kei- ¿Qué sucedió? –preocupada se acercó al pelinegro.

-No es nada, solo me tropecé y golpeé –hasta aquel tono en que habló a Daiki le preocupó un poco. ¿En verdad había sido tan fuerte?- Daiki –el nombrado no dejó de mirarle- Termina tu agua y regresa al piano –dijo antes de desaparecer de la cocina con la chica que ni siquiera pensó que algo había ocurrido entre ellos, pero la cara de miedo de Daiki le hacía sospechar.

El miedo de Daiki no fue por el golpe que el otro se dio por su culpa, sino porque casi los descubren. No quería siquiera pensar lo que una mujer engañada podía hacer.
Frunció su ceño y limpió su boca como si tuviese asco. Para cuando regresó al piano Inoo aún no salía de la habitación, terminando por suspirar ya que aún necesitaba que le enseñaran bien el ritmo de aquella partitura.



Estuvo solo durante casi treinta minutos, practicando lo que sus torpes dedos le permitían. Para cuando la chica salió de la habitación de Kei relucía una radiante sonrisa, haciendo a Daiki desfigurar su sonrisa en una mueca de incomodidad cuando se despedía de ella. Inoo no salió sino hasta un par de minutos después y se veía tremendamente molesto.

-¿Por qué te detuviste? –no evitó dirigir su tono molesto al castaño.

-Necesito que me enseñes esta parte, no sé cómo comenzar –aquello hizo sonreír al pelinegro que pronto se acercó para sentarse a su lado, pero en cuando sus dedos iban a tocar las teclas se detuvo.

-Mmm, pero como pago de esta demostración deberás sentarse aquí –palmeó sus piernas mientras sonreía, viendo a Daiki molestarse. Pero este no protestó, simplemente se puso de pie en una forma de resignación. Kei no esperó a que se sentara por su cuenta, le tomó de la cintura y le atrajo, sentándole casi de una manera violenta- Bien, así está mejor.

-Pero no te apegues tanto –se quejó, escuchando tan solo la risa, pues Inoo se encargó de que su pecho se apegará bien a la espalda de Daiki que cada vez se encorvaba para perder contacto.

-No podré hacerlo si te encorvas tanto –susurró sobre su oído. Dejó la barbilla apoyada en el hombro del menor y así lograr ver mejor- Aún eres torpe con las dos manos, así que tocarás con la izquierda y yo la derecha –pero antes de eso le demostró cómo tocar los tres primeros pentagramas, deslumbrándole por la facilidad que tenía al mover sus dedos- Es importante el ritmo, pero debido a que eres un total principiante –dijo para molestarle- puedes tomarte un poco de tiempo. Memoriza bien las notas.

-Sí… -dijo nervioso.

-Comienza –ordenó antes de que Daiki comenzara a tocar con sus dedos derechos y le siguiera Kei.

Así pasaron las primeras dos horas entre explicaciones y sonrisas. Daiki en verdad se concentraba en hacer bien las cosas, pero todo se fue a la basura cuando Inoo abrazó su cintura con la mano que antes tocaba.

-Ahora usarás tu mano izquierda y yo la derecha –susurró. Daiki tragó saliva e intentó ignorar aquella mano, pero fue error tras error.

Estaba casi cargándose en su pecho, sentado sobre sus piernas y su cintura era apretada en un abrazo. Sentía ese dulce aroma, el que sabía que era del perfume que ocupaba el mayor, pero el que también pertenecía a su piel. Ese aroma era tan embriagante que intentaba no inhalarlo, aguantándose el respirar.
Su cuerpo tembló sobre el otro al sentir ahora ambas manos aferrarse más a su cintura, y lo sabía, sabía que Inoo solo lo tocaba para bajarse la calentura, desde que lo conoció el chico no mostró otro interés que no fuera ese. Hasta que un pesado suspiro cortó toda aquella desconcentración.

-Tomaré un baño, tú sigue practicando –Se levantó para darle paso a irse. Había sido un alivio, pero no tocó hasta que escuchó la puerta del baño cerrarse.

Su práctica continuó lenta, pues su mano izquierda no se acostumbraba del todo a la partitura, pero agradecía el mirar cómo los dedos de Kei se movían, intentando copiar sus movimientos.
No fue consiente del tiempo que llevaban así hasta que su celular vibró, sacándolo de su bolsillo.

Era un mensaje de Ryosuke.
Era temprano, aunque comenzaba a tener hambre. Tal vez podría comer ahí. Pero aquella palabra la asoció con otra, sonrojándose violentamente.
Kei tomaba un baño y lo que podría continuar no era conveniente para él.

Apresurado comenzó a tomar sus cosas, pero las hojas le hacieron el trabajo más difícil al resbalarse de su carpeta, terminando agachado mientras recogía las cosas. Pronto Inoo regresaría y si estaba la posibilidad de escapar del pago estaba dispuesto hacerlo. Sonrió amplio cuando ya reunió todo y caminó casi de una manera torpe hacia la puerta.

-Daiki –el tono grave en que Inoo pronunció su nombre le hizo detenerse, suspirando en su intento fallido de huir- Aún no me has pagado –Daiki nunca pensó que su descaro llegara a niveles extremos en que solo le vería con una toalla amarrada a su cadera, dejando relucir sus caderas y ese abdomen completamente liso, músculos subiendo por su ombligo hasta ese pecho que dejaba deslizar aquellas gotas con facilidad.

-E..es que tengo un poco de prisa. Podríamos dejarlo para el Lunes, en verdad debo irme ahora –volteó tan rápido como su conciencia le dejó hacerlo, pero al momento de abrir la puerta aquella mano sobre su cabeza se lo impidió, cerrándose lo poco que se abrió.

-No lo creo, además no demoraremos mucho. Creo –tragó saliva, miedoso de su propio pago. Cerraba fuertemente los ojos porque en verdad no quería ver lo provocativo que era Kei cuando le tomó de los hombros para voltearle. El calor de su cuerpo se sentía demasiado cerca al estar caliente por el baño.

Inoo se acercó a sus labios, pero el que Daiki mantuviera los ojos cerrados le quitó todo deseo de continuar, más si aquellos labios se apretaban impidiéndole verlos por completo. Había muchas maneras de hacerle ceder, por lo que le tomó de la muñeca, arrastrándole y escuchar ese quejido en protesta. No le soltó sino hasta empujarlo contra el sofá y hacerle caer boca arriba, recibiendo al fin aquella mirada, aunque molesta.

-Bien. ¿Cómo será el pago? –Sostuvo uno de sus codos con una mano, mientras la otra frotaba su barbilla con los dedos- Mm… -miró de manera penetrante al menor, que se removió en su lugar, desviando la mirada. Pedir un beso como pago era algo sin precio, pues podía besarle en cualquier momento. Ya había acariciado parte de su piel y era exactamente como en el sueño, por lo que una idea vino a su cabeza, sonriendo- Voltéate.

-¿Ah? –confundido le miró.

-Solo hazlo –Las cosas que pasaban por la mente de Daiki iban mucho más allá de lo que deseaba hacer en realidad. El entregarse por completo ahora era demasiado difícil, pero sí de su venganza se trataba haría todo lo posible para hacer las cosas más lento y así lograr algo con ello, aunque posiblemente saldría herido una vez más.

Dejó sus cosas a un lado y un tanto tembloroso apoyó las manos en el sofá antes de acostarse por completo boca abajo.

-Espera –Daiki le miró molesto, pues no alcanzó siquiera apoyar el pecho por completo en el sofá, pero aquella molestia desapareció cuando vio al mayor mucho más cerca, y luego cómo se subía hasta terminar de rodillas tras él. Tenía miedo de moverse, pues su trasero estaba casi tocando la entrepierna del otro, la cual solo la cubría esa toalla que poco parecía querer ocultar. Sentía sus mejillas tomar un tono mucho más fuerte, su cabeza se estaba calentando casi como si tuviese fiebre, hasta el aire se le hacía pesado.

-¿Puedes… darte prisa? –sus manos temblaron con su propio peso, pero más por los nervios. Pudo escuchar claramente la risa del mayor para luego sentir sus manos acariciando sus costados, haciéndole estremecer- Espera. ¿Qué haces? –pero a cambio de una respuesta solo supo que su polera fue subida hasta debajo de sus axilas, dejando así gran parte de su espalda a la vista.

Inoo se deleitaba con su piel bronceada. Veía claramente esas costillas contraerse al respirar, pero luego más llamó la atención el hecho de tener ese trasero tan cerca de su miembro. Oh, cómo le gustaría tenerlo sin ropa.
Deslizó una mano por un costado, perdiéndose por el abdomen que no lograba ver. Daiki solo se limitó a fruncir fuertemente los labios al igual que sus ojos. Sintió y escuchó el movimiento sobre el sofá, siguiendo con aquel roce prominente en su trasero, mordiéndose el labio inferior. Kei se había detenido, manteniendo la palma abierta sobre uno de los pezones del de abajo. Miraba minuciosamente aquella piel, acercando lentamente los labios hasta dejar un beso en uno de los omóplatos a su vista, sonriendo por ese estremecimiento hasta no lograr detenerse cuando los besos fueron descendiendo siguiendo su espina dorsal, deteniéndose en medio para besar sus costados. Inoo tenía más o menos una idea de lo que Daiki podría llegar a sentir con ello, pues su propio cuerpo estaba en un constante cosquilleo, en el que su entrepierna reaccionaba de manera lenta, intentando controlarse. Era algo que no se comparaba con los cuerpos que antes tuvo bajo su cuerpo. Hasta casi lograba escuchar como la respiración de Daiki se acomplejaba pues la suya estaba en las mismas condiciones, agitándose poco a poco porque el calor del baño no se comparaba con el que iba sintiendo.

-Ya es suficiente –En un escape Daiki iba a levantarse.
-Aún no –Pero Kei casi con sentimiento de miedo a que fuese a irse y con ello aquellas sensaciones, apoyó una mano sobre un glúteo del otro, obligándose a bajar la cadera y terminara solo apoyado en sus codos, resaltando así sus omóplatos.
-Dije que fue suficiente –Fue preso de aquello que le hacía sentir, sentía miedo de que su propio miembro parecía reaccionar con tan solo unos beso, pero aquello que siguió terminó de nublar su mente. Su piel comenzó a ser succionada justo en su espalda baja, a un costado, soltando un leve gemido con ello. Ni siquiera esperó a que los labios de Kei le soltaran, simplemente escapó casi cayendo de lleno al piso, tomando rápidamente sus cosas y correr antes de que el otro le alcanzara. Tomando la escalera de emergencia porque el ascensor sería una estupidez.

-Maldición… -Inoo cargó la cabeza en el respaldo del sofá al dejarse caer, estaba agitado y al mirar su piel notó que había comenzado a perlarse, uniéndose a las gotas de agua que aún caían de su cabello.

Arioka Daiki era algo realmente único y peligroso.

4 comentarios:

Satommy dijo...

Dame máaaaaaaaaaaaaaaaaaas ;___; No me puedes dejar así,
maldición que Inoo y Daiki son unos calienta sopa[????] -wtf-
La chica... ¿salió sonriendo porque dejó caliente a Inoo? XD?
Oh por dios, quiero saber qué pasará luego Q_Q
Daiki... eres tan caliente wn XD y menso a la vez adsadsads
Me da penita Ryosuke u3u

AmiS dijo...

CARAJOOOOOOOOOOOOOOOOOOOOOOOOOOOOOOOOO!!!
omgomgomgomgomg...
¿pero qe?

no es bueno dejar a alguien con ganas de mas!!! DIOS!

Paoo Inoue dijo...

Al rin puedo comentar y OMFG! Qué fue eso? !!!!! D: La verdad pobre Ryo de seguro le ha de estar super picando la cabeza de los cuernos que tiene. A este paso el tipitoeste no cconseguirá su venganza en sí pero claro que conseguirá otra cosa. |. 1313 xD lo siento *^* por favor no nos dejes con las ganas por favor por favor por favor!

Dark May dijo...

A decir verdad a mi mr disgustaba siempre que veía fics de InooDai pero tus fics me encantan y acabé amando esta pareja. Daiki es mi favorito de JUMP ;-;-;-;-;-; ♥ sigue este fic onegai! ^^/

Publicar un comentario

¿Qué piensas sobre lo que escribí? D:
Comenta, me gusta saber lo que piensas. ♥~

Copyright © 2011 YuukiNii's Fics ♥. Designed by MakeQuick, blogger theme by Blog and Web | Posts RSS | Comments RSS