Titulo: El dulce sabor de tus labios
Autora: Yuuki
Parejas: InooDai
Género: Lemon, AU
Extensión: Oneshot
Resumen: Inoo Kei debe sufrir de las provocaciones de su primo, a quién antes solo miraba como una persona más en la familia, pero que después de su confesión no dejó de mirarlo a pesar de que lo rechazó al ser familiares, pero el vivir con él no ayuda en nada con su decisión.
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A altas horas de la noche un ruido proveniente de la cocina lo despertó, curioso se levantó para ir a ver quién estaría asaltando la nevera, tenía una pequeña idea de quién podría tratarse. Salió de su habitación y silenciosamente caminó hasta la cocina totalmente a oscuras, no se veía nada excepto la luz que salía de la nevera que se encontraba abierta con un medio cuerpo dentro de ella. Rió para sus adentros, verlo comer todo el día dulces se le hizo una costumbre desde que se fue a vivir con sus tíos pero no pensó que en la noche también lo hacía “no entiendo cómo puede comer tantos dulces sin tener caries”
Se recargó en el marco de la puerta.



- ¿Qué haces? –el chico que se encontraba casi dentro de la nevera se asustó y con una cara te terror se enderezó viendo como su primo lo miraba seriamente de brazos cruzados.

- Me asustaste, no vuelvas hacer eso, ¿acaso me quieres matar de un infarto?- dijo con una mano en su pecho, sintiendo como su corazón aún palpitaba rápido por el susto.

- ¿Daiki qué haces aquí?, deberías de estar durmiendo. Si tus padres se enteran te castigarán sobre todo por el pastel.

- Kei, tú no lo entiendes, porque no te gustan los dulces, si tan solo probaras esta torta te derretirías de su sabor tan dulce- dijo echándose otra cucharada de aquella torta de chocolate a la boca que se veía tan exquisita a ojos de cualquiera.

- Tu madre te prohibió el comer de noche.

- Está bien, si me dicen algo diré que fuiste tú- sonrió de sólo pensarlo.

- Sabes que no me gustan los dulces, la culpa recaerá sobre ti el único culpable, dame eso y vete a dormir- se le acercó para quitarle la cuchara pero Daiki no lo dejó, moviéndose para todos lados, un movimiento por parte de Kei causó que el pedacito de torta cayera sobre el pecho de Daiki, era verano y sólo caminaba por la casa con el pantalón del pijama.

- ¡Kei! Aish, mira lo que hiciste ahora quedaré pegajoso -llevó uno de sus dedos y sacándose un poco de crema se lo llevó a la boca, primero se lamió el dedo para luego meterlo a su boca. ¿Eran ideas de él o lo estaba provocando?

- Kei ¿de verdad no quieres?- volvió a pasar el dedo por su pecho.

¿Cuánto tiempo llevaba Kei resistiéndose a sus juegos? ¿Una semana? Si… hace una semana Daiki le había dicho que le gustaba pero este lo rechazó, después de eso comenzó a comportarse extraño, era demasiada la tentación todos los días. Un día lo vio salir del baño solo con una toalla amarrada a su cintura, pequeñas gotas de agua cayendo de su pelo deslizándose por su torso. En otra ocasión lo vio caminando por la casa con el pecho descubierto y unos short cortos con la excusa de que hacía mucho calor, a veces lo encontraba durmiendo desnudo y solo con las sabanas cubriendo su intimidad y para terminar ahora veía como se relamía los labios.

- ¿Kei de verdad no quieres probar aunque sea un poco? Te aseguro que no te arrepentirás- dijo mirándolo lascivamente y relamiéndose los labios.

Tragó saliva, se dio media vuelta dejando al otro con la mano estirada y con la crema en el dedo.

- No seas torpe, no me gustan los dulces, será mejor que te vayas a dormir- con una sonrisa se dirigió a su habitación dejando a Daiki con las ganas.

Daiki se sentía frustrado, no sabía cómo hacerlo caer. Ese día había jurado que conseguiría aunque fuese un beso de su primo que al parecer se había conseguido una novia. Se fue a dormir con los ánimos por el suelo, no sabía qué otra cosa hacer.

Se levantó muy temprano, se dirigió al comedor por su desayuno encontrando sobre la mesa una nota de sus tíos “hijo nos fuimos a casa de tus abuelos, sé que no te gusta ir así que preferí no despertarte, les dejé todo listo solo deben calentar su almuerzo, no llegaremos hasta la noche así que no nos esperen para la cena”
Pasaría un día completamente solo con su provocativo primo Daiki. ¿En qué pensaron sus tíos para no querer llevarlo también? Daiki estaba muy peligroso como para quedarse a solas con él.

El sonido de una puerta abrirse lo sacó de su ensimamiento.

- Buenos días- dijo Daiki caminando en dirección al patio de la casa con una toalla en sus manos y vistiendo solo un short.

- ¿A dónde vas, no desayunarás?- preguntó Kei al ver que el menor se dirigía al patio.

- No tengo hambre- fue lo único que dijo antes de desaparecer por aquella puerta.

Para Kei esto había sido demasiado extraño, por lo general cuando lo veía en las mañanas se le lanzaba encima abrazándolo del cuello y ahora ni siquiera lo miró. Salió detrás de él para preguntarle qué le sucedía aunque no estaba del todo seguro si acercarse, detuvo sus pasos al ver como Daiki se tiraba a la piscina… Se le quedó mirando mientras este practicaba natación. No podía negar que si le gustaba Daiki pero no quería decírselo, no quería hacerle ilusiones al menor, no quería dañarlo.

El teléfono comenzó a sonar y como era el único cerca fue a contestar escuchando una dulce voz del otro lado del auricular.

- Buenos días, ¿se encuentra Daiki?

- ¿Quién le llama?- preguntó extrañado, no sabía que Daiki tuviera amigas

- Su novia- escuchar eso lo congeló y al mismo tiempo le partió el corazón, si tenía novia ¿por qué entonces le había dicho que lo quería?

- No se encuentra- estaba celoso y molesto, no la dejaría hablar con su amado Daiki, no si él podía impedírselo.

- ¿A qué hora… -no la dejó terminar de hablar.

- No volverá, se fue con sus padres de viaje y no dijeron cuando volverían- por nada del mundo le daría a Daiki tan fácilmente. Kei se percató de que Daiki venía entrando así que prefirió cortar la llamada.

- No se preocupe, adiós- cortó rápidamente y miró a Daiki.

- ¿Quién era?- preguntó con la toalla en la cabeza secándose el pelo.

- Nu..número equivocado- “ahí viene otra vez, de seguro hará algo para provocarme”

- Ah... - y con un tono de indiferencia pasó de largo por su lado sin siquiera mirarlo para dirigirse a la cocina. Se sirvió un vaso de jugo y se lo fue tomando tranquilamente mientras se dirigía a su habitación.

Kei solo se le quedó mirando hasta que desapareció detrás de esa puerta al cerrarse, ¿por qué el menor no se le acercó y lo ignoró? Prefirió no seguir pensando en ello y encendió el televisor sentado en el sillón dejando pasar las horas.

Ya era hora del almuerzo y Daiki aun no salía de su habitación. Calentó el almuerzo y puso la mesa, con un grito lo llamó pero este no apareció. Caminó hasta la habitación de Daiki, golpeó la puerta pero no hubo respuesta así que decidió entrar encontrando a Daiki de espalda sobre la cama con la cabeza ladeada hacia un costado, se le acercó para despertarlo pero se quedó estupefacto al ver sus labios que tenían rastros de chocolate derretido, ya no podía mas… se le acercó a los labios y saboreó aquel beso dulce. Daiki tenía razón, el chocolate era muy rico pero solo si provenía de sus labios. El menor se removía sobre la cama despertando y encontrándose con Kei a unos cuantos centímetros de su cara.

- ¿Qué haces aquí? - preguntó serio.

- Yo.. vine a despertarte… Tienes que almorzar- dijo dándole la espalda.

- Come tú, yo no tengo hambre- dijo dándose la vuelta en la cama dándole la espalda.

- ¿Cómo vas a tener hambre si comiste chocolate? Vamos aunque sea come un poco- se sentó a orillas de la cama.

- Kei… -dijo Daiki con los ojos cerrados.

- Dime

- ¿Por qué me besaste?- el mayor estaba en shock, ¿que no se supone que estaba dormido cuando lo besó?- ¿por qué lo hiciste?- se sentó en la cama mirándole a la cara- si querías chocolate pudiste haber sacado del mueble- cargando una de sus manos sobre el muslo de Kei se le fue acercando lentamente con una mirada seductora- ¿o querías solo un beso?-rozando sus labios con los de él, acercó un pedazo de chocolate a los labios del mayor rozándolo, por el calor que hacía el chocolate estaba un poco derretido- ¿o te gusta más compartirlo? - lo que quedaba se lo echó a la boca y luego se le acercó para besarlo.

Kei respondió cada uno de los besos que le daba el menor, sintiendo el sabor a chocolate en su boca. En ese momento perdió el control que tanto le había costado mantener, se lanzó sobre Daiki quedando sobre él, haciendo que sus miembros se friccionaran entre sus cuerpos. Kei se sentía en las nubes, no debió haber esperado tanto para esto, quería mucho a Daiki pero por el simple hecho de ser primos lo había rechazado. Pero a la vez el solo saber que sí correspondía a sus sentimientos le costaba olvidarlo.

Acarició su espalda por debajo de su ropa. Daiki se movía debajo de su cuerpo subiendo las caderas para sentir el rose del miembro de Kei con el de él. La temperatura en sus cuerpos había subido, Daiki tenía mucho calor así que se sacó la polera, Kei al verlo también hizo lo mismo dejando sus torsos al descubierto. Se volvieron a besar desesperadamente, el mayor queriendo sentir más, palpando cada centímetro del pecho de Daiki, sacándole suspiros que eran retenidos entre besos.

- Detente- escuchó decirle Daiki, que lo hizo a un lado y desapareció de la habitación cruzando por aquella puerta. Acaso era una venganza por haberlo dejado con las ganas cuando quería que lamiera su dedo o simplemente se había arrepentido y ya no quería llegar a más.

Lo dejó solo en la habitación con el torso desnudo y una dolorosa erección entre los pantalones. Choqueado porque Daiki lo había dejado ahí literalmente con las ganas. Iba a salir detrás de él pero cuando se disponía a pisar fuera de la cama apareció Daiki y se lanzó a besarlo nuevamente.

- Pero qué… -lo alejó para saber por qué se había ido pero calló al ver lo que traía en las manos- ¿salsa de chocolate? –frunció en ceño.

- Sé que no te gustan los dulces… pero si comerás si soy yo el que lo tiene, ¿verdad?- se recostó de espalda sobre la cama cargándose en sus codos, con una mano libre abrió el frasco, Kei se mordió el labio inferior al ver cómo esparcía un poco de salsa en su torso.

- Estás loco – dijo acercándose para robarle un beso.

- Debes lamerlo – lo miró lascivamente dirigiendo uno de sus dedos a la salsa que tenía en su abdomen sacando un poco para luego lamer su dedo, pero Kei no se lo permitió. Tomó su mano y chupó el dedo.

- Tienes razón, solo comeré si lo tienes tú – lamió el abdomen de Daiki sacándole suspiros – sabe mejor – se lamió los labios y comenzó a lamer y dejar chupetones por todo el torso del menor deteniéndose a jugar con uno de sus pezones mientras apretaba levemente su miembro aprovechando que solo vestía ese molesto short que no dejaba tocarlo directamente por la tela.

- Aaahh…Kei.. me vuelves loco – dijo aún cargado en sus codos, la cabeza hacia atrás y con los ojos cerrados, disfrutando de las caricias que le proporcionaba el mayor.

Descendió por su torso hasta llegar a su ombligo lamiendo los restos de salsa que aun quedaban, llegando a ese molesto pantalón que escondía una dolorosa erección. Kei miró a Daiki que aun seguía con los ojos cerrados, con una expresión de placer. Bajó el pantalón dejando al descubierto aquella erección que para sus ojos lucia tan apetitosa. Volvió a mirar a Daiki que en ese momento había abierto los ojos para mirar lo que haría.

- ¿Qué prefieres? – dijo Kei lamiendo su miembro – ¿aquí, la cocina o el living? – lamió toda la extensión de su miembro sacándole un gran suspiro que trató de retener mordiéndose el labio inferior.

- ¿Crees que en estos momentos puedo pensar? – sonrió ante esa respuesta llevándose todo el miembro de Daiki a la boca – aaahhh.. Kei.. – llevó sus manos a la cabeza del mayor.

Las succiones cada vez eran más placenteras y frenéticas. Suspiros y gemidos no dejaban de salir de los labios de Daiki. Sin dejar de estimular su miembro son sus labios, separó sus piernas lo suficiente como para dejar su entrada a su entera disposición. Se alejó recibiendo un quejido de protesta por parte del menor que lo miró con deseos de seguir sintiendo sus labios y lengua recorrer su miembro.

Terminó de desvestirse. Daiki no se perdía ningún detalle de su cuerpo, pero sus ojos se detuvieron en aquel pedazo de carne semi-despierto, se acercó para acariciarlo con su mano pero Kei se lo impidió sujetando sus manos, para dejarlas a cada lado de su cuerpo formándose en los labios de Daiki un tierno puchero.

- No pongas esa carita, solo quiero que disfrutes – dijo acercándose a sus labios para rozarlos con los suyos.

- Yo también quiero que disfrutes – rozó una vez más sus labios sacando su lengua para lamerlos. Kei también hizo lo mismo haciendo rozar ambas lenguas, abriendo la boca para capturar esos dulces labios que eran su obsesión.

El mayor imponía un movimiento de caderas haciendo rozar ambos sexos embriagados en placer.

De un momento a otro Kei recordó aquella llamada, deteniendo todo movimiento y cortando el beso, se miraron un momento, su expresión ahora era seria y Daiki no entendía por qué se había detenido.

- Daiki – hizo una pausa, sabía que no era el mejor momento para salir de su duda pero quería saberlo– ¿tienes novia?

- ¿De qué hablas? – no sabía de qué estaba hablando y de dónde había sacado eso.

- Hoy llamó una chica preguntando por ti – su miedo a que si tuviera novia se reflejaba en su mirada, Daiki se dio cuenta y prefirió bromear un poco.

- Ah… Hitomi…-lo miró con una expresión molesta- ¿por qué no me lo dijiste? –¿entonces si era su novia? Era lo que se preguntaba Kei.

- Simplemente porque no quise… entonces si es tu novia –dispuesto a separarse de él pero este lo aprisionó con sus piernas.

- ¿Estás celoso?- preguntó sonriente.

- No, solo creo que esto no sería justo para ella- dijo como si nada, sujetando sus piernas para zafarse de ellas. Daiki frunció el ceño con esa respuesta y con más fuerza lo abrazó, impidiéndole que se soltara.

- Dime la verdad, ¿por qué no me pasaste la llamada? – con fuerza y rapidez lo tumbó sobre la cama dejando caer su cuerpo sobre el de Kei. Tomó su miembro y lo apretó, Kei soltó un gemido y sus ojos se cerraron por inercia.

- Daiki… detente… no puedes hacerle esto a tu novia – dejó sus labios entreabiertos, no dejaba de soltar suspiros al sentir la mano del menor acariciar su miembro apretándolo cada vez mas.

- Ella no lo sabrá – hizo una pausa para posar un beso en se pecho – quiero hacerlo –lamió su pezón izquierdo y lo succionó

- Aaahhh… sabías que…. Eres un maldito infiel – sujetó sus muñecas y lo volvió a tumbar en la cama, separando sus piernas para colarse entre ellas – te arrepentirás – dijo mirando sus labios.

- Lo dudo – respondió antes de capturar sus labios y morder su labio inferior..

Los besos no cesaban, Kei tenía casi todo su peso sobre el menor, acariciaba una y otra vez su mejilla apartando el flequillo que se impregnaba en su rostro por el sudor.

El mayor dirigió su mano entre sus cuerpos hasta la entrepierna del menor llegando a su entrada, ejerciendo un poco de presión con su dedo medio sin introducirlo. Pero la impaciencia del menor era evidente, cortó el beso y tomó el rostro de Kei con ambas manos.

- Deja de hacerme sufrir – dijo mirándolo con desesperación por sentirlo.

Volvió hacer presión en aquella estrecha entrada. Daiki gimió al sentirlo, volvió a repetir la acción y antes de que Daiki volviera a protestar lo introdujo lentamente, haciendo movimientos circulares y agregando el segundo dedo.

- Uhmm – lamía sus pezones mientras el menor se mordía el labio inferior. Retiró sus dedos –Dai – se acercó y besó sus labios y fue introduciéndose poco a poco.

- aahh ¡Kei! – sostenía las sabanas fuertemente.

- ¿Te arrepientes? – preguntó Kei esperando a que Daiki se acostumbrara.

- Nunca – el mayor acariciaba su cuerpo y besaba su cuello.

Comenzó a moverse, los movimientos eran pausados, Daiki trataba de no gemir mordiéndose el labio inferior ya haciéndose daño.

- Gime…quiero..uhmmm…quiero escucharte – depositó un corto beso en sus labios y sin separarse mucho lo miró a los ojos, dejando que sus labios entreabiertos se rosaran y Daiki dejara salir dulces gemidos.

- Aahh…mas… mas... dame mas fuerte – de inmediatamente Kei aumentó el movimiento de cadera, haciéndolo gemir más fuerte y entrecortado. Lo abrazó del cuello gimiéndole en el oído – no… puedo –

- Solo un poco mas – tomó sus piernas desde los muslos y lo embistió más profundamente, a la tercera estocada los dos se corrieron. Sus respiraciones agitadas después del orgasmo. El mayor descansaba sobre el otro que aun lo tenía abrazado. Salió de su interior.

- Y… ¿de verdad es tu novia? – no le gustaba la idea de tener que compartirlo porque después de lo que acababan de hacer no lo dejaría tranquilo, ahora era suyo.

- ¿Aún con eso? – tomó su rostro y se miraron a los ojos – ¿y tú me dirás quien es la persona que te ha estado llamando? – esa pregunta lo sorprendió.

- Ah…- recordó a quien se refería – es mi – Daiki esperaba pacientemente a que terminara de hablar – una amiga – arqueó una ceja y lo miró serio.

- ¿Y qué quiere tu “amiga”? – dijo recalcando la última palabra.

- Quiere que le ayude a ligar con alguien – Daiki se recargó en sus codos.

- ¿Y por qué? Que lo haga ella.

- No puede si no sales nunca de casa – Daiki pensó bien lo que había dicho, curvó una sonrisa, estaba que estallaba en risas.

- Vaya si que nos meten en líos – Kei no entendió.

- ¿De qué hablas? – y fue cuando Daiki comenzó a reír.

- No es nada, creo que tomaré una ducha – trató de levantarse pero Kei se lo impidió. No le gustaba que evadiera sus preguntas y aun no le aclaraba bien lo de esa chica, aun dudaba de que fuera su novia.

El teléfono comenzó a sonar y Kei no tuvo otra opción que ponerse de pie para ir a contestar porque podrían ser sus tíos, pero Daiki se le adelantó y contestó.

- ¡Hola! ah... si, lo siento - al parecer era esa chica. Se quedaron mirando mientras Daiki terminaba de hablar. Cuando colgó Kei se dio media vuelta para irse. –Hitomi no deja de insistir – suspiró y se dirigió a la cocina con el mayor que lo siguió.

- ¿Insistir en qué? – le preguntó mientras el menor buscaba algo dulce que comer.

- En una cita – tomó un paquete de galletas y la abrió.

- ¿Entonces si es tu novia? – sentía un revuelto en el estomago.

- Mmm… - lo miró mientras masticaba la galleta que acababa de echarse a la boca. Kei impaciente por la respuesta le arrebató el paquete.

- Ya dime de una vez – Daiki trataba de quitarle las galletas pero se le hacía difícil, con un puchero lo abrazó del cuello.

- A Hitomi solo le interesas tú, ¿ahora si me devolverás mis galletas?

- ¿Hablas en serio? – le devolvió las galletas y se cargó en uno de los muebles

- Sí, quiere que le consiga una cita contigo, hace semanas me ha estado insistiendo y por mas que le digo que no te interesa no deja de insistir – buscó entre los muebles hasta hallar un sobre de mermelada y al voltear se encontró acorralado entre el mueble y el cuerpo del mayor

- ¿Entonces por qué me dijiste que si era tu novia? – lo miró molesto quitándole la mermelada de las manos y tirándola a la basura.

- Pero que… ¡no puedes! – dijo mirando el sobre de mermelada en el cesto de la basura, trató de zafarse pero no lo consiguió. El mayor lo tomó dejándolo sobre el mueble

- Si no respondes no dejaré que comas más dulces.

- Nunca dije que era mi novia, si tú lo pensaste así no es mi culpa, ahora quiero mi mermelada – dijo molesto empujando al mayor para bajar.

En un rápido movimiento Kei atrapó sus labios y tomándolo de la cintura lo acercó a su cuerpo. Daiki respondía a cada uno de sus besos enredando sus dedos en el sedoso cabello del mayor.

- Uhm…si sigues así…solo harás que quiera volver hacerlo.

- Yo ya quiero volver hacerlo – lo tomó de las piernas y se lo llevó en brazos hasta el cuarto mientras no dejaban de besarse. La puerta de la entrada se abrió.

- ¡Ya llegamos! – la fuerte voz de su madre lo hizo separarse de Kei.

La señora vio el desastre en el cuarto de su dijo. Los dos nerviosos, la cama con las sabanas revueltas y manchas de salsa de chocolate, Kei tirado en el piso con el cabello revuelto y Daiki sobre la cama.

- ¿Qué sucedió aquí? – preguntó la mujer, Kei estaba demasiado nervioso como para responder

- Kei no quiso comer chocolate – la señora comenzó a reír. Kei sorprendido por lo que se había inventado.

- Limpien este desastre, luego vayan al comedor que de seguro no han comido.

- Mamá – la señora miró a su hijo – esta noche veré una película con Kei así que no nos vayan a molestar – la señora sonrió y salió de la habitación cerrando la puerta.

- ¿Una película? – preguntó incrédulo.

- Sí, una película – se acercó al mayor con la salsa de chocolate en la mano – ¿no quieres ver una película conmigo? – derramó un poco de chocolate en el hombro del mayor y lo lamió.

- Si vas a estar así toda la noche si quiero ver esa película – dejó que Daiki terminara de lamer el chocolate y lo besó.


Ya todos estaban acostados, tenían la película a todo volumen para que no los fueran a escuchar. El mayor estaba sobre Daiki besándolo mientras le quitaba el pijama lentamente ya que tendría toda la noche para poseerlo cuantas veces quisiera.


Fin! :O:

6 comentarios:

Satommy dijo...

Kya~
¿Dai-chan dejara esperando a Kei?
Que genial escribes u_u En serio...
Espero que lo continues pronto <3~

Unknown dijo...

O EME GEEEE!!!
Te lo repito, porque alla y aqui lo lei otra vez X'D
ERES GENIAL *OOOO*
Me encantoo!! me orgasmie toda(?) *¬*
INOODAI ES AMOR! salvaje -w- HAHAHA ok no X'D!!

Mori... eres diosa del lemon -w-

Satommy dijo...

Inoodai es amor >w<
Realmente es amor...
Y MAS COMO ESCRIBES!!
Jajaja Eres la diosa del lemon
como dice Pao!

angel kim dijo...

OMG KE HOTTTTTTTTT KE PORNOSOOOOOOOOOOOOOO POR ESO ME ENCANTA TUS FIC AAAAAAA GENIAL!!!!

YuukiNii dijo...

D: y tu que haces aqui?
aqui no hay fics de tvxq X'D
Kim, aun me pregunto por qué leiste esto

~FL@~ dijo...

Hola!!!y yo q onda aki?bueno aportando(tarde)comentarios.Asi q ..na ahhh q lindo este fic...posta q escribes de lujo...lo q me causa gracia es lo negas...nee segui escribiendo...y complaciendo a todas con tus fics!!!=>_<=!!

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