Dedicado a Uebo Hime por su futuro cumpleaños... XD Lo terminé antes.
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Las manos de Kei eran cuidadosas, ni siquiera sabía por qué no protestó cuando el pelinegro le tomó y llevó a su habitación, ignorando a Yuya, quien no dejaba de quejarse.
Sus heridas dolían, el ardor era inquietante ya que eran notorios rasguños. La pelea con Keito no había sido lo que esperaba, aunque en ese momento solo pensaba en golpearle. Había perdido y eso hería profundamente su orgullo. De solo recordarlo su ceño se frunció y Kei pensó que había sido brusco al curar su herida.

-Lo siento… -dijo nervioso. Sus manos temblaban ligeramente, miedoso también de que Daiki se fuese a molestar. Momentos como este debía aprovecharlos, ya que era muy reacio a que lo tocara. Pero el felino no se quejó, notando que el otro había malinterpretado su expresión. 

El olor del alcohol era molesto para su nariz, solo esperaba que pronto terminara.

-Me gustan… tus orejas… -No pudo evitar sonreír al darse cuenta de lo que había dicho, haciendo que Daiki se incomodara cuando sus mejillas se sintieron extrañas, mirando hacia el frente, al espejo que estaba en la habitación y notar el tono que habían tomado, todo eso mientras el pelinegro se esforzaba en poner bien las vendas en sus brazos.

No tenía que estar ahí, por lo que se levantó para irse.

-Espera… -Le sostuvo del brazo, impidiendo que se levantara. Atorándose la saliva en su garganta por un segundo cuando la mirada de Daiki se posó sobre él- Creo que… creo que deberías dormir aquí… -le soltó poco a poco- Yo puedo dormir en el piso –y sin esperar una respuesta de su parte se acercó al armario en busca de un futón. Daiki no dejaba de mirarle.

No estaba muy seguro de hacerlo.

-No –Kei le miró decepcionado- Es tu cama –no dejaba de mirar el futón entre sus brazos- No me importa… dormir contigo… -sus miradas se cruzaron una vez más pero Kei no fue capaz de mantenerla, volviendo al armario para guardar lo que había sacado antes de que escuchara palabras de arrepentimiento.

Daiki estaba cansado, así que tan solo usando la camisa del otro, se acomodó entre las sábanas, entrecerrando los ojos para mirar cada reacción de Kei, quien se desvistió nervioso pero no menos feliz, sin saber si usar algo más aparte de su ropa interior, pero al ver que Daiki no protestó por verle así, apagó la luz y se acostó rápido, dándole la espalda.

No dejaba de sentirse tonto por pensar que Daiki era lindo, creciendo curiosidad por él e inminentes ganas de tocarlo, más si este se negaba a dejarlo. Solo Daiki le hacía recordar cosas de su pasado y era más por eso que la atracción que comenzó a crecer le tenía tan desesperado. Y no tan solo eso, sino miedo porque no sabía qué cosa aparecería en su mente, pensando también que era mejor alejarse, pero ese carácter, esa forma de actuar era lo que se lo impedía.

Esta era una de esas noches que Daiki detestaba, aquellas en las que no podía dormir de solo tener recuerdos, pero esta vez era por tener al otro tan cerca. Y había sido mala idea cuando se acostó de manera, mirando su espalda y su cabello negro reposar sobre la almohada, tan distinto a como lo recordaba, queriendo tocarlo, pero el movimiento que sintió le hicieron detenerse, cerrando los ojos al ver que el pelinegro comenzaba a voltear, intentando ser suave a pesar de que los sentidos del otro eran agudos.

-¿Estás dormido? –preguntó en un susurró, habiendo tan solo silencio porque el felino no tenía intenciones de tener una conversación con él. Kei esperó un poco más para llamarle- Daiki… -volvió a susurrar, pero no hubo respuesta, aun así esperó mientras le miraba.

Creyó prudente aprovechar una oportunidad como esta si el otro dormía.
Tembloroso acercó una mano hasta que la punta de sus dedos comenzaron a hacer contacto con la mejilla del felino, mordiéndose los labios por el nerviosismo. En reacción, Daiki movió una de sus orejas, sin que se notara. Sus dedos no se detuvieron hasta que ya no eran ellos, sino también la palma, acariciando un poco antes de sentir más necesidad de ello, y con los dedos ir delineando suavemente su nariz, bajando por ella hasta llegar al surco del filtrum, y así seguir más abajo hasta su labio. Se acercó un poco mientras con el índice acariciaba hasta llegar a una de las comisuras. Pero Daiki no estaba dormido como él pensaba.

El calor de sus labios se sentía cada vez más cerca, golpeando su aliento contra ellos. Percibía su nerviosismo y cada movimiento. Sus propios labios se separaron un poco y exhaló por la boca, deteniendo a Kei cuando sintió el aliento de él rozar sus labios. La saliva incluso pasó dolorosa por su garganta, y Daiki fue capaz de escucharlo.
Al no haber más movimiento de su parte no sabía si seguía dormido o había despertado, alejándose un poco por el miedo. Su cabeza no dejaba de mostrarle las mil formas de rechazo que tendría si llegaba siquiera a rozar sus labios. La poca luz de Luna que entraba entre sus cortinas no ayudaba a ver sus ojos y saber si le estaba mirando, atreviéndose una vez más a acercarse.
El rozar de las sábanas hizo a Daiki incomodarse más. Sentía la necesidad de moverse porque estaba nervioso, el estar en la cama del humano llenaba su nariz de su aroma y nada más que de él. Aturdiendo incluso sus oídos con su respiración y el acelerado palpitar, sabiendo que el propio estaba igual o más bien peor.
Inconscientemente Kei suspiró, justo antes de lograrar sentir aquella tibíes de sus labios, esperando reacción del otro, recibiendo tan solo un leve movimiento de labios, llenándolo de más nerviosismo y sus labios se movieron por sí solos. Suavemente capturó uno de sus labios entre los propios, apegándose un poco para crear aquel apacible sonido de beso.

Daiki no podía evitar reaccionar de una manera molesta, a pesar de que no lo estaba, pero el sentir sus labios era algo que aquella noche no pensó sentir, ni a futuro.
Entreabrió los ojos, cruzando la mirada con el pelinegro que al ver aquel brillo nocturno se dio cuenta que había despertado, o eso fue lo que creyó. El alejarse era la única opción pero la falta de movimiento por parte de Daiki solo le hizo mover sus labios nuevamente, pensando que había sido correspondido cuando los otros también se movieron, pero Daiki había reaccionado sin darse cuenta, tan solo para protestar.

El fuerte golpe que se dio contra el piso al caer de aquella manera tan brusca hizo a Daiki voltear cuando ya estaba frente a la puerta, preocupado. Kei se levantó con dolor y eso bastó para que el felino terminara de salir, azotando la puerta mientras se cubría los labios con su antebrazo y bajaba rápido los escalones, agitado y sonrojado. 

Kei miró la puerta luego de sentarse en la orilla de la cama.

-Qué hice… -su cuerpo cayó pesado sobre la cama, mirando el cielo de su habitación con la poca iluminación que había. Sus labios contrariamente comenzaron a sonreír, terminando por hacerlo amplio y no creyéndose lo que hizo- Espera… -se levantó de golpe, quedando nuevamente sentado en la cama y encender la luz. Se miró en el espejo, volteando de lado a lado, incluso revisando sus brazos y caderas, cuello y hasta sus labios.

No había rastro de alergia.


**

Kota no esperó que al entrar a su habitación esta estaría toda destrozada, e inclusive la puerta. Lo único que se mantenía en pie era la cama y ya era muy tarde para comenzar a ordenar. Ryutaro, que estaba a su espalda no dejaba de parecer adolorido. 

-Ven, vamos a dormir –le tomó de la mano y encaminó a la cama, sin notar la atenta mirada del menor mientras se desvestían.
Se quedó en ropa interior, mientras Ryutaro parecía más cómo usando una camisa de dormir, que la abotonó con entusiasmo y una amplia sonrisa.

-Apagaré la luz –ni su mesita de noche tenía lámpara, ya que yacía en el piso con la ampolleta rota. Luego de hacer lo que había anunciado, caminó con cuidado a la cama, acomodándose al lado del otro- Buenas noches.

-Buenas noches –susurró el otro. Pero fue como un silencio incómodo. Ryutaro miraba la pared y Kota el cielo de la habitación. 

Se escuchaban sus pesadas respiraciones.

-Lo siento –fue la baja voz de Kota quien cortó con ese ambiente incómodo, haciendo estremecer al menor que movió suavemente las piernas entre las sábanas, sin decir nada- No debí… -pero sus palabras se vieron atoradas en su garganta, porque realmente no se arrepentía, a pesar del problema que creó.

-No lo es –interrumpió- No debí insistir –sus palabras eran sinceras, pero solo porque comenzaba a pensar que el pelicastaño se arrepentía de verdad, así que había sido un total error el insistir con algo que en el momento se sintió tan placentero. Pero dudó de aquello cuando una mano se escabulló hasta su cintura, suavemente hasta su abdomen y con una extrañaba manera de actuar, acercarle, dejando sus cuerpos unidos, sin que aquel abrazo desapareciera.

-En realidad no lo hago –sinceró- No me arrepiento, pero creo que no estuvo bien. Ni siquiera sé qué edad tienes –y fue con aquella pregunta que Kota se preocupó- Eres… -pero no era necesario preguntar, la respuesta estaba en la manera de actuar del oso- Olvídalo. –suspiró, haciendo estremecer al menor cuando su aliento chocó contra una de sus orejas.

-¿Quieres saber… -Ryutaro se mordió el labio un momento antes de seguir con su pregunta, consiguiendo toda la atención del mayor aunque desde un principio la tenía, solo que no esperaba que fuese hablar, ya que poco lo hacía- de dónde vengo? –sitió aquel apretón en su piel cuando la mano que estaba en su cadera se contrajo.

-Solo si quieres hacerlo –aun con su respuesta, Ryutaro notaba aquel tono curioso, impaciente por saber más.

-Es un lugar helado –comenzó- nieva las cuatro estaciones del año. –El otro sonrió, intentando imaginar a Ryutaro bajo esa nieve- Aunque esté helado y no puedas salir de casa sin un abrigo, las flores se abren al salir el sol, la viene se cae de los árboles para que eso ocurra. Así que a pesar de parecer invierno todos los días, hay flores. También hay otoño. Las ramas poca nieve sostienen cuando ya no quedan hojas en ellas y el verano –rió- No hay mucho que decir de él ya que el frío permanece. Y muy cerca hay un gran lago de hielo.

-¿Y por qué estás aquí? –le incomodó- Al contarme todo esto pareces extrañarlo. No entiendo por qué estás aquí –la mirada de Ryutaro se concentró en la almohada bajo su cabeza.

-Porque tenía que hacerlo –Kota no evitó fruncir el entrecejo con aquella respuesta que no le decía nada.

-¿Por qué? 

-Porque era necesario –y se dio cuenta que no quería responder, pero si ya habían comenzado no dejaría el tema tan fácilmente.

-Pero, ¿por qué? ¿Hay algo  que debas buscar? Si es así puedo ayudarte –repentinamente se sentó, deshaciendo así el abrazo- Mañana. Mañana podríamos salir y encontrar lo que buscas –le tomó del hombro y volteó para dejarlo boca arriba y así le mirase- Dime, ¿qué buscas? –pero la mirada no se cruzó con la suya- Ah. Buscas una cura para su mundo, así como en las películas de aliens –pensó un momento- ¿El hielo se está derritiendo y no encuentran manera de que no lo haga? –Ryutaro ahora parecía más perdido con esa conversación- ¿Alguna máquina?

-Busco… -le miró nervioso- perdí a alguien… -Kota se inquietó ya que hablaba de una persona- hace mucho, perdí a alguien y… eso es lo que busco.

-¿Y cómo es? –preguntó a pesar de no tener mucho interés en saber.

-No lo sé… -aquella respuesta le descolocó. Iba hacer una pregunta pero las siguientes palabras de Ryutaro se lo impidieron- No tengo ningún recuerdo de esa persona porque era un bebé cuando se fue.

Y con ello Ryutaro se alejó un poco para intentar dormir, dejando a Kota aún sentado y mirándole, preguntándose cómo es que buscaba a alguien que ni siquiera sabía cómo era.


***

Yuto no salió de su estado de miedo aun cuando estaba en su habitación, mirando a Ryosuke que le siguió, con desconfianza. Siquiera habían explicado el por qué de todo aquello.

-No deberías pensar tanto –la actitud de Ryosuke repentinamente cambió- es mejor si duermes –dijo antes de tirarse a la cama  casi desnudo y acomodarse para dormir.

-¿Qué… tú también te transformarás en algo extraño? –preguntó con miedo y sin intenciones de acercarse, quedándose de pie cerca de la ventana en caso de que tuviera que escapar.

-No haría nada sin una razón de por medio –aquello causó curiosidad en el humano.

-¿Entonces si cambias de forma? –dio un paso hacia atrás al verlo moverse, pero Ryosuke solo se había acomodado mejor.

-Buenas noches –su boca se abrió con intenciones de quejarse, pero decidió dejar la conversación ahí y acostarse a su lado. Pero no fue fácil quedarse dormido, no cuando Ryosuke se movía tanto, a los diez minutos después ya estaba que caía de la cama.

-Y  tenías que ser un perro, cuando son tan inquietos para dormir –susurró con molestia, terminando por patearle fuera de la cama y a pesar del golpe no despertó. Sonrió y acomodó mejor, ocupando toda la cama al extender sus miembros.

Giró la perilla de su habitación, entreabriendo la puerta pero detenerse al escuchar ruido dentro, miró por el espacio abierto. Piernas desnudas sobre la cama, en realidad era un cuerpo desnudo y lo sabía, pero sólo podía ver menos de la mitad de este. Arrodillado sobre la cama y moviéndose de forma extraña. Entonces abrió más la puerta, descubriendo a un Ryosuke agitado, gimiendo y mirándole mientras se acariciaba a sí mismo. Su mirada siguió el camino de su mano, entonces…

Se levantó abruptamente y agitado, sus ojos completamente abiertos y asustado.

-Una pesadilla –afirmó- Solo una pesadilla –volvió afirmar, sonriendo tétricamente.

Un leve movimiento a su lado y un quejido bajo le hicieron mirar. Ryosuke dormía tranquila y nuevamente a su lado como si nada. Se veía tan tranquilo que Yuto no apartaba la mirada de él, asustándose cuando aquella mirada tan lasciva volvió a su mente. Entonces volvió a empujarle  con las piernas fuera de la cama, escuchándose un fuerte estruendo y un fuerte quejido por parte del perro.

-¿Qué…? –Pero la pregunta de Ryosuke se quedó en su garganta, mirando al agitado Yuto- ¿Me caí otra vez? –preguntó ladeando un poco la cabeza, pero el otro no dijo nada- ¿Qué sucede? –se quejó al levantarse. Volvió a la cama, arrodillándose sobre esta y mirar inquieto- ¿Te sientes bien? –acercó una mano pero Yuto no hizo más que apartarla de forma brusca, asustándole.

-Buenas noches –dijo sin más y volviendo acostarse, dándole la espalda y cerrar los ojos para fingir que nada sucedía, pero Ryosuke se quedó ahí, mirándole un tanto triste antes de acomodarse de la misma manera, mirando su espalda a pesar de que todo estaba oscuro.

-Buenas noches –dijo en un tono más bajo antes de volver al sueño. Pero con los pensamiento que se formaban en la mente del humano, perturbaron por completo su noche. 

¿Acaso comenzaba a ser un enfermo igual que sus hermanos?



***

Kota se levantó temprano para ir de compras para el almuerzo. Tal vez hoy era un día especial porque todos almorzarían juntos. Ryutaro fue con él y ayudó, aunque solo con una bolsa ya que el mayor no le dejó más que eso. Y para cuando Yuto despertó y bajó en pijama, Ryosuke ya estaba en pie. Le vio frente a la puerta de entrada cuando pasó a la cocina.

-Buen día –saludó Yuya con una sonrisa mientras llenaba el pan con mermelada, Yuri copiando sus acciones y llenarse la boca al comer algo tan rico.

-Buen día… -respondió sin ánimos, sentándose frente a ellos y servirse leche y cereal. Yuri le miró y emitió un sordo sonido al tener la boca llena, pero Yuto notó que era algún tipo de saludo por lo que sonrió, aunque más que una sonrisa fue una mueca de desagrado. 

-No llenes tu boca –rió el rubio, picando una mejilla del conejo mientras este sonreía, intentando de no separar los labios.

Yuto les miraba de vez en cuando, asqueándose por esa atmosfera rosa que emitía el de orejas largas. Su hermano no era gay, ¿verdad? Porque en ese momento lo parecía o podría interpretarse como si alimentase a su hermano menor. Tal vez Yuya le miraba de esa manera, como un hermano menor, pero entonces recordó que nunca fue así con él, revolviendo su cereal con molestia antes de llevarse una porción a la boca y masticar molesto. 

Kei bajó al poco rato después, notando también la espera de Ryosuke frente a la puerta.

-¿Qué hace? –preguntó a los presentes en la cocina. Yuto solo se encogió de hombros y siguió comiendo.

-Está esperando a Kota –respondió Yuya.

-¿Y por qué esperaría a Kota? –preguntó esta vez Yuto, dejando su plato de cereal a un lado cuando ya le quedaba muy poco.

-No lo sé, pero ha estado ahí desde que salió –Aquello fue suficiente para despertar nuevamente la curiosidad en él y levantarse para ir a mirar qué hacía el perro, fue entonces que se escuchó un tintineo de llaves y Kota apareció frente a ellos junto a Ryutaro, y la cola de Ryosuke se movió de un lado a otro.

-Llegamos –anunció y en cuanto pasó al lado de Ryosuke le dio una bolsa de galletas, escuchándose un eufórico gracias antes de irse corriendo al living y tirarse sobre el sofá para abrir el paquete.

“¿Qué demonios fue eso?” con las palabras marcadas en su rostro Kota le despeinó, llamando su atención- Buen día –Yuto se quejó por el gesto, siguiéndole a la cocina.

-¿Qué compraste? –apenas las bolsas fueron depositadas en la mesa comenzó a revisar.

-Comida preparada –sus labios se fruncieron, estando de acuerdo con aquella decisión ya que para él la comida preparada era más rica.

***


Ryosuke acompañó a Kota todo el tiempo que el mayor se quedó en la cocina. Yuto intentaba mirar cada tres segundos lo que hacía Ryosuke.
Ryutaro no había dejado de seguir a Kota por toda la cocina cada que iba a buscar algo, o él mismo le ayudaba cuando se lo pedían, a diferencia de Ryosuke que no hacía más que mirarlos ir de aquí para allá, moviendo su cola de vez en cuando. Y no era el único pendiente de lo que sucedía en la cocina o quizás no tanto. Yuto no dejaba de mirar en esa dirección cada tres segundos, volteando sobre el sillón para lograr ver algo, pero lo único que alcanzaba a divisar era la cola de Ryosuke moviéndose, preguntándose qué era lo que miraba para que hiciera aquello. La curiosidad lo obligó a levantarse, entonces siguió la mirada de Ryosuke hasta llegar a su hermano mayor y aquello no evitó que se sintiera extraño.

Leves retorcijones  en su estómago, su pecho siendo presionado por algo extraño, lo que llevó a que su mano llegase a aquella zona y se sobara como si un fuerte dolor le causara. 
El ser el menor de la casa y por ende el más inteligente -según él- le hicieron darse cuenta que todos tenían una fuerte relación con los extraños que invadieron su casa. Kei seguía al gato a donde fuese, soportando todas esas humillaciones que le hacía pasar, y es que no entendía a su hermano, era un idiota, eso era claro. Solo un idiota se dejaría humillar de esa manera. Por otro lado estaba Yuya con el conejo, esa cosa pequeña de orejas grandes le seguía a donde fuese, era completamente distinto a la situación de Kei, pero la diferencia era que Yuya si le tomaba en cuenta, bueno, la gran parte del tiempo por lo menos. Hikaru era otro caso, ese tigre era un verdadero pervertido. No podía quitar de su cabeza esas traumantes escenas que le obligaron ver. ¡Y lo más perturbador para él era que a Hikaru parecía gustarle todo! 

No podía comprender a sus hermanos. Él era distinto, en ningún momento miró al perro de esa manera, incluso se asustó cuando estuvieron desnudos en la tina, hasta le molestaba su presencia, no como a Kota que parecía bastante feliz de tener al oso –que por poco lo mata del susto- a su lado.

-La comida está lista –gritó el mayor de los hermanos luego de calentar todo y dejarlo listo en la mesa, gracias también a la ayuda de Ryutaro.

Comenzaron a llegar de a poco, terminando los diez sentados y ya comiendo de sus almuerzos, pero era extraño. Había un profundo silencio en la mesa. Esta sería la primera comida que tendrían los diez juntos. Era extraño, y es que a pesar del miedo que Hikaru sintió al ver al tigre que ahora tenía al lado –en su forma humana- su mente estaba tranquila, miraba su ramen con hambre y Keito no hacía más que mirarlo a él y estar atento a sus movimientos, mientras también era consiente de todo lo que pasaba a su alrededor, de cómo después de la caída que Ryutaro sufrió por la escalera, Kota le daba de comer como si se tratara de un niño pequeño. Como deseaba que Hikaru hiciera lo mismo con él. 


Entonces una sonrisa se formó en los labios de Keito, moviendo a la vez su cola de una manera parsimoniosa detrás del asiento. Se apegó lo que más pudo a su compañero de mesa y Hikaru notó aquello, pero al ver la sonrisa en los labios de Keito no hizo más que ignorarlo, sabiendo que el felino le gustaba estar así de pegado a él, pero aquel pensamiento inocente se quedó en el pasado cuando repentinamente comenzó a sentir algo suave pasearse por su muslo. Si bien veía las manos de Keito sobre la mesa, bien sabía que las colas de los tigres son bastante largas, tensándose al caer en cuenta de aquello.

Hikaru miró a su alrededor, todos sumisos en su deber de comer y él ahí, preocupado de que alguno de sus hermanos notara lo pervertido que comenzaba a ponerse ya que aquella sensación de esa peluda cola sobre su pierna no hacía más que excitarle. Entonces se sonrojó.

Keito por su lado intentaba parecer distraído, usando los palillos y moverlos dentro de su ramen, y Hikaru notó que aquel movimiento se acoplaba al de la loca del chico. Keito movió los palillos al centro del pocillo y la cola se situó sobre la entrepierna del mayor. Los palillos se movieron hacia el tigre de forma repetitiva al regresar al centro, y la cola se frotaba una y otra vez de la misma forma.

Aquella sonrisa no se quitaba de ese rostro.

-¿Hikaru? –Entonces alguien tenía que interrumpir- ¿Por qué estás tan rojo? –Preocupado, Kota detuvo la ida de aquellos palillos con fideos a la boca del oso, que esperaba impaciente con la boca abierta, pero que también posó la mirada sobre el nombrado y luego a su acompañante, notando la sonrisa que este mantenía y parpadear incómodo cuando Keito posó un dedo sobre sus propios labios para indicar silencio. Ryutaro notaba algo extraño y podía olerlo de ambos, además Hikaru se mostraba demasiado nervioso, así que no hizo más que apartar la mirada.

-E—es que está muy caliente –intentó sonreír, apretando los palillos cuando la cola se metió bajo su camisa.

-Sí, está muy, muy caliente –dijo de vuelta el culpable de su estado, en un tono realmente tranquilo, pero que Hikaru sabía significaba algo más.

-¡Rayos! –el golpe que Daiki le dio a Ryosuke en la cabeza, llamó la atención de todos, aun así Keito no dejó su labor de lado- ¡Usa los palillos! ¿De qué sirvió que te enseñaran a comer si lo harás como un cerdo? –y con aquellas palabras los cinco hermanos se preguntaron si acaso los cerdos también se transformaban.

El golpe causó que el perro se atragantara, comenzando a golpearse el pecho al no poder respirar y causar preocupación en los demás, menos en el gato. Ryosuke intentó llamar su atención en busca de ayuda, pasando a golpearle sin querer hacerlo, y ocasionar que Daiki en un gesto molesto pasara a golpear el posillo de ramen de su compañero de mesa, Kei.

-¡Aaah! –el grito de Kei fue tan fuerte y la comida en “familia” terminó siendo un desastre. Yuto sostenía a Ryosuke en un abrazo, apretando su estómago hasta que lo que tenía atorado voló al ramen de Yuri, quien cerró los ojos cuando la sopa salpicó. El horror luego marcado en su rostro al ver que en su comida estaba lo que escupió el perro, estando a punto de llorar. Yuya al notarlo intentó calmarle, dándole su plato de comida antes de levantarse apresurado para ir donde Kei ya que se había quemado.

-No seas tan escandaloso –con el ceño fruncido a Daiki no se le ocurrió mejor cosa que tomar la jarra de vidrio, la cual contenía el jugo de naranja con varios cubos de hielo, asegurando su temperatura fría y vaciarla en la entrepierna de Kei aprovechando que seguía sentado. Yuya siquiera alcanzó a detenerle, notando esa expresión de dolor en el rostro de Kei cuando dejó caer la frente sobre la mesa- ¿Mejor? –preguntó a sabiendas que había hecho eso en una especie de venganza por el beso que le había dado anoche, aprovechándose de él. Se acomodó nuevamente para comer, escuchando los pesados suspiros de Kei por lo helado que estaba su pantalón ahora.

Ahora Yuya no tenía apetito. No pasó por su cabeza que esto podría llegar a ser un desastre, volviendo al lado de Yuri quien comía de su ramen y sonreía cada que lo tragaba, contagiándole y terminando también por sonreír.

No fue la mejor cena de todas, pero sí la más ruidosa gracias a las peleas de Ryosuke que se quejaba con Daiki por lo que hizo, pero este no evitó desviar la mirada al pelinegro cuando se levantó adolorido y subió a su habitación para cambiarse y revisarse. 

8 comentarios:

Satommy dijo...

HAHAHAHAHAHA Inoo se la tiene merecida XD por hacerle eso a Daiki
aunque creo que éste ya exageró[?] luego se lo mata y ni forma[?]
Me dio cosa cuando Yabu tuvo la realización de Ryutaro siendo un niño
y él haber profanado esa inocencia[?] XD pero no hay nada que hacerle,
a veces las cosas son así y no se pueden cambiar e3e
Yuto ._. en serio es bien bobo, aunque su sueño me descolocó XDDD
no había pensado siquiera en eso y mira que ya... Ya[?] Ryosuke
sólo debe saber mover bien sus cartas y la hace u3u

Uebo♥ dijo...

Aww gracias <3 Aunque aún falta un mes, pero que bueno que lo hayas terminado antes <3

Me encanta YabuTaro.... ♥ Creo que ya lo sabés pero es lo que más disfruto de My pet (:
Daiki es malito, para mí no se lo merece porque debería haberle gustado, bah yo creo que igual disfrutó ese beso xD
Los sueños de Yuto lo perturban demasiado, hay que exteriorizar y volverlos realidad JAJA
Quiero más -3-

dalia801 dijo...

Pero que capitulo mas maravilloso *O* me ha encantado, ¡quiero leer el siguiente! waaaaa el sueño de Yuto fue tan asdasdsdasdasd fascinante, pero que cosas se imagina jojojo claro no es como sus hermanos xD waaaaaaaaaaaaaaaaaaa estuvo genial!!!!!! y el Inoodai , Inoo lo hizo! lo hizo! lo beso SIIIIIIIIII!!!!! que bonito ;O; aunque daiki se vengo ¡Y de qué forma! jajajaja le debió haber dolido mucho. Por mientras la actitud de Keito *Q* que cosas le hace enfrente de todos, waaa keito es estupendo.
La atmósfera en la que están Yuya y chinen están hermosa *O* ¡que lindos!.
Estoy algo preocupado por Yabu T.T como se sentirá con lo que le acaba de decir Ryutaro, ¿Qué pensamientos vendrán a su mente? waaaaaa ¡esperare con ansias el siguiente! *O*

Anónimo dijo...

Todo se pone cada vez mejor, Kei le hace cumplidos a Dai-chan, se preocupa por el y lo besa, todo fue genial =3

Me da risa Yuto negándose a Yama-chan, pero sus sueños lo traicionaron ;D

Excelente cap =)

Yuko "I LOVE JUMP"

Ysawo-chan dijo...

dios! esta demasiado bueno el cap!! xD Nii sabes que amo este fic <3 creo que en el siguiente podremos ver YamaJima a full verdad?? Yuto está comenzando a sentir cierta curiosidad por Yama-chan y eso me encanta! *-* espero celossss a full!!!! bñsdvb.vb y ni que se diga del InooDai ahora que la "entrepierna" de inoo está quemada Dai... OMG! ESO ES SEXO SEGURO! si por favor!! Inoo tendrá que revisarse y Dai lo verá! quiero lemon!! me hace falta!! gracias por el grandioso cap :3

Natarashi dijo...

*o* por dios apenas encontré tu blog y por dios amo como escribes onegaii conti esto se pone muy bueno Hikato *¬* Keito eres un maldito pervertido y te amo *¬*
pobre Kei pero tu tienes cierta culpa en como te trata Daiki, peor Daiki ya perdona lo si bien que lo quieres,
soy una pervertida pero ame ese Yabutaro cuando se le entrego kyaaaaaa, Yabu eres un amor con Ryutaro,
jajaja pobre Yuto se quiere echar al plato a Yamada jajaja
Takachii tan tiernos como siempre ahhhhhh
poco a poco se revela el pasado de todos, pero porque olvidaron que se conocen de la infancia TwT, onegaii conti

Alejandra Rivera dijo...

Me encantó :) muero x leer el siguiente :D haz conti de cookie factory please

Paoo Inoue dijo...

Al fin puedo comentar después de tanto tiempo, está de más decir este capítulo me ha encantado es que me he reído tanto aunque también tengo la duda de que es lo que Ryutaro busca o a quien busca.
Por otro lado quiero preguntarte †--† por qué me haces sufrir con el Inoodai! Hahahha aunque pensándolo bien me gusta Daiki arisco, para que Kei se arrepienta de lk mal que lo trató cuando era solo ub gatito que le daba amor :c que sean los ultimos en hacer lo que tengan que hacer.
Yuto celoso, Yuto pervertido, Yuto caliente....Yuto va a caer :3 concedeme el deseo y has a Ryosuke juguetón y mas perverso que Keito! :) awws Keito. Me encanta cuando ataca a Hikaru ;D pero es taaaaan asfadgafhafhsfhsefvy


Una disculpa por no haber comentado antes •~• pero comenzaré a ponerme al día♥ ☞

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