De lo nervioso que se encontraba, las sensaciones y frustraciones comenzaron a acumularse en su interior, causando que silenciosamente comenzara a llorar y su rostro se viera tan lamentable, que sin esperarlo su cuerpo fue cálidamente rodeado, entrando por sus fosas nasales el aroma a perfume masculino.

-¿Qué sucede Ryuka? ¿Discutiste otra vez con tu madre? –el desconocido parecía conocerle bien, aunque eso sonaba bastante ilógico, sentía las caricias en su cabeza, era una sensación extrañaba ya que eran un par de desconocidos. Intentó alejarse pero aquellos brazos se negaron a soltarlo, escuchándose una risita de parte del otro- Está bien, puedes llorar, sabes que no me molesta abrazarte, menos si lloras. Sabes lo débil que soy cuando veo lágrimas en tu rostro –otra caricia pero esta vez muy cerca de su mejilla.

“Un momento…” El cerebro de Ryutaro comenzaba a funcionar normal otra vez, comenzando a pensar en que aquel chico tenía sentimientos por su hermana, o peor, realmente eran algo y él se estaba entrometiendo haciéndose pasar por ella. Además ser abrazado por un hombre era bastante asqueroso.
Ryutaro había dejado de llorar y hacía caretas aun estando su rostro reposando sobre el hombro del otro.
La última vez que había sido abrazado por un chico las cosas habían sido distintas, era amistad, en cambio esto se veía tan asquerosamente homosexual que intentó volver a separarse de él, pero esta vez de una manera más brusca de sólo pensar que Ryuka tendría un amorío con ese tipo.



-¿Te molestaste? –vio su mano acercarse a su mejilla, pero antes de tener oportunidad de apartarla, apareció aquella chica que le daba escalofríos y fue ella quien se tomó la molestia de apartar aquella mano, usando la propia para luego tomar un pequeño pañuelo y limpiarla como si se hubiese ensuciado.

-Inoo-san, te agradecería que no la toques con esas manos tan sucias –aquello creó una atmosfera en la que Ryutaro parecía sentirse asfixiado.

-¿Qué haces aquí? Creí que se odiaban –con voces molestas y entrecejos fruncidos ambos se miraban.

-Eso no es asunto tuyo. Ahora deberás de acostumbrarte a verme aquí –y la sonrisa que se formó en los labios de aquella chica, fue tan sádica que el rostro de Ryutaro palideció.

Si ella odiaba a su hermana, ¿eso quería decir que a él también? Bueno, se parecían bastante, ¡pero no era ella! Hana se veía tan seria y madura que Ryutaro había pensado que era la mujer perfecta, claro que solo hasta lo que sucedió después.
Y ahora que miraba bien al tipo que discutía con ella parecían conocerse bien. Si no fuese porque estaba detrás de la única mujer, hubiera visto su entrecejo levemente fruncido. Ese cabello negro perfectamente peinado era lo único que ahora podía ver de ella.

-¿Ahora eres la sirviente de Ryuka? –la chica comenzó a reír como si aquello fuera lo más gracioso que había escuchado, enfadando al otro.

-Ryuka, no te dejes engañar por ella, es una total arpía –estaba dispuesto a acercarse a la nombrada, pero en cuanto lo intentó, Ryuka, o más bien Ryutaro, dio un paso hacia atrás. Y aunque la gorra escondía perfectamente parte de sus ojos, no dejaba de sentirse avergonzado, sin saber tampoco el por qué no decía la verdad.

-Seré su tutora de ahora en adelante y como pago se le está estrictamente prohibido acercarse a ti –Hana no tenía mejor plan que aquel, ya que si quería conservar su verdadero trabajo debía esconder la verdadera identidad de la persona que tenía a su espalda, e Inoo Kei era una letal amenaza.

-Creo que… -Ryutaro habló en voz baja, pues su voz podía desconocerla si bien el otro estaba seguro que él era su hermana.

-Tu madre te estaba buscando, no seas tan estúpida como para salir sola a estas horas –Hana volteó y tomó del brazo a Ryutaro, comenzando alejarse.

-¡Espera! –Los pasos del pelinegro no siguieron ya que la amenazadora mirada de la chica era algo muy penetrante.

-Si quieres ayudar a que sus notas sean decentes, aléjate de ella –y aquellas palabras fueron las últimas que Hana le dedicó, adentrándose con Ryutaro a la casa.

Las cosas no dejarían de ser confusas hasta que le explicaran todo. La relación de Hana con Ryuka, la relación incluso con ese chico, pues estaba seguro que mantenía algún amorío con su hermana y la más importante, ¿todo aquello era por sus notas?

--

Sentía que las piernas le temblaban, nunca en su vida se había puesto una falda, menos tan corta, o tal vez sí, pero solo había sido un momento de broma en que él y su mejor amigo compartían. Pero en ese momento sus piernas eran masculinas, en cambio ahora eran totalmente pálidas y las medias negras que usaba hasta los muslos le hacían ver mucho más femenino, y no solo eso, incluso el brasier que llevaba puesto sentía que apretaba su pecho y el que tuviera relleno le hacía sentirse pesado.

-Tu primera clase será matemáticas. Tendremos un descanso de diez minutos y luego la clase de historia. El descanso siguiente será más corto, de unos cinco minutos y tendrás que cambiar tu uniforme –Hana lanzó un bolso a los brazos de Ryutaro, que lo sostuvo con extrañez- Presentaré tu informe médico al profesor, pero aunque tengas asma –aquello no era cierto, pero era mejor si evitaba los ejercicios físicos en donde dividían la clase por sexo- tendrás que vestir el uniforme por hoy. Esto no te exime de la clase, así que posiblemente el profesor te pida informes y –le miró fijamente- en caso de sospecha disimula un ataque. Tuve que pasar por muchas cosas para conseguir este papel, así que no lo desperdicies con una absurda actuación –la chica comenzó a dar pasos, alejándose con una actitud segura mientras sostenía su propio maletín- Ah, lo olvidaba –sacó un teléfono celular para entregárselo al chico- No me llevo bien con Ryuka, así que tendrás que ignorarme porque yo también lo haré. Si necesitas algo solo envíame un mensaje, mi número es el primero –Ryutaro miró no convencido el aparato y asintió- Que los profesores no te lo vean o te lo quitarán. Y si ves a Inoo Kei, no le hables –fueron las últimas palabras de la chica antes de alejarse, doblando en una de las esquinas de la calle y seguir el camino de muchos estudiantes dentro del recinto.

-No quiero hacerlo… -susurró asustado, aunque su cabello fuese un tanto largo y llevara una coleta con extensión de cabello, no se sentía para nada seguro. De seguro más de un estudiante descubriría la verdad bajo esa falda y ese pecho falso. Suspiró con pesadez, intentando quitarse la frustración de encima pero no fue posible cuando un par de chicas pasaron junto a él riendo.

Hana solo le había dado unos cuantos datos y fotografías. Era difícil de creer que Ryuka no tuviese un grupo de amigas y más que sus notas fueran tan malas, pero lo que más asustaba a Ryutaro era que su hermana solo se juntaba con hombres, y aun así mantuviera una actitud femenina.
Ya no podía sentarse con las piernas abiertas, dejarse caer sobre el asiento como un holgazán, menos hablar como un chico. Hasta estaba excluido de sus clases deportivas, vivir como mujer era demasiado difícil.

-¡Ryuka! –Ryutaro miró hacia atrás, casi desfigurándose su expresión al ver al pelinegro de anoche comenzar acercarse a paso rápido. En un desesperado actuar se inclinó para saludarle antes de salir corriendo, casi cayendo por lo incómodo que era usar falda, ya que iba bajándola cada que esta se subía. Dejando atrás a un confundido Inoo que caminó desanimado en dirección a la escuela.

Intentó ignorar todo aquel que se cruzó en el camino, pero no por ello dejó de sentirse observado, entrando a la escuela, pero había algo que Hana no le había dicho, algo demasiado importante que Ryutaro no se enteró sino hasta que un grupo grande de chicos se le acercó, rodeándola con varios regalos en las manos.

-¿Qu–qué hacen? –preguntó asustado, comenzando a sentir que su vista giraba y debió ser un ataque de pánico porque incluso las náuseas se sumaban a ello, no encontrando de dónde sostenerse más que de esos chicos que parecían quitarle el aire cada que se acercaban más.

-¡Hey, ustedes! –para Ryutaro era difícil distinguir las voces en ese estado, por lo que no supo quién le tomó de los hombros para sostenerlo- Qué creen que hacen molestándola todas las mañanas –Ryutaro intentó mirar hacia su lado, pero a su vista solo habían regalos y cajas de chocolates- ¿No los vas a rechazar? –preguntó la persona cerca de su oído.

-Ustedes –una voz femenina llamó la atención de todos, incluso de Ryutaro que al ver a Hana de pie frente a ellos sonrió de alivio- Tú –dijo apuntando a la persona que sostenía a Ryutaro- Deja tu acoso sexual, Inoo –su seriedad era implacable, incluso los otros estudiantes asintieron al estar de acuerdo con sus palabras- Ustedes también, inútiles –escupió fríamente esas palabras- Y tú Morimoto, será mejor que te controles, cada hermosa mañana se estropea con tu presencia –Ryutaro no supo qué decir, intentando sostenerse por sí mismo y mirar hacia su lado, cruzando miradas con Inoo que le sonrió a pesar de las palabras de Hana, pero Ryutaro se limitó a asentir, huyendo de ahí lo más rápido que pudo, dejando a los chicos desanimados y a un Inoo demasiado extrañado.

A cada tres pasos Ryutaro se encontraba con personas a las cuales debía saludas, viendo las sonrisas de estas cuando lo hacía. Quitó rápido sus zapatos para cambiarlos, sin dejar de sentir las miradas sobre él. ¿Acaso Ryuka pasaba por esto todos los días? Ahora comenzaba a entender el por qué no tenía amigas. Incluso las chicas le miraban mal, aunque había unas muy lindas.
Sus días como estudiante masculino ni siquiera comenzaron. Tampoco podría entrar al equipo de básquetbol y hacer a las chicas gritar cada que encestara. Estaba acabado, y pensó que estaría peor cuando alguien jaló de su brazo, pero un alivio fue ver a Hana, que lo llevó hasta el baño de chicas, sintiéndose como un verdadero pervertido por estar ahí.

Ella suspiró solo después de revisar cada cubículo para asegurarse que estaban solos.

-Olvidé el gran detalle –dijo con pesadez, este trabajo era realmente exhausto.

-¿Qué fue todo eso? –preguntó con miedo, sintiendo escalofríos de solo recordarlo- Ni siquiera los vi venir. ¡Aparecieron de la nada!

-No seas tan exagerado, tendrás que acostumbrarte y ser como tu hermana. Ryuka rechaza cualquier tipo de regalo, y debes hacer lo mismo, ya que si aceptas alguno te comprometerás –Ryutaro no pareció entender- Me refiero a que le darás esperanzas al idiota del cual recibas el regalo. Y a Ryuka no le gustan los chocolates, lo gritaba muchas veces así que no comas chocolate frente a los demás. Debes ser serio, y mostrar tu sonrisa solo a los amigos de ella. Nunca sonreía a los demás, menos a las chicas, y tendrás bastantes problemas con ellas, pero ya que se juntaba con hombres, siempre la protegían. Ellos son los más peligrosos, ya que pueden sospechar –Ryutaro estaba cada vez más asustado- Y como dije antes, evita a Inoo, el ser amigo de infancia de Ryuka complica las cosas, ¡así que hazme caso! –de solo hablar del pelinegro Hana se molestaba.

-¿Algo más que tengas que decirme? No quiero pasar por una situación como esa otra vez.

-No, solo ten cuidado y actúa como tu hermana. No hagas cosas innecesarias como hablar con otros chicos, no es propio de ella.

-Esto es demasiado difícil, no puedo creer que mi madre me hiciera esto –parecía deshacerse contra la pared al dejarse caer sobre ella, mirando el piso. Ahora no quería salir del baño.

-Ya vete a tu clase –Hana le tomó de los hombros y lo sacó a empujones del baño- Camina, no puedo salir ahora o se verá demasiado extraño.

Se miraron por unos segundos antes de iniciar pasos al que sería su salón, el F… ¡Era el peor! Increíble el que su hermana fuese algo totalmente opuesto a él.
Ahora debía enfrentar a uno de los que sería su amigo. Según Hana compartía clase con uno, ya que los demás eran mayores y otros estaban en cursos mejor que el F. y no hizo falta buscar al chico, tampoco buscar el asiento que le correspondía ya que le hacían señas para que se acercara.

“Kyomoto Taiga”

-¡Ryu-chan! –Oh, cómo le había caído mal que le llamara así, nadie lo hacía y menos luciendo una sonrisa como aquella. Caminó con seguridad aunque no lo estaba del todo- Es extraño verte tan temprano –el chico se le acercó tanto que Ryutaro perdió el equilibrio al chocar con una pata de su silla, pero por suerte solo cayó sentado en su pupitre- ¿Dormiste bien? Tus ojos están un poco hinchados –la preocupación que le demostraban le causó un escalofrío.

-Sí. Digo no –hizo una mueca luego de soltar su sinceridad.

-Otra vez discutiste con tu madre –el chico comenzó hablar y Ryutaro parecía más aliviado, ya que no era necesario improvisar una conversación cuando el otro se ocupaba de ello.

Aún faltaba conocer a los otros tres.
Había estado toda la noche intentando recordar los hombres de cada persona. Los amigos de su hermana, sus profesores, incluso los grados en que estaban.

-A sus asientos –Con la llegada del profesor Taiga se sentó detrás de Ryutaro.

Cuando le dijeron que la vida de un adolescente sería difícil nunca pensó que lo sería tanto. Como le gustaría cambiar su pasado y no haber llegado ahí cuando su hermana había desaparecido. Extrañaba a su padre y a su mejor amigo.
Por su seguridad su madre le había confiscado su celular, y para tener contacto con uno de ellos dos solo podía meterse a su correo, pero internet en casa no había, ni siquiera una computadora aparte de la que tenía su madre y por el carácter de la mujer, no estaba dispuesto a arriesgarse a usarlo. Lo mejor era despistar a Hana e irse al centro de la cuidad en busca de un local de computadoras.
La clase de matemáticas ni siquiera la tomó en cuenta, cayendo dormido en los primeros diez minutos, por lo que no supo nada del mundo hasta que un insistente dedo se incrustaba en su espalda.

-Ryu-chan despierta –Ryutaro frunció el entrecejo de solo escuchar aquello, removiéndose para esconder el rostro entre sus brazos- Ryu-chan –el susurro no fue suficiente, y para cuando Ryutaro levantó el rostro alguien estaba a su lado.

-Al parecer mi clase no es lo suficientemente interesante, señorita Morimoto –En seguida el sustituto se sentó con espalda derecha, ojos muy atentos notando que todos le miraban, hasta las chicas parecían reírse de él. Pero el cansancio volvía a su cuerpo- Ya que se toma la molestia de dormir en mi clase, pase a resolver el siguiente problema –el profesor dejó la tiza sobre la mesa y a regañadientes Ryutaro se levantó totalmente avergonzado por las miradas posadas sobre él. Hasta creyó escuchar que Taiga le decía la respuesta, pero cuando llegó frente al problema que debía resolver se quedó quieto.

¿Qué tan atrasados estaban en la materia? Ryutaro recordaba claramente pasar esto el año anterior, no era complicado, hasta pudo notar que Taiga se había equivocado en la respuesta.

Para cuando terminó de resolver el problema la clase entera se quedó callada, ni siquiera los susurros se escuchaban. Dejó la tiza a un lado para volver a su pupitre.

-El otro también –ordenó el profesor, haciéndole inflar un poco las mejillas pero solo por tomar mucho aire, suspirando pesado y mover los hombros a la vez. No tardó en hacerlo y volteó al profesor. Su actitud había cambiado por completo, incluso no se dio cuenta que estaba siendo él mismo y no aquel sumiso que se encogía de hombros con tantas miradas sobre él.

Regresó a su asiento y lo único que recibió de su profesor fue una mirada silenciosa, como si ya no tuviera nada que decir después de que el resultado de cada ejercicio resultara estar bueno. Taiga estaba sorprendido y dudando de lo que tenía en su cuaderno.
Después de aquello los ojos de Ryutaro volvieron a cerrarse, quedándose dormido en poco tiempo y en todo el transcurso de la clase el profesor no le interrumpió, incluso para su compañero de atrás era algo sorprendente, pues a Ryuka solían sacarla del salón si pasaba algo como esto.

No supo cuánto tiempo pasó, solo que los constantes susurros le despertaron, pero no fue capaz de abrir los ojos y solo se movió un poco frunciendo el entrecejo y sintiendo mucho calor.

-Es él –escuchó casi como un susurro. Las voces eran de mujeres que parecían estar feliz con la presencia de alguien.

El cabello que cubría su flequillo fue removido, y aquella mano que se posó en su frente fue casi como una caricia, removiéndose. Pero luego fueron sus hombros halados hacia atrás y cuando abrió los ojos un rostro no familiar le miraba, para luego acercarse. No era capaz de reaccionar y tampoco de darse cuenta que ahora le tomaban en brazos. Ryutaro parecía estar hundido en un sueño.

-No debiste venir si tenías fiebre –la voz masculina de quien le había tomado se escuchaba bastante cerca, volviendo abrir los ojos y como un hombro y el fondo del pasillo del cual se iban alejando era lo único que podía ver, acompañado de ese agradable movimiento al ser llevado en brazos- ¿Bajaste de peso? Estás liviana –Ryutaro no respondió, a cambio solo cerró los ojos para quedarse dormido una vez más.


A) El movimiento sobre la camilla en que estaba descansando le despertó, pero aquello no fue comparado con el ahora tener algo o más bien alguien encima, abriendo lentamente los ojos y encontrarse con un chico que no dejaba de sonreír. Notando luego que el corbatín de su uniforme no se encontraba y el segundo botón de su camisa estaba a punto de ser desabotonado.

B) Insistentes susurros ahuyentaron su sueño, abriendo los ojos para encontrarse en una camilla, sin saber cómo llegó ahí. Con cuidado se sentó al sentir un punzante dolor en su cabeza. Escuchaba claramente las voces de dos mujeres, y así cada vez más cerca mientras intentaban no hacer ruido. Pretendía levantarse, pero se vio envuelto en unos brazos que se lo impidieron.

2 comentarios:

Anónimo dijo...

puque nus haces estu?? pucheare infinitamente por eso abuuu...
a ver segun mi cerebro A seri infinitamente divertida XD me lo imagino gritando como loco XD Pero B seria y si ese sujeto ya le ha hecho algo?? mooooo quiero ambas TT^TT pero me quedare con B porque algo me dice que como en la anterior parte es la mejor opcion y mas decente ><
y por mientras ire haciendo tu inootaroqque tengo muchas ideas pero aun no se cual de ellas hacer ...
sombra desu~

dalia801 dijo...

Muchas gracias por actualizar WAaaaaaa *O* esta genial!!!!! que emocionante me encanta asdasdasdsasd Ryutaro es tan opuesto a su hermana el es totalmente adorable, Quiero saber quien lo cargo hasta a la enfermería *O*. Yo elegiría la opción B ¿que haría al ser atrapado por unos brazos ? asdasd

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